Grandes Cuentos de Hadas (10) Cenicienta

«Había una vez un gentilhombre que se casó en segundas nupcias con una mujer, la más altanera y orgullosa que jamás se haya visto. Tenía dos hijas por el estilo y que se le parecían en todo. El marido, por su lado, tenía una hija, pero de una dulzura y bondad sin par; lo había heredado de su madre que era la mejor persona del mundo.».

Así comienza la versión francesa de Charles Perrault del cuento de hadas más extendido y antiguo de todo el mundo. En 1893 Roalfe Marian Cox (1860-1916) publicó una recopilación de 345 versiones del tema de Cenicienta y, desde entonces, han salido a la luz muchas más.

La historia de Cenicienta es una historia de descubrimiento, alguien que ha vivido una vida plena y que de repente entra en un infierno del cual debe salir; recibe la ayuda de poderes sobrenaturales para poder recuperar ese paraíso perdido nuevamente. Aunque existen múltiples versiones, incluso algunas donde la protagonista no es una chica sino un chico; todas se pueden agrupar dentro de tres grandes versiones:

La primera y las más difundida es la muerte de la madre y un segundo matrimonio, donde entran en juego una madrastra cruel y dos hermanastras. La heroína es llevada a una posición servil y vestida con harapos. Entonces recibe ayuda sobrenatural para sobrevivir y tener un apoyo en su triste destino. Este mismo agente sobrenatural le obsequia vestidos espléndidos y permite que pueda acudir a un baile donde conoce al príncipe. Se encuentran, se enamoran y se separan tres veces antes de unirse definitivamente, sirviéndose de la ayuda de un objeto (una zapatilla o un anillo), finalmente el héroe y la heroína viven por siempre felices.

La segunda variante es del tipo del «Rey Lear», en ella un rey que tiene tres hijas decide abdicar en favor de ellas y les pregunta a cada una cuánto lo quieren. Las dos primeras princesas hacen manifesta­ciones exageradas de su amor, mientras que la menor dice «Tanto como a la sal». El rey se siente ofendido y expulsa a la hija menor, ordenando su muerte. Ella escapa con la ayuda de algún poder sobrenatural, y encuentra un trabajo servil en un palacio extranjero, donde se produce la escena común del baile los encuentros, el reconocimiento y el matrimonio. Al final el padre rey descubre que sus otras hijas no lo quieren y termina solo; recogido por la menor y en las festividades de boda, se le sirve comida sin sal, entendiendo por fin el significado de la frase de su hija menor.

La tercera variación habla de un padre incestuoso; la hija menor pone pruebas a su padre para tratar de contener su contranatura, pero finalmente debe escapar y la historia se repite igual que con los  dos casos anteriores; en esta versión la princesa solo se revela cuando su padre a muerto o ha sido detenido.

Hay algunas observaciones con respecto al nombre, en español y la mayoría de las lenguas latinas se le llama Cendrillon (frances), Cenerentola (italiano) Cenicienta (español), indicando que la heroína vive entre las cenizas, en la versión alemana se conoce como Aschenputtel (Tonta de las Cenizas) que está más de acuerdo con su significado simbólico, otras lenguas suenan similar al alemán: Askungen (sueco) Assepoester (holandés), Askepot (danes). En la versión en ingles la traducción del frances Cendrillon al ingles fue Cinderella, buscando una similitud homónima provocó una perdida del significado gnóstico del cuento, ya que en ingles cinder es carbón y la traducción del nombre en ingles al español sería Carboncilla.

Las principales versiones se incluyen a continuación:

El Hogar

La importancia del nombre viene de la relación de la protagonista con el hogar (chimenea para cocinar y calentar la vivienda antigua). El hogar tiene varios significados: por un lado era el centro de la vivienda y por lo tanto es el corazón de la casa. El hogar es un lugar exclusivamente femenino; de ahí proceden el calor, los alimentos y la comodidad. En el hogar los habitantes dejaban alimentos a los duendes domésticos que ayudaban con las labores de la casa y cuando se mudaba la vivienda se llevaban lozas y fuego del primer hogar de manera que los duendes domésticos siguieran a sus moradores a la nueva casa.

El hogar era vigilado por diosas del fuego (la Hestia griega, la Vestal romana o la Brigit celta); y el fuego es un elemento transformador en el mundo antiguo; en el hogar se cocinan los alimentos, se fabrica el pan, por tanto el fuego y sus secretos son sólo para los iniciados. Cenicienta es la que habita cerca del fuego, la que está predestinada a la trasformación; y su nombre la predispone; es la que está en contacto con las cenizas, que son los restos mortales de la trasmutación; es por tanto un vinculo de comunicación con el más allá. Ya en la antigüedad Odiseo se sienta sobre las cenizas para poder hablar con el alma de Aikinos en el inframundo y en la actual India los chamanes se cubren de cenizas para entrar en contacto con la divinidad.

Las Feas Hermanas y la Madrastra

En la versión más tradicional las hermanas, medio hermanas o hermanastras son dos, y junto con Cenicienta forman un trío. La heroína al estar vinculada al fuego y las cenizas es el espíritu; las otras dos hermanas, aunque descritas como feas, rara vez las descripciones concuerdan con este aspecto, representan dos aspectos físicos: el cuerpo y la mente (llamada por los antiguos Psique = Alma); ambos perecederos, sólo el espíritu es inmortal (la inmortalidad del alma no es del todo aceptada en la creencia cristiana moderna). Las tres hermanas representan los tres estados de la evolución del entendi­miento del hombre, el conocimiento inicia con el cuerpo, con los placeres físicos y sensuales; siguen los de intelecto; la razón y el pensamiento concreto, pero sólo en el espíritu se puede apreciar la creación de dios. Las feas hermanas son descritas en la versión alemana de los hermanos Grimm como «dos niñas que tenían un rostro muy hermoso, pero un corazón muy duro y cruel» representan los poderes oscuros y malignos latentes en la falta de bondad y que se manifiestan como crueldad, avaricia, envidia, vanidad y estupidez.

La madrastra tiene un significado aun más oscuro. En muchas versiones primitivas se trata de la propia madre que tiene celos de sus hija menor y es ayudada por su hijas mayores; así la introducción de la madrastra simplifica esa carga emocional e irracional de que la propia madre trate de eliminar a su hija. Sea madre o madrastra ella representa las fuerzas negativas de la Gran Madre, la diosa primordial que todos veneraban y temían.

El Árbol Mágico y los Colaboradores de Cenicienta

Cenicienta suele ser ayudada en muchas formas por elementos mágicos; el más común es la madre muerta, a quien Cenicienta llora sus penas. Al igual que en la historia de la Bella y la Bestia, hay una escena en la que el padre sale y promete traer un regalo a cada una de sus hijas, las hermanastras piden vestidos y joyas, Cenicienta pide: «tráeme la primera rama que encuentres en el camino», la ramita es sembrada en la tumba y regada por sus llantos, creciendo rápidamente un gran árbol (el tipo de árbol varia con las versiones: manzano, olmo, palmera, mango, pino, ciprés, roble, melocotonero, avellano, etc.).

El árbol de Cenicienta, ya sea porque tiene el espíritu de su madre, o el alma de algún animal que ayudaba a la joven y que muerto por la madrastra fue enterrado bajo el árbol; o por que el árbol era el hogar de una hada, duende u otro ser sobrenatural, ayudara a la joven concediendo deseos a la chica; sin embargo en la mayoría de las versiones llegan al árbol pájaros o animales que viendo el dolor de la joven la ayudan con las tareas imposibles impuestas por la madrastra.

Una de las más comunes tareas impuestas es separar lentejas (u otro grano) de las cenizas, pasto, tierra (un poco como la tarea de Psique de separar una cantidad enorme de granos de trigo del pasto y que es ayudada por las hormigas). La recolección de semillas es un símbolo de fertilidad, poder y virilidad masculina, aun hoy es costumbre de arrojar arroz y granos sobre una pareja recién casada. Los animales o pájaros suelen reemplazar al hada madrina (popula­rizada por Disney ya uso la versión de Perrault a la versión alemana de los hermanos Grimm) y la variedad de animales no tiene fin: vacas, perros, gatos, ovejas, cerdos, cabras, osos, lobos, armiños e incluso peces, anguilas, ratones y ranas.

Las tareas impuestas tienen varias funciones, pero la idea es mantener ocupada a la joven e impedir que vaya al baile, cuando incluso después de cumplir con las tareas se le sigue negando la posibilidad es cuando intervienen las fuerzas sobrenaturales.

 

Un árbol de los deseos, un árbol que crece en poco tiempo, no es nuevo; en India, Siddha-rtha Gautama (Buda) alcanzó la iluminación bajo un árbol e hizo crecer un mango en un día para alimentar a sus discípulos (Jesús la alcanzó en el desierto y multiplico panes y peces). En Egipto los restos de Osiris llegaron a Fenicia y se donde se detuvo el ataúd creció un árbol rápidamente que incrustó al muerto dentro de su tronco. Por su parte en el mito bíblico se habla que en el Paraíso existía el árbol del bien y del mal o de la sabiduría, y por comer de sus frutos Adán y Eva fueron expulsados. La tradición judía creó dentro de la Cábala al árbol de la vida; que es una representación geométrica que describe el camino entre el mundo material y lo divino. Así el árbol mágico de Cenicienta nuevamente involucra a la joven con la idea del conocimiento a adquirir para salir de lo infierno y recobrar el paraíso perdido .

La Transformación y el Baile

Para llegar al baile Cenicienta no sólo recibe vestidos del hada/pájaro/árbol; es transportada al palacio por carros de gran belleza guiados por caballos esplendidos y numerosos pajes y cocheros; en las diferentes versiones los caballos (símbolos de los dioses solares) son el producto de la trasformación de ratones; mientras que los pajes y conductores son lagartijas transformadas. La escogencia de estos animales no es arbitraria; ambos (ratones y lagartijas) habitan en lugares oscuros y en cuevas en el subsuelo; son por tanto seres cercanos a los elementales que habitan estos lugares, a duendes, enanos y gnomos (palabra vinculada a conocimiento); aquí esta oculto el conocimiento perdido, que debe ser alcanzado para poder ascender.

La calabaza que es transformada en carruaje aparece realmente en pocas versiones; en parte porque a diferencia de la versión animada de Disney, Cenicienta va a tres fiestas de baile y no sólo una, en cada baile llevando un vestido distinto, confeccionado con los colores del sol (oro, dorado), la luna (plata y blanco) y las estrellas y el cielo o el tiempo (perlas y brillantes, azul, negro, de plumas y/o peces, etc.) y en carruajes cada vez más espectaculares.

La calabaza representa el simbolismo del reloj, por su color dorado es el color solar, es el carro del sol, que simboliza el poder divino y la ilustración (nuevamente hablamos del conocimiento). Los tiempos son importantes, Cenicienta debe abandonar las fiestas antes de la medianoche; para los antiguos durante el día hay cuatro puntos de tiempo importantes, donde lo natural y lo sobrenatural se superponen; al salir y ocultarse el sol (amanecer y crepúsculo) y en el cenit del día y la noche (mediodía y medianoche); la magia se inicia al atardecer, pero a la medianoche, al ocurrir ese encuentro de fuerzas se rompe.

Los tres trajes no solo representan a los cielos, la noche y el día, o al sol, la luna y las estrellas, también son el verano, el invierno y la primavera (el otoño es una estación relativamente nueva); hablan por tanto de etapas y ciclos, tres niveles de aprendizaje, los tres encuentros entre la Cenicienta y el Príncipe; son tres etapas de la iniciación y aprendizaje; Cenicienta (el alma, lo femenino, el yin), se encuentra ahora con el príncipe (el espíritu, lo mas­culino, el yang), cada uno reconoce inmediatamente al otro como su complemento y su realización; Cenicienta que vive entre las cenizas está vinculada al fuego, los tres encuentros con sus tres trajes diferentes representan que aprender los secretos sobre los otros tres elementos: agua, tierra y aire; para poder comprender y conocer el todo y el alma pueda volver al paraíso perdido.

La Zapatilla de Cristal

El elemento más significativo del cuento es en la tercera noche; al salir corriendo, ella pierde una zapatilla, en la versión francesa es de vidrio o cristal; en otras versiones la zapatilla es del mismo material que las ropas, oro, plata y/o brillantes. Muchos señalan que sea de cristal se debe a un error de imprenta; «vair«, (un tipo de piel fina, posiblemente de comadreja) fue reemplazada por el homónimo más familiar de «vene» (vidrio), aunque más ilógico.

Otros por su parte señalan que en otras versiones (además de la francesa) hablan de zapatillas de cristal o brillantes; y no sólo aparecen en Cenicienta; Blancanieves es enterrada en una urna de cristal; las moradas de los dioses celtas son de cristal, Merlín se retiró a una casa de vidrio; para cruzar a otros mundos los héroes deben atravesar puentes y o muros de vidrio; y las almas suben al cielo por escaleras de cristal. Así el vidrio y el cristal representan las dificultades a vencer. En alquimia por su transparencia y ver lo que guarda el interior, el cristal y el vidrio son un símbolo de la perfección espiritual y de los cambios de estado.

La zapatilla o el zapato tienen múltiples simbolismos: los esclavos van descalzos por lo tanto usar zapatos implica ser alguien libre; por otra parte los niños corren descalzos y al crecer y asumir responsabilidades, usar zapatos se vuelve un signo de iniciación. Los hombres santos usan zapatos para no tocar el suelo (lo terrenal) y al entrar en algunos templos los hombres se descalzan por igual razón, para dejar atrás lo terrenal. El zapato en la mujer es también un fetiche para el hombre; los psicoanalistas ven en la punta de los tacones una imagen del pene (eso lo ven ellos nada más) con el cual la mujer domina al hombre; de ahí la frase francesa del hombre dominado por su mujer: «está bajo la zapatilla de la esposa».

En Cenicienta se vuelve un símbolo del control; le da al Príncipe la herramienta para encontrar a la joven y elevarla en su nivel social de sierva a princesa; aunque en Disney son mensajeros lo que buscan a la joven de la zapatilla, rompiendo la importancia simbólica de la búsqueda por parte del joven héroe, ya que tres veces parte el Príncipe a buscar su amor, en dos oportunidades las feas hermanas se cortan los dedos y talones de los pies para engañar al chico; las aves y/o animales descubren la trampa, hasta que en la tercera oportunidad se logra el objetivo. Tres veces fue Cenicienta al baile, tres veces el Príncipe la buscó.

El papel del padre

El papel del padre varía en las tres versiones, en la primera versión, es alguien indiferente al destino de su hija y dominado por su segunda esposa, el padre es como el rey del ajedrez, sin muchas posibilidades de movimiento y casi ausente en la obra, algunos lo comparan al sol del año viejo y el Príncipe es el sol del año nuevo; Cenicienta sale del verano y cruza sola el invierno para renacer en primavera con los nuevos rayos del sol naciente.

En la segunda versión el padre asume el rol de la madrastra, es el que persigue y expulsa a la hija, es alguien débil (como en el primer caso) que se deja llevar por las fuerzas negativas.

La tercera versión es donde cobra importancia, ya que entramos en un tema tabú, el incesto; aunque algunos autores tratan de justificar el hecho aludiendo locura senil, al confundir a la hija menor con la madre. La amenaza de un matrimonio incestuoso hace que Cenicienta experimente el mismo efecto que el rechazo o el descuido por parte del padre; la separa bruscamente de la inocencia y la infancia y la precipita en el mundo adulto del sexo, la aventura y el peligro.

Las uniones incestuosas aparecen en muchas mitologías, los dioses se unen a sus hermanas (sus iguales) para mantener la pureza y tratar de recobrar la unión perdida en la creación cuando se separaron la tierra y el cielo; la alquimia busca reconstruir al andrógino (un ser hombre/mujer), busca recobrar la unidad primordial, restaurada con la unión de las partes separadas. En Egipto los faraones se casaban con sus hermanas para mantener la pureza de la divinidad (el faraón era la representación del dios del cielo en la tierra). Pero el incesto tiene un problema, la genética, iguales genes provocan el incremento de algunas características comunes, no necesariamente positivas, degenerando a los herederos; ejemplo de ello fue el resultado de las bodas entre parientes en las monarquías europeas, en la edad media hasta finales del siglo XVIII, como una forma de no perder o tener que dividir las tierras; resultando reyes no solo con malformaciones físicas, sino con serias taras mentales. Para evitar ello, se tiene un tabú en la mayoría del mundo sobre el incesto; con el fin evitar estas consecuencias embrutecedoras.

El incesto representa aferrarse al pasado y conocido y así evitar enfrentarse a lo nuevo y desconocido. El padre ve en su hija lo conocido y trata de mantener la feli­cidad pasada, no tiene la fuerza de voluntad para desprenderse del pasado e ir a lo nuevo. También la gran diferencia de edad implica un temor a la muerte; los hombres mayores siempre tratan de casarse en segundas nupcias con chicas que podrían ser sus hijas, para así poder sentirse más jóvenes.

En las segundas dos versiones se tiene que Cenicienta ante la amenaza de muerte por parte del progenitor debe huir, se suele agrega en la tercera versión la parte de que para contener a su padre le pide vestidos maravillosos (es la forma que los obtiene) y luego escapa disfrazada. En ambas versiones es muchas veces ayudada por alguien más, animal, hombre o mujer, o un ser mágico, quien no sólo la ayuda a encontrar o conseguir los vestidos y el disfraz, que suele ser de pieles de animales, de pastos u hojas, sino que la esconde o lleva al palacio del Príncipe, presentándola como sierva, es en este momento que la joven inicia su periodo de servidumbre.

El Simbolismo de la Sal

Las variantes del «Rey Lear» siempre hablan de sal; la hija menor le responde al rey que su amor por su padre es igual que el amor del rey por la sal. Aunque el rey no entiende el símil y expulsa a la hija, y no entiende el significado hasta que tras la boda de su hija se le sirve comida sin sal. La sal le da sabor a los alimentos, igual se dice que «las emociones y la variedad son la sal de la vida».

La escogencia de esta «especie» no es for­tuita. Las tres hermanas son: el cuerpo, la mente y el espíritu; en alquimia medieval los cuatro elementos clásicos (fuego, agua, aire y tierra) habían sido reemplazados por una imagen más cristiana: azufre, mercurio y sal. El mercurio simboliza lo fluido, lo dinámico, lo femenino; es fluido y sujeto a la sublimación, es el espíritu sutil. El azufre simboliza lo fijo, lo estable y lo masculino; es combustible graso y aceitoso, se le atribuye la posición de mediador del alma; la sal es el moderador y estabilizador de ambas tendencias. La Sal une los dos principios y es entonces cuando el alquimista logra el andrógino alquímico, que simboliza la unión de los opuestos; su poder solidificante la hace corresponder con el cuerpo.

La sal simboliza también: permanencia, fidelidad y amistad. La sal es  amuleto, al poder de evitar que los alimentos se corrompan le ha conferido esa imagen. En los países orientales era costumbre tradicional colocar sal ante los extranjeros, como señal de amistad y buena voluntad. Pan y sal significan hospitalidad. Rociando con sal se evi­ta que las hadas roben a un recién nacido y se colocaba en los labios de los bebés romanos de ocho días para alejar a los espí­ritus. Las hadas no pueden comer alimentos con sal y las brujas le temen a la sal; pues las secan.

 

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Fuente principal: J. C. Cooper «Cuentos de Hadas»

Editorial Sirio C.A. España. 1998.