Los cambiaformas (3) En los cuentos de hadas

En uno de los clásicos de la infancia, «El gato con botas» engaña al ogro para que demuestre su poder, este se transforma en grandes bestias, oso, león, etc.; pero el gato le pregunta si se puede transformar en un ser tan pequeño como un ratón o sólo en grandes bestias; para demostrar su poder el ogro se transforma en ratón y el gato lo devora al instante.

Otro clásico común es «El príncipe rana«, que requiere un beso de una princesa para volver a ser nuevamente príncipe. Similar ocurre con otros cuentos como en el cuento de «La bella y la bestia«, «Blancanieve y Rojarosa«, en todos ellos un bello y orgulloso príncipe, por lo general, ha sido transformado en bestia y/o animal en castigo o maldad de un hada, bruja, demonio o duende; en todos los casos el hechizo se rompe por la acción de un beso de amor verdadero de una princesa o bella dama por aquella bestia/animal.

Otras versiones reflejan el no atender o cumplir a cabalidad con los consejos, ejemplo tenemos «El Príncipe Lindworm«, donde una reina que no tenía hijos comió una cebolla mágica, el resultado es un ser mitad humano mitad dragón/serpiente. Al crecer debe tomar una esposa, pero las devora a todas en su noche de bodas; la última novia evita al ser comida por el lindworm cuando al llega su noche de bodas él le pide que se quite toda la ropa que ella posee, y ella le dice al novio que se quitará una de sus prendas, sólo si él se quita una propia; cuando el último rastro de ropa del vestido de la chica cae, él se ha quitado su última piel, y ha vuelto a ser un hombre. Similar ocurre con «Juan mi erizo» y «Pulgarcito«, tal era el deseo de ser madre o padre que no atienden bien las instrucciones y el hijo llega al mundo no tan perfecto.

En versión femenina destaca la historia rusa de «La rana zarevna«, donde una rana se metamorfosea en una princesa, llamada Basilicia la Sabia, su esposo el zarevich Iván para tratar de romper el hechizo y quema la piel de la rana mientras su esposa entretiene a su padre; eso provoca la desaparición de la princesa y la búsqueda de Iván por todo el mundo para encontrarla.

Esta versión es similar en otros cuentos tradicionales; muchas hadas adoptan una forma humana desprendiéndose de la piel animal que las cubre; las valkirias visten sus trajes de cisnes y vuelan por los cielos generando los vientos con sus alas; y las veelas (vilas) eslavas, aparecen como cisnes (al igual que las valquirias), como yeguas (como los kelpies anglosajones), como lobas (al semejanza de los licántropos), pero también se disfrazan de halcón (como la diosa Freya) y o como serpientes (otro signo del agua).

Las selkies se quitan su piel de foca; el pescador consigue y esconde la piel y a cambio obtiene una esposa sumisa y bella; pero al final ella siempre recupera su piel animal y abandona al marido dejándolo lleno de tristeza y dolor.

En otros cuentos como el africano «Seetetelané«, un hombre pobre que vivía de matar ratas encuentra un huevo de avestruz, de donde nace la hermosa Seetetelané, quien lo cuida y le da riqueza y poder, eso hasta que él, borracho una noche, la ofende diciendo ante todos su origen como hija del huevo un avestruz; a la mañana siguiente el hombre es nuevamente pobre y ya no puede sobrevivir sin la ayuda de la magia de su mujer, muriendo de hambre y frío.

El hada Melusina (Melusine) se transforma en dragón al entrar cada sábado en su baño semanal; eso hasta que es descubierta por su marido y debe lo abandona por haber roto su promesa de darle privacidad en el baño.

En estos todos cuentos, de latitudes tan distintas, comparten un hecho en común, la mujer, generalmente es un hada que se transforma en animal, permanece con el hombre mientras él no revele su secreto, retenga o destruya la capa que la da su forma animal. Mientras la joven permanece con el amado lo llena de fortuna y riquezas; todas desaparecen al irse ella. En muchas versiones el amante muere al haberse desacostumbrado a su vida de miseria; en otras versiones busca a la amada pasando muchas dificultades; es la imagen del alma persiguiendo al esquivo amor; es una versión invertida de géneros de la historia de Psique (Alma) y Eros (Amor).

Otras hadas animales adquieren la apariencia humana, para engañar al hombre y para su diversión o propio beneficio; en oriente (China, Corea y Japón) Kitzune, el zorro de nueve colas, se disfraza de chica para divertirse con pesadas bromas a los hombres que se consideran grandes amantes; o el hada escandinava Huldra que oculta su cola de zorro o vaca bajo largas faldas y engaña a hombres apuestos para casarse con los mismos, y adquirir finalmente una apariencia humana.

Existe una versión no de amantes sino de hermanos, donde varios de ellos son transformados, y la hermana menor busca la forma de volverlos a transformar en humanos. Citamos como ejemplos: «Hermanito y hermanita» de los Hermanos Grimm, el chico es transformado en ciervo por la madrastra/bruja; «Los seis cisnes» y «Los siete cuervos«, ambos también de los Hermanos Grimm y «Los cisnes salvajes» de Hans Christian Andersen y «Los tres cuervos» un antiguo cuento popular alemán narran una historia similar. Después de la muerte de la reina, una malvada bruja se casa con el rey, y convierte a los hijos varones en aves (cuervos o cisnes) para deshacerse de ellos. La princesa, hermana menor de los príncipes convertidos escapa. Ella, por lo general, debe tejer trajes encantados para romper el hechizo y no decir palabra hasta que termine su labor, así debe guardar silencio por tres años, tres meses, tres semanas y tres días para romper el hechizo de la bruja.

Tiempo después conoce a un apuesto príncipe, con quien se casa, pero las cosas no resultarán como ella esperaba; su afanada labor y silencio provocan sospechas y la catalogan de bruja; en algunas versiones la bruja es la nueva esposa del padre del príncipe y los hijos de la princesa y su esposo desaparecen haciendo recaer en la muda joven las sospechas de brujería, que no puede decir la verdad. Antes de ser quemada por bruja llegan sus hermanos a salvarla, ella los cubre con las telas mágicas rompiendo el hechizo y pudiendo hablar, pero por lo general la manta para el menor de ellos no esta toda acabada, o aún faltaban unos minutos y el chico menor conserva un ala por brazo.

El cuento realmente se remonta a una vieja leyenda celta ya cristianizada; Lir (Lear o Llyr) era un dios del mar en la mitología celta. Cuando el dios Bodb Derg, hijo del gran Dagda (El gran padre), fue elegido rey de los Tuatha Dé Danann (Hijos de la diosa Dana), Lir se molestó por la elección y no quiso rendir honores al nuevo rey de los dioses celtas; para apaciguarlo y ponerlo como aliado Bodb Derg le ofreció a su hija Aoibh (la bella); de esa unión nacieron una niña, Fionnuala (Justa), y sus tres hijos: Aodh (Sol/Fuego) y los gemelos, Fiachra (Cuervo) y Conn (Lider), parto en que muere Aoibh. Bodb Derg a fin de mantener la relación con su cuñado le entrega una segunda hija como esposa, Aoife (Placer).

Aoife tuvo celos del amor de los niños entre sí y de su padre para que ellos y conspiró para deshacerse de los niños. En un viaje con los niños a la casa de Bodb, ella ordenó a su criado matarlos, pero este se negó; tal fue la ira de Aoife que trató de hacerlo por sí misma, pero no tuvo el coraje. En su lugar, utilizó su magia para convertir a los niños en los cisnes. Cuando Bodb escucho esta aberración, transformó a Aoife en un demonio del aire (viento huracanado) por toda la eternidad. Como cisnes, los niños vivieron unos 900 años. Para romper el hechizo tendrían que ser bendecidos por un monje, pero ya eran terriblemente ancianos y murieron finalmente al ser bautizados como cristianos. Irlanda ya no era pagana para esas fecha.

Otro mito celta nos narra los amores de Aengus Mac Og, hijo del dios celta Dagda y Boanna, que se enamoró de la joven Caer; la joven tenía una maldición en la cual un año era cisne y en el otro mujer. Angus Mc Og no soportó la perdida de la amada y se transformó en cisne para acompañarla siempre.

Basado en ese mito del compositor ruso Tchaikovsky crea su ballet “El lago de los cisnes”. En esta historia el príncipe Sigfrido debe buscar esposa, mientras pasea por el bosque un grupo de cisnes que nadan bajo la luz de la luna se transforman en bellas doncellas, su reina Odette narra al príncipe que sufre la maldición del brujo Rothbart y sólo el verdadero amor romperá el hechizo. En la fiesta en palacio mientras le presentan las candidatas, el joven no deja de pensar en la reina Odette y espera impaciente su llegada, y por la entrada entran finalmente el barón Rothbart y su hija Odile; confundiendo a Odile con Odette, Sigfrido la jura amor eterno a la joven equivocada, cuando llega finalmente Odette y Sigfrido descubre el engaño ya es tarde; Odette regresa al lago en llanto y Sigfrido corre a pedir su perdón, ya es tarde el hechizo no puede ser roto Odette muere de dolor y Sigfrido se suicida para acompañarla, liberando con su sacrificio al resto de las doncellas del hechizo y matando al brujo Rothbart al romper su encantamiento.

Transformase en caballos y yeguas es común en muchos duendes; el pooka (similar a un fauno) ingles, los nix escandinavos y los selkies irlandeses adoptan esta forma, esperando al incauto que crea haber hallado un caballo perdido y cuando lo monta, esta bestia arrastra a su jinete hasta el cause de agua más cercano para ahogar a su víctima.

En Polonia, en el pueblo de Eichmedian, vivía una mujer que era tabernera. Era una mujer codiciosa y cobraba el doble en muchos pagos, hasta que una tarde, un grupo invitados la acusaron de ser timados; y ella respondió: —Si mi negocio simplemente no es, entonces que se monte mi espalda el Diablo.— Para su horror y asombro de todos los presente, el cuarto oscureció de repente y el Diablo apareció ante ella transformándola en yegua y montándola. El Diablo soltó una gran risa y a velocidad precipitada la montó y la llevo al pueblo de Schwarzenstein, donde un herrero, llegando en altas horas de la madrugada. Él despertó al herrero y exigió que su corcel fuera herrado. El herrero, bostezando, se quejó de la hora tan tarde y que su forja estaba cerrada y fría. Pero el Diablo insistió y prometió mucho oro si era hecho rápidamente. El herrero encendió su horno cuando la yegua empezó a hablar y a contar su historia. El herrero fue horrorizado no pudo continuar su trabajo y el Diablo rabiaba pero había nada podía hacerse, y cuando un gallo anunció la llegada de alba, el hechizo fue roto. El Diablo desapareció y el tabernera recobro su forma; arrepintiéndose de su codicia, ella tenía dos de herraduras clavada en sus manos; herraduras que fueron colgadas en la iglesia de Schwarzenstein como una advertencia a otros timadores.

En otros cuentos como el ruso «Koschei el Inmortal» el príncipe Iván es ayudado por sus cuñados, tres cambiaformas (uno águila, otro halcón y el último cuervo) a vencer a la bruja Babayaga y al brujo Koschei, para así poder rescatar a su amada, Marya Morevna, cautiva del brujo.