El planeta X, el mundo nunca encontrado

En la década de 1840, el matemático francés Urbain Le Verrier utiliza la mecánica newtoniana para analizar las perturbaciones en la órbita de Urano, y plantea la hipótesis de que eran causadas por el tirón gravitacional de un planeta aún por descubrir. Le Verrier predijo la posición de este nuevo planeta y envió sus cálculos al astrónomo alemán Johann Gottfried Galle. El 23 de septiembre de 1846, la noche siguiente a su recepción de la carta, Galle y su estudiante Heinrich d’Arrest descubrieron Neptuno, exactamente donde Le Verrier había predicho; ello era un gran logro para la mecánica de Newton. Pero aún quedaban algunas pequeñas discrepancias en las órbitas de estos dos nuevos gigantes gaseosos. Estas fueron tomadas como indicios para indicar la existencia de un nuevo planeta orbitando más allá de Neptuno.

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Pero incluso antes del descubrimiento de Neptuno, algunos ya especulaban de que un planeta por sí solo no era suficiente para explicar la discrepancia original de Urano. El 17 de noviembre de 1834, un astrónomo aficionado británico, el reverendo Thomas John Hussey, informó de una conversación que había tenido con el astrónomo francés Alexis Bouvard. Hussey señaló en conversación con Bouvard sobre el movimiento inusual de Urano; este último señalaba que había mantenido correspondencia con Peter Andreas Hansen, director del Observatorio Seeberg (Suiza), sobre el tema; en opinión de Hansen un solo cuerpo no podía explicar adecuadamente el movimiento de Urano, y proponía que dos planetas existían más allá de Urano.

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En 1848, Jacques Babinet propuso una observación con los cálculos de Le Verrier, alegando que la masa observada de Neptuno era más pequeña y su órbita más grande que la que Le Verrier había predicho inicialmente. Postuló así que otro planeta de aproximadamente doce veces la masa terrestre, al que llamó ‘Hyperion‘, debía existir más allá de Neptuno. Le Verrier rebatió la hipótesis de Babinet, diciendo: —No hay absolutamente nada en lo que se podría determinar la posición de otro planeta, salvo supuestos juegos en una imaginación en parte demasiado grande—.

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En 1879, Camille Flammarion señaló que los cometas 1862 III y 1889 III tenían un afelio de 47 y 49 UA, respectivamente, lo que sugería que podría marcar el radio de la órbita de un planeta desconocido que los había arrastrado a una órbita elíptica. El astrónomo Georges Forbes llegó a similar conclusión, basándose en el hecho de que cuatro cometas conocidos poseían afelios alrededor de 100 UA y otros seis con afelios en torno a las 300 UA, postulando no uno, sino dos planetas, debían existir más allá de Neptuno. Estos elementos concordaban sugestivamente con las realizadas de forma independiente por otro astrónomo llamado David Peck Todd, lo que sugería que la afirmación podría ser válida. Sin embargo, los escépticos argumentaron que las órbitas de los cometas en cuestión eran aún demasiado inciertas como para producir resultados significativos.

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En 1900 y 1901, el Observatorio de Harvard director William Henry Pickering dirigió dos búsquedas de planetas más allá de Neptuno. La primera fue iniciada por el astrónomo danés Hans Emil Lau quien, después de estudiar los datos sobre la órbita de Urano desde 1690 hasta 1895, llegó a la conclusión de que un planeta trans-neptuno por sí solo no podría explicar las discrepancias en su órbita, y postuló que dos planetas, en su opinión, eran los responsables. La segunda busqueda se inició cuando Gabriel Dallet sugirió que un solo planeta trans-Neptuno ubicado a 47 UA podría explicar el movimiento de Urano. Pickering acordó examinar las placas para cualquier planeta sospechoso. En ninguno de los casos se encontró ninguno.

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Ya desde 1894 Percival Lowell un rico bostoniano, con la ayuda de William Pickering, había fundado el Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona. En 1906 Lowell estaba convencido de que podía resolver el enigma de la órbita de Urano y comenzó un amplio proyecto para buscar un planeta trans-Neptuno, que llamó Planeta X. (La ‘X’ en el nombre representa una incógnita y se pronuncia como la letra, sin comparación con el número romano para 10; en ese momento, el Planeta X habría sido el noveno planeta). Esperanza de Lowell en la búsqueda del Planeta X era re-establecer su credibilidad científica, que lo había eludido gracias a su creencia ampliamente ridiculizada de que características visibles en la superficie de Marte eran canales construidos por una civilización inteligente (idea que dio origen a obras de ciencia ficción como las aventuras de John Carter en Marte de Edgar Rice Burroughs, el mismo autor de Tarzan). Lowell primero centró su búsqueda en la eclíptica, el plano que abarca el zodiaco donde los otros planetas del Sistema Solar giran. Utilizando una cámara fotográfica de 5 pulgadas, examino manualmente más de 200 exposiciones de tres horas con una lupa, y no encontró planetas; en ese momento Plutón, por su elevada inclinación estaba muy por encima de la eclíptica para entrar en las fotos.

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Por otra parte, en 1908, Pickering anunció que, mediante el análisis de las irregularidades en la órbita de Urano, había encontrado evidencia de un noveno planeta. Su planeta hipotético, que calificó de ‘Planeta O‘ (debido a la letra que sigue después de ‘N’, es decir, Neptuno), poseía un radio medio orbital de 51,9 UA y un periodo orbital de 373,5 años. Pero en las placas tomada en su observatorio en Arequipa, Perú, no encontró ninguna evidencia para el planeta predicho, y el astrónomo británico P. H. Cowell reveló que las irregularidades observadas en la órbita de Urano prácticamente desaparecían una vez que el desplazamiento del planeta de longitud se ha tenido en cuenta. Lowell, a pesar de su estrecha asociación con Pickering, desestimó ‘Planet O‘, diciendo: —Ese planeta está muy bien en denominarse ‘O’, una forma de decir ‘cero’, o que no es nada en absoluto—. Sin saberlo Pickering, en cuatro de las placas fotográficas tomadas en la búsqueda de ‘Planeta O‘ por los astrónomos del Observatorio de Monte Wilson en 1919 capturaron imágenes de Plutón, aunque esto fue sólo reconocido años más tarde. Pickering llegó a sugerir muchas otros posibles planetas trans-Neptuno hasta el año 1932, a los que llamó P, Q, R, S, T y U, ninguno se detecto nunca.

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En 1909, Thomas Jefferson Jackson See, un astrónomo con una reputación de ser un egocéntrico, opinó que —sin duda hay uno, probablemente dos, y posiblemente tres planetas más allá de Neptuno—. Tentativamente nombró al primer planeta ‘Oceano‘, no dio nombre para los siguientes dos, y los colocó a distancias respectivas de 42, 56 y 72 UA del sol; pero no dio ninguna indicación en cuanto a la forma en que determino su existencia, y no hubo búsquedas conocidas para localizarlos.

En 1911, el astrónomo indio Venkatesh P. Ketakar sugiere nuevamente la existencia de dos planetas tras-Neptuno, que él nombró ‘Brahma‘ y ‘Vishnu‘, al volver a trabajar en los patrones observados por Pierre-Simon Laplace en los satélites planetarios de Júpiter y su extrapolación a los planetas exteriores. Las tres lunas internas galileanas de Júpiter: Io, Europa y Ganímedes, están enfrascadas en una complicada 1:2:4 resonancia, que se denomina Resonancia de Laplace, y que se caracteriza porque nunca se puede producir una triple conjunción. Ketakar sugerió que Urano, Neptuno y sus hipotéticos planetas trans-Neptuno estaban encerrados en resonancias laplacianas. Aunque no está claro cómo Ketakar llego a estas cifras, Sus cálculos predijeron una distancia media de ‘Brahma‘ de 38,95 UA y un periodo orbital de 242,28 años terrestres (3:4 resonancia con Neptuno), pero no hizo predicciones sobre la distancia media y periodo de ‘Vishnu‘. Cuando Plutón fue descubierto 19 años después, su distancia media de 39,48 UA y un período orbital de 248 años de la Tierra estaban cerca de predicción de Ketakar (Plutón en realidad tiene un 2:3 resonancia con Neptuno); pero su segundo planeta, ‘Vishnu‘, nunca fue localizado.

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Para 1914, después de revisar sus pronosticadas posibles ubicaciones, Lowell realizó una segunda búsqueda entre 1914 hasta 1916. En 1915, publicó en su trabajo sobre un planeta trans-Neptuno, donde concluía que el Planeta X tendría una masa aproximadamente siete veces la masa terrestre, aproximadamente la mitad de la masa de Neptuno y se ubicaba a una distancia media del Sol de 43 UA. Asumió que el Planeta X sería un objeto baja densidad (como los otros gigantes gaseosos) y con un alto albedo. Como resultado tendría un disco con un diámetro de aproximadamente un segundo de arco y una magnitud aparente de entre 12 y 13 lo suficientemente brillante para ser vistos con los equipos existentes en la época.

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Muerte súbita de Lowell en 1916 suspendió temporalmente la búsqueda del Planeta X. El no encontrar el planeta, según un amigo, —casi lo mató—. Constanza Lowell, la viuda de Percival Lowell, posteriormente envolvió el observatorio en una larga batalla legal para asegurar su porción del millón de dólares de la herencia de Lowell para sí misma, lo que significa que la búsqueda del Planeta X no pudo reanudarse durante varios años. En 1925, con fondos de George Lowell, hermano Percival, el observatorio cambió sus discos de vidrio por nuevos de trece pulgadas, lo que permitió para continuar la búsqueda. En 1929, el director del observatorio, Vesto Melvin Slipher, sumariamente entregó la tarea de localizar al planeta a Clyde Tombaugh, un chico de 22 años de edad, de una granja de Kansas que acababa de llegar en el Observatorio Lowell después de Slipher había quedado impresionado por una muestra de sus dibujos astronómicos.

Tombaugh tuvo la tarea era capturar sistemáticamente secciones del cielo nocturno en pares de imágenes. Cada imagen de cada un par se tomaba con dos semanas de diferencia. Se colocan entonces las dos imágenes en una máquina llamada de parpadeo, que crea rápidamente la ilusión del movimiento de cualquier cuerpo planetario. Para reducir las posibilidades de que un rápido movimiento (y por tanto más cerca) el objeto se confundiese con el nuevo planeta, Tombaugh fotografió cada región cercana de su punto de oposición, a 180 grados del Sol, donde el movimiento aparente retrógrado de objetos más allá de la órbita de la Tierra es más fuerte. También tomó una tercera imagen como un control para eliminar los resultados falsos causados por defectos en una placa individual. Tombaugh decidió fotografiar todo la franja del zodiaco, en lugar de centrarse en aquellas regiones sugeridas por Lowell.

A principios de 1930, la búsqueda de Tombaugh había llegado a la constelación de Géminis. El 18 de febrero de 1930, después de buscar durante casi un año y examinar cerca de 2 millones de estrellas, Tombaugh descubrió un objeto moviéndose en las placas fotográficas tomadas el 23 de enero y 29 de enero de ese año. Una fotografía de menor calidad tomada el 21 de enero confirmó del movimiento. Tras la confirmación, Tombaugh entró en el despacho Slipher y declaró: —Doctor Slipher, he encontrado su Planeta X—. El objeto estaba a solo seis grados de una de las dos ubicaciones para el Planeta X que Lowell había sugerido; por lo que parecía que por fin se había reivindicado. Después de que el observatorio obtuvo fotografías más confirmatorias, la noticia del descubrimiento fue telegrafiado al Observatorio del Harvard College el 13 de marzo de 1930. El nuevo objeto fue posteriormente pre-descubierto en las fotografías que se remontan al 19 de marzo de 1915. La decisión de nombrar el objeto Plutón estaba destinado en parte para honrar a Percival Lowell, según sus iniciales formaban la palabra las dos primeras letras. Después de descubrir Plutón, Tombaugh continuó buscando en la eclíptica otros objetos distantes. Encontró cientos de estrellas variables y asteroides, así como dos cometas, pero no más planetas.

Pero Plutón no era como se esperaba, para decepción del observatorio y sorpresa de muchos, Plutón no mostró un disco visible, sino que aparece como un punto, no es muy diferente de una estrella, con una magnitud 15, ello era seis veces menos brillante que lo que Lowell había predicho, lo que significaba que era muy pequeño o muy oscuro. Los astrónomos pensaron entonces para apoyar la ideas de Lowell que Plutón debía ser muy masivas para perturbar los planetas y que tendría un albedo de 0,07 (es decir, que refleja sólo el 7% de la luz que lo golpeaba), casi tan oscuro como el asfalto y similar a la de Mercurio, el planeta menos reflectante conocido; ello apoyaba el nombre asignado a Plutón, que era el dios del inframundo y la oscuridad. Bajo esta premisa se daba a Plutón un diámetro de unos 8.000 kilómetros, o aproximadamente el 60% de la Tierra.

Las observaciones también revelaron que la órbita de Plutón es muy elíptica, mucho más que para cualquier planeta. Ello hizo que algunos astrónomos expresaran su escepticismo por los resultados. Poco después de su descubrimiento en 1930, Armin O. Leuschner disputó el status de Plutón, sugiriendo que por su oscuridad, excentricidad orbital e inclinación, era de hecho más similar a un asteroide o un cometa. En 1931, Ernest W. Brown afirmó, usando una fórmula matemática, que las irregularidades observadas en la órbita de Urano no podía ser debido al efecto gravitacional de un planeta más distante, y por lo tanto la predicción de Lowell era ‘puramente accidental’.

A lo largo del siglo XX, las estimaciones de la masa de Plutón fueron revisadas, y siempre a la baja. En 1931, Nicholson y Mayall calcularon su masa, basado en su supuesto efecto sobre los gigantes de gas, para 1949, las mediciones del diámetro de Plutón llegaban a la conclusión de que era de la mitad de tamaño entre Mercurio y Marte, y que su masa era más probable de alrededor de 1/10 masas de la Tierra. En 1976, Dale Cruikshank, Pilcher Carl y David Morrison, de la Universidad de Hawai, analizaron el espectro de la superficie de Plutón y determinó que éste debía contener metano helado, lo cual es muy reflectante. Esto significó que Plutón, lejos de ser oscuro, era de hecho excepcionalmente brillante, por lo que probablemente no era más que la masa de la Tierra 1/100.

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Tamaño de Plutón se determinó finalmente de forma concluyente en 1978, cuando el astrónomo estadounidense James W. Christy descubrió su luna Caronte. Esto le permitió, junto con Robert Sutton Harrington del Observatorio Naval de los EE.UU., para medir la masa del sistema Plutón-Caronte directamente al observar movimiento orbital de la luna alrededor de Plutón. Se determinó la masa de Plutón era de 1,31 × 1022 kg; aproximadamente un quinto centenario de la Tierra o una sexta parte la de la Luna, demasiado pequeño para explicar las discrepancias observadas en las órbitas de los planetas exteriores. La predicción de Lowell había sido solo una coincidencia; y si había un Planeta X, no era Plutón definitivamente.

Estimaciones de tamaño para Plutón

Año Masa Autor
1931 1 Tierra Nicholson & Mayall
1948 0,1 (1/10 Tierra) Kuiper
1976 0,01 (1/100 Tierra) Cruikshank, Pilcher, y Morrison
1978 0,002 (1/500 Tierra) Christy & Harrington

Después de 1978, una serie de astrónomos iniciaron una nueva búsqueda del Planeta X de Lowell, convencidos ya de que Plutón no es un candidato viable, un décimo planeta invisible debía perturbar a los planetas exteriores. Entre las décadas de 1980 y 1990, Robert Harrington lideró una búsqueda para determinar la causa real de las aparentes irregularidades. Calculo que el Planeta X estaría aproximadamente tres veces la distancia de Neptuno al Sol, su órbita sería muy excéntrica, y fuertemente inclinada en la eclíptica, en un ángulo de 32 grados con respecto al plano orbital de los planetas conocidos. Esta hipótesis fue recibida con una recepción mixta. Por otra parte Brian Marsden, del Centro de Planetas Menores de la Universidad de Harvard era más escéptico y señala que estas discrepancias eran cien veces más pequeñas que las anotadas por Le Verrier, y fácilmente podría ser debido a un error de observación de la época.

Mientras que su misión no implicaba una búsqueda del Planeta X, el observatorio espacial IRAS llegó a los titulares brevemente en 1983 debido a un ‘objeto desconocido’ que al principio fue descrito como ‘posiblemente tan grande como el planeta gigante Júpiter y posiblemente tan cerca que sería parte de este Sistema Solar’. Un análisis más detallado reveló que varios de los objetos no identificados, nueve eran galaxias distantes y el décimo fue ‘cirrus interestelar’, y no se encontraron cuerpos dentro del Sistema Solar

En 1988, A. A. Jackson y R. M. Killen estudiaron la estabilidad de la resonancia con Neptuno Plutón mediante la colocación de prueba de un ‘Planeta X‘ con diferentes masas y a varias distancias de Plutón. Órbitas de Plutón y Neptuno están en una resonancia 3:2, lo que evita la colisión o incluso cualquier acercamiento, a pesar de su separación en el eje z. Se encontró que la masa del objeto hipotético tenía que superar 5 veces la masa terrestre para romper la resonancia, y el espacio de parámetros es bastante grande y una gran variedad de objetos podrían existir más allá de Plutón, sin alterar la resonancia.

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Harrington murió en enero de 1993, sin haber encontrado el Planeta X. Seis meses antes, E. Myles Standish había utilizado los datos de la Voyager 2 de 1989 al sobrevolar Neptuno, había revisado la masa total del planeta a la baja en un 0,5%, una cantidad comparable a la masa de Marte, para volver a calcular su efecto gravitatorio sobre Urano. Cuando está recién determinada masa de Neptuno se utilizó en el Jet Propulsion Laboratory de Desarrollo Efemérides (JPL DE), las supuestas discordancias de la órbita de Urano desaparecieron, y con ellas la necesidad de un Planeta X para explicarlas también desapareció. No existen discrepancias en las trayectorias de las sondas espaciales como la Pioneer 10, Pioneer 11, Voyager 1 y Voyager 2 que se puedan atribuir a la atracción gravitatoria de un gran objeto desconocido en el Sistema Solar exterior. Hoy en día, la mayoría de los astrónomos están de acuerdo en que el Planeta X, como Lowell lo definió, no existe.

Después del descubrimiento de Plutón y Caronte, no hubo más objetos trans-Neptuno (TNO) hasta que se encontró (15760) 1992 QB1 en 1992. Desde entonces, cientos de estos objetos han sido observados. La mayoría son ahora reconocidos como parte del cinturón de Kuiper, un enjambre de cuerpos congelados sobrantes de la formación del Sistema Solar que orbitan cerca del plano de la eclíptica más allá de Neptuno. Aunque ninguno fue tan grande como Plutón, algunos de estos distantes objetos transneptunianos como Sedna, fueron descritos inicialmente en los medios de comunicación como ‘nuevos planetas’.

En 2005, el astrónomo Mike Brown y su equipo anunciaron el descubrimiento de 2003 UB 313 (más tarde llamado Eris por la diosa griega de la discordia y la contienda), un objeto trans-Neptuniano cuyas primeras lecturas lo ponían apenas más grande que Plutón. Poco después la prensa describió al objeto como el ‘décimo planeta’. Eris nunca fue clasificado oficialmente como un planeta, y la definición de planeta de 2006 redefinió tanto a Eris como a Plutón no como planetas, sino como planetas enanos porque no han limpiado sus órbitas, ya que ambos forman parte de una población de objetos de tamaño similar.

Un número de astrónomos, especialmente Alan Stern, el director de la misión NASA, New Horizons (Nuevos Horizontes) que viaja a Plutón, sostienen que la definición de la IAU es errónea, y que Plutón y Eris, y todos los grandes objetos transneptunianos, como Makemake, Sedna, Quaoar y Varuna, deben ser considerados planetas en su propio derecho. Sin embargo, el descubrimiento de Eris no revivió la teoría del Planeta X, ya que era demasiado pequeño como para tener efectos significativos en las órbitas de los planetas exteriores.

Planeta X_

Aunque la mayoría de los astrónomos aceptan que Planeta X de Lowell no existe, algunos de ellos han revivido la idea de que un gran planeta invisible que podría crear efectos gravitacionales observables en el Sistema Solar exterior. Estos objetos hipotéticos se refieren a menudo como ‘Planeta X’, aunque el concepto de estos objetos puede diferir considerablemente de la propuesta por Lowell. Así se tiene que el cinturón de Kuiper termina de repente, a una distancia de 48 unidades astronómicas (UA) del Sol (en comparación, Neptuno se encuentra 30 UA del Sol), y ha habido cierta especulación de que esta repentina bajada, conocido como el ‘acantilado Kuiper‘, puede atribuirse a la presencia de un objeto con una masa entre la de Marte y la Tierra situado más allá de 48 UA. Pero la presencia de un planeta como Marte en una órbita circular a 60 AU es incompatible con las observaciones de los TNO; ya que afectarían severamente la población de Plutinos. Pero los astrónomos no han excluido la posibilidad de un objeto con una mayor masa a la Tierra como planeta situado más allá de 100 UA con una excéntrica e inclinada órbita. Las simulaciones por ordenador de Patryk Lykawka de la Universidad de Kobe han sugerido que un cuerpo con una masa entre 0,3 y 0,7 la de la Tierra, expulsado hacia el exterior por Neptuno a principios de la formación del Sistema Solar y que en la actualidad tiene órbita alargada entre 101 y 200 UA desde el Sol, podría explicar el acantilado Kuiper y los peculiares objetos separados del cinturón de Kuiper tales como Sedna. Algunos astrónomos han apoyado con precaución estas afirmaciones, otros los han tachado de ‘artificial’. Algunos señalan argumentos de simple probabilidad; si la órbita de Sedna de 12000 años es tan excéntrica que es sólo visible durante una pequeña fracción de su periodo orbital alrededor del Sol, o sea que su descubrimiento fue un simple accidente, es probable que haya una población considerable de objetos más o menos del diámetro de Sedna que aún no se han observado. Mike Brown, descubridor de Sedna, señalaba en 2007 que Sedna es sólo tres cuartas partes del tamaño de Plutón. Si hay al menos sesenta objetos de las tres cuartas partes del tamaño de Plutón, entonces probablemente hay cuarenta objetos del tamaño de Plutón… Si hay cuarenta objetos del tamaño de Plutón, entonces hay probablemente diez que son el doble del tamaño de Plutón. Probablemente hay tres o cuatro que son tres veces más grande que Plutón, y el más grande de estos objetos… es probablemente del tamaño de Marte o de la Tierra.

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textos originales aquí

Lunas de Urano (3) Ariel y Umbriel y ‘El rizo robado’

Las siguientes dos grandes lunas de Urano reciben el nombre de Ariel y Umbriel, dos criaturas feéricas de la obra ‘El rizo robado’ de Alexander Pope (considerado uno de los tres grandes escritores ingleses, después de William Shakespeare y Lord Alfred Tennyson), su poema satiriza un incidente menor comparándolo con la obras épicas como la Iliada, la Odisea y la Eneida.

Para ubicar la obra hay que remitirse al momento histórico en que ocurrió el incidente, que hoy ha sido llevado a novela histórica de la mano de la escritora australiana Sophie Gee con el nombre de ‘El escándalo de la temporada’ (2009). Es el año 1711, han pasado dos siglos desde que Enrique VIII disolvió los monasterios y despojó a la Iglesia católica de sus bienes. Inglaterra dejó de ser un país católico para convertirse en protestante. La lucha de poder entre ambos grupos religiosos se mantenía aún, no tan seria y fuerte como fueron en la época Isabelina, pero la reina Ana —protestante, aunque descendiente de los Estuardo— no tiene herederos visibles y los católicos (jacobinos) tratan de restablecer en el trono a rey Jaime III, que en ese entonces vivía exiliado en Francia. En esa precaria paz, donde no dejan de tejerse conspiraciones para derrocar a la reina protestante Ana y colocar en su lugar al candidato católico; Londres bulle de actividad; con bailes de máscaras, tertulias en los cafés, representaciones de ópera, y a ella llega proveniente del campo Alexander Pope, un joven con graves taras físicas dispuesto a convertirse en un poeta de éxito. Allí, además de codearse con artistas como el escritor Jonathan Swift (autor de ‘Los viajes de Gulliver’) o el pintor Charles Jervas, será testigo de excepción de la seducción de que fue objeto la bella Arabella Fermor por parte de Lord Robert Petre, y que le serviría para escribir una de sus obras más famosas a sugerencia de su buen amigo John Caryll.

Señala la autora de la novela, que realizó su tesis doctoral sobre la lujuria, sociedad y sátira en la literatura del siglo XVIII; que Alexander Pope se convirtió en efecto en el poeta más famoso de Inglaterra. La versión de ‘El rizo robado’ publicada en 1714 vendió 3000 ejemplares en la primera semana de su publicación y hasta hoy es un texto obligado en el programa universitario actual de filología inglesa. Fue el primer autor de la historia de Inglaterra que se enriqueció sobradamente con la venta de sus libros. En 1719 se construyó una gran casa a las afueras de Londres, para la que diseñó uno de los jardines más elegantes de Inglaterra.

Por su parte Arabella Fermor vio eclipsada su fama como belleza de la ciudad por la fama aún mayor de Belinda, el personaje creado a partir de ella. Tenía veinticinco años cuando se casó con Francis Perkins, y según los estándares del siglo XVIII, era ya una vieja solterona. Lord Robert Petre por su parte se casó con Catherine Walmesley en 1712 pero murió de viruela casi dos años después, justo antes de la publicación de la segunda versión de ‘El rizo robado’ (donde se incluían los dos últimos cantos). Diez semanas después de la muerte del barón, Catherine Walmesley dio a luz al heredero de Petre. Catherine volvió a casarse años más tarde y se convirtió en una célebre filántropa educativa.

John Caryll por fin logró liberarse de la responsabilidad sobre los miembros de su numerosa progenie al verlos ingresar en solventes conventos y monasterios franceses. Su hijo mayor, el único que llegó a contraer matrimonio, se convirtió en un hombre de gran prosperidad. Caryll logró alejar de él cualquier sospecha de asociación con los jacobitas y terminó sus días feliz y en paz en Berkshire, en compañía de su amada esposa.

El rizo robado, la obra

Basado en un incidente real entre Arabella Fermor y Lord Petre, quienes eran miembros de la aristocracia y además católicos, en un periodo de Inglaterra en el que el catolicismo estaba prohibido (Pope era de origen católico). Petre, loco de amor por Arabella, le cortó un mechón sin permiso, creando un conflicto entre las dos familias. Sobre este hecho cierto, Pope escribió el poema, donde el personaje de Belinda representaba a Arabella y su furia por haber sido despojada de un rizo de su cabellera era equivalente a la de Aquiles en la Iliada. El rizo robado equivale al rapto de Helena por París, el viaje de Belinda por el Támesis es equiparable al viaje de Eneas por el Tiber; la descripción de las enaguas de Belinda se comparan con las descripciones de las armas de Aquiles o los muros de Troya, y así siguen las comparaciones. Aunque el poema es tremendamente divertido en ocasiones, Pope siempre mantiene la idea de que la belleza es frágil y la pérdida de un mechón afecta profundamente a Belinda; hay que recordar que las mujeres en aquel periodo tenían un papel esencialmente decorativo y la pérdida de la belleza era un asunto muy serio. Los dioses son transformados en sílfides y silfos, y actúan como guardianes de la virginidad; aquí Ariel es el jefe de este grupo de seres, se equipara a Zeus o Júpiter de las obras clásicas, como rey de los dioses del cielo; por su parte Umbriel buscando ayuda para Belinda en la gruta de la diosa Bazo (Melancolía, Desgana) hace de genio maligno y se puede equiparar al descenso de Odiseo a los infiernos; aquí Umbriel sería comparable al señor del inframundo (Hades o Plutón).

La obra consta de cinco cantos, en el primero el orador pregunta a su musa que explique primero ¿por qué un señor de buena crianza asalto a una dama?, y en segundo lugar, ¿por qué una mujer rechazaría un señor?, así el autor transforma el acto simple elevándolo al genero épico, similar a la cólera de Aquiles en la Iliada; pero en esta versión se trata de un acto que representa una sátira donde reprende a la sociedad por sus valores fuera de lugar y el énfasis en asuntos triviales. Tras eso sigue la obra contando como los primeros rayos de sol tocan a Belinda dormida, que sueña y su silfo guardián, un protector de las vírgenes bellas, llamado Ariel, le avisa de un gran peligro que corre su honra. Tras despertar Belinda comienza su complicada toilette.

El autor la describe como una ‘diosa’, mirando a su ‘imagen celestial’ en el espejo; ayudada en su rutina por los silfos, que peinan su cabello y alisa sus vestidos; ya lista Belinda sale de su cámara. En este canto se pone que el papel de las prioridades femeninas se limitan a los placeres personales (vestidos, apariencia y juegos de cartas) y aspiraciones sociales. Pope representa a una sociedad que pone énfasis más en las apariencias que principios morales. Pero Belinda no es representada como una simple coqueta, sino como una figura poderosa, similar a los héroes (masculinos) de la poesía épica; su rutina de vestirse es equiparable a la preparación ritual de un héroe antes de la batalla; pero el poema épico ridiculiza el armamento del héroe; donde los peines, pasadores, polvos, etc., se convierten en las armas y armaduras de este héroe de belleza terrible.

El segundo canto inicia con la comparación entre la belleza del sol y Belinda, que se pone en camino al Palacio de la Corte en Hampton. En su viaje por el río Támesis, un grupo de damas y caballeros de moda la acompañan, todos con los ojos fijos en ella sola. La descripción de sus ropas recuerda la de muralla inexpugnables de Troya. Uno de sus devotos, el barón, admira sus rizos y se ha resuelto a robar para sí mismo, ‘por la fuerza o por el fraude’. Mientras el silfo Ariel está ansioso, y convoca un ejército de sílfides para protegerla, lo mismo que un general dirigiendo a sus tropas. Así sus rizos cumplen capturando la atención de los hombres, mientras que su enagua funciona como un impedimento a la pérdida de su castidad. El papel de los silfos militaristas no es protección contra la caída de Belinda, sino protegerla de éxito excesivo de atraer admiradores.

El tercer canto comienza con una descripción del Palacio de la Corte en Hampton y las diversiones de la vida en la corte. Torres del palacio se levantan desde los prados con vistas al río Támesis. Pope indica que es en este lugar que ‘los estadistas británicos’ se ocupan de asuntos en el país y en el extranjero y donde la reina Ana tiene su corte. Belinda y sus compañeros llegan y desembarcan para tomar parte en las actividades del día. En primer lugar participar en chismes, hablando de bolas, de moda, y los asuntos políticos. Después de una agradable conversación de la tarde, Belinda se sienta a jugar a las cartas con el Barón y otro hombre. Pope describe el juego como una batalla, que gana Belinda, entre gritos, como si se tratara de una batalla épica propia de la lucha entre Aquiles y Héctor, es una burla a las trivialidades de una corte donde los juegos de cartas han reemplazado las verdaderas batallas en el campo. Después del partido, el café se sirve a las señoras y señores. Los vapores del café inspiran en el barón nuevas estrategias para robar el rizo de Belinda. Con la ayuda de Clarisa, quien le presta sus tijeras, aquí Pope muestra las rivalidades en la corte entre las damas. El Barón se esfuerza para cortar el pelo de Belinda. Él falla tres veces, los silfos frustrar todos sus intentos. Intervienen soplando el pelo fuera de peligro y tirando de sus pendientes para hacer su vuelta alrededor. En un último esfuerzo para protegerla, Ariel accede mente de Belinda con la intención de advertirle. Pero Belinda siente una atracción por el barón; Ariel retira derrotado y las hojas de las tijeras finalmente cortan el rizo. El barón celebra su victoria mientras Belinda pega gritos de horror que rasgan los cielos.

El cuarto canto empieza con Belinda ansiosa por la pérdida de su cabello muestras signos de ira, resentimiento y desesperación propios de reyes capturados, vírgenes despreciadas, amantes trágicos. Los silfos se retiran llorando por su fracaso en proteger a Belinda, y un gnomo llamado Umbriel desciende al centro de la Tierra a la Cueva de Bazo (La diosa de la melancolía y el desgano; durante el siglo XVIII, el órgano del bazo se asoció con las pasiones, melancólico y descontento en particular, el lugar de la bilis negra). En su descenso pasa ante grotescas figuras de demonios y espectros, recordando la entradas de Odiseo/Ulises y Eneas al inframundo. Tras llegar con la diosa, Umbriel enumera sus actos van desde causar espinillas en hermosas damas a convencer a los hombres a cometer adulterio y le pide a la diosa tocar a Belinda con el disgusto. Aunque desdeñosa, la diosa concede su deseo. Ella le da el gnomo una bolsa con: suspiros, sollozos y pasiones, temores, tristezas, penas y lagrimas. Umbriel lleva regalos de la diosa y asciende al palacio de la corte. Umbriel no tiene ninguna intención de ayudar a Belinda en la recuperación del rizo, sino que viaja a la Cueva de Bazo para exacerbar el dolor de Belinda. Umbriel encuentra a Belinda despeinada y abatida mientras recibe consuelo de su amiga Talestris. (En la mitología griega, Talestris era una amazona, Popeusa el nombre de una mujer fuerte y combativa.) Umbriel vacía parte del contenido de la bolsa de la diosa sobre las dos mujeres, lo que alimentó la ira de Belinda. Ahora indignadas, Talestris intento de convencer a Belinda para vengar los agravios cometidos por el barón. Pero no es posible separar a Belinda de los sollozos y Talestris en rabia llama a su novio, Lord Plume para que exija la devolución de los cabellos. Lord Plume aborda al Barón y este se burla de su manera de hablar y se niega a cumplir la petición. Ante la negativa del Barón, Umbriel libera el contenido total de la diosa. Que causa que Belinda llore lastimosamente, mientras maldice los eventos del día y se lamenta de su suerte. Talestris es para Pope la imagen de estimula la acción ante la afrenta, ella pide ayuda su novio, y el fracaso de sus acciones muestran que se ha perdido el caballerismo. La perdida del rizo muestra la perdida de la pureza, el Barón exhibirá su trofeo implicando una perdida de valores, pero sobre todo que la sociedad le otorga gran importancia a las apariencias externas.

El quinto canto continua con las lagrimas de Belinda y los reproches de Talestris, a los que el Barón permanece inmóvil. Es Clarisa la que llama la atención de los presentes, señala que la sociedad valora mucho en la belleza y que los hombres suelen llamar a ángeles a las mujeres sin evaluar su carácter moral. Ella observa que la belleza es efímera y que las mujeres deben tener otras cualidades, el buen sentido, en particular, para guiaras después se desvanece belleza. En consecuencia Clarisa intenta convencer a Belinda que con rabietas, gritos y regaños no puede restaurar su apariencia. Pero las palabras moralizantes de Clarisa no ayudan a consolar a Belinda, y Talestris la llama mojigata. El discurso de Clarisa no calma los ánimos; Belinda y Talestris preparan a las otras mujeres para lanzar un ataque a los hombres para recuperar el rizo. Umbriel se sienta en una lámpara de pared, presidiendo la épica lucha con alegría maliciosa. Las mujeres rápidamente dominan a muchos de los hombres; entre eso Belinda vuela contra el Barón, donde gana la ventaja, lanzando tabaco en la nariz y agarrando una horquilla ornamental que la mantiene en la garganta del barón. Después de haber derrotado al barón, Belinda nuevo exige la devolución de su pelo, pero en la lucha el rizo se ha perdido y no se puede encontrar. El poema termina que aunque el rizo no se pudo encontrar, la Musa lo vio elevarse hacia el cielo donde se vuelve una estrella, y donde seguirá siendo un testimonio de su belleza.

Algunos críticos han interpretado de Clarisa moralizante como la voz de Pope. Aunque habla de Clarisa y su propósito básico era reconciliar a las familias de Arabella y Lord Petre, la sátira logra una crítica más amplia y más compleja de la sociedad. Se muestra el ocio de las clases altas y el doble estándar para las mujeres. Clarisa señala el carácter efímero de la belleza; pero fue ella fue quien proporcionó el arma que cortó el pelo de Belinda. Ha socavado por tanto el honor de Belinda y es en gran parte responsable de la disputa actual. Así Clarisa no puede reclamar autoridad moral en su intento de hacer en este discurso.

Fracaso de Clarisa para pacificar Belinda crea una oportunidad para la segunda batalla épica del poema. A diferencia del juego de cartas en el tercer canto, la lucha tiene implicaciones eróticas, donde Pope invoca a los dioses griegos. En la inversión de los roles de género también contribuye a la parodia a la epopeya. En esta batalla, las mujeres son los agresores que superan fácilmente a muchos de los hombres, y mientras Talestris es el más temida de las mujeres combatientes, Belinda sigue siendo la figura heroica, volando sobre su enemigo.

El poema concluye con un elogio final a Arabella Fermor, la inspiración histórica para Belinda. Al describir el rizo perdido como una estrella en el firmamento, se niega a castigar el comportamiento de Belinda y en su lugar celebra la señorita Fermor. El poema es, pues, un ejemplo de la sátira de Horacio, en lugar de exponer los males de la aristocracia, el poema ofrece una crítica suave que generalmente simpatiza con los personajes a pesar de sus locuras.

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Ariel y Umbriel

Ariel ya existía en una obra previa ‘La tempestad’ de W. Shakespeare, y es descrito en esa obra como un espíritu del aire, que al ser salvado por el mago Prospero queda comprometido a ayudar al mago hasta que este lo libere totalmente. Ariel actúa similar a Puck ante las ordenes de Oberón, provocando más enredos que soluciones. El origen del personaje shakesperiano es dudoso, y algunos consideran que se vincula con un personaje llamado Shrimp (Camarones) de una obra anónima ‘John un Kent y John un Cumber’ que guarda mucho parecido con ‘Sueño de una noche de verano’ y de similares poderes al Ariel de ‘La Tempestad’, que no sólo controla el viento, sino las aguas y el fuego. La más antigua referencia del nombre viene de la Biblia, mencionado por el profeta Isaias, Ariel traduce ‘León de Dios’, y actúa como sinónimo de la ciudad santa de Jerusalén. Otros señalan que simplemente nombra al elemento sobre el que reina, el aire (air en ingles). Para la obra ‘La Tempestad’, Ariel es el motor de los eventos, genera los cambios, ofrece opciones, pero permite a los humanos que escojan su propio camino, tratando de que escojan las rutas más benignas; así representa el pensamiento ideal y las utopías.

La obra de Pope modifica significativamente al personaje, lo pone como jefe de las sílfides y silfos, seres eterios y atmosféricos, casi similares a los cupidos niños de las pinturas clásicas; su misión es quizás demasiado trivial a los ojos de hoy, pero la idea de la obra es justamente burlarse de la sociedad y sus banalidades. Ariel protege sobre todo eso, como ángel de la guardia de Belinda, en sueños le advierte de un peligro que se acerca, y vigila con sus siervos que se arregle apropiadamente, ya que la belleza es su don. Su función es cuidarla para que la belleza no se vea perturbada. Para Pope en su historia describe cuatro tipo de seres feéricos, producto de almas femeninas atrapadas en la tierra bajo esas formas intermedias, lejos del alma alcanzar la gloria divina, quedan en la Tierra flotando como seres etéreos. El primero son los silfos (más comúnmente su femenino sílfides es propio del ballet y de damas de delgada silueta), la tradición asocia estos seres con el elemento aire, son descritos como seres parecidos a los ángeles, de gran tamaño que cuyo batir de alas hace mover las nubes, las agrupan y provocan cuando se juntan las tormentas. Su color es el dorado al rosa, ya que las nubes adquieren esa tonalidad en las tardes. Para Pope los silfos se parecen más a los cupidos de los cuadros del barroco, seres parecidos a niños con alas que revolotean; su elemento aire se vincula a una naturaleza más propia de las personas superficiales, la trivialidad, lo superficial, la frivolidad, las naderías, etc.; características todas a personas que son más aire que sustancia; más humo que consistencia.

El segundo en este grupo de seres son las ondinas o ninfas, seres habitantes de las aguas serenas de lagos y riachuelos; bajo esta forman terminan las mujeres tranquilas, que poco se perturban y molestan, que dejan pasar la vida o mejor dicho que la vida pasa por ellas sin provocar mayores mellas. El tercer grupo son las salamandras, seres de fuego y brillo, así terminan las ariscas y las violentas, las reacias de carácter y de fuerte empeño, las que viven airadas y dispuestas a batallar contra todo y todos los que se les interponga.

Y termina este grupo de seres con el gnomo, lejos del nombre que significa sabios, Pope los ubica apropiadamente dentro del elemento tierra, pero los describe como hadas con alas negras; una versión negativa en figura de los silfos; estos seres derivan según el poema de las mujeres que tienen actitud negativa a la vida, egoístas, celosas, rencorosas, mal habladas, de mal genio, siempre peleadas con la vida y con todos; esas terminan según el poema de esta forma, esperando bajo tierra el momento para salir y trasformar la belleza en fealdad, las risas en llantos, las alegrías en penas. Así mientras Ariel es un silfo, su contrapartida es Umbriel, un gnomo. Elementos opuestos aire y tierra; Ariel y Umbriel son en el poema opuestos, Ariel es luz y brillo, Umbriel es oscuridad y sombras; bien fueron los nombres puestos a las lunas de Urano, ambas en igual tamaño, pero una brillante y la otra oscura.

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Lunas de Urano (2) Titania y Oberón y el ‘Sueño de una noche de verano’

La idea original para nombrar a las lunas de Urano era que fueran seres elficos, vinculados al elemento aire; así las dos más grandes lunas y primeras tomarían los nombres de la reina y rey de las hadas de la obra ‘Sueño de una noche de verano’ de William Shakespeare. La obra se ubica en el antiguo mundo griego, cuando el Teseo, quien mato al Minotauro, desposa a Hipólita, reina de las amazonas. En medio de los preparativos de la boda, dos parejas de amantes, así como un grupo de artistas, que se preparan para la fiesta de boda, se internan en la noche en bosque, interrumpiendo las disputas de los reyes de las hadas y duendes, y terminando siendo manipulados sus actos por estos seres mágicos.

La obra es una de las comedias más celebradas del autor e inicia con Hermia que se niega a desposar a Demetrio, el marido elegido por su padre Egeo; ya que está enamorada de Lisandro. Su padre recurre al rey Teseo y este le señala a la joven que debe obedecer a su padre o convertirse en servidora siempre virgen (monja) de la diosa Diana (Artemisa); ante tales opciones Hermia se pone de acuerdo con Lisandro para encontrarse en el bosque y huir lejos de la ley. Por su parte Helena, enamorada Demetrio, pregunta a su amiga Hermia como consiguió el amor de Demetrio; aquí Hermia le señala que no lo ama y pretende huir esa noche con Lisandro. Cuando Hermia se fuga con Lisandro al bosque, Helena los denuncia. Su esperanza es que Demetrio, al verlos juntos, rechace a Hermia en su favor. Pero Demetrio sólo le preocupa perder a su futura esposa y la busca en el bosque, perseguido por Helena, a quien trata de alejar, despreciando su amor.

En ese mismo momento un grupo de artistas busca ensayar una obra para presentar en la futura boda del rey Teseo. Los seis integrantes no se ponen de acuerdo en la forma de interpretar la obra teatral de Píramo y Tisbe (una versión greco-romana de Romeo y Julieta); siendo Nick Bottom (Nícolas Fondón) demasiado entusiasta y pretende hacer todos los papeles, provocando la molestia del grupo y que en el ensayo, en su intermedio Bottom se interna solo en el bosque.

Por su parte Oberón y Titania, que se han acercado a Atenas por la boda, discuten por un lindo muchacho indio a quien la reina ha tomado como paje, joven que deseaba Oberón como heraldo en su séquito. Molesto Oberón decide castigar a Titania y envía a su siervo Puck (también llamado Robín el Bueno) para que busque una flor cuyo jugo da un filtro de amor para usarlo con Titania. Pero antes de que se lo traiga manda a que lo use en un joven que en bosque a tratado mal a una chica enamorada y se revierta la situación. Puck hace el encargo, salvo por un pequeño detalle, usa el embrujo en Lisandro, que se ha encontrado con Helena, cuando esta fue despreciada por Demetrio. Así Lisandro empieza a perseguir a Helena, quien sabiendo que realmente ama a Hermia, piensa solo le esta jugando una mala broma.

Puck se encuentra con Bottom y el resto del grupo de actores en el bosque y en broma le transforma la cabeza en una de burro cuando este se separa del grupo; al regresar con sus amigos, estos al verlo transformado salen despavoridos. Bottom solo y abandonado se pone a cantar para tranquilizarse, despertando a Titania, sobre quien Oberon ya a puesto el filtro de amor. La reina de las hadas se enamora del ser con cabeza de burro y lo atiende con sus siervas.

Por su parte Oberón a descubierto la equivocación de chico y manda a Puck a corregir el entuerto; este consigue a Demetrio le aplica la poción. Cuando Demetrio despierta ve a Helena y se enamora de la joven, quien es ahora perseguida por los dos chicos, mientras Hermia se siente desolada al descubrir que estos no se pelean por ella sino por Helena. Oberón finalmente interviene antes de que los chicos se maten entre si; y con Puck pone a las dos parejas de amantes a dormir, para reorganizar las cosas.

Con Titania encantada con el burro, Oberón consigue finalmente quitarle el mozo indio y luego retira el encanto de su mujer, mientras Puck se ha encargado de despachar lejos a Bottom y de devolverlo a la normalidad. Al amanecer todos los mortales creen haber estado soñando, Teseo e Hipolita encuentran a las parejas de amantes (ahora en el orden correcto) y accede a que se casen como quieran; Bottom se reencuentra con sus amigos, y como no habían ensayado terminan haciendo la peor interpretación de una tragedia, que resulta en comedia, para la diversión de todos los presentes.

Sueño de una noche de verano’ fue publicado por primera vez en 1600, se debió actuar antes o durante 1598. Una determinación más exacta de su fecha sólo se pueden derivar de la evidencia interna suministrada por alusiones en el texto o en el estilo métrico y general. Así es colocada como la última de las primeras comedias de W. Shakespeare, quien hace un anticipo con ‘Los dos hidalgos de Verona’, pero sin alcanzar la firmeza de la mano de ‘El mercader de Venecia’. Al reconocer desde el principio que ‘Sueño de una noche de verano’ es una comedia más que un drama, explica que los personajes son tan simples que no provocan en el lector el menor interés por análisis psicológicos por conocer las mentes de los protagonistas mismos. De las tres docenas de obras de W. Shakespeare, encontrar las fuentes originales en poetas anteriores es fácil, pero dos escapan a esa simple comparación y búsqueda; una es ‘La Tempestad’ y la otra ‘Sueño de una noche de verano’.

Sueño de una noche de verano’ es como lanzada al viento, la obra conjuga figuras clásicas (Teseo, Hipolita), bromas sobre el campesinado del siglo XVI, y cuentos de hadas tradicionales (Oberón, Puck). Las tres tramas se conjugan, la principal es la sentimental, la secundaria es pura payasada, mientras que tercera son los celos mutuos de Titania y Oberón. muestran que la triple inspiración se obtuvo en la literatura, la observación, y la tradición oral.

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La primera trama: Los cuatro amantes en la corte de Teseo e Hipólita

Aunque la obra inicia con Teseo e Hipólita hablando de su boda; la mayoría de los mitos griegos refieren que fue otra amazona la desposada por Teseo. Según los mitos, Heracles estaba en su noveno trabajo, ‘Robar el cinturón mágico’ dado por Ares (dios de la Guerra) a su hija Hipólita (reina de las amazonas). En esa aventura lo acompaña su primo segundo Teseo (según los parentescos hijos de Pélope son Piteo y Lisídice; el primero padre de Etra, madre de Teseo; mientras que Lisídice es madre de Alcmena, la madre de Heracles). Aquí existen varias versiones de lo ocurrido, la primera es que Hipólita enamorada de Heracles le entrega el cinturón de buena gana, pero Hera le había señalado a las amazonas que los griegos (Heracles y los otros) estaban ahí para matarlas, y estas atacaron al grupo griego; ocurre así que Heracles mata a Hipólita en su huida, arrancándole el cinturón. Una segunda versión es que Heracles y Teseo secuestran a Melanipa, una hermana de Hipólita, y exigen el cinturón como rescate, y liberándola tras conseguirlo. Tras conseguir el cinturón, Teseo secuestra a Antíope, otra hermana de Hipólita; y los héroes escapan con el cinturón y con Antíope, seguidos de las amazonas, que se sienten engañadas, es aquí ahora cuando Heracles mata a Hipólita en su huida; las amazonas llegaron hasta Atenas pero fracasan en su intento de rescatar a Antíope. El destino de Antíope es (1) que muere durante el ataque de las amazonas en Atenas, (2) en el parto del hijo de Teseo, Hipólito, (3) cuando Teseo decide casarse con Fedra, rechaza a Antíope, que regresa acompañada con las amazonas para matar a todos en la boda; pero que es muerta en el intento por los soldados de Teseo, o por otra amazona, Pentesilea. Según los mitos Pentesilea ayudó a los troyanos en la guerra de Troya, porque el rey Príamo la había ayudado a superar el pecado de matar a su hermana. Shakespeare asume que en la búsqueda de cinturón, Teseo secuestró a Hipólita y luego se enamoraron; basándose quizás en la versión de Plutarco que planteaba esta versión.

Aunque existe una posibilidad literaria de boda entre Teseo e Hipólita, hay dos obras que refieren el tema, estas de otro escritor clásico, este del mundo medieval italiano, se trata de Giovanni Boccacio. La primera es Filostrato (quien es el maestro de ceremonias en la obra de Shakespeare), nombre que mezcla palabras griegas y latinas y traduce ‘abatido por el amor’. Es la versión del poeta italiano de la historia de Troilo y Cresida, inspirada en versiones romanceras francesas del siglo anterior a Boccaccio. La segunda, ademas del nombre es la que realmente muestra grandes comparaciones con la obra de teatro de Shakespeare es ‘La Teseida’, que se resumen como sigue:

Teseo, hijo de Egeo (que con Shakespeare aparece como padre de Hermia), en lucha contra las amazonas obtuvo por victoria y novia a su reina, Hipólita. Trayéndola junto con la hermana Emilia a la ciudad de Atenas es abordado por algunas mujeres tebanas que rezan para que los ayude en contra de la maldad de su rey Creonte (el tío de Edipo). Teseo acepta su pedido y promete derrotar a Creonte. En la batalla ganada por Teseo quedan varios tebanos heridos; entre ellos Arcita y Palamon, nietos de Cadmo (fundador de Tebas); quienes son puestos en la cárcel de Atenas junto con otros prisioneros. Un día ambos miran por la ventana a Emilia y ambos se enamoran de la chica.

Teseo tiempo después decide cambiar por exilio la pena de prisión de Arcita; pero este no desea estar lejos de la amada y regresa disfrazado bajo el nombre de Penteo, donde se convierte en el sirviente de confianza de Teseo. Apenas tiene oportunidad Arcita ayuda a escapar a su amigo Palamon. Ya fuera de Atenas, Palamon le señala su amor por Emilia; ello provoca una disputa entre los amigos; es entonces que los dos son atrapados por Teseo y al saber la razón de su disputa, señala que dará en matrimonio a Emilia a aquella persona ve gane el duelo. En la disputa vence Arcita, pero mortalmente herido, quien en testamento sede a Emilia a Palamon. Esta obra tiene elementos comunes con la obra shakesperiana; dos mozos se disputan a muerte el amor de una chica (Emilia = Hermia) y los hechos ocurren en la casa de Teseo e Hipólita. La obra de Boccaccio fue posteriormente adaptada al teatro y escrita de forma conjunta por John Fletcher y William Shakespeare, esta se llama ‘Los dos nobles caballeros’ y agrega al tema la hija del carcelero, quien es la que ayuda a escapar a Palamon, ya bosque, la hija del carcelero termina loca al no ver correspondido su amor por Palamon. En el bosque se encuentra Palamon con Arcita, que se hacía llamar Filostrato, y es cuando ocurre la pelea y todo lo demás contado.

La segunda trama, los cómicos y la historia de Tíramo y Pisbe

A diferencia de la primera trama, no existe fuente directa para la segunda. El grupo de los cómicos, formado por rudos trabajadores proviene de la propia observación del escritor de los hombres y mujeres de su entorno. En esta segunda trama es importante la transformación de la cabeza de Nick Bottom en burro; de partida el nombre del personaje, que se traduce en español a Fondón (‘fondo’ realmente es la traducción), es en realidad otra forma de decir trasero, pero que vulgarmente en ingles se usa ‘Ass‘, palabra que en español traduce burro; así desde el inicio la vinculación del personaje con el burro es inmediata.

Y burro en español o en ingles representan eso mismo, a un hombre torpe, idiota, burro. El personaje no sabe nada de actuación, pero que cree en sí mismo un gran actor, ningún papel le es suficiente, si pudiera representaría a todos en la obra que su grupo de amigos, todos ellos humildes trabajadores de la ciudad, que tratan de interpretar para la boda de Teseo e Hipólita.

El episodio de transformación de Bottom o en un burro, pudo haber sido sugerido por un pasaje de Reginald Scot de su obra de 1584, ‘Descubriendo la Brujería’ (1584), en una sección del libro se menciona el supuesto poder de las brujas para cambiar a los hombres en animales. La principal historia registrada en la obra es la de un marinero inglés en el extranjero que se metió con una bruja y fue transformado por ella en un burro, cuando él intentó reunirse con su tripulación, fue golpeado en la pasarela con desprecio. La misma obra hace referencia a la literatura latina del siglo II, específicamente a la obra ‘Las Metamorfosis’ de Lucio Apuleyo; mejor conocida por el nombre de ‘El asno de oro’.

Esta se trata de una novela picaresca, imaginativa, irreverente, entretenida y a menudo sexualmente explícita, que narra las ridículas aventuras de un tal Lucio, un joven viril obsesionado con la magia; cuyo entusiasmo fervientemente lo lleva a verse transformado accidentalmente en asno. Bajo esta forma, Lucio, miembro de la aristocracia romana, se ve forzado a ser testigo y víctima de las miserias de los esclavos y desposeídos, reducidos —al igual que él— a poco más que bestias de carga, bajo la explotación de ricos terratenientes. Así el burro de Apuleyo y de Shakespeare comparten a un personaje que se cree más de lo que realmente es y en ambos es transformado total o parcialmente en burro. Por ello la imagen de la transformación de Bottom hace así referencia la tradición inglesa en las brujas y sus poderes; algo que era normal y común en la Inglaterra rural de esos años del siglo XVI al XVII.

La segunda parte de la segunda trama es la historia de Píramo y Tisbe, es una leyenda de la tradición greco-latina y Shakespeare la usa como la obra que estos neófitos actores tratan de representar, para así ganar un premio monetario, que no viene mal a sus pobres bolsillos. Esta historia fue usada dos veces por W. Shakespeare, en ‘Sueño de una noche de verano’ como un complemento incluido en la obra que tratamos; y la segunda es la versión ampliada de Romeo y Julieta’. En el mito Píramo y Tisbe son dos amantes, vecinos pero separados por un muro, se ven y hablan por un agujero en el muro que los separa; una noche deciden huir y encontrarse en el campo; Tisbe llega primero, pero un león que por cerca pasaba la obliga a escapar, dejando caer su manto; donde el león lo desgarra y pone los restos de la sangre de su anterior comida. Cuando Píramo llega al ver el manto ensangrentado cree que Tisbe ha sido devorada por la bestia y se suicida; al regresar Tisbe y encontrar a su amado muerto se suicida también; los dioses transformaron las moras del lugar, que antes eran blancas en rojas, al ser impregnadas por la sangre de los amantes.

La tercera trama, las hadas: Titania y Oberón, Puck y Mab

En el mundo ingles las hadas (the fairies) representa a un grupo de seres tan diversos, distintos y complejos, que lejos de esas personitas con alas de insectos a las que nos han acostumbrado los libros y las películas para niños, tienen una presencia solo equiparable a nuestro vocablo de duende, que usamos en español para describir a una multitud de seres distintos (goblins, leprachaums, manes, lares, gnomos, etc.). Las hadas en español hace referencia a las Fairy en ingles, palabra que deriva del Fay francés y esta del plural latino Fata, (que se siente para nuestra lengua hoy como singular femenino) de la palabra Fatum, que significa destino; así las hadas son sinónimo de destino, se las puede vincular a las Moiras o Parcas, que tejen y destejan el destino de hombres y dioses. En la obra, Oberón y Titania discuten haber modificado mutuamente el destino de los futuros esposos Teseo e Hipólita:

Titania dice: —Y yo seré tu esposa. Pero sé que te has escabullido del País de las Hadas y, encarnado en Corino, te has pasado el día tocando el flautillo … en verdad, que la esforzada amazona, tu dama cazadora, tu amada guerrera, va a casarse con Teseo y tú pretendes dar al tálamo dichas y venturas?. —A lo que responde Oberón—: ¿Y tú cómo te atreves, Titania, a mencionar mi buen entendimiento con Hipólita sabiendo que yo sé de tu amor por Teseo? En la noche estrellada, ¿no le apartaste de Perigenia, a quien sedujo? ¿No le hiciste ser infiel a la bella Egle, a Ariadna y a Antíope?

Shakespeare presenta una nueva y original concepción de las hadas; de ‘Sueño de la noche de verano’, sus personajes feéricos pasaron casi de inmediato a la tradición literaria mundial. De los tres personajes elficos presentes en ‘Sueño de una noche de verano’; la primera, Titania, la reina de las hadas recibe su nombre del genérico griego de las hijas de los Titanes (Titanidas); también el poeta Ovidio usa este nombrecomo epíteto de la diosa Diana (Artemisa, diosa de la luna y la noche; hermana de Febo/Apolo el sol, signo del verano), no por nada Teseo amenaza a Hermia con convertirla en una sacerdotisa siempre virgen de la diosa Diana; en la obra es importante señalar que la noche en cuestión ocurre en el solsticio de verano (Midsummer) y hay luna llena, una combinación rara y mágica para la ‘Noche de San Juan’ de la tradición española. En la obra de Reginald Scot se señala que Diana es uno de los nombres de la ‘dama de las hadas‘, y en la obra del rey ingles Jaime I de 1597, en su ‘Demonología‘ hace referencia a un cuarto tipo de espíritus, a los que califica de gentiles, los llama ‘Diana y su corte errante’ y que nosotros llamamos hoy hadas.

Se señala que la verdadera reina de las hadas en la tradición medieval anglosajona es Mab, quien es heredera de la Morrigan de las tradiciones celtas, diosa de la guerra, la muerte y la noche, y de Morgana, la bruja de la leyendas del Rey Arturo. Tras Shakespeare, Titania reemplaza a Mad en el papel de reina de las hadas, pero la tradición y la literatura han dejado a ambas un lugar propio en la tradición inglesa y literaria mundial; mientras Titania reina en el verano, el calor y el vida, Mab se vuelve la reina en el invierno, el frío y la muerte.

La reina Mab aparece nombrada en la obra ‘Romeo y Julieta del celebre escritor ingles, no es una protagonista, sino una referencia; así le habla su amigo Mercucio a Romeo enamorado:

Ya veo que te ha visitado la reina Mab, la partera de las hadas. … . Y con tal pompa recorre en la noche cerebros de amantes, y les hace soñar el amor; … . Esta es la misma Mab que de noche les trenza la crin a los caballos, y a las desgreñadas les emplasta mechones de pelo, que, desenredados, traen desgracias. Es la bruja que, cuando las mozas yacen boca arriba, las oprime y les enseña a concebir y a ser mujeres de peso, es la que… —¡Calla ya Mercucio, calla!— grita Romeo.

Oberón por el contrario si viene de la tradición medieval; es el heredero de Alberich, (elbe reix, elves rex = rey de los elfos), personaje duende/elfo que codiciaba el oro del Rin y que aparece en la gesta de los Nibelungos de la tradición nórdica. Oberón aparece con ese nombre como rey de los duendes en las leyendas del Rey Arturo y en varios cantares de gesta franceses. Más tarde fue vuelto a vincular con la muerte, era un ser que cuya vista aseguraba que había llegado el final de la vida, a modo de las Banshies inglesas. La descripciones de Oberón varían, mientras que las reinas de las hadas son descritas siempre como seres hermosos, aunque terribles; a Oberón, vinculado a los elfos ingleses (duendes enanos y arrugados, distintos a los elfos nórdicos, altos y esbeltos) se le representa como un enano viejo y de mal carácter. Otras versiones, más producto de la obra Shakespeariana, lo ponen como un genio del bosque, alto, esbelto, coronado con astas de ciervo, a semejanza de dios celta Cernunnos, otro dios vinculado a la muerte y la naturaleza.

Así mientras Titania es el orgullo, la fuerza y la vida, Oberón siempre se le vincula más con la codicia, el engaño y la muerte. Si se revisa más atrás en la tradición, el rey de hadas y duendes (de manes y lares) es en entre los romanos el dios Plutón (el dios griego Hades, dios de los muertos) y su esposa es Proserpina (la diosa Perséfone, una diosa que anuncia el fin del invierno y el inicio del verano), esta correspondencia es perfectamente aplicable a Oberón y Titania, el propio Robín (Puck) en la obra llama a su señor:

Créeme, Rey de las Sombras; …—.

Puck forma parte del folklore inglés, como personificación los espíritus de la tierra. El nombre dado por Shakespeare es Robín Goodfellow (Robín el bueno), y que para muchos no hay referencia previa y empezó a usarse como sinónimo del duende tras la obra. Puck describe a un duende domestico, invocado por los campesinos para que no hiciera travesuras y los ayudara con sus labores (por ello Robín responde como diminutivo de Roberto y llamándolo bueno como a todo niño para que no sea travieso o malo). Es tradición antigua llamar a los seres malignos y/o peligrosos con sobrenombres más propicios, recordemos que el mundo griego a las terribles Erinias o Furias se les llamaba ‘Las Euménides = Las Benebolas‘. Similar ocurre con las cuatro hadas que Shakespeare le puso nombre en la obra, el resto no tiene nombre y son simplemente hadas; puestas posteriores en escena de la obra le han puesto diversos nombres a estos seres que acompañan a los reyes de las hadas, como una forma de que cada actor no se sienta como un relleno; pero los nombres de las cuatro asistentes son: Flor de Guisante, Telaraña, Polilla, y Mostaza (las semillas), y son para tipificar: la gracia, la ligereza, la velocidad y la pequeñez.

Puck guarda semejanza con el Phooka, que era una especie de duende del bosque que extraviaba a las personas en los bosques, que tenía apariencia de fauno y cabeza de cabra (a veces de caballo negro), así como con otros duendes como el Puca o Pwca gales, el Puki (pequeño diablo) de Islandia, el Brownie escocés, los Piskies de Cornualles, el Kobold y el pickel alemán, los Nixies (o Nøkkens) escandinavos o el Pukje (pequeño demonio) noruego. A Puck, Robín o Robín Goodfellow se le pone como emisario de Oberón, y es el inspirador terrores nocturnos en las mujeres de edad, de extraviar viajeros, soplar las velas para besar a las chicas en la oscuridad, quitar las sábanas o hacer caer a los durmientes de sus camas al suelo frío, cambiar los bebés en cunas con hijos de elfos; y hace todo su trabajo bajo el amparo de la luz de la luna. Puck es por tanto un duende travieso, que al ser vinculado al elemento tierra se le describe como los antiguos sátiros o faunos; como en la obra teatral, Puck disfruta perdiendo a los hombres en los bosques, enredando las cosas; representa sobre todo al desconcierto, las equivocaciones y los sustos.

Las tres tramas de la obra, distintas pero iguales entre si, nos hablan de destinos, amor y muerte; los amantes pelean por las chicas que aman casi hasta la muerte, Píramo y Tisbe son amantes condenados por la fortuna al infortunio del suicidio; y los reyes de las hadas (Oberón y Titania) discuten como manejar sus dones; así las hadas como guías de los destinos en la obra evitan la muerte de los amantes, que estos no repitan estos los errores y prisas que tuvieron Píramo y Tisbe; y son a su vez la amalgama que permite combinar las distintas tramas y dar a la obra ese toque de magia que ha permitido a estos personajes tan simples y planos sobrevivan en una de las obras más representadas y conocidas del mundo del teatro.

Griegos y Troyanos peleando en los cielos (4) Príamo, el planeta de la paternidad

Tras el descubrimiento de (624) Héctor en 1907, al año siguiente, en 1908 el astrónomo Max Wolf descubre a su segundo troyano, nombrado (659) Néstor, pero pasarían unos nueve años antes de que Max Wolf encontrara un nuevo troyano en Júpiter, en 1917 se encuentra su tercer troyano y el segundo en el campo de los troyanos, recibe por nombre (884) Príamo, en honor al rey troyano que soporta el asedio de los griegos; (884) Príamo tiene un tamaño estimado de 99 km.

El rey Príamo es el último de los hijos varones sobreviviente del rey Laomedonte, y a su vez el último rey de Troya. En su sangre se conjugan por un lado una herencia cretense y griega, que formaron su propia dinastía en la región de la hoy península de Anatolia. Según las crónicas el primer rey que gobernó la región de Troya fue un príncipe cretense de nombre Escamandro. Tras una gran hambruna, Escamandro llega a la región noroeste de Anatolia y por consejo de Apolo se establecen en la misma.

La región era parte del culto al dios Apolo y era según la tradición donde la diosa Leto sufrió los primeros dolores del parto de Apolo y Artemisa; y el río Janto (Xantho = amarillo = dorado) tuvo su origen en esos dolores. En su lucha contra pueblos vecinos Escamandro muere sobre el río Janto que bañaba la región y Apolo lo recompensa transformándolo en dios del río, que desde entonces toma su nombre.

Treuco es el hijo de Escamandro con una ninfa llamada Ida (nombre de un monte en Creta y nombre dada a la montaña que rodea la región de Troya), el Treuco griego que es hermano de Ayax recibe el nombre de este bisabuelo. En la guerra de Troya el dios río Escamandro quiso detener a Aquiles enviando una crecida que arrastró los cuerpos muertos sobre las riberas del río y con ellos pretendía ahogar al héroe.

El fundador de la primera ciudad importante en la región fue otro príncipe griego, de nombre Dárdano. Según los mitos Zeus y la ninfa Electra, una de las hijas del gigante Atlas con la diosa Pleyade (el crepúsculo), tuvieron dos hijos: Lasio (o Yasión) y Dárdano. Lasio y varios de los descendientes de su hermano fueron varones muy bellos, y ante tal belleza muchas diosas y el propio Zeus se encapricharon. El primero en sentir los hados del destino por ese don fue el propio Lasio, de quien se prendó la diosa Demeter; juntos fueron padres del dios Pluto (no confundir con el dios romano de los infiernos Plutón). Pluto es el dios de la riqueza y se le representa como un niño sosteniendo la cornucopia (el cuerno de la abundancia). El destino de Lasio fue pronto truncado, las riquezas obtenidas de la diosa provocaron la envidia de su hermano Dárdano y este quiso tomar el trono matando a su hermano, que reinaba en Arcadia (región central de la península del Peloponeso – Grecia); pero el pueblo no lo acepto por tal crimen y Dárdano tuvo que huir a Asia (región que es hoy la península de Anatolia – Turquía). Ya en Asia el fugitivo Dárdano casa con Batía, la hija del rey Treuco, hereda el trono de este rey y funda Dardania.

Dárdano tuvo dos hijos con Batía, el primogénito fue Ilo, quien murió joven y sin dejar herederos; así el trono pasó a el segundo hijo, Erictronio. Mientras que su padre reinó sobre una población casi campesina, Erictronio hizo crecer las riquezas de la región y llenando las laderas con la cría de caballos, y tal era la belleza de estas bestias, que el dios del viento Bóreas se enamoró de las yeguas y adoptando la forma de un potro negro las embarazó dando a los potros del pueblo dardano tal velocidad que se decía que volaban sobre los pastos.

Erictronio casa con otra ninfa, Astíoque, una de las hijas del río Simois (otro río de la región). De esta unión nace el rey Tros, y cuyo nombre da a los dardanianos el título de troyanos. Tros desposó a Calíoroe, otra de las hijas del río Escamandro. De esta unión nacen tres hijos varones: Ilo (que toma el nombre de su tío), Asáraco y Gamínedes. El más joven era tal su belleza que Zeus lo raptó y convirtió en su copero en el Olimpo. En compensación Zeus le regala a Tros dos caballos tan rápidos que podían correr sobre el agua. Asáraco casa con la ninfa Hieromneme, hermana de Astíoque, y fueron padres de Capis.

Ilo desposa a Eurídice (una hija del rey Adastro de Argos – Grecia) y tiene tres hijos; un varón: Laomedonte y dos hijas: Temiste y Telecleia. Ilo abandona la ciudad de Dardania dejándosela a su hermano Asáraco y funda Ilión (Troya). Su hija Temiste casa con su primo Capis se serán padres de Anquises, este príncipe dardano, tenía tal belleza que fue amado por la misma diosa de la belleza y el amor, Afrodita; juntos serán padres del héroe Eneas, quien tras la caída de Troya huye con su padre e hijo y funda Roma. La segunda hija, Telecleia desposa a Ciceo, rey de Tracia, y serán padres de Téano, sacerdotisa de Atenea y esposa de Antenor, un ministro del rey Príamo.

Es el hijo varón de Ilo quien inicia la causa de la caída de la casa de Ilión. Laomedonte transformó a la pequeña Ilión en una gran ciudadela de impugnables muros. Según el mito los dioses Apolo y Poseidon fueron convertidos en mortales y condenados a trabajar para el rey de Ilión en castigo por conjurar contra Zeus. Laomedonte le pidió a estos dioses la construcción de murallas que ningún ejercito pudiera tumbar y los dioses cumplieron, pero al terminar la obra el rey se negó a pagar por ello. En castigo los dioses enviaron una peste y un monstruo marino. Para aplacar a los dioses, al igual que en la historia de Andrómeda, Laomedonte tenía que sacrificar a su hija Hesíone. Heracles, que por ese entonces iba con los argonautas se comprometió a ayudar al rey a cambio de los fantásticos caballos que Zeus había regalado a su abuelo Tros. Laomedonte aceptó, pero cuando Heracles, tras cumplir el trato, envió a Telamón e Ificlo a buscar lo pactado, Laomedonte los traicionó encerrándolos.

La furia de Heracles no se hizo esperar, pero dentro de los muros, Podarces, el hijo menor de Laomedonte, ayudaba a escapar a los presos, por no estar de acuerdo con las acciones de su padre. Heracles entra con ayuda de los fugitivos y el resto de los argonautas a la ahora fortaleza y mata al rey y todos sus hijos, sobreviven solo Hesíone y Podarces. Hesíone fue dada como esposa a Telamón y como dote Hesíone pidió la liberación de su hermano Posarces, quien iba a ser convertido en esclavo, comprándolo con su velo de novia. El joven Posarces fue conocido desde entonces como Príamo, en alusión al pago simbólico del velo de su hermana. Los argonautas siguieron su viaje y Príamo quedó como rey de Troya.

No todos los hijos varones de Laomedonte murieron a manos de Heracles; otro que se salvó de la furia del hijo de Zeus y Alcmena fue el príncipe Titono. Titono tuvo la suerte que muchos de sus ancestros, fue un chico de una gran belleza. Su belleza prendó a Eos, la diosa de la aurora, quien había sido maldecida por Afrodita al descubrirla en la cama con Ares, a que arrancaría a los hombres de las camas de sus amantes, pero ninguno terminaría con ella. El mito explica el por que los hombres se levantan con las luces de la aurora para ir a trabajar todas las mañanas, abandonando a sus esposas. Titono fue el amante mortal más fiel que tuvo la diosa y de su unión nacerán Memnón, rey de Etiopía, y Ematión, rey de Arabia. Pero el destino de Titono no fue como el de su tío abuelo Ganímedes. Eos pidió a los dioses que le concedieran la inmortalidad al joven, algo que los dioses aceptaron, pero no pidió juventud eterna y Titono envejeció, y envejeció hasta que se arrugó tanto que la diosa por piedad lo transformó en grillo. Por ello los grillos cantan toda la noche llamando a la amada y al llegar la aurora callan.

El joven Príamo vuelto rey transformó la región y extendió los dominios de la ciudad de Ilión, hasta que la misma fue llamada la dueña de Asia. Como su padre Príamo tuvo muchos hijos, según algunos más de cincuenta, pero con su esposa oficial, la reina Hécuba podemos citar a: Héctor, Héleno y su hermana gemela Casandra, Deífobo, París, Troilo, Polites, Polidoro, Creúsa (esposa de Eneas y madre de Ascanio) y Polixena entre los más famosos.

Príamo intentó rescatar a su hermana Hesíone,por ser el único descendiente varón de Laomedonte que quedaba vivo, pasó a ser rey de Troya y decidió tratar de conseguir el regreso de su hermana. Para ello envió a su consejero Anténor en un viaje diplomático a Grecia, pero los griegos se negaron a la devolución. Según algunas versiones, el motivo del viaje de Paris, hijo de Príamo, a Esparta, fue precisamente volver a reclamar el regreso de Hesíone o castigar a los griegos por negarse a la devolución; el rapto de Helena obedecía a más que simplemente una historia de amor y a la promesa de una diosa dada a un pastor que a su juicio la había catalogado como la más bella de las diosas.

Príamo es siempre descrito en la Ilíada dando pruebas de una inmensa bondad y de una justicia ejemplar. Al contrario que sus consejeros, no culpó a Helena de la guerra. Demasiado viejo para tomar parte en los combates, Príamo tuvo que limitarse a presidir los consejos. Uno a uno vio perecer a sus hijos y su dolor llegó al máximo cuando Aquiles mata a su hijo mayor Héctor en combate singular delante de las murallas de Troya, para luego arrastrar su cuerpo por el polvo. El anciano rey, humillado, acudió al campo enemigo al encuentro del vencedor, para suplicarle la devolución del cadáver de su hijo a cambio de un elevado rescate.

Cuando Troya cayó finalmente, presa del fuego, Príamo quiso tomar las armas para intentar una defensa desesperada, pero su esposa Hécuba lo arrastró hasta el altar de Zeus, al fondo del palacio, para ponerlo bajo la protección del dios. Mientras Neoptólemo, el hijo de Aquiles, mata al más pequeño de los hijos vivos de Príamo y Hécuba, el niño Polites, en presencia de su madre; Príamo no resiste y grita de dolor; Neoptólemo, al descubrir su escondite lo degolló sin piedad. Así terminaba el último rey troyano, la mayoría de sus hijos e hijas muertos, sólo sobreviven los gemelos Casandra y Heleno, ahora convertidos en esclavos.

Los dos primeros cuerpos en los puntos langragianos L4 y L5 de Júpiter se vinculan con cuatro aspectos vinculados al sexo masculino; así como las cuatro primeras diosas del cinturón de asteroides (Ceres, Palas, Juno y Vesta) se relacionan con los aspectos femeninos de madre, hija, esposa y hermana. Aquiles, Patroclo, Hector y Príamo son sus equivalentes masculinos: hijo, amigo, esposo y padre. Aquiles es el joven que pretende demostrar que ya es hombre y ser capaz de tomar sus propias decisiones. Patroclo es el amigo inseparable, el hermano que hace todo por su amigo, incluso tomar su lugar para rescatarlo. Héctor es ante todo esposo, y por su mujer es capaz de hacer las cosas más imposibles; y en Príamo tenemos ese deseo interno de paternidad. Ante todo Príamo es padre, orienta a sus hijos, pero no los limita, sufre con ellos y por ellos. Príamo es símbolo de paternidad, no por el número de hijos que tuvo, sino por el amor que por todos ellos sintió. Por otra parte aunque los tres primeros cuerpos muestran aspectos negativos de: ira incontrolable, deseos de venganza y fuerza intimidatoria, Príamo cierra este ciclo señalando que todas esas acciones están acompañadas por un inmenso dolor de perdida. Su grifo hace referencia a las torres de la fortaleza de Troya y a la letra griega Pi, inicial del rey Príamo.

Juno y Vesta, los planetas del matrimonio y el hogar

Cuando Heinrich Olbers descubrió (2) Palas en 1802, un año después del descubrimiento de (1) Ceres; propuso que los dos objetos eran los restos de un planeta destruido. Envió una carta con su propuesta al astrónomo inglés William Herschel, sugiriendo que una búsqueda cerca de las órbitas donde (1) Ceres y (2) Palas se cruzaban podría revelar más fragmentos. Estas intersecciones orbitales se encontraban en las constelaciones de Cetus y Virgo. El 01 de septiembre de 1804 por el astrónomo alemán Karl Ludwig Harding descubre al tercer asteroide, y se le bautiza con el nombre de la diosa Juno, esposa de Júpiter. Y Olbers que había comenzado su búsqueda en 1802, descubre el 29 de marzo 1807 un cuarto en la constelación de Virgo. Como Olbers ya tenía crédito por el descubrimiento de un ‘planeta’ [(2) Palas], se dio el honor de nombrar al nuevo descubrimiento al matemático alemán Carl Friedrich Gauss, cuyos cálculos orbitales habían permitido calcular la órbita del nuevo planeta [(1) Ceres] en el tiempo extraordinariamente corto de 10 horas. Gauss dio a este cuarto cuerpo el nombre de diosa virgen de la casa y hogar de los romanos, Vesta.

En su momento Ceres, Palas, Juno y Vesta fueron clasificados como planetas, y cada uno tenía su símbolo planetario propio. Para (3) Juno se reemplaza el circulo de Venus por una estrella de ocho puntas; representa la diadema de corona de la reina de los dioses romanos, o la gran cola del pavo real (animal totémico de la diosa) abierta en todo su esplendor. Para el icono de (4) Vesta el matemático Gauss propuso un altar encendido; este icono evoluciono del cuadrado con rayos (llamas) en su parte superior a uno más moderno propuesto en 1973 por Eleanor Bach, que es la V de Vesta con una onda superior para indicar el fuego, y es el icono con el que más se le reconoce.

Durante treinta y ocho años no se descubrió ningún otro cuerpo, pero al mejorar los telescopios, a partir de 1848 se dispararon los descubrimientos; y pronto se hizo claro que no se podían seguir inventando signos para cada nuevo mundo y seguirlos llamando planetas. No fue hasta los inicios de los setentas que una nueva concepción de la astrología y del feminismo ubicó a estos primeros cuatro mundos dentro de las cartas astrales. Las cuatro grandes diosas [Ceres, Palas, Juno y Vesta] representan cuatro aspectos de la mujer, que junto a Venus y la Luna reconfiguraron la imagen de la astrología tradicional.

Hoy (3) Juno es uno de los más grandes miembros del Cinturón de Asteroides, con sus 258 km en diámetro promedio ocupa actualmente el décimo lugar en tamaño entre los asteroides (después de que (1) Ceres fue elevado a la categoría de Planeta Enano) y tiene aproximadamente el 1 % de la masa del Cinturón de Asteroides. Aunque es uno de los asteroides más masivos, (3) Juno tiene sólo el 3% de la masa de (1) Ceres. El pequeño tamaño de (3) Juno y su forma irregular le impiden ser designado como un planeta enano ya que su tamaño y masa no le permiten generar una forma esferoide por equilibrio hidrostástico.

(3) Juno ocupa el segundo lugar entre los asteroides pedregosos (Tipo S: donde predominan minerales de silicio, como la olivina y el piroxeno), lo supera (15) Eunomia. Su órbita excéntrica (0,26) lo ubica entre los mayores con una órbita elíptica; (3) Juno tenía la órbita más excéntrica de cualquier cuerpo conocido hasta que (33) Polihimnia fue descubierto en 1854. Aun así, entre los asteroides con más de 200 kilómetros de diámetro, sólo (324) Bamberga tiene una órbita más excéntrica. Pese a ser un asteroide tipo S, (3) Juno es inusualmente reflexivo, lo que puede ser indicativo de propiedades superficiales distintas. Esto explica como un pequeño asteroide cerca de su perihelio es más brillante que el planeta Neptuno, o la luna Titán de Saturno y por ello pudo ser encontrado antes que otros asteroides de mayor tamaño.

La órbita de (3) Juno está moderadamente inclinada, con unos 12° a la de la eclíptica. La rotación de (3) Juno es en un ángulo aproximado de 50° sobre el plano de la eclíptica; y al igual que (2) Palas en su movimiento de traslación tiene grandes zonas del asteroide que permanecen en día y en noche permanentes durante prolongados periodos del año juniano.

La órbita de (3) Juno parece haber cambiado un poco en torno a 1839, señala el astrónomo James Hilton; se sugiere que este cambio muy probablemente se debió a un asteroide que paso cerca y cuya identidad no ha sido determinada. Una explicación alternativa, pero es menos probable, es un impacto de un cuerpo considerable. (3) Juno ha experimentado impactos sobre su superficie y ello ha sido observado en imágenes que captaron su rotación y revelaron una forma irregular (grumosa) con rasgos oscuros, en la que se podía apreciar un cráter. Producto de esos impactos se ha formado la Familia Juno, cuyos miembros como (32326) 2000 QO, el más brillante de ellos, apenas tiene un diámetro de unos 6 kilómetros.

Por su parte (4) Vesta es uno de los asteroides más grandes, con un diámetro medio de unos 530 kilómetros se lo ubica como el segundo asteroide más grande (superado en tamaño por (2) Palas). Pero (4) Vesta es el primero más masivo, después de que (1) Ceres fue elevado a la categoría de planeta enano. (4) Vesta contiene un 9% de la masa del cinturón de asteroides. (4) Vesta se cree que es un protoplaneta remanente de esos primeros momentos del sistema solar y se supone que posee un interior diferenciado (núcleo metálico), justificando así su mayor masa.

(4) Vesta tiene una órbita casi circular (excentricidad del 0,08); una baja inclinación (7°) y es uno de los cuerpos que rota sobre si mismo más rápido (5,3 horas), con una inclinación en el eje de rotación de unos 29°. (4) Vesta aún compite, junto con (2) Palas en ser clasificado como un planeta enano. Su forma elipsoidal fotografiada por la sonda Dawn no ha sido suficiente para poder entrar en este grupo y los astrónomos prefieren pensar en estos dos grandes asteroides como protoplanetas (cuerpos que poseen un núcleo ferroso y en etapas tempranas este fluyó por la radiación de los metales contenidos formando un núcleo metálico diferenciado del exterior más ligero y rocoso).

Hace unos mil millones de años hubo una gran colisión que dejó un enorme cráter que ocupa gran parte de su hemisferio sur y (4) Vesta perdió un 1% de su masa. El cráter detectado en 1996 por el telescopio espacial Hubble tiene un tamaño 430 km y una profundidad de 17 km; fue medido y fotografiado en más detalle por la sonda espacial Dawn de la NASA que alcanzó al asteroide en agosto de 2011 y lo acompañará hasta mayo de 2012, antes de seguir a (1) Ceres. Se cree que este cráter, llamado Reasilvia (como una Vestal, violada por Marte y madre de Romulo y Remo), puede ser el origen de los pequeños asteroides de tipo V o Vestoides que se conocen en la actualidad. Esta y otras colisiones han formado una de las grandes familias colisionales del Cinturón de Asteroides; que han sido clasificadas dentro de un tipo particular (Tipo V) y que son similares en composición al Tipo S, pero tienen mayor proporción de piroxenos.

Juno y Vesta en los mitos

Ceres/Demeter, Juno/Hera y Vesta/Hestia eran las hijas de Rea/Ops y Cronos/Saturno; hermanas de Júpiter/Zeus, Neptuno/Poseidón y Plutón/Hades. Mientras Ceres se volvía diosa de la Tierra y reemplazaba en funciones a su madre; Juno y Vesta no tenían mayor lugar en el mundo que reinar. Estas dos hermanas sin embargo mantenían algo del poder heredado de su madre. En sus inicios Juno (de donde proviene la palabra iuvenis = joven) fue una diosa vinculada a los nacimientos y los partos; si Ceres era el verano y diosa de la agricultura; Juno sería en una etapa temprana una diosa del ganado; uno de sus tótem es la vaca, y se honra a Hera llamándola ‘ojos de vaca‘; así las dos hermanas son diosas de lo que nace (la vegetación y el ganado respectivamente). Cuando se la asoció con la Hera griega, se la volvió esposa de Júpiter (Zeus) y asumió muchas de las características de la diosa extranjera. Juno evoluciona a diosa del matrimonio, las relaciones, y como la celosa Hera, se vuelve una diosa que vigila lo sagrado del compromiso marital, no perdona los adulterios y es vengativa con quienes los realizan.

En toda la mitología griega los cuentos de Hera se la vinculan en castigar y perseguir a las amantes e hijos de su marido. Similar papel tuvo después la diosa Juno. En los mitos de Hera a uno de los hijos de Zeus que más persiguió fue a Heracles (el Hércules romano). Uno de esos mitos señala que cuando Heracles era un infante, Zeus engaña a su mujer para que lo amamante; cuando Hera descubre el engaño, retira al infante de su seno y la leche de su pecho se derrama por los cielos formando la Vía Láctea.

Cuando Zeus se enamoró de Io, una sacerdotisa de la diosa; para evitar que su mujer lo descubriera transformó a Io en una becerra. Hera pidió la becerra para sacrificarla luego. Zeus no se pudo rehusar a menos que se descubriera. Hera pone al gigante Argos (el de los cien o mil ojos según mitos) a vigilar a la becerra y Zeus envía luego a Hermes a matar al gigante y liberar a su amante. Hera llora la muerte del gigante y pone sus ojos en la cola del pavo real, que se convierte en su ave tótem; el pavo real fue luego elevado a los cielos donde es una de las constelaciones modernas del hemisferio sur.

Como diosa Juno propiamente, sus actos más recordados son en la Eneida persiguiendo a héroe troyano Eneas. Hera/Juno, odiaba a los troyanos porque su marido la había engañado con Ganimedes, un príncipe troyano y lo había convertido en el copero de los dioses. También los odiaba por el Juicio de París, un joven troyano que eligió a Afrodita/Venus como la más hermosa en vez de a ella. Para impedir que Eneas (un hijo de Afrodita/Venus) funde una nueva Troya en Italia (Roma), después de su destrucción, Juno envía a Eolo, dios de los vientos, para que conduzca las naves de Eneas a Cartago, donde lo hará reinar con la bella Dido.

El nombre original del Dido era Elisa; hermana de Pigmalión (rey de Tiro – Fenicia, no confundir con el escultor de Chipre que se enamoró de una estatua de Venus). Pigmalión deseaba los tesoros de un sacerdote llamado Siqueo, y casa a su hermana Elisa con Siqueo para averiguar donde esconde el tesoro. Elisa le indicó un falso lugar y cuando su hermano manda a matar a su esposo (del cual no estaba enamorada), ella escapa con el verdadero tesoro y su hermana Ana. Elisa llega a las costas de África (hoy Túnez) y desea comparar algo de tierra al rey Jarbas, Jarbas le expuso que le daría tanta tierra como ella pudiera abarcar con una piel de buey. Elisa, a fin de que la piel abarcara la máxima tierra posible, la hizo cortar finas tiras y así consiguió circunscribir un extenso perímetro. Tras esto hizo erigir una fortaleza llamada Birsa, que más tarde se convirtió en la ciudad de Cartago o Qart-Hadash (que en fenicio significaba «Ciudad Nueva»). Instaurada como soberana de la ciudadela, recibió de los indígenas el nombre de Dido.

Cuando Eneas llega a Cartago, Juno le ordena a Venus que Eneas y Dido se enamoren. Venus sabía que ese no era el destino de su hijo y engaña a Juno enviando a Cupido para que sólo se enamore a Dido de Eneas, para que ella no lo traicione. Júpiter envía luego un mensaje a Eneas con Mercurio recordándole su destino. Eneas en la noche escapa con sus hombres y sus naves. Dido intenta detenerlo, pero sólo consigue quitarle la espada. Tras verlo marchar, Dido lo maldice diciendo que si funda una ciudad, Cartago será su más grande rival; y luego se suicida con la espada arrebatada y Ana prende una pira funeraria donde incinera los restos de su hermana. Eneas mira desde su barco las llamas funerarias. El mito justifica así el odio entre cartaginenses y romanos.

Finalmente Eneas llegar al Lacio y Juno confabula para desatar una guerra entre latinos y troyanos. Latino el rey de la región tuvo por esposa a Amata. De esta unión nació Lavinia, y un hijo que murió tempranamente. Latino, al no tener hijos varones que le sobreviviesen, prometió dar su reino al que se casase con su única hija. El pretendiente que más apoyo tenía era Turno, heredero de uno de los más antiguos y poderosos linajes italianos y porque la reina Amata le quería como yerno. Pero Lavinia no se casó con él porque un oráculo dijo que la princesa tendría que casarse con un extranjero. Así, cuando vino Eneas, que era troyano y por tanto forastero, Latino creyó conveniente que este se casase con su hija, pero Amata no.

Juno influyó sobre la reina de que por culpa de Eneas, el héroe Turno no sería su yerno y ello provocó la guerra entre latinos y troyanos, hasta que finalmente Turno muere a manos de Eneas. Amata viendo que no podía impedir la boda entre Eneas y Lavinia, se ahorcó, ante la horrorizada mirada de su hija. Juno al final no puede intervenir más con los hados del destino y pacta con Júpiter de no intervenir más en la unión de latinos y troyanos siempre que los latinos conserven su nombre y el nombre de los troyanos desaparezca. Júpiter concede su deseo para que deje de molestar a los troyanos y dice que solo agregará dioses y culto. Es por ello que salvo por nombres, mitos griegos y romanos son tan similares y hoy somos pueblos latinos y no pueblos troyanos.

Vesta fue más humilde en su culto. A diferencia de sus hermanas, su culto se vincula al fuego del hogar (no la casa sino la chimenea donde se cocinaba y se calentaba la vivienda en invierno); así Vesta era una diosa de la alimentación. Ceres, Juno y Vesta representan tres facetas de la vida rural primitiva; por un lado la agricultura y el ganado (Ceres y Juno); pero por el otro las familias se reúnen alrededor del fuego, para cocinar, protegerse de las bestias y contarse historias, ese es el papel de la Vesta original. Ella cuidaba a toda la familia, aunque nunca tuvo una propia. Prefiere ceder su espacio antes de crear conflictos en el grupo; así cuando Dioniso/Baco pide entrar al consejo de los dioses, ella cede su lugar. En el culto griego, a su equivalente Hestia, no fue venerada más allá de pequeños altares; pero en el mundo romano las vestales tenían gran influencia política y social. Para pertenecer a tan selecto grupo, las niñas de las mejores familias eran reclutadas a los diez años y hacían votos de castidad. La muerte era el castigo a aquellas que rompían votos de celibato; esta podía ser lapidación, decapitación o enterradas vivas. Las vestales eran las únicas sacerdotisas reconocidas en la sociedad romana, los demás cultos eran realizados por hombres. Los condenados a muerte podían rogar a las vestales por su vida, si el encuentro había sido casual entre ambos.

Juno y Vesta en astrología.

Juno y Vesta son dos aspectos complementarios en la mujer, junto con Ceres y Palas forman un cuarteto que se evalúa junto. Con Ceres tenemos la maternidad sobre todo, el deseo de ser madre y de criar a los hijos; Palas es la hija, la joven adolescente, virgen aún (no se ha vuelto mujer como Venus), que desea crecer por si misma, las labores y el aprendizaje son lo importante en su vida, el descubrir sus posibilidades, sobre todo intelectuales y manuales hacen de Palas (Atenea) la perfecta hija.

Juno representa otro aspecto típicamente femenino, el matrimonio; pocas mujeres se sienten completas si no están casadas; muchas cuadran su vida en función del matrimonio, de buscar al hombre perfecto, al perfecto padre de sus hijos, al apellido que combine y que la víctima —perdón marido— sea complemente el suyo. Así el papel del matrimonio es visto de maneja jocosa por el mundo occidental, mientras para muchas mujeres es su liberación, la posibilidad real de salir del hogar; el varón ve este acto como si le pusieran cadenas.

Juno es en su aspecto más positivo la felicidad conyugal, el amor en la relación, la fidelidad de la pareja; en su aspecto negativo Juno son los celos, la infidelidad, los matrimonios que toda la vida viven peleando, no hay punto medio para alcanzar el equilibrio en la pareja; es un todo o todo; no se cede un espacio para poder vivir en paz; parece que la vida es solo para amargarse y amargar al otro.

Vesta representa un último aspecto de la mujer; en el mito era la diosa del hogar (la cocina), virgen (por ello también se le vincula a Virgo), paciente, conciliadora; Vesta es en el sentido más simple una monja. Su aspecto femenino lo tenemos con el nombre equivalente, una hermana. Vesta representa el papel de la hermana; la mujer que apoya a su familia por encima de todo; trata de conciliar los problemas (cede su puesto a Baco/Dioniso) por el bien del grupo. Es aquella compañera, casi madre, que te tiene preparada la comida de la escuela, que te cuida cuando estas enfermo, que te lleva el colegio y te lava la ropa sucia. Es la hermana que acude en tu ayuda cuando estas en necesidad. Es la mejor amiga a la que le cuentas tus secretos. Vesta es ese aspecto femenino de ser la mejor amiga (hermana) por sobre todas las cosas. Los aspectos negativos de Vesta son el distanciamiento, el no involucrarse con los problemas de los demás, aislarse de la familia.