Mitos del oriente próximo (2) El origen de dioses y demonios

El universo apareció por primera vez cuando Nammu un abismo sin forma se separó y dio origen a Tiamat (el mar tumultuoso y principio femenino) y a Apsu (el océano primordial y principio masculino); de la unión de estas dos fuerzas nacerá el resto de la creación. Nació primeramente Mummú, la niebla; luego Lahmú y Lahamú, los manglares; de estos dos nacieron An-Shar y Ki-Shar, los pilares del cielo y la tierra, que engendran primero a An/Anu (el cielo —un ser equivalente al Urano greco-romano—) y luego hacen surgir de las aguas a los gigantes (las montañas) que se asientan sobre el Apsu, una montaña, Ki/Antum al elevarse muy alto sobre las aguas alcanza a An/Anu, del encuentro de An y Ki nacerá En-Lil (literalmente Señor —En— del viento —Lil—; el dios del aire, del viento y las tormentas), que los separa dando origen a la atmósfera.

En-Lil fue equiparado en las regiones semitas con El o Elohim (el supremo), hoy conocido como Yahvé o Jehová entre los judíos y que en Arabia llamaban Eloáh o Eláh, que en árabe moderno es Allah (Alá). En-Lil, el primogénito, heredará de su padre el título de rey de los dioses; de quien recibirá las Me —las tablas del destino—, que como el famoso Código de Hammurabi tienen las normas a seguir para gobernar la creación.

El segundo hijo de la pareja fue Nusku, dios de la luz y el fuego en la antigua Mesopotamia, conocido como Girru en Babilonia. Nusku se volvió visir de En-Lil y su símbolo era una lámpara de aceite. El tercero es Isimud (Ismuz o Ismud), un dios mensajero en la antigua Mesopotamia, que era reconocido por poseer dos caras que miran hacia lados opuestos, comparable al dios Jano romano y que se volvería visir del dios En-Ki; el cuarto hijo fue Kakka; que se volvería heraldo de su padre. El último hijo de la pareja fue una diosa; la gran diosa madre llamada Nin-Hursag, señora de las montañas, que ocupo el lugar de su madre Ki/Antum en el dominio de la tierra.

Fruto de una aventura de An/Anu con Nammu (Tiamat) nacerá el dios En-Ki o Ea como lo denominaron los acadios, es como su nombre indica (En = señor y Ki = tierra) el dios de la tierra. En-Ki, pese a ser un primogénito de An, no venía de la rama celeste y terrestre y no pudo adquirir el título de rey de los dioses, otorgándose sólo el título de príncipe entre dioses; algo que no le gustó mucho y sería motivo de una rivalidad permanente entre En-Lil y En-Ki/Ea por el control del mundo.

De forma independiente Tiamat creará a los hombres pez, los Apkallus o Abgales, para que la sirvan, y que luego al servicio del dios En-Ki enseñaran a la humanidad las artes de la civilización. Se destacan entre estos seres mitad hombre mitad pez o anfibios: Oannes o Uanna, —equiparado al propio En-Ki y con el primer rey de los hombres Adapa (Adán)—; por el año 3000 a.C. Suben de las aguas: Eudocus, Eneugamus, Eneuboulus, Anemeutus; el último de estos seres que a subió la tierra fue llamado Anodaphus, según Apolodoro, hecho ocurrido allá por el año 2450 a.C. A estos seres luego se les llamó Musarus (seres repulsivos) y seguramente por ello no volvieron. Algunos suponen que estos seres eran los sobrevivientes de las destruidas Atlantis, Lemuria o Mu, que trataban de llevar a los humanos supervivientes de la catástrofe, y vueltos a la edad de piedra, algo de los restos de aquellas civilizaciones perdidas.

Tiamat crea a los hombres escorpión, que serán enviados a conquistar las montañas; los grifos —mitad león y mitad águila— que acompañan a los primeros; los lammasus y las esfinges, con cuerpo de toro o león, alas de águila y cabeza humana se dispersan sobre la tierra creada.

Enmesarra, fue un dios de las leyes; su compañera era Ninmesarra; juntos controlaba o redactaron las ME (las leyes divinas). Estos dos dioses habitan hoy en el Kur, y eran conocidos como los ancentros de todos los dioses; son por tanto una forma de An-Shar y Ki-Shar.

An/Anu viendo el soplo fuerte de En-Lil, llenará el aire con los Utukki — los demonios —, mitad hombre y mitad aves; de número tal que llenan los cielos y de los cuales se conocen los nombres de: Muttabriqu (relámpago); Sarabda (siervo), Rabishu (escondido), Tirid (expulsado), Idiptu (viento); Bennu ( quien se adapta), Sidana (quien se tambalea), Miqit (el que acaricia), Bel Uri (señor del cielo); Umma (caliente fiebre); Libu (canalla); también se incluyen entre estos seres a los siete Gallu, que estaban generalmente ligados a las tempestades, y dice la leyenda que fueron enviados para llevar a Dumuzi al inframundo, todos ellos volaron más allá de las montañas y se instalaron en la tierra de Kur (el inframundo). Asag es un demonio monstruoso que causa enfermedades; descrito como algo tan horrible que su presencia hace hervir peces vivos en los ríos. Se dice que era acompañado en la batalla por un ejército de sus hijos, demonios de roca, nacidos de su unión con las propias montañas. Este demonio sería derrotado por Ninurta o por Ishkur. El demonio Han-Bi o Han-Pa no es otro que el propio Satanas; y sería padre de Pazuzu; asociado con la serpiente del mal que tentó a Adán y Eva tenemos a Dimpemekug el demonio de la tentación.

Los Edimmu o Ekimmu eran fantasmas de los que no habían sido enterrados correctamente y que venían como malos vientos a chupar el aire de los vivos. Un grupo de siete demonios fueron puestos luego al servicio del dios Nergal/Erra, y eran llamados Sebitti, los siete dioses guerreros; es posible también que se trataran de las almas de grandes guerreros que muertos en la lucha fueron recompensados por el rey de infierno y convertidos en sus heraldos.

Hubo dioses de otros pueblos que luego fueron transformados y absorbidos por la cultura sumeria, quedaron al servicio de los dioses del inframundo; destacan: Sumuqan, dios acadio del ganado, que paso a cuidar el ganado de Ereshkigal y que era conocido también como Shakka, Shakkan o Amakandu. La diosa Belet-Tseri, era una diosa acadia conocida como ‘reina del desierto’ y que se convirtió en quien llevaba el registro de los muertos que entraban en el inframundo. Belet-Tseri era esposa del dios de los nomadas amoritas, Amurru; otro dios pastor y de las tormentas, conocido también como Sadi Belu o Sade Bel (señor de la montaña) y que puede ser equiparado al dios Ishkur/Adad. Nisroch, un dios asirio de la agricultura que tenía cuerpo humano, con alas y cabeza de águila y cuidaba el árbol de la vida; adorado por los habitantes de Nínive, donde se lo identificaba con Nusku; fue equiparado al demonio hebreo Belfegor, y este a su vez venia del dios Moabita de la región de Pe’or; llamado simplemente Baal-Phegor (señor de Pe’or). El demonio Druaga provenía del dios Ahriman (un dios persa) conocido también como Angra Mainyu y que era el opuesto a dios Ahura Mazda, literalmente «El gran sabio»; y en el dualismo zoroástrico, Angra Mainyu es el destructor (Satanás).

 

Las tablillas de barro hacen mención de un grupo de dioses menores, equiparables en poder a las ninfas y los sátiros griegos, que eran siervos de los dioses de la tierra y el cielo, y que cansados de tanto trabajo se pusieron en huelga y revelaron; por ello los dioses crearon a la humanidad para que les sirviera con sus ofrendas. Estos dioses menores, conocidos como Igigi, fueron expulsados de los palacios y se volvieron demonios.

Una de las tablillas de barro habla de como siete demonios creados por An/Anu atacaron a los hijos y nietos de En-Lil en los cielos. Estos hechos ocurrieron tras el regreso de En-Lin del Kur y donde su hijo Nannar/Sin (dios de la Luna) y los hijos de este: Utu/Shamash (El sol) e Inanna/Ishtar (Venus) subieron a los cielos y dieron paso a la medición del tiempo.

Los nombres de los siete demonios no son descritos en las tablillas, pero en la mitología caldea los siete dioses del mal fueron conocidos como Shedu, siendo representados en forma de toro alados. La apariencia de las furiosas tormentas, de esos dioses del mal, despiadados demonios, que en la bóveda del cielo fueron creados son descritos como sigue:

De estos siete, el primero es el viento del Sur …

El segundo es un dragón, cuya boca al abrirse no se puede medir…

El tercero es un leopardo sombrío, que se lleva a los jóvenes …

El cuarto es un terrible Shibbu (lazo que envuelve) …

El quinto es un furioso lobo, quien no conoce el miedo,

El sexto tiene tal desenfreno … que marcha en contra de los dioses….

El séptimo es una tormenta, un viento maligno, que trae venganza…

Al oscurecerse el brillante Nannar/Sin en los cielos (eclipse), En-Lil envía a su hermano Nusku por la ayuda de En-Ki, juntos todos los hijos y nietos de An/Anu vencen a los demonios; aunque Nannar nunca se recuperó del todo y es por ello que la Luna ya no brilla por si misma y solo refleja la luz de su hijo Utu, el sol.

Quiénes eran estos demonios; el primero, una tormenta del sur puede tratarse del demonio Han-Bi o Han-Pa , que no es otro que el propio Satanas; El segundo es un dragón, cuya boca al abrirse no se puede medir (puede tratarse del dragón Leviatán, la gran serpiente marina; o también hacer referencia al demonio hebreo Asmodeo que cabalga sobre un dragón y es el demonio de la lujuria que desposo a Lilith). El tercero es un leopardo sombrío, que se lleva se los jóvenes (entre los hebreos es equiparable al demonio Sidragasum/Bitru/Sytry, que tienta a los jóvenes al sexo) El cuarto es un terrible Shibbu, un lazo, que podemos vincular a los tornados (Samael en la mitología hebrea es el ángel de la muerte y el envenenamiento, amante de Lilith, lo identifican con el espíritu que se ocultó tras la serpiente para seducir a Eva; era representado empuñando una espada o un arco. Su nombre puede estar relacionado con la palabra del alfabeto hebreo samech, que se interpreta por ‘serpiente’ o con la palabra samiel o simún, que es el viento del desierto). El quinto es un furioso lobo, que no conoce el miedo (entre los hebreos Andras es un demonio con cabeza de búho, cuerpo desnudo de ángel alado, que cabalga sobre un lobo negro; es el espíritu de la ira y las discordias). El sexto va desenfrenado en contra de los dioses y no hablamos sino de la diosa Lamashtu o Labartu (en sumerio Dimme) un demonio femenino mesopotámico que luego fue asimilado por Lilith. Lamashtu era considerada hija de Anu, el dios del cielo, y a diferencia de sus compañeros demoníacos, ella hizo la maldad por su propia voluntad; seduciendo a los hombres, dañando a las mujeres embarazadas, a las madres y a los recién nacidos, bebiendo su sangre y causando la enfermedad y la muerte. Ella es en el mito mesopotamico compañera de nuestro último demonio, el séptimo descrito como una tormenta o viento maligno seco que arrastra a las plagas (langostas) no es sino el demonio Pazuzu.

Dos demonios de Mesopotamia tienen una estrecha relación con Lamashtu/Lilith; Alu era originalmente un demonio asexual, que se hizo en los atributos femeninos, pero más tarde se convirtió en un demonio masculino. Alu le gustaba de vagar las calles como un perro callejero por la noche y meterse en las habitaciones de las personas mientras dormían para aterrorizarlos. Se le describía como mitad humano y mitad demonio. En la tradición judía era llamado Ailo, y se decía que era una hija de Lilith, que ha tenido relaciones sexuales con un hombre. El otro demonio era Gallu, cuyo nombre era también utilizado como un término general o nombre múltiples demonios o de un grupo de ellos. Gallu aparece como Gello , Gylo o Gyllou en la mitología bizantina y es un demonio femenino que robaba a las madres los niños. Entre los Judíos, Gilû era considerado un nombre secreto para Lilith.

Mitos del oriente próximo (5) Los dioses de los vientos y las estrellas

En-Lil, dios del viento y las tormentas, se enamora de Sub (la primera hija de En-Ki), y viola a la chica, que era aun una niña, cuando se bañaba en el río desnuda. La ofensa provoca el destierro de En-Lil, que termina en el inframundo. Sub lo sigue y se encuentra con un portero en las puertas del infierno (En-Lil disfrazado). Ella le pregunta por su amo En-Lil y este le dice que no sabe donde está su señor; a lo que ella le responde que sus intenciones son, una vez que nazca ese primer hijo que lleva en el vientre de En-Lil, llenar su vientre con la semilla de su siervo (el portero).

Tras nacer en el infierno el dios Nannar, dios de la luna; Sub se acuesta tres veces con el portero. Su segundo hijo fue la contraparte del primer hijo de En-Lil, Ninurta; Nergal es el dios del calor, el viento del desierto y de la sequía que sopla del norte al sur; es el sol del seco verano. Nergal se le vincula al planeta Marte como a todo dios de la guerra. Y su medio hermano Ninurta al planeta Saturno es vinculado a la agricultura. Ninurta era llamado el arquero y como veremos luego está asociado a Sagitario.

El tercer hijo nacido de los amores en el infierno es un dios similar a Ninurta; es llamado Ishkur por sumerios y Adad por los semitas, su padre lo hará dios de los vientos de tormenta en las montañas y tras su regreso a los cielos lo enviará a las montañas. Ishkur/Adad desposa a la diosa de las semillas Shala y fruto de esa unión es En-Bilulu, señor de los ríos y canales, quien llena de agua al Tigres y al Eufrates. En-Bilulu, fue vinculado a la constelación de Tauro; la razón para ello es que el origen y equiparación a su padre, Ishkur/Adad, que era Teshub, dios de la tempestad de los hurritas (hititas) y que viajaba en las espalda de un toro, demostrando así la influencia de los hititas/huritas en la mitología de los caldeos.

La compañera oficial de Adad era Shala (Nidaba, Nisaba o Nanibgal), hija de En-Ki y Nin-Hursag. Ella era la diosa del grano y estaba asociada a la constelación de Virgo, más específicamente a su estrella Spica (la espiga de grano). Shala acompañaba en funciones de escribana a sus hermanas Nanshe, diosa de la justicia y Geshtinanna/Belili, diosa del otoño; que son hoy las estrellas brillantes Zubenelgenubi (α Librae) significa «pinza del sur» y Zubeneschamali (β Librae) «pinza del norte» de la hoy constelación de Libra.

Cuando finalmente En-Lil puede regresar al cielo, Sud y sus hijos lo acompañan; y se le permite a ambos contraer matrimonio; Sub es llamada a partir de entonces Nin-Lil, señora del viento. En-Lil fue asociado entonces al planeta Jupiter, como corresponde al rey de los dioses.

Nannar, conocido como Sin por los semitas, desposa a la diosa Nin-Gal, la gran reina y diosa de las cañas; de su unión nacerán Ereshkigal, la mayor, que se convertirá luego en reina del inframundo y los gemelos. El varón es Utu o Shamash como lo llaman los semitas, es dios del Sol y comparable al Apolo griego, no solo en belleza; sino que, al igual que su contraparte griega, todo lo ve y que tiene el poder de la adivinación; será es también dios de la justicia y es relacionado con la hoy constelación de Libra.


La hermana gemela de Utu/Shamash es conocida como Inanna en sumeria, Ishtar en babilonia, Astarté, Anat o Ashera entre fenicios y semitas, Astar en Etiopía, Anahit en la Armenia y Athar en Arabia. Inanna/Isthar era una diosa que combina atributos de Afrodita/Venus (diosa del amor), Demeter/Ceres (diosa de la fecundidad) y una versión femenina del dios Ares/Marte (como diosa de la guerra), era asociada al planeta Venus.

Por su aspecto de guerrera, es vinculada a Escorpio, al lado de su hermano Utu/Shamash, en Libra. Escorpio también se vincula al demonio Pabilsag (ser mitad hombre, mitad escorpión, que en algunas versiones es hijo de Enlil y Ninlil, y cuyo mito se fusionó al de Ninurta, y en otras es hijo de An/Anu y Tiamat, a semejanza o equiparable a En-Ki debía traer tributo a En-Lil). Pabilsag  junto al demonio Lararak (con forma entre humana y león y asociado a Leo), vigilan las puertas del infierno. Los demonios Lararak/Latarak y Lulal, ambos seres con cabeza de león también eran ubicados en las hoy constelaciones de Cetus (la ballena) y Eridanus (el río).

El último hijo de la pareja es Ishum; un dios del fuego; que se convertiría en el asistente y heraldo de su tío Nergal.

Para finalizar con los planetas, el pequeño Mercurio estaba asociado a Nabu, dios de la escritura; hijo de Marduk y Zarpanitu/Zarpanitum, diosa del nacimiento; que algunos asocian como una forma de Inanna/Ishtar, pero que tiene más relación con la diosa Nin-Ti.

El pez del norte de la actual constelación de Piscis era conocido como «la golondrina» fue asociada a Inanna/Ishtar, pero como era llamado «la señora del cielo«, podemos asumir que realmente estaba vinculada a Nin-Lil.

La gran diosa Ki/Antum fue asociada a la constelación de la Osa mayor, en realidad a la imagen de las siete estrellas que forman el «carro» de la constelación; la Osa menor, más pequeña pero por tener a la estrella Polar fue vinculada a An/Anu, quien reina en los cielos. Ambas constelaciones tuvieron también una connotación fúnebre, ambos eran carros funerarios que transportaban a los muertos.

La constelación del Águila fue vinculada a dios ave Anzu y en un mito se la relaciona con Sagitario. La constelación de Hidra (aquí conocida como la serpiente) se vinculó a Gizzida y el Cuervo sobre hidra sigue existiendo y picando a la serpiente, el cuervo era el animal del dios Ishkur/Adad, que pelea con la serpiente de la sequía y así trae las lluvias. Es por ello que el dios del amanecer Gizzida, es un dios infernal, ya que su animal es la serpiente y símbolo de la sequía y la muerte.

La hoy constelación de la Vela (que formaba parte del bote de los argonautas) se vinculó a la diosa Nin-Ki/Damkina. La popa del argos era un arco o un arquero (arquera realmente) asociado a la guerrera Ishtar; y el hoy gran cuadrado de Pegasus era un campo por arar y cultivar.

En-Ki fue identificado con Capricornio (los animales del dios eran la cabra —animal de los pastores— y el pez —de los pescadores—) y a la constelación de Acuario (cuando se volvió rey del Apsu), ambas constelaciones vinculadas con las lluvias del invierno y la llegada de la temporada de pesca en el río. Las aguas derramadas por Acuario llenaban los ríos y subían los peces, estos hoy la constelación del Pez austral y el pez del sur en Piscis.

En-Lil se ubica en la antípoda celeste de su rival y se le asocia a Cancer y a Leo —como corresponde al rey de los cielos—; también se vincula al dios con la constelación de Boyero; asociado así a las cosechas.

La constelación de Orión fue vinculada a Ninshubur, según el mito una compañera de Inanna/Ishtar que la ayudo a luchar contra los demonios enviados por En-Ki/Ea para recuperar las Me. —las pleyades siempre fueron vinculadas a siete demonios del inframundo—. Para los asirios Orión era un amante de la diosa guerrera, y era llamada la constelación «El Verdadero Pastor del cielo«, algo lógico con Aries (vinculado al dios pastor Dumuzi/Talmuz) y Tauro (vinculado a En-Bilulu) cerca como imágenes de ganado. En-Bilulu aparece en distintas versiones con distintos padres, en una primera es hijo de Enlil y Ninlil; así es hermano de Ninurta y Pabilsag; la segunda es hijo de Ishkur/Adad y Shala. En-Bilulu fue amante de Ereshkigal, cuyo primer esposo fue el toro Gugalana, quien era también una forma de Ishkur/Adad, por ello el mito de En-Bilulu (dios de los ríos y canales para los cultivos) se fusiona de alguna forma con el de Ninurta (dios de la agricultura) y el de Ishkur (dios de las tormentas de las montañas de la que bajan  los grandes ríos).

Se puede intentar también asociar a Orión con Marduk; dios agrícola que era amante de Inanna/Ishtar. Acompañando a Orión a sus pies tiene un gallo (hoy La Liebre) y nuestros modernos Can Mayor y Can Menor formaban un conjunto de arcos y flechas, confirmado el carácter guerrero de Orion.

La imagen de los sumerios nos muestra a un Orión que hala al toro (Tauro) ayudado por el pastor (Auriga) que arrastra el arado (Perseo); el surco dejado es Virgo, que era llamada «el surco del arado«, siendo su estrella Spica el grano sembrado por el labrador (Boyero).

Rodeando al labrador (Boyero) se encuentran el caballo (Casiopea), el lobo (El Dragón, su cabeza para ser exactos), la cabra (hoy la constelación de Lira) y el perro sentado (hoy Hércules), estas dos últimas constelaciones vinculadas a la diosa Gula, diosa de la salud y compañeras de Ninurta. En Perseo también se veía a un anciano, asociado a Enmesharra, un dios ancestral del inframundo.

La constelación de Géminis se asoció a los dioses Lugalgirra y Meslamtaea, dos gemelos que cuidaban las puertas del infierno; un poco hacían las veces de Dumuzi/Talmuz y Gizzida en el infierno; la constelación al final fue identificada con Nergal y su mujer Ereshkigal, reyes del submundo. La constelación del can menor eran otro grupo de gemelos, cuyo simbolismo no esta hoy claro.

Existían mitos vinculados a otras constelaciones modernas, tan cambiadas en apariencia que sería difícil de reconocer. Así rodeando al arquero (Ninurta), hoy Sagitario, hay bestias como el hombre-lobo (hoy el lobo y parte de Centauro) y el jabalí (la hoy constelación de Centauro), animal sagrado de Ninurta, la pantera (hoy parte de Cerfeo y el Cisne) que es el animal sagrado de Nergal y el venado (Andromeda), que surge a final de diciembre para indicar que ya paso lo peor del invierno. Entre el arquero (Ninurta) y la cabra y el perro sentado (Gula) se encuentra el dios sentado, mitad hombre, mitad serpiente (Ofiuco), que era un ser vinculado a los reinos de los vivos (hombre) y los muertos (serpiente); podríamos suponer que es Ninazu, guardián de la aguas de la vida y la muerte. A su lado Zababa, un dios menor de la guerra formado con la parte occidental de Ofiuco, y asociado también a Ninurta, dejado sagitario a Pabilsag, como un dios menor, mitad hombre-mitad caballo que viajaba a Níppur a dar regalos a En-Lil, y que fue padre de Dumuzi; osea, hablamos de En-Ki.

Antes de terminar se harán algunas aclaraciones. En la versión sumeria Ereshkigal e Isthar son hermanas de los dioses En-Ki, En-Lil y Nusku, siendo hijas de An/Anu; y Ishkur/Adad era visto por algunas leyendas como el hermano gemelo de En-Ki; señor de las lluvias regulares, distinto a En-Lil, señor de los vientos huracanados y de las tormentas.

Mitos del oriente próximo (6) El robo de las Me y la oportunidad de En-Ki

Las Me o tablas del destino, fueron el regalo de An/Anu a su hijo En-Lil cuando este asumió el cargo de rey de los dioses. En las Me se encontraban las normas y reglas para poder controlar el mundo y el poder de la palabra. Cada año todos los dioses se reunían en Níppur, ciudad acadia, que era el hogar de los dioses, donde gobernaba En-Lil y su hijo Ninurta (literalmente dios de Níppur). En este lugar cada año los dioses contaban los hechos del año anterior y decidían los planes del venidero.

Los dioses Nergal y Ninurta son dioses de guerras y batallas. Solían regresar a Níppur cargados con el botín de las guerras y acompañados de un enorme séquito. Nusku, visir de En-Lil, les indicaba sus sobrinos que moderaran su avance ya que la asamblea de dioses se siente abrumada por sus trofeos.

En una de estas fiestas, mientras En-Lil toma un baño, su siervo Anzu (literalmente «quien conoce los cielos»; también llamado En-Zu = Señor Sabio, o Imdugud; y representado como un hombre pájaro y era la personificación del viento del sur y las nubes de tormenta) espera, es la oportunidad que ha estado deseando. Posiblemente seducido por En-Ki, quien le ha hablado de las Me de En-Li, y sobre como quien las posea ostentará el titulo de rey de los dioses. Es demasiada tentación para el dios de Ur, ciudad ubicada al sur, vecina de la ciudad de Eridu, la ciudad donde reina En-Ki.

El astuto Anzu dio con la oportunidad cuando En-Lil se desvistió para meterse en la piscina en su baño diario, dejando descuidada las tablas. Anzu en la entrada del santuario había estado observando desde el comienzo del día. Cuando En-Lil se estaba lavando con agua pura, habiéndose quitado la corona y depositado en el trono, Anzu cogió en sus manos las tablas del destino y se las llevó; montando en Mu, una gran águila.

El efecto del robo fue tal que se suspendieron las «fórmulas divinas»; hubo quietud y el silencio se impuso, como en el Génesis de la Biblia la creación siempre se antepuso la frase «Y dijo Dios…»; sin las Me, En-Lil enmudeció. Los dioses de la tierra y el cielo se fueron reuniendo uno a uno ante las noticias. El asunto era tan grave que incluso se informó a An/Anu en su Morada Celestial. An/Anu indicó que Anzu tenía que ser capturado para que devolviera las fórmulas; pero cuál de los dioses lo haría.

Los de mayor valor y fuerza fueron convocados. Pero todos ellos señalaron que, al tener Anzu las tablas del destino, este podía convertirlos en arcilla. Entonces, En-Ki tuvo una gran idea: ¿Por qué no llamar a Ninurta para que acepte tan desesperado combate?

Los dioses reunidos se percataron de la ingeniosa sagacidad de En-Ki. Estaba claro que las posibilidades de que la sucesión cayera en su propia descendencia se incrementarían si Anzu era derrotado; pero también resultaría beneficiado si Ninurta resultaba muerto en el proceso.

Para sorpresa de los dioses, Nin-Hursag se mostró de acuerdo, y dirigiéndose a su hijo Ninurta, le explicó que Anzu no sólo le había robado a Enlil las tablas, sino también a él. En-Ki ayudó explicando a su sobrino como vencer a Anzu; ya que las Me protegían a su poseedor. En-Ki aconsejó a Ninurta que añadiera un til-lum (el rayo o relámpago) a sus armas, y que no disparara a Anzu, sino a las alas de Mu. Así se hizo y al ave cayo al Apsu (las aguas), Anzu fue capturado, pero las tablas del destino se encontraban ahora en el reino de las aguas subterráneas. La imagen de la lucha fue tan grande que se inmortalizó en los cielos, Sagitario (el arquero = Ninurta) lucha contra el Águila (Anzu sobre Mu).

El resultado tuvo dos logros para En-Ki; el primero Anzu fue desterrado y al no poder recobrar las Me, ahora enterradas en las profundidades del Apsu, Ninurta fue de alguna manera relegado por su padre por su incapacidad de recuperar las tablas. Pero ¿quién era Anzu?. Hay que ver esto desde un punto histórico. En el sur, la ciudad sumeria de Ur estaba creciendo y expandiendo su poder; algo que no toleró la ciudad de Níppur (ciudad de Ninurta y En-Lil), ayudada por la ciudad de Eridu (ciudad de En-Ki), una población la vecina de Ur. El dios de Ur era Nannar (hermano de Ninurta y segundo en la línea de sucesión real), queda claro así las razones de Anzu/Nannar, el primogénito del matrimonio oficial de su padre (En-Lil) con Nin-Lil; Ninurta a sus ojos, aunque hermano mayor era un bastado y no tenía derecho a heredar a su padre. Algunos especulan y afirman también que Zu significa sabio; An-Zu es conocedor del cielo; si a En-Zu, el señor sabio, se le invierten las palabras resulta Zu-En = Zuen = Sin, el dios lunar de los semitas.

La historia no termina aquí; según los mitos las peleas de los hijos de An/Anu y sus descendientes llegaron a ser tan bulliciosas que molestaron a los dioses primigenios; en especial a Apsu, quien le reclamó a su compañera Tiamat sobre hacer algo; a los que su consorte le respondió —No podemos destruir nuestra propia creación—.

Apoyado por Mummú (su hijo y visir), Apsu decide acabar con la creación y sigue por su cuenta y riesgo; pero En-Ki los descubre y usando su magia logra dormir a Apsu, en un sueño que casi parece muerte (desde entonces los ríos solo fluyen plácidos hasta el mar). Mummú es convertido en esclavo del dios En-Ki.

El reino acuático subterráneo de Apsu es ocupado por En-Ki con su mujer Nin-Ki/Damkina, convirtiéndose de príncipe de los dioses en la tierra a señor (rey) de las aguas dulces (los pozos, manantiales y ríos que surgen de la tierra) y En-Ki pasa a ser llamado por los semitas Ea, literalmente «Señor de las aguas»; es por ello que se asocia al dios más a las aguas que con la tierra y es por eso sus signos zodiacales son Capricornio (cabra = tierra + pez = aguas) y Acuario.

La razón que impulsaba a En-Ki a vencer y apoderarse del reino de Apsu era otra, tratar de recuperar las Me, quizás, y sólo quizás nunca hubo un intento de Apsu por acabar con los dioses y todo se trató de una estratagema de En-Ki para justificar y lograr apoderarse con el poder y las Me; algo que no logró ya que Apsu se las había entregado a su consorte Tiamat, cuando estas cayeron a su reino.

Un mito posterior cuenta lo siguiente: Cuando Ninurta captura a Anzu y le pide la devolución de la tablas, el dios se lamenta ante Ninurta de haberlas dejado caer en el abismo acuático (el Apsu), al haber sido atacado por Ninurta. Cuando se dirigen al Apsu para convencer al dios En-Ki/Ea de que devuelva las Tablas del Destino, En-Ki/Ea se niega. Por despecho, Ninurta insulta al visir de En-Ki/Ea, Isimud, un dios mensajero que era reconocido por poseer dos caras que miran hacia lados opuestos. En venganza por la grosería, En-Ki/Ea crea una tortuga gigante que ataca al joven dios mordiéndole en los dedos de los pies. Ninurta se defiende, pero En-Ki, con su magia, abre un hoyo en que caen él y su atacante. Sólo las súplicas de la madre de Ninurta, Nin-Hursag, convencen a En-Ki/Ea para que lo libere; pero Ninurta no recupera las Me.

Mitos del oriente próximo(9) La reina de los infiernos

Los mitos señalan que Ereshkigal tuvo por primer marido en Kur a Gugalana, literalmente «toro (gu) enorme (gal) del cielo (an)» y que representaba a la constelación de Tauro; constelación que es identificada con En-Nugi o En-Bilulu, dios de los diques y canales, asociado a Ishkur/Adad, quien lo puso a vigilar el volumen de agua que pasa del Apsu a los ríos Tigres y Eufrates,  y a Ninurta dios de la agricultura que dependía de esos canales para sus cultivos.

Ishkur es asimilado a Teshub por los filisteos y desposa a la diosa de la luz Arianna de estos pueblos de la montañas; fue la forma de unir la tradición sumeria a la indoeuropea. En los mitos mesopotamicos se tiene, sin embargo, que el dios Ishkur/Adad desposará finalmente a la diosa Shala, diosa de los granos; Adad trae las lluvias que fertilizan a la tierra; por su parte Utu/Shamash toma por compañera a la diosa Sherida, una diosa de la luz que sería equiparable a la diosa solar de Arianna de los hititas; pero que al ser absorbida por los semitas se le llamó Aya y era una diosa menor vinculada a las aguas. En la mitología de India el dios solar del panteón hindú es Surya y su compañera es Sharaniá, una diosa secundaria de las nubes. La comparación homófonas entre Sherida y Sharaniá y que ambas sean esposas del sol nos da un indicativo de que Sherida/Aya tiene raíz indoeuropea y se trata de una diosa que representa a las nubes. Es por ello que en la versión fenicia, Moth (el sol, calor y sequía) y Baal (las tormentas, lluvia y fertilidad) rigen un baile alterno de ciclos anuales, donde Astarte anda con ambos dioses; el mito hitita – sumerio había evolucionado dentro de los pueblos semitas adaptándose a las condiciones locales.

¿Qué paso con Ereshkigal? Bueno, ella permaneció en Kur, y se volvió la reina del lugar, peleo por su cuenta contra demonios y fantasmas, al fin de al cabo era igual que su hermana menor Inanna/Ishtar, una diosa guerrera. Tampoco estuvo sola mucho tiempo, entre sus amantes se encuentran Erra, demonio de las guerras y la peste; y Ninazu, hijo de Ninurta, dios de la agricultura, Gugalana/En-Nugi o En-Bilulu, dios de los diques y canales, y el propio Ishkur/Adad.

Ninazu habitaba en el Kur y vigilaba las fuentes de las agua de la vida y la muerte. Hijo de esta aventura nacerá el dios Gizzida o Hubishag, dios del amanecer, quien abre las puertas del Kur para que Utu pueda volver a recorrer todos los días el cielo. Al ser Gizzida dios del amanecer no hace más que confirmar que Ereshkigal, su madre, era la diosa de la noche.

Gizzida, descendiente de la rama de los dioses de la salud y la medicina, desposa a la hermana de Dumuzi, la diosa Dazima, otra diosa de la salud; juntos fueron representados como dos serpientes entrelazadas; es la primera imagen del moderno caduceo, símbolo de Hermes/Mercurio, dios del comercio y asociado por error de los norteamericanos con el báculo de Asclepio, dios de la medicina que tiene una sola serpiente; aunque con lo cara que es la medicina moderna se puede suponer que no hubo error por parte de los pragmáticos estadounidenses.

Las antiguas tablillas de barro cuentan que en una de las reuniones anuales de los dioses, Ereshkigal no podía asistir, muy ocupada con sus deberes en Kur; y envía a su visir Nantar, cuyo nombre se traduce en «destino» y que era el dios de la muerte, las pestes y enfermedades, a subir a la tierra y buscar su parte de los servicios.

La presencia de Nantar en el palacio real fue algo que cerró la boca de todos los presentes. Nantar es descrito como un ser sin pies, ni manos y sin boca para hablar o comer. Rápidamente los dioses hacen espacio y preparan la parte de la cena real que corresponde a Ereshkigal; todos se levantan y se inclinan ante Nantar, en respeto, mientras el demonio se ubica en el puesto de su señora; todos menos Nergal. Nantar al ver la falta de respecto del dios se levanta de la silla destinada a su señora y se retira.

La asamblea de los dioses conoce lo que se les viene encima, la ofensa de Nergal a Nantar es una ofensa directa a Ereshkigal. Nergal es obligado a llevar al Kur los tributos destinados y para pedir perdón a la diosa. Antes de partir, En-Ki le llamó y le dijo a su sobrino:

no aceptes un asiento en el Mundo de los Muertos, ni comas de sus alimentos, no bebas de sus vinos, no te bañes y, lo más importante, resiste a la tentación de unirte con Ereshkigal, aún siendo ella tan hermosa—.

Acompañado por siete escorpiones, representaciones de plagas, y cargando un trono hecho de roble y oro, como presente para la diosa. Nergal llega hasta Kur, pasa por sus siete puertas y se presenta ante el salón del trono con los obsequios para la diosa. Nergal era un dios guerrero; dios de la caza y la guerra, apuesto como corresponde a un príncipe de los cielos, y Ereshkigal no era una santa si nos entendemos; ella no pretende dejar de pasar la oportunidad de incluir entre sus conquistas a tan apuesto dios. Ereshkigal le ofreció un asiento, el dios se rehusó. Le trajo comida y bebida, pero también las rechazó. Le ofreció la diosa un baño para limpiarse de tan largo viaje, pero también se negó. Entonces, fue Ereshkigal quien tomo un baño y Nergal vio su cuerpo; él quiso resistirse, pero cuando la diosa se dejó ver nuevamente, al salir del agua, hasta ahí aguanta aun hombre.

Fueron seis días y seis noches de pasión; pero al séptimo Nergal agarró sus ropas y regresó al mundo de los vivos. Al despertar sola, la diosa explotó, sus siervos corren y se ocultan, la furia de la diosa estremece todo Kur. Nantar vuelve a subir a la tierra de los vivos y al cielo; el mensaje de la diosa es claro y simple:

Nunca he pedido nada, pero si Nergal no vuelve reviviré a todos los muertos y estos llenaran el mundo de los vivos—.

An/Anu ordena el regreso de Nergal; acompañado —vigilado— por Kakka, el heraldo de An/Anu. Nergal no está dispuesto a atender los caprichos de una mujer y al entrar en el salón del trono agarra por los cabellos a la diosa, arrastrándola fuera del trono. Como guerrera que ha vencido a demonios y monstruos del Kur, ella contraataca; entre golpes y sangre la pareja cubre todo el palacio, que retumba con los impactos; los demonios buscan grietas para desaparecer ante tanta destrucción; finalmente en el piso ambos dioses se retuercen en su lucha y un fuerte beso sella su destino. Nergal se convierte en el rey de los infiernos y comparte ahora el trono con Ereshkigal. Nergal es ahora conocido como Erra, demonio de las guerras y señor de las pestes.

De los amores de Nergal y Ereshkigal nacerá el dios Neti, quien se vuelve el portero principal de los infiernos. Los otros seis porteros del infierno son: Kishar, Endashurimma, Enurulla, Endukuga, Endushuba, Ennugigi. Neti, también llamado Nedu, cumplía para sus padres funciones similares a su primo Nabu, era el escriba y heraldo del consejo de dioses infernales.

Los infiernos tuvieron su propio consejo real; siete dioses lo conformaron: Nergal y Ereshkigal, señores de los infiernos; Gugulana (El Toro del Cielo —En-Nugi/En-Bilulu), primer consorte de Ereshkigal. Namtar, el visir del inframundo; Gizzida, hijo de Ereshkigal y dios del amanecer; Ninazu, quien cuida las fuentes de las aguas de la vida y la muerte y Neti, señor de las puertas.

Se cuenta que en los tiempos de Marduk, agobiado por sus nuevas funciones,  es convencido por Erra de tomar unas vacaciones. Erra queda encargado del trono celeste y aprovecha la oportunidad para armar la guerra y disputa entre las ciudades; su meta provocar la caída de Babilonia; Ishum, hermano menor de Nergal y un dios del fuego reemplazó en funciones a Nusku, hermano y visir de En-Lil cuando asume Marduk el trono de rey de los dioses. Ishum debe hacer para Erra de heraldo, pero logra confundir los mensajes logrando que Babilonia se imponga en las nuevas disputas; al regreso de Marduk de sus vacaciones encuentra a su ciudad con mayor fuerza y poder y felicita al no tan contento Erra por su buen trabajo.

Howard Phillips Lovecraft inspiró mucha de su obra en los dioses de Babilonia y Nínive;  el más famoso es Cthulhu. No existe este dios en la mitología de la región, pero si hay una ciudad llamada Kutha o Cutch, que era la ciudad de Nergal, dios de las pestes y plagas. También entre los pueblos fenicios existe el culto terrible a Moloch, que era muy extendido en la colonia fenicia de Cartago, en la actual Túnez, la ciudad rival de la Roma antigua.  Según los historiadores a Moloch se sacrificaban niños lanzándolos a crisoles de fuegos y llamas ardientes; donde el sonido de fuertes tambores acallaban los gritos de los padres y de las victimas.  El dios Moloch al que se sacrificaban las victimas inocentes eran posiblemente el dios Moth, dios de la muerte cananita, o su equivalente en la ciudad de fenicia de Tyro, el dios  Melkart; incluso se puede vincular con el dios de los amonitas llamado Milcom. En Babilonia a Nergal se la daba el título de Malik, que significa «señor o rey», podemos asumir quien inspiró a tan horrible dios y el por que ha pasado a formar parte de los catálogos de la Demonología.