Cosmogonia (9) La multitudinaria descendencia del Océano (Los Oceanidas o Potamoi)

A diferencia de sus hijas, los hijos varones de Océano y Tethys no tuvieron gran importancia o suerte; por lo general se vieron sometidos a los designios de los dioses, y tuvieron que soportar que muchas de sus hijas (las nayades) fueran violadas por los mismos, sin poder hacer mucho por salvar o vengar el honor de tales deshonras.

oceanidas

Los ríos de Grecia y sus historias

Aqueloo era uno de los ríos más importante de Grecia era hijo de Océano y Tethys, o en otras versiones de Océano y Gea. La razón de esta segunda ascendencia se debe a las representaciones más comunes del río; un ser con cuerpo de toro con rostro humano; pero en otras es un hombre con rostro de toro, similar al minotauro; y donde el toro era un animal sagrado de la diosa de la tierra. Como todos los ríos, se le suele poner la piel verde, o verde-azulada (cían). El poeta Hesiodo señala que Poseidón volvió a Aqueloo el príncipe (gobernante) de todos los ríos, en parte de ello por ser el río más grande de agua dulce en Grecia, y era a menudo representado como el dios del agua dulce en general. Su mito más importante es la disputa con Heracles/Hercules por la mano de la princesa Deyanira, hija del rey Eneo que gobernaba la región de Calidón, donde el río fluía, y cuyas inundaciones y sinuosidades alteraba constantemente los limites de la región, provocando con ello muchas disputas entre los lugareños. Según la leyenda, Deyanira estaba prometida al dios del río, pero cuando el pretendiente hizo su aparición, primero como toro, luego como serpiente y finalmente como hombre con cabeza de buey, por la cual escurría agua como quien sale de una piscina, la chica solo sintió terror. La hermana de difunto Meleagro (quien mato al terrible jabalí de Calidón, con ayuda de la heroína Atalanta) se negó a desposar a tal pretendiente, y tuvo la ayuda del mayor y más fuerte héroe del momento; Heracles disputó con el río la mano de la chica y lo venció cuando Aqueloo se transformó en toro y atacó al héroe, el héroe le rompió uno de sus cuernos.

Aqueloo

Aqueloo vencido cedió la mano de la princesa, pero el río luego tendría amores con Perimela (hija de Hipodamante), o en otras versiones con Perimede, una hija de Eolo, (uno de los hijos de Heleno, padre de todos los pueblos griegos, y no confundir con el hijo de Poseidón, señor de los vientos de igual nombre). Perimede tuvo entre sus hermanos a reyes tan importantes como: a Creteo (el abuelo de Jasón), Sísifo (quien quiso engañar a Hades y fue castigado a cargar una piedra por la eternidad), Deyoneo (el suegro de Ixión), Salmoneo (quien intentó igualarse en Zeus y este lo mato con un rayo), y Atamante, entre otros. Según el mito Perimela fue lanzada de un risco, cuando su padre descubrió sus amores con el dios río. Aqueloo la cogió al vuelo evitando que se estrellara. Suplicó a Poseidón que no dejara que la joven muriese y que le permitiera abrazarla eternamente. Perimela se convirtió entonces en una de las Equínades, islas que se encuentran en la desembocadura del Aqueloo, rodeada continuamente por los brazos de este río.

Aqueloo - sirenas2

Las Equínades fueron el sitio de refugio de quienes escapaban de maldiciones; uno que se ocultó en las islas recién formadas en el delta del río fue el matricida Alcmeón, quien mató a su madre por ser la causante de la muerte de su padre. Según los mitos ya han transcurrido varias generaciones, y producto de la maldición del collar de Harmonía ha provocado la caída de la familia de Cadmo, los hijos se han disputado el trono, siendo la historia de Edipo casado sin querer con su propia madre una de las más grandes tragedias griegas. Dos hijos de Edipo disputan ahora el trono de Tebas; Eteocles niega respetar el acuerdo con Polineces, de reinar cada uno un año; Polineces se refugia en Argos con el rey Adrasto; quien apoya a Polineces en su reclamo del trono tebano. Para ello se forma un ejercito dirigido por siete caudillos, entre ellos Anfiarao, quien se negaba a participar, pues como adivino predecía su muerte. Polineces convence a Erifila, la esposa del caudillo, a cambio del collar de Harmonía. Anfiarao muere como estaba predicho, mientras Polineces y Eteocles de matan mutuamente en duelo. Alcmeón cobra venganza por al muerte de su padre, sabiendo que la culpable es su madre y escapa; llega a la corte del rey Fegeo casa con la hija del rey, Arsínoe, y le regala el collar maldito; pero no puede descansar y por su matricidio es perseguido por las Erinias (Furias). El oráculo le indica que sólo puede escapar de las furias si llega a una tierra creada después la muerte de su madre; estas eran las Equínades. Su suerte no termina aquí, abandona a su esposa, pero el río Aqueloo le da a su hija Calírroe (se aclara que hubo varias ninfas y princesas con este nombre; entre ellas una oceanide de igual nombre fue amante del gigante Crisao y madre de otro gigante, Gerión), pero debe entregar como dote el collar maldito; Alcmeón regresa a la corte del Fegeo, pero no logra cumplir sus planes, el rey lo captura y ordena su muerte por traición. Calírroe, ya con dos hijos de Alcmeón, Acarnán y Anfótero, pide ayuda a los dioses para vengar a su marido y estos son convertidos en adultos y van al reino de Fegeo, matando al rey y todos sus hijos. Los hijos de Calírroe escapan de la furia de la población y entregan el collar al templo de Delfos, terminando así con la maldición del collar.

Otra de las hijas de Aqueloo fue la ninfa Dirce, quien también estuvo envuelta dentro de la maldición de collar de Harmonía. Según los mitos esta ninfa desposo a Lico, quien gobernó Tebas como regente y luego como tirano. Se cuenta que Lico y Nicteo llegaron a Tebas cuando reinaba Penteo, esposo de Ágave, hija de Cadmo. Pero Penteo no duró mucho en el trono, un nuevo culto, el iniciado por Dioniso un sobrino político (hijo de Semele, hermana de Ágave), provocó la muerte de Penteo, y el trono fue asumido por Polidoro, otro de los hijos Cadmo; quien estaba casado con la hermana de Nicteo y Lico. Polidoro muere y debe heredar su hijo Lábdaco, pero este muere y su hijo Layo, aún niño es el heredero. Es entonces que Nicteo asume el trono. Antíope, hija de Nicteo, queda embarazada de Zeus, la chica huye ocultándose en la corte del rey Epopeo. Nicteo no soporta la ida de su hija y muere; dejando la regencia a su hermano Lico y pidiéndole que recupere a su hija. Lico conquista el reino de Epopeo, matando al rey y trayendo a su sobrina, dejando a los hijos de la joven, los gemelos ZetoAnfión abandonados en el monte Citerón. Antíope termina como esclava de Dirce. Años después logra escapar, recuperar a sus hijos, y estos vengan a su madre, tomando el trono de Tebas y atando a Dirce a un toro, quien la arrastra por el campo hasta morir. Según los mitos, donde su cuerpo terminó surgió una fuente que lleva su nombre.

sirenas

Las hijas más famosas de Aqueloo fueron, sin embargo, las Sirenas; la madre es alguna de las Musas, aunque ninguna de las candidatas se atribuye o acepta ser la ascendiente de tales seres quiméricos, delineados con cuerpo o piernas de ave y rostro humano, pero que el siglo IX fueron descritas como seres pisciformes, mitad mujer, mitad pez, más similares a las antiguas nereidas y posiblemente debido a la confusión de sus mitos. Una de las historias señala que eran ninfas con cuerpo humano y siervas de Demeter, cuando fue raptada Perséfone, la diosa de la agricultura transformó a las ninfas en aves con rostro humano y las envió a buscar a su hija; estas volaron hasta que se cansaron y se establecieron en la isla de Anthemusa (que los expertos señalan que pueden ser la isla de Capri o la isla de Ischia en el golfo de Nápoles). Las sirenas suelen ser citadas en tríos, pero sus nombres variaban según la región donde se las adoraba; entre los registrados se incluyen: (1)Agláope (bello rostro), (2) Telxiope (aclamadora), (3) Telxínoe (encantadora), (4) Pisínoe (persuasiva), (5) Parténope (voz de doncella), (6) Ligea (entonada), (7) Leucosia (blanca, pura), (8) Molpe (canto) y (9) Teles (perfecta), entre los más comúnmente citados.

Las Sirenas aparecieron en varios mitos como seres terribles que seducen a los marinos con sus cantos y los atraen hasta ellas para devorarlos; y al menos se sabe de dos naves que sobrevivieron a sus encantos; la primera fue la nave de los Argonautas, cuyos cantos fueron ocultados por la voz de Orfeo, quien viajaba con los marinos. La segunda fue la nave de Odiseo; quien puso cera en los oídos de sus hombres y se ató al mástil para escuchar los cantos y no poder ser llevado por los mismos. Se sabe que ese fue el final de aquellas criaturas devoradoras de hombres, que viendo que un mortal se resistía a sus cantos se lanzaron a la aguas del mar y se suicidaron. Los restos de Parténope llegaron a la costa y fueron enterrados, sobre sus restos se construyó luego un templo y finalmente una ciudad creció a su alrededor, hoy la ciudad de Nápoles; pero también se dice que los restos de aquellas criaturas son tres pequeñas islas en la costa suroeste de la región de Campania, ahora nombradas como: Licosa, San Pedro y La Galetta.

Inaco

Inaco reinaba en Argos, una ciudad del Peloponeso. Los mitos dicen que ante su pasividad ante los dioses terminó perdiéndolo todo. Su hija Io fue reclamada como sacerdotisa por la diosa Hera, pero Zeus se prendó de la joven y la rapto, ello provocando la furia y venganza de la diosa, e hizo que la joven escapara hasta que terminó en Egipto y se volvería madre de una línea real que acabaría finalmente en Perseo y Dioniso. Eris (la diosa de las disputas) intervino y volvió la pasividad de Inaco en odio a los dioses, ello provocó que Zeus cansado de sus reproches lo transformara finalmente en el río de la región de Argólide en el Peloponeso que pasa por la ciudad que reinaba. Las mala suerte de Inaco no terminó, participó en la disputa por la región entre Hera y Poseidón; de la cual fue juez junto con sus ríos tributarios los ríos Asterión y Cefiso. Cuando el jurado dio la región a Hera (varias hijas de Asterión habían sido nodrizas de la diosa), Poseidón dado que no podía provocar otra inundación, como ocurrió en la región de Ática, con su disputa con Atenea; castigo a los tres ríos privándoles del agua, y sólo tendrían curso cuando lloviera.

ladón

Otros ríos importantes de la región del Peloponeso fueron: Eurotas y Ladón. Eurotas fue padre de la ninfa Esparta quien desposo al rey Lacedemon (hijo de la pleyade Taigete y Zeus), ambos serán padres de Euridice, quien casa con el rey Acrisio (un descendiente de Io) y quienes serán padres de Dánae, la madre de Perseo. Por su parte Ladón fue el padre de la ninfa Dafne. Según los mitos cuando joven Eros recibió de su madre Afrodita el arco y las flechas, Apolo se burló diciendo que hacía un niño con tales armas.

Dafne

Eros se vengó disparando en el dios una flecha dorada cuando conoció a la ninfa Dafne, provocando un amor enardecido por la chica; pero lanzó una flecha de plomo en la joven, quien con solo ver al dios sintió tal repulsión, y huyo en veloz carrera perseguida por el dios de las artes. Antes de que Apolo la agarrara, Dafne pidió ayuda a su padre, quien la transformó en el árbol de laurel; desde entonces a los ganadores de competencias deportivas y artísticas el dios los premia con una corona de ramas de laurel.

Siringe

Otra hija de Ladón fue Siringe; esta ninfa fue acosada por el dios campestre Pan, ante los avances del dios de los pastores, la ninfa fue transformada por su padre en las cañas que crecen en sus orillas. Pan cortó las cañas e hizo la famosa flauta que lleva el nombre de dios, pero que también se conoce como siringe. Otra de las hijas de Ladon mencionada en los mitos es Telpusa, diosa de una pequeña fuente que nutre a la ciudad del mismo nombre, es conocida también como una diosa de la primavera.

Peneo

El mito de Dafne se confunde con el de otra nayade, Cirene, nieta del río Peneo, en la región de Tesalia. Según los mitos el río Peneo le quitó a su hermano, el río Escamandro (río que alimentaba la ciudad de Troya) a su novia, la ninfa Creúsa (no confundir con la primera esposa de Eneas, o con la segunda esposa de Jasón, ambas de igual nombre). Fruto de esa unión tenemos a Flegias, quien se volvería rey de los Lapitas.

Cirene

Hijas de Flegias fueron Cirene y Coronis; ambas amantes de Apolo. A Cirene no le gustaban las labores femeninas y prefería labores del campo y la caza, defendiendo a su rebaño de ovejas contra un león, atrajo la atención de Apolo, quien se enamoró de la ninfa por su valor y la secuestró llevándola hasta Libia (África); fruto de esa unión fue el dios Aristeo, quien regresó luego a Grecia y se estableció en Beocia, donde enseñó la apicultura (cría de abejas). Aristeo persiguió a la ninfa Eurídice, amada de Orfeo, pero esta en su huida piso una víbora que la mordió, provocando su muerte, causa por la cual Orfeo desciende a los infiernos a buscar a su amada.

Coronis

Coronis también fue amada por Apolo; quien deja a un cuervo (eran de plumaje blanco en ese entonces) para vigilar a la chica. Según los mitógrafos la joven, ya embarazada del dios, se enamora de un joven de la región; Apolo es avisado por un cuervo (que hasta entonces tenía las plumas blancas), la furia del dios fue tal que volvió negras las plumas del ave, para indicar que es un portador de malos augurios; y lanzó flechas contra la joven que lo traicionó matándola, luego haciéndole una cesaría extrae el fruto de sus entrañas. El niño sería Asclepio/Esculapio; el dios lo puso en manos del centauro Quirón para su cuidado, y el niño se volvería dios de la medicina.

asopo 2

Asopo fue un dios río que tenía la peculiaridad de gobernar dos causes de agua, uno en la región de Beocia (centro de Grecia) y otro en el Peloponeso. La explicación de esta peculiaridad es que ambos causes desembocan en el golfo de Corinto. Fuera de esta peculiaridad, se cuenta que Asopo cansado de las violaciones de los dioses a sus hijas, en una oportunidad encontró a uno acostándose con una de ellas, furioso se lanzó contra el dios, pero para mala suerte resultó ser Zeus, quien en un momento de desconcierto se vio obligado a escapar, pero apenas alcanzó la montaña pudo atacar ahora al río; quien retrocedió ante los rayos que lanzaba el padre de los dioses; desde entonces Asopo fluye tranquilo y calmo, y en recuerdo de aquello todavía en sus aguas se encuentran pequeños trozos de carbón.

rios de grecia

Las hijas de Asopo con su esposa, la nayade Metope, una hija de su hermano Ladón, fueron en su mayoría raptadas por los dioses, ante instigaciones de Afrodita, algún pleito tendría con el dios río que no se aclara en los mitos. Así entre las muchas hijas de Asopo se pueden citar a: Córcira y Salamina que fueron raptadas por Poseidón y llevadas a la islas que tomarían su nombres; Egina, quien fue amante de Zeus y puesta como señora de la isla homónima; Sinope y Tespia, raptadas por Apolo, con la primera sería madre de Sirio, rey de Siria, la segunda daría nombre a una ciudad en la región de Beocia; Harpina y Tanagra fueron raptadas por Ares, y finalmente citamos a Tebas, quien se volvería esposa de Zeto, mientras gobernaría la ciudad de Cadmea (la fundada por el héroe Cadmo), pero que sería renombrada por su ahora esposo por el nombre de la ninfa, nombre con que aún se conoce a la ciudad en la actualidad.

alfeo

Alfeo era un río de Peloponeso, se enamoró de la ninfa Aretusa, quien era seguidora de la diosa Artemisa. Cuando el río la persiguió, la diosa convirtió a la chica en fuente, que escapó por el submundo y brotó de nuevo en la isla de Ortigia frente a la ciudad de Siracusa (en Sicilia). Alfeo se negó a renunciar su deseo por la ninfa y se mezcló con sus aguas; tanto es así que se dice que si se lanza una moneda en el río (en Grecia), esta aparece en la fuente (en Italia).

Eveno era un río en Etolia; el centauro Neso hacía de barquero en el lugar donde su cause era más caudaloso. Deyanida, la ultima de las esposas mortales de Heracles quiso cruzar el río, pero el centauro deseó a la mujer y la secuestró. Heracles mató al centauro con una de las flechas envenenadas con las sangre de la Hidra. Antes de morir, el centauro le dijo a Deyanira que conservara su sangre y cuando su marido dejara de amarla la untara en la ropa del mismo para recobrar su amor, así el centauro engañó a la joven, quien cuando sintió que el amor del héroe declinaba unto la sangre en la túnica del héroe y ello le provocó una muerte lenta al quemarle la piel. La chica al ver lo que provocó se suicidó. Por su parte Neso murió en las orillas del río Eveno y desde entonces sus aguas tomaron un olor putrefacto.

Los grandes ríos fuera de Grecia

Si bien muchos ríos fuera de sus fronteras eran conocidos por los griegos gracias al comercio de la antigüedad, eran mencionados más como referencias geográficas de los pueblos que habitaban en sus desembocaduras, dado que eran desconocidos en sus extensiones río arriba. Una de las leyendas que más toco este aspecto fue el regreso de los Argonautas a su punto de partida. La primera y posiblemente la versión más segura es la sugerida por el historiador clásico Herodoto; esto es que partiendo de Grecia, cruzando el Helesponto y el Bósforo hasta alcanzar el mar Negro, bordeando la costa norte de Anatolia hasta alcanzar el reino del rey Estes; y luego los Argonautas regresaron marcha para atrás por donde habían venido.

Pero escritores y poetas posteriores que tuvieron en sus manos esta leyenda se vieron influenciados por los grandes poemas de Homero, y con ello su deseo de incluir a las sirenas, cíclopes y otros monstruos míticos. La versión más conocida es la correspondiente a Apolonio de Rodas, en ella aparece que el regreso se dio entrando por el delta del río Istro, que era el río que nace en los Alpes y atraviesa las tierras al norte de los Balcanes. Su nombre moderno es Danubio, río vinculado entre los pueblos celtas a la diosa madre Dana, de quien descenderían todos los dioses celtas; y donde los celtas veían en las fuentes de ese río el origen de su cultura, que se expandió por toda Europa nor-occidental, llegando hasta las islas británicas donde se asentaron finalmente estos dioses.

Istro

La versión de Apolonio señala que a su regreso de Colquida, los argonautas evitando las paredes que se cierran y aplastan las naves (el Bósforo) optaron por entrar por el delta del Istro y subieron hasta llegar al pie de los Alpes, según la historia el río conectaba con el mar Adriático, de ahí llegaron a las costas del norte de Italia, subiendo ahora por el Eridano; que según los mitos era el río donde el imprudente Faetón cayo de los cielos, y sus aguas aún hierven, y por tal motivo se hunden bajo tierra y llegan a Estigia, aumentando aún más la niebla del lugar.

Eridano

El Eridano a sido relacionado con varios ríos del mundo, pero suele ser vinculado con más frecuencia con el río Po del norte de Italia; pero en esta versión se pone al Po como uno de los tres brazos del río; los otros dos eran el Rin que viaja al norte y el Rodano que se mueve al sur; mientras que el tronco principal del río recorría Hiperboría, una región más al norte de Tracia (los Balcanes) y que los griegos asumían era el norte del mundo; y por eso el Eridano también se vinculaba con el Danubio.

Tanais

Bajando ahora por el Eridano que va al sur (el Rodano) llegan al mar Liguria, y empiezan a navegar por la costa occidental de Italia, pasado por la desembocadura del río Tiber (que bañaría luego la futura ciudad de Roma); hasta alcanzar los peligros que antes recorrió Odiseo (las sirenas, Escila y Caribis, y los cíclopes). Luego se mueven al sur y terminan atrapados en el lago salado de Tritonis (la hija del dios Tritón y la oceánide Libia, o donde reinaba la misma océanide Libia), y que los historiadores ubican en las costa de Túnez. El lago según las temporadas de lluvia y sequía de la región se unía o se desconectaba al mar. Tras salir con la ayuda del dios Tritón, que abrió un paso entre las aguas del lago y el mar que baña Libia (África), los argonautas siguen camino a Grecia, haciendo una parada en Creta, donde tienen que vencer a Talos (un androide gigante creado por Hefesto para proteger la isla); antes de alcanzar finalmente las costas Griegas.

Borístenes

Otra versión es la de Timeo de Tauromenion quien creía que los Argonautas habían subido al norte por el Tanais (el actual río Don que baja desde las estepas rusas) o por el Borístenes (hoy el río Dniéper que baja por Ucrania) y donde algunos mitos ubican su desembocadura cerca de Táuride (Crimea), lugar donde fue llevada la princesa Ifigenia tras ser rescatada del sacrificio por Artemisa. Según esta versión habrían llegado al mar Báltico (al Océano), donde bordeando las costas del norte de Europa, alcanzaron la desembocadura del río Tartessos (Guadalquivir) y donde Herodoto ponía a una de las primeras grandes civilizaciones antiguas (de igual nombre), luego entrando por la columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar), de ahí hasta las costas de Italia y repitiendo luego la propuesta de Apolonio.

Fasis

Una propuesta totalmente diferente era dada por Hecateo de Mileto que asumía que habían entrado por el río Fasis (hoy río Rioni), que nacía en los montes Caucáseos (donde ataron a Prometeo) y que descargaba sus aguas en el reino de Colquida, donde reinaba Eetes, quien había recibido el vellocino de Frixo cuando llegó montado en el lomo del animal. Según esta versión el río llegaba hasta el mar Caspio (que asumían unido al Océano como un gran golfo), y de ahí bordeando Asia recorrerían el sur de India, Persia, Arabia (pasando por las desembocaduras del Ganges y el Indo de India, y las del Eufrates y el Tigris que nacen en Anatolia y bajan por Asiria creando la región fértil entre ríos llamada Mesopotamia; para finalmente entrar por el sur de Libia (África) subiendo por el Nilo para regresar a Creta y a Grecia.

Hidaspes

Uno de los tributarios del Indo fue el río Hidaspes (como lo llamaban los griegos, pero cuyo nombre en esas épocas era río Vitastá y hoy se le llama río Jhelum); el Hidaspes corría por la actual Cachemira, en India, y fue un río que se opuso a la campaña de Dioniso en oriente; se dice que en plena batalla el río elevó sus aguas, arrastrando y matando a griegos e indios por igual. La hijas de este río, conocidas como ninfas hidapidas se volvieron acompañantes del dios del vino.

halis

Otros ríos citados por los griegos en Anatolia son el río Terme (Termodonte), (hoy conocido como río Yesilirmak, el río Verde) y su vecino al oeste es el río Halis (llamado hoy río Kizilirmak, el río rojo), entre las aguas de ambos ríos se ubicaban a las tierras de las míticas Amazonas. Las crónicas señalan que el rey libio Creso consultó al oráculo de Delfos si debía cruzar el río Halis e ir en conquista al oriente. La respuesta del oráculo era que si cruzaba el río destruiría un gran reino; el rey confiado en la respuesta de la pitonisa cruzó la frontera marcada por el río y su reino cayo ante Ciro el Grande; el oráculo no se equivocó, simplemente no dijo cual reino caería.

Sangario

Más al este, en la región de Anatolia conocida como Frigia desciende al mar Negro el río Sangario (hoy río Sarkaria); famoso por ser el lugar de culto de la diosa local Cibeles. Según los mitos ocurrió que Zeus estando dormido en los cielos tuvo una polución nocturna y sin querer su semen cayo a la tierra, fecundando a la diosa Gea/Gaya; de quien nació Agdistis; un ser hermafrodita que habitaba el monte de igual nombre. Los dioses viendo esta criatura y temiendo su poder de fecundación lo castraron, y la parte femenina se volvió la diosa Cibeles.

cibeles

Los genitales masculinos fueron enterrados y de los mismos brotó un árbol de almendro. Nana, una nayade, hija del río Sangario comió de las frutas del árbol y fue fecundada, naciendo el joven Atis, a quien la ninfa abandono y este fue criado por unos campesinos. Cibeles se enamoraría del chico ya adulto, pero los padres adoptivos del joven, quien era muy atractivo, pretendían desposarlo con una princesa de una población cercana; por ello Cibeles se aparecería en la boda enloquecería la joven amado; quien se auto castraría y moría por tal acción. Cibeles lo transformó en un pino siempre verde. Los mitos ponen a Sangario también como el padre de la reina Hecuba, la esposa de Priamo, el rey de Troya.

Ascanio

En la costa sur del mar de Marmara (entre el mar Egeo y el mar Negro), en una región llamada Misia, se encuentra un pequeño río y lago, conocido en tiempos de los griegos como río Ascanio; cuando los argonautas tuvieron que hacer una escala en las costas de Misia, el joven Hilas, escudero de Heracles, bajo de la nave para recolectar agua y fue raptado por las ninfas de la laguna, por más de que Heracles buscó al chico, nunca lo encontró; había sido arrastrado por las nayades a lo profundo del lago.

Escamandro

En las costas de Asia menor tenemos al dios río Escamandro (hoy río Karamenderes) y cuyas aguas abastecían a la ciudad de Ilion (Troya). Cuando Aquiles furioso por la muerte de Patroclo atacó a los troyanos y mato a cuantos pudo, las aguas del río se vieron cubiertas de sangre y cadáveres; ello enfureció al dios del río quien elevó sus aguas para ahogar al héroe; la diosa Hera envió a Hefesto a contener con su fuego al caudaloso río, quien al ver hervir sus aguas retrocedió.

cebren

Otro río cerca de Troya fue el Cebrén; que bajaba desde el monte Ida (Turquía) y era un tributario del Escamandro. Dos de sus hijas estuvieron vinculadas de príncipes troyanos. Hesperia fue perseguida por Ésaco, un hijo de Príamo y Arisbe (una de las tantas concubinas). El chico había predicho cuando Hecuba estaba embarazada de París que este hijo era un tizón encendido que incendiaría toda la ciudad de Troya y habría que matarlo en cuanto naciere. Volviendo a Hesperia, la ninfa escapando del príncipe fue mordida por una serpiente y murió. Tal dolor provocó su muerte a Ésaco que se arrojó al mar, y los dioses lo transformaron en un somormujo (una especie de garza).

París como indicaba el oráculo fue abandonado en el monte Ida, pero se salvó y fue criado por las ninfas del mismo, volviéndose pastor en el monte. Estando ahí fue consultado por las diosas Hera, Atenea y Afrodita, de cuál era la más hermosa y su decisión sería luego la causa de la caída de Troya. Ya adulto el chico participó en unos juegos que hacía cada año Príamo en honor a su hijo, supuestamente muerto, y tal fue su habilidad que gano los juegos y el premio de un gran toro. Pero esto no le gustó a los otros hijos del rey, que lo atacaron al sentirse vencidos por un campesino. París salvó la vida cuando su hermana Casandra, la vidente, reveló su ascendencia. Así París volvió al palacio real, con su primera esposa, la ninfa Enone, hija de Cebrén; Cuando París quiso acompañar a sus hermanos a Grecia, Enone le avisó que no navegase con sus hermanos, pero no pudo persuadirlo, y le dijo entonces que acudiese a ella cuando fuese herido, pues nadie más podría curarle, regresando ella a Ida y llevando en su vientre a Corito. París en Grecia conoció a Helena y cobrando la deuda que tenía con Afrodita, secuestro a la reina de Esparta. Años después, en plena guerra, Enone envió a su hijo con su padre. París consideró a Corito un rival y lo mató sin saber que era su hijo. Cuando finalmente París es herido en la guerra por una flecha, volvió al monte Ida y suplicó a Enone que le curase, pero ésta, despechada, se negó y París murió. Algunos cuentan que más tarde Enone se arrepintió de no haberle curado y se suicidó arrojándose en la pira funeraria del amado.

Enone

Más al sur, otro río en Fenicia (Líbano) también elevaría sus aguas, pero no por la acción de la rabia, sino movido por el amor, enamorado de su hermana, la ninfa Melibea (dulce ganado), que reinaba en esas tierras, el río Orontes inundaría las planicies para volver fértil aquellas desérticas tierras. Y justo en esas tierras se establecería luego la ninfa Beroe, que es incluida como una de las Oceanides, pero que la tradición la pone más comúnmente como una hija de Afrodita (Astarte/Istar entre los lugareños) y el dios local Adonis. Donde se asentó la ninfa surgió luego una ciudad que aún lleva su nombre, Beirut.

Acis

En Sicilia, la isla de los cíclopes, tenía su cause el río Simeto, el río principal de la isla (no el más grande, se aclara); su hija, la náyade Simetis tuvo amores con el dios pastor Fauno y fruto de esa unión fue el joven Acis. Enamorado el chico de la nereida Galatea, quien también era pretendida por el cíclope Polifemo, provocó que este último lo intentara matar lanzándole una gran roca encima, para evitar ser aplastado el chico se convirtió en un arrollo; pero algunas fuentes señalan que fue la ninfa quien pidió a Poseidón que volviera la sangre del chico muerto en río; justificando así sus rojas aguas.

Otros ríos del Sicilia, además de Simeto y Acis, fueron: Anapos y Crimiso. Las hijas de Anapos, Cyane (azul) y Ortigia (roca de las gaviotas) se establecieron en donde hoy se ubica la ciudad de Siracusa; Cyane se volvió una fuente ante del dolor del rapto de Perséfone, la chica era una de sus niñeras; mientras que Ortigia se mudo a la pequeña isla frente a la ciudad y le dio su nombre. Por su parte Crimiso tuvo amores con una troyana, Segesta, quien había huido de Troya, fruto de esa unión nació Acestes, quien se convirtió en rey de la región, y ayudo a Eneas cuando llegó a Sicilia en los ritos funerales del recién fallecido padre del príncipe troyano, y los troyanos que no quisieron seguir el viaje con su líder, se les permitió permanecer en el reino de Acestes.

La familia del Tiber

De todos estos grandes ríos fuera de Grecia, uno tuvo gran importancia, pero no para la cultura griega, sino para la romana. Este fue el río Tiber, o Tiberino como es llamado por los locales; y su culto estuvo muy vinculado a la ciudad de las siete colinas, y a las leyendas de los pueblos que lucharon por el control de la región. Tiber es una figura exclusiva de la mitología romana, una deidad de la naturaleza y vinculado al río homónimo; a diferencia de otros grandes ríos, los padres de Tiber no fueron de forma directa Oceano y Tethys, sino una primitiva diosa romana de las fuentes, Camese, una de las tantas ninfas que habitaban la región del Lacio; y el dios romano de las puertas Jano.

Tiber

Su festival anual, la Tiberinalia, se celebraba el 8 de diciembre, con el aniversario de la fundación del templo al dios en la ‘Isola Tiberina‘ (la isla Tiberina se encuentra ubicada en el río Tiber, en el trecho en que el río atraviesa Roma, cerca de la Colina Capitolina). La isla tuvo según las épocas distintos dioses a las que se le rindieron culto. Inicialmente la isla fue lugar de culto a un antiguo dios de los bosques cercanos a la antigua Roma y del inframundo, este dios conocido como Veiove era representado como un joven con arco y fechas, al lado de una cabra sacrificada (imagen que también sirvió para identificado con el dios Fauno y con los peligros de los bosques); finalmente dado los ritos de purificación y expiación el templo final se le dedicó a Esculapio, el dios romano de la medicina.

jano - tiber

Según la mitología romana Tiber es el hijo de Jano y Camese, una de las tantas ninfa que habitaban la región del Lacio. El padre de Tiber fue un dios local que no tiene correspondencia con ningún dios griego, Jano, el señor de las puertas, es un dios vinculado al tiempo (en el sentido del reloj y no del clima), que tenía la capacidad de ver el pasado y el futuro. Se cuenta que este poder lo recibió cuando dio hospitalidad a Saturno (el desterrado Cronos) y de quien aprendió los secretos de la agricultura, volviéndose así un primitivo dios de la agricultura. Jano, se puede señalar que tendría una ligera correspondencia con Khronos (un dios griego vinculado al paso del tiempo en el sentido de las horas, distinto y anterior al titán de similar nombre, Cronos, y que era en la tradición órfica uno de los dioses protogonos, primigenios, y sobre los cuales hablaremos en otra entrada).

jano

A Jano no se le conocen padres, y para los lugareños era anterior a los dioses y los titanes. Como todo dios primordial Jano tuvo varias amantes, entre ellas se cita a la diosa Carna (Carne), una diosa vinculada a la salud y la alimentación (digestión), protectora de los niños; y posiblemente una hija de Esculapio. Pero la que suele ser puesta como su principal compañera es Giuturna (Juturna, que recibe el nombre en honor a Jupiter), y a quien señalan como madre de Fontus (el dios de las fuentes).

Fontus

Giuturna inicialmente era una princesa, hija de Dauno, nieta de Licaón, [Dauno escapa de Arcadia (Grecia) tras la maldición a su padre Licaón por parte de Zeuspor haber ofrecido carne humana como alimento al dios, y llega a Italia a buscar nueva fortuna]. Giuturna en la tradición romana era hermana de Turno, héroe que tenía prometida a Lavinia, la hija del rey Latino.

Giuturna

La ascendencia de Latino es distinta según las fuentes, se le pone como hijo de Fauno y Marica en la tradición romana. Siendo Marica una ninfa de los bosques de la región del Lacio (en la actual Italia centro-occidental y región donde se ubica la ciudad de Roma). Latino en la versión griega es hijo de Circe y Odiseo, o en otras versiones, tras la muerte accidental de Odiseo por Telégono (hijo de Circe y Odiseo), la esposa del héroe y su hijo Telémaco se trasladan a la isla de la bruja donde Circe desposa de Telémaco y Penelope a Telégono, fruto de esas uniones fueron Latino e Italo respectivamente].

fauno - latino

Según la tradición Lavinia, hija de Latino estaba prometida a Turno, pero el oráculo predijo que desposaría a un llegado del mar que llevaría a los pueblos del Lacio a la gloria; la llegada del héroe troyano Eneas hace que el rey Latino le entregue a su hija, pero eso fue considerado por Turno como una traición al acuerdo previo de bodas, por tanto se inicia una pelea entre los pueblos originarios de la península italiana, y los recién llegados; provocando la disputa entre ambos guerreros y la muerte posterior de Turno a manos del troyano. La muerte de su hermano afecto tan profundamente a Giuturna que fue transformada en fuente por Júpiter (Zeus), convirtiéndose así en la señora de las aguas dentro de la tradición romana, mismo titulo que Camese, y posiblemente reemplazándola en funciones, haciendo que sea puesta muchas veces por ello como la madre de Tiber.

lara

Las leyendas romanas señalan que Júpiter deseaba a Giuturna, pero la ninfa escapaba ocultándose en la riveras de su hermano Tiber, con ayuda de las distintas nayades de los ríos y sus tributarios. Júpiter entonces pidió a las nayades de estos ríos que no dieran protección a la ninfa; pero Lara (habladora/chismosa), la hija del río Almón (uno de los tributarios de río Tiber) le dijo a la diosa Juno las intensiones de su marido. En castigo por su indiscreción, Júpiter le arrancó la lengua a la ninfa y ordenó a Mercurio que la encerrara en el infierno. En camino al inframundo, y sin poder gritar por ayuda, Mercurio violó a la ninfa y esta fue madre de dos niños, que fueron llamados colectivamente como los Lares, dioses menores vinculados a las encrucijadas, y que se relacionaron con otros genios domésticos como los Manes (las almas de los antepasados), los Penates (genios vinculados a la despensa) y los Lemures (las almas inquietas que persiguen a los vivos). Por su larga estancia en el inframundo Lara se convirtió involuntariamente en una ninfa ctónica, y fue llamada Tácita, la diosa silenciosa (Dea Muta/la muda).

lares

Los mitos señalan que el Tiber ayudó a Eneas a vencer a Turno y a sus seguidores tras aparecérsele como un anciano de tez verde coronado con hojas de cañas, indicándole que subiera río arriba para pedir la ayuda del rey Evandro y su hijo Palante (quienes gobernaban una ciudad ubicada en la actual colina palatina de la Roma moderna); para así luchar contra Turno y Mezencio (rey de los etruscos), y otros pueblos itálicos originales que se sentían invadidos por los recién llegados.

Canto

Otra de las tantas hijas de Jano fue Canto (Canente, literalmente la de la bella voz), se pone como madre de Canto a Venilia, una ninfa que formaba parte del cortejo de Venus (Afrodita). Virgilio haría de la ninfa Venilia, en su poema de la Eneida, madre de Turno y Giuturna con Dauno, y hermana de Amanta, la esposa de Latino, y madre de Lavinia. En los mitos, Canto era amada de Pico, un hijo de Saturno y la ninfa Feronia (ninfa de la fuente de igual nombre ubicada cerca de Terracina en el Lacio). Pico fue deseado por la bruja Circe, pero al resistir sus avances, la bruja lo transformó en pájaro carpintero. La desaparición de su amado provoco tal dolor en Canto, que vago por los bosques buscándolo, murió finalmente de hambre y pena a las orillas de su hermano Tiber, orilla que aún se llama como la joven, Canente. Algunas versiones ponen al dios campestre Fauno como hijo de Canto y Pico; otros que fue hijo de Circe y sus amores con el dios de los bosques del Lacio (Pico), aunque la más familiar entre los griegos es que Fauno es hijo de Circe y Poseidón.

El heredero de Eneas y Lavinia fue Silvio (bosque), y desde el mismo, con la unión de latinos y troyanos en un solo pueblo, los descendientes de Eneas llevaban por título o nombre familiar el epíteto de Silvio; tras la muerte de Eneas reinó primero Ascanio, el primogénito de Eneas y Creusa (hija del rey Priamo y Hecuba), para después ser sucedido por su medio hermano Silvio. La descendencia en este punto (si de Ascanio o de Silvio) no esta clara; pero varios siglos un descendente de Eneas, el rey Numenor, gobierna la región del Lacio y es depuesto del trono por su hermano Amulio; quien para garantizar su poder mata a todos sus sobrinos varones, y a la única hija sobreviviente es Rea Silvia, a la convierte en virgen vestal. Pero los dioses romanos, como sus contrapartes griegas, son de naturaleza muy humanos y cambiantes de opiniones y favores. Marte (Ares) se enamoró de la joven y la sedujo; fruto de esa unión nacieron los gemelos Romulo y Remo; temeroso de estos futuros rivales, Amulio ordenó su muerte, y los bebes fueron abandonados a las orillas del Tiber, la cesta que los contenía no se hundió en las aguas, sino que floto y encalló en la orilla del río cerca del monte Palatino. La tradición dice que fueron cuidados por una loba (Luperca), pero al poco tiempo fueron encontrados por Fáustulo (porquerizo de Amulio) y adoptados por su mujer, Acca Larentia, quien acababa de perder a su hijo. Acca Larencia era conocida también como lupa (loba = puta) y pudo haber inspirado el mito de la loba que amamanta a los niños. Al crecer los gemelos su padre adoptivo le dice la verdad a Romulo, cuando Remo fue capturado y condenado por su tío; al ir al salvar a su hermano, Romulo mata a su tío y devuelve el trono a su padre. Luego los gemelos regresaron a la región donde fueron encontrados y decidieron fundar una ciudad. Tras algunas disputas sobre el sitio y quien mandaría, Romulo termina con el control y Remo muerto entre esas discusiones.

romulo - remo

La nueva ciudad se fue llenando de refugiados y prófugos de tierras vecinas y lejanas, tanto hombres libres, como esclavos. Pero una ciudad de hombres no era viable. Invitando a unos juegos, la población de la nueva ciudad aprovecho para raptar a las hijas de los invitados, principalmente las hijas del vecino pueblo sabino. Pese al rapto, los hombres resultaron buenos maridos y procrearon descendencia con las chicas. Cuando los padres de las jóvenes quisieron la devolución de sus hijas, al no haber respuesta favorable fueron a la guerra. El hijo del dios de la guerra venció rápidamente a sus rivales y los pueblos vencidos fueron trasladados a la nueva ciudad como ciudadanos de la misma. Así inició el largo proceso de conquistas de una ciudad que estaría destinada a gobernar todo el mundo antiguo en occidente.

Romulo a su muerte fue divinizado y se le renombró Quirino, nombre de un primitivo dios de la guerra de los sabinos, pero que entre los romanos representaba al dios del estado romano. A la muerte de Romulo (ahora Quirino), su esposa Hersilia fue divinizada por el hijo del Marte, o por Juno (en otras versiones), y elevada a los cielos; ahí su esposo (ahora dios) la llamó Hora [Las Horas eran diosas griegas de la ley y el orden, las más famosas eran las hijas de Zeus y Temis (ley natural): Eunomia (ley civil), Irene (paz) y Dike (justicia)]; así la nueva pareja daba y fundía la ley y el estado como uno indivisible, una concepción moderna que aún se mantiene, y si bien los romanos no dieron al mundo grandes filósofos, si dieron ley romana, que es la base de toda la legislación moderna. Quirino reemplazó aJano en la triada de poder. Según las fuentes, la triada etrusca estaba formada por: Tinia, Uni y Menrva; equivalentes a los romanos; Júpiter, Juno y Minerva; y a la triada griega: Zeus, Hera y Atenea; mostrado así la influencia y herencia griega entre los pueblos de Italia y es conocida como la triada clásica o palatina; pero los miembros a triada arcaica del pueblo romano eran: Júpiter, Marte y Jano; y este ultimo reemplazado luego por Quirino.

Roma, por otra parte, es el nombre de una hija del rey Evandro, o de Eneas, Esculapio o el propio Tiber según versiones; traduce algo así como ‘la ciudad sobre el río’ y al igual como el río que la atraviesa, se convirtió en una diosa por derecho propio; símbolo del poder que representa la ciudad y el estado; y algunas versiones ven en esta imagen a la propia Rea Silvia, la madre del fundador de la ciudad misma.

Los ríos y fuentes del inframundo

Una de las más importantes oceánides es la diosa Estigia (la odiada), señora del río (o laguna) que rodea todo el inframundo; equivalente en este aspecto a su padre Océano, quien rodea la Tierra emergida. Las madres de Estigia han sido motivo de especulación, como una diosa de las aguas se le pone de Tethys como su madre; pero al ser una diosa del inframundo, Nix, la noche, es también puesta como una candidata a ese título. Según la tradición se la hace corresponder con una fuente que corría en la región de Arcadia de aguas oscuras y corrosivas, y que en los mitos estas aguas se terminan sumergiendo en la tierra hasta alcanzar y rodear el inframundo. Estigia fue esposa del titán Palas, el dios de la guerra entre los titanes, y sus hijos fueron: Nike (la victoria), Zelo (la rivalidad), Bia (la fuerza) y Kratos (el poder). Cuando hubo el conflicto entre los dioses jóvenes y los titanes; ella, siguiendo el consejo de su padre, se puso del lado de los dioses, siendo la primera que llegó a apoyarlos. En recompensa sus hijos pasaron a formar la guardia pretoriana de Zeus, y a ella se la recompensó haciéndola garante de los juramentos de los dioses; cuando un dios rompía la palabra dada en su nombre, tenía la diosa el poder de quitar a los dioses sus grandes poderes divinos durante un gran año (nueve años mortales) y dejarlos mudos (sin habla) en los grandes consejos; tal era su poder que fue llamada por ello la odiada, y su nombre traduce en algunas fuentes el termino de incorruptible. Pese a ser sus aguas oscuras y tenebrosas, algunos les atribuían poderes milagrosos y que podrían hacer que alguien invulnerable; según una tradición la diosa Thetis/Tetis, sumergió a su hijo Aquiles en sus aguas para hacerlo invulnerable, con excepción de su talón, por el cual su madre lo sostuvo; de ahí la expresión del ‘talón de Aquiles’, como metáfora de un punto vulnerable.

Estigia

Estigia es descrita como la laguna en la que terminan los grandes ríos que surcan el inframundo; y suele ser identificada como la diosa del odio. Asociados al inframundo y por ello su ascendencia sigue en discusión, otros daimones hijos de Nix, la noche, como Cocito (lamento) y Leteo (olvido) han estado asociados a fuentes del inframundo y han sido convertidos en ríos y por tanto señalados como hijos de Océano y Tethys. Cocito es el dios del río de los lamentos; se dice que sus aguas salobres son el resultado del llanto de los hombres y mujeres en la tierra; y cada año su caudal se incrementa. En la Divina Comedia el Cocito (lamento) es descrito como un río frío y congelado. Algunas leyendas cuentan que la ninfa Minte, una nayade hija de Cocito, fue amante de Hades, y la ninfa se atrevió a compararse superior que la esposa del dios, eso hasta que Perséfone se enteró y golpeó del tal forma a la ninfa que prácticamente la desintegró. Hades convirtió sus restos en la mata de menta. Por su Leteo (olvido), es diosa del río o la laguna del olvido; los muertos al beber de sus aguas olvidan sus vidas pasadas y quienes fueron en la vida terrenal; las aguas de Leteo estaban cerca de las tierras de los dioses de los sueños; por ello olvidamos al despertarnos lo que soñábamos.

estigia - lara

El más caudaloso de todos los ríos del inframundo es el Arqueronte (temible), quien a su vez descargas sus aguas en la laguna Estigia. Arqueronte fue descrito por los griegos como un río que fluye bajo la tierra en sentido contrario al de giro de Océano y el segundo más grande, después del Océano mismo, tanto es así que al río se le veía subir a la superficie en varias regiones del mundo, en el noreste de Grecia central donde que termina vertiendo sus aguas el mar Jónico; en Italia se creía que sus aguas subían al lago volcánico Averno (una de las entrada míticas del infierno), así como algunos arroyos cerca de cementerios en Asia menor son atribuidos como parte de las aguas del Arqueronte. Las aguas de Arqueronte eran descritas como tan venenosas, que cualquier navío que las tocara terminaría disuelto y sumergido dentro de las mismas; siendo sólo la barca de Caronte era la única que se le podía cruzar, y por ello los muertos debían pagar para ir de la orilla de los vivos, a la orilla de las almas.

Arqueronte

Arqueronte es conocido como el río del dolor; y se le hace padre, con Estigia, de Ascálafo, el siervo que atendía los huertos de Hades en el inframundo. Ascálafo contaría a su patrón sobre los granos de la granada que había comido Perséfone en su estadía en el reino de los muertos y que la condenaba a volver cada año al inframundo; eso no le gusto mucho a la madre de la chica, Demeter, quien transformó a Ascálafo en lechuza, animal que desde entonces vigila en la oscuridad.

ascalafo

El último de los grandes ríos del inframundo griego es Flegetonte (en llamas), llamado también Piriflegetonte (ardiendo), que es una corriente de fuego (lava) que fluye en el inframundo y desciende del reino de Hades al profundo y ardiente Tartaro donde fueron encerrados los titanes tras perder contra los dioses. Dante pone a Flegetonte como un río de sangre ardiente donde son hervidas las almas de los violentos. Estigia estuvo enamorada de Flegetonte pero sus ardientes llamas casi la evaporaron, llenado al inframundo de una espesa y pesada niebla y justificando así por que el Arqueronte es el río con más agua en esas oscuras cavernas del submundo griego.

Flegetonte

Lunas de Urano (3) Ariel y Umbriel y ‘El rizo robado’

Las siguientes dos grandes lunas de Urano reciben el nombre de Ariel y Umbriel, dos criaturas feéricas de la obra ‘El rizo robado’ de Alexander Pope (considerado uno de los tres grandes escritores ingleses, después de William Shakespeare y Lord Alfred Tennyson), su poema satiriza un incidente menor comparándolo con la obras épicas como la Iliada, la Odisea y la Eneida.

Para ubicar la obra hay que remitirse al momento histórico en que ocurrió el incidente, que hoy ha sido llevado a novela histórica de la mano de la escritora australiana Sophie Gee con el nombre de ‘El escándalo de la temporada’ (2009). Es el año 1711, han pasado dos siglos desde que Enrique VIII disolvió los monasterios y despojó a la Iglesia católica de sus bienes. Inglaterra dejó de ser un país católico para convertirse en protestante. La lucha de poder entre ambos grupos religiosos se mantenía aún, no tan seria y fuerte como fueron en la época Isabelina, pero la reina Ana —protestante, aunque descendiente de los Estuardo— no tiene herederos visibles y los católicos (jacobinos) tratan de restablecer en el trono a rey Jaime III, que en ese entonces vivía exiliado en Francia. En esa precaria paz, donde no dejan de tejerse conspiraciones para derrocar a la reina protestante Ana y colocar en su lugar al candidato católico; Londres bulle de actividad; con bailes de máscaras, tertulias en los cafés, representaciones de ópera, y a ella llega proveniente del campo Alexander Pope, un joven con graves taras físicas dispuesto a convertirse en un poeta de éxito. Allí, además de codearse con artistas como el escritor Jonathan Swift (autor de ‘Los viajes de Gulliver’) o el pintor Charles Jervas, será testigo de excepción de la seducción de que fue objeto la bella Arabella Fermor por parte de Lord Robert Petre, y que le serviría para escribir una de sus obras más famosas a sugerencia de su buen amigo John Caryll.

Señala la autora de la novela, que realizó su tesis doctoral sobre la lujuria, sociedad y sátira en la literatura del siglo XVIII; que Alexander Pope se convirtió en efecto en el poeta más famoso de Inglaterra. La versión de ‘El rizo robado’ publicada en 1714 vendió 3000 ejemplares en la primera semana de su publicación y hasta hoy es un texto obligado en el programa universitario actual de filología inglesa. Fue el primer autor de la historia de Inglaterra que se enriqueció sobradamente con la venta de sus libros. En 1719 se construyó una gran casa a las afueras de Londres, para la que diseñó uno de los jardines más elegantes de Inglaterra.

Por su parte Arabella Fermor vio eclipsada su fama como belleza de la ciudad por la fama aún mayor de Belinda, el personaje creado a partir de ella. Tenía veinticinco años cuando se casó con Francis Perkins, y según los estándares del siglo XVIII, era ya una vieja solterona. Lord Robert Petre por su parte se casó con Catherine Walmesley en 1712 pero murió de viruela casi dos años después, justo antes de la publicación de la segunda versión de ‘El rizo robado’ (donde se incluían los dos últimos cantos). Diez semanas después de la muerte del barón, Catherine Walmesley dio a luz al heredero de Petre. Catherine volvió a casarse años más tarde y se convirtió en una célebre filántropa educativa.

John Caryll por fin logró liberarse de la responsabilidad sobre los miembros de su numerosa progenie al verlos ingresar en solventes conventos y monasterios franceses. Su hijo mayor, el único que llegó a contraer matrimonio, se convirtió en un hombre de gran prosperidad. Caryll logró alejar de él cualquier sospecha de asociación con los jacobitas y terminó sus días feliz y en paz en Berkshire, en compañía de su amada esposa.

El rizo robado, la obra

Basado en un incidente real entre Arabella Fermor y Lord Petre, quienes eran miembros de la aristocracia y además católicos, en un periodo de Inglaterra en el que el catolicismo estaba prohibido (Pope era de origen católico). Petre, loco de amor por Arabella, le cortó un mechón sin permiso, creando un conflicto entre las dos familias. Sobre este hecho cierto, Pope escribió el poema, donde el personaje de Belinda representaba a Arabella y su furia por haber sido despojada de un rizo de su cabellera era equivalente a la de Aquiles en la Iliada. El rizo robado equivale al rapto de Helena por París, el viaje de Belinda por el Támesis es equiparable al viaje de Eneas por el Tiber; la descripción de las enaguas de Belinda se comparan con las descripciones de las armas de Aquiles o los muros de Troya, y así siguen las comparaciones. Aunque el poema es tremendamente divertido en ocasiones, Pope siempre mantiene la idea de que la belleza es frágil y la pérdida de un mechón afecta profundamente a Belinda; hay que recordar que las mujeres en aquel periodo tenían un papel esencialmente decorativo y la pérdida de la belleza era un asunto muy serio. Los dioses son transformados en sílfides y silfos, y actúan como guardianes de la virginidad; aquí Ariel es el jefe de este grupo de seres, se equipara a Zeus o Júpiter de las obras clásicas, como rey de los dioses del cielo; por su parte Umbriel buscando ayuda para Belinda en la gruta de la diosa Bazo (Melancolía, Desgana) hace de genio maligno y se puede equiparar al descenso de Odiseo a los infiernos; aquí Umbriel sería comparable al señor del inframundo (Hades o Plutón).

La obra consta de cinco cantos, en el primero el orador pregunta a su musa que explique primero ¿por qué un señor de buena crianza asalto a una dama?, y en segundo lugar, ¿por qué una mujer rechazaría un señor?, así el autor transforma el acto simple elevándolo al genero épico, similar a la cólera de Aquiles en la Iliada; pero en esta versión se trata de un acto que representa una sátira donde reprende a la sociedad por sus valores fuera de lugar y el énfasis en asuntos triviales. Tras eso sigue la obra contando como los primeros rayos de sol tocan a Belinda dormida, que sueña y su silfo guardián, un protector de las vírgenes bellas, llamado Ariel, le avisa de un gran peligro que corre su honra. Tras despertar Belinda comienza su complicada toilette.

El autor la describe como una ‘diosa’, mirando a su ‘imagen celestial’ en el espejo; ayudada en su rutina por los silfos, que peinan su cabello y alisa sus vestidos; ya lista Belinda sale de su cámara. En este canto se pone que el papel de las prioridades femeninas se limitan a los placeres personales (vestidos, apariencia y juegos de cartas) y aspiraciones sociales. Pope representa a una sociedad que pone énfasis más en las apariencias que principios morales. Pero Belinda no es representada como una simple coqueta, sino como una figura poderosa, similar a los héroes (masculinos) de la poesía épica; su rutina de vestirse es equiparable a la preparación ritual de un héroe antes de la batalla; pero el poema épico ridiculiza el armamento del héroe; donde los peines, pasadores, polvos, etc., se convierten en las armas y armaduras de este héroe de belleza terrible.

El segundo canto inicia con la comparación entre la belleza del sol y Belinda, que se pone en camino al Palacio de la Corte en Hampton. En su viaje por el río Támesis, un grupo de damas y caballeros de moda la acompañan, todos con los ojos fijos en ella sola. La descripción de sus ropas recuerda la de muralla inexpugnables de Troya. Uno de sus devotos, el barón, admira sus rizos y se ha resuelto a robar para sí mismo, ‘por la fuerza o por el fraude’. Mientras el silfo Ariel está ansioso, y convoca un ejército de sílfides para protegerla, lo mismo que un general dirigiendo a sus tropas. Así sus rizos cumplen capturando la atención de los hombres, mientras que su enagua funciona como un impedimento a la pérdida de su castidad. El papel de los silfos militaristas no es protección contra la caída de Belinda, sino protegerla de éxito excesivo de atraer admiradores.

El tercer canto comienza con una descripción del Palacio de la Corte en Hampton y las diversiones de la vida en la corte. Torres del palacio se levantan desde los prados con vistas al río Támesis. Pope indica que es en este lugar que ‘los estadistas británicos’ se ocupan de asuntos en el país y en el extranjero y donde la reina Ana tiene su corte. Belinda y sus compañeros llegan y desembarcan para tomar parte en las actividades del día. En primer lugar participar en chismes, hablando de bolas, de moda, y los asuntos políticos. Después de una agradable conversación de la tarde, Belinda se sienta a jugar a las cartas con el Barón y otro hombre. Pope describe el juego como una batalla, que gana Belinda, entre gritos, como si se tratara de una batalla épica propia de la lucha entre Aquiles y Héctor, es una burla a las trivialidades de una corte donde los juegos de cartas han reemplazado las verdaderas batallas en el campo. Después del partido, el café se sirve a las señoras y señores. Los vapores del café inspiran en el barón nuevas estrategias para robar el rizo de Belinda. Con la ayuda de Clarisa, quien le presta sus tijeras, aquí Pope muestra las rivalidades en la corte entre las damas. El Barón se esfuerza para cortar el pelo de Belinda. Él falla tres veces, los silfos frustrar todos sus intentos. Intervienen soplando el pelo fuera de peligro y tirando de sus pendientes para hacer su vuelta alrededor. En un último esfuerzo para protegerla, Ariel accede mente de Belinda con la intención de advertirle. Pero Belinda siente una atracción por el barón; Ariel retira derrotado y las hojas de las tijeras finalmente cortan el rizo. El barón celebra su victoria mientras Belinda pega gritos de horror que rasgan los cielos.

El cuarto canto empieza con Belinda ansiosa por la pérdida de su cabello muestras signos de ira, resentimiento y desesperación propios de reyes capturados, vírgenes despreciadas, amantes trágicos. Los silfos se retiran llorando por su fracaso en proteger a Belinda, y un gnomo llamado Umbriel desciende al centro de la Tierra a la Cueva de Bazo (La diosa de la melancolía y el desgano; durante el siglo XVIII, el órgano del bazo se asoció con las pasiones, melancólico y descontento en particular, el lugar de la bilis negra). En su descenso pasa ante grotescas figuras de demonios y espectros, recordando la entradas de Odiseo/Ulises y Eneas al inframundo. Tras llegar con la diosa, Umbriel enumera sus actos van desde causar espinillas en hermosas damas a convencer a los hombres a cometer adulterio y le pide a la diosa tocar a Belinda con el disgusto. Aunque desdeñosa, la diosa concede su deseo. Ella le da el gnomo una bolsa con: suspiros, sollozos y pasiones, temores, tristezas, penas y lagrimas. Umbriel lleva regalos de la diosa y asciende al palacio de la corte. Umbriel no tiene ninguna intención de ayudar a Belinda en la recuperación del rizo, sino que viaja a la Cueva de Bazo para exacerbar el dolor de Belinda. Umbriel encuentra a Belinda despeinada y abatida mientras recibe consuelo de su amiga Talestris. (En la mitología griega, Talestris era una amazona, Popeusa el nombre de una mujer fuerte y combativa.) Umbriel vacía parte del contenido de la bolsa de la diosa sobre las dos mujeres, lo que alimentó la ira de Belinda. Ahora indignadas, Talestris intento de convencer a Belinda para vengar los agravios cometidos por el barón. Pero no es posible separar a Belinda de los sollozos y Talestris en rabia llama a su novio, Lord Plume para que exija la devolución de los cabellos. Lord Plume aborda al Barón y este se burla de su manera de hablar y se niega a cumplir la petición. Ante la negativa del Barón, Umbriel libera el contenido total de la diosa. Que causa que Belinda llore lastimosamente, mientras maldice los eventos del día y se lamenta de su suerte. Talestris es para Pope la imagen de estimula la acción ante la afrenta, ella pide ayuda su novio, y el fracaso de sus acciones muestran que se ha perdido el caballerismo. La perdida del rizo muestra la perdida de la pureza, el Barón exhibirá su trofeo implicando una perdida de valores, pero sobre todo que la sociedad le otorga gran importancia a las apariencias externas.

El quinto canto continua con las lagrimas de Belinda y los reproches de Talestris, a los que el Barón permanece inmóvil. Es Clarisa la que llama la atención de los presentes, señala que la sociedad valora mucho en la belleza y que los hombres suelen llamar a ángeles a las mujeres sin evaluar su carácter moral. Ella observa que la belleza es efímera y que las mujeres deben tener otras cualidades, el buen sentido, en particular, para guiaras después se desvanece belleza. En consecuencia Clarisa intenta convencer a Belinda que con rabietas, gritos y regaños no puede restaurar su apariencia. Pero las palabras moralizantes de Clarisa no ayudan a consolar a Belinda, y Talestris la llama mojigata. El discurso de Clarisa no calma los ánimos; Belinda y Talestris preparan a las otras mujeres para lanzar un ataque a los hombres para recuperar el rizo. Umbriel se sienta en una lámpara de pared, presidiendo la épica lucha con alegría maliciosa. Las mujeres rápidamente dominan a muchos de los hombres; entre eso Belinda vuela contra el Barón, donde gana la ventaja, lanzando tabaco en la nariz y agarrando una horquilla ornamental que la mantiene en la garganta del barón. Después de haber derrotado al barón, Belinda nuevo exige la devolución de su pelo, pero en la lucha el rizo se ha perdido y no se puede encontrar. El poema termina que aunque el rizo no se pudo encontrar, la Musa lo vio elevarse hacia el cielo donde se vuelve una estrella, y donde seguirá siendo un testimonio de su belleza.

Algunos críticos han interpretado de Clarisa moralizante como la voz de Pope. Aunque habla de Clarisa y su propósito básico era reconciliar a las familias de Arabella y Lord Petre, la sátira logra una crítica más amplia y más compleja de la sociedad. Se muestra el ocio de las clases altas y el doble estándar para las mujeres. Clarisa señala el carácter efímero de la belleza; pero fue ella fue quien proporcionó el arma que cortó el pelo de Belinda. Ha socavado por tanto el honor de Belinda y es en gran parte responsable de la disputa actual. Así Clarisa no puede reclamar autoridad moral en su intento de hacer en este discurso.

Fracaso de Clarisa para pacificar Belinda crea una oportunidad para la segunda batalla épica del poema. A diferencia del juego de cartas en el tercer canto, la lucha tiene implicaciones eróticas, donde Pope invoca a los dioses griegos. En la inversión de los roles de género también contribuye a la parodia a la epopeya. En esta batalla, las mujeres son los agresores que superan fácilmente a muchos de los hombres, y mientras Talestris es el más temida de las mujeres combatientes, Belinda sigue siendo la figura heroica, volando sobre su enemigo.

El poema concluye con un elogio final a Arabella Fermor, la inspiración histórica para Belinda. Al describir el rizo perdido como una estrella en el firmamento, se niega a castigar el comportamiento de Belinda y en su lugar celebra la señorita Fermor. El poema es, pues, un ejemplo de la sátira de Horacio, en lugar de exponer los males de la aristocracia, el poema ofrece una crítica suave que generalmente simpatiza con los personajes a pesar de sus locuras.

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Ariel y Umbriel

Ariel ya existía en una obra previa ‘La tempestad’ de W. Shakespeare, y es descrito en esa obra como un espíritu del aire, que al ser salvado por el mago Prospero queda comprometido a ayudar al mago hasta que este lo libere totalmente. Ariel actúa similar a Puck ante las ordenes de Oberón, provocando más enredos que soluciones. El origen del personaje shakesperiano es dudoso, y algunos consideran que se vincula con un personaje llamado Shrimp (Camarones) de una obra anónima ‘John un Kent y John un Cumber’ que guarda mucho parecido con ‘Sueño de una noche de verano’ y de similares poderes al Ariel de ‘La Tempestad’, que no sólo controla el viento, sino las aguas y el fuego. La más antigua referencia del nombre viene de la Biblia, mencionado por el profeta Isaias, Ariel traduce ‘León de Dios’, y actúa como sinónimo de la ciudad santa de Jerusalén. Otros señalan que simplemente nombra al elemento sobre el que reina, el aire (air en ingles). Para la obra ‘La Tempestad’, Ariel es el motor de los eventos, genera los cambios, ofrece opciones, pero permite a los humanos que escojan su propio camino, tratando de que escojan las rutas más benignas; así representa el pensamiento ideal y las utopías.

La obra de Pope modifica significativamente al personaje, lo pone como jefe de las sílfides y silfos, seres eterios y atmosféricos, casi similares a los cupidos niños de las pinturas clásicas; su misión es quizás demasiado trivial a los ojos de hoy, pero la idea de la obra es justamente burlarse de la sociedad y sus banalidades. Ariel protege sobre todo eso, como ángel de la guardia de Belinda, en sueños le advierte de un peligro que se acerca, y vigila con sus siervos que se arregle apropiadamente, ya que la belleza es su don. Su función es cuidarla para que la belleza no se vea perturbada. Para Pope en su historia describe cuatro tipo de seres feéricos, producto de almas femeninas atrapadas en la tierra bajo esas formas intermedias, lejos del alma alcanzar la gloria divina, quedan en la Tierra flotando como seres etéreos. El primero son los silfos (más comúnmente su femenino sílfides es propio del ballet y de damas de delgada silueta), la tradición asocia estos seres con el elemento aire, son descritos como seres parecidos a los ángeles, de gran tamaño que cuyo batir de alas hace mover las nubes, las agrupan y provocan cuando se juntan las tormentas. Su color es el dorado al rosa, ya que las nubes adquieren esa tonalidad en las tardes. Para Pope los silfos se parecen más a los cupidos de los cuadros del barroco, seres parecidos a niños con alas que revolotean; su elemento aire se vincula a una naturaleza más propia de las personas superficiales, la trivialidad, lo superficial, la frivolidad, las naderías, etc.; características todas a personas que son más aire que sustancia; más humo que consistencia.

El segundo en este grupo de seres son las ondinas o ninfas, seres habitantes de las aguas serenas de lagos y riachuelos; bajo esta forman terminan las mujeres tranquilas, que poco se perturban y molestan, que dejan pasar la vida o mejor dicho que la vida pasa por ellas sin provocar mayores mellas. El tercer grupo son las salamandras, seres de fuego y brillo, así terminan las ariscas y las violentas, las reacias de carácter y de fuerte empeño, las que viven airadas y dispuestas a batallar contra todo y todos los que se les interponga.

Y termina este grupo de seres con el gnomo, lejos del nombre que significa sabios, Pope los ubica apropiadamente dentro del elemento tierra, pero los describe como hadas con alas negras; una versión negativa en figura de los silfos; estos seres derivan según el poema de las mujeres que tienen actitud negativa a la vida, egoístas, celosas, rencorosas, mal habladas, de mal genio, siempre peleadas con la vida y con todos; esas terminan según el poema de esta forma, esperando bajo tierra el momento para salir y trasformar la belleza en fealdad, las risas en llantos, las alegrías en penas. Así mientras Ariel es un silfo, su contrapartida es Umbriel, un gnomo. Elementos opuestos aire y tierra; Ariel y Umbriel son en el poema opuestos, Ariel es luz y brillo, Umbriel es oscuridad y sombras; bien fueron los nombres puestos a las lunas de Urano, ambas en igual tamaño, pero una brillante y la otra oscura.

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Griegos y Troyanos peleando en los cielos (11) Otros miembros notables del campo griego

Los dos primeros troyanos fueron descubiertos en 1906; (588) Aquiles en el campo griego por Max Wolf y (617) Patroclo en el campo troyano por August Kopff; como Patroclo era un héroe griego, para compensarlo el siguiente troyano del campo griego recibió el nombre de un héroe troyano, (624) Héctor, descubierto por August Kopff al año siguiente en 1907. Un año después, en 1908, el astrónomo Max Wolf descubre a su segundo troyano, nombrado (659) Néstor, quien era uno de los argonautas y acompañó con sus dos hijos mayores la tropa griega. Ayudaba con sus consejos dada su avanzada edad, le recomendó a Agamenón no quitarle a Aquiles su esclava; Agamenón no siguió el consejo y Aquiles se retira del campo de Batalla. Es la muerte de su amigo Patroclo, quien había tomado su lugar en la lucha, lo que obliga a Aquiles a volver a la batalla. Néstor es uno de los asteroides más grandes, con 109 km de diámetro medio. Pasarían unos nueve años antes de que Max Wolf encontrara un nuevo troyano, hasta que 1917 se encuentra el quinto troyano de Júpiter y el segundo en el campo de troyano, recibe por nombre (884) Príamo, en honor al rey troyano que soporta el asedio de los griegos.

Dos años después, en 1919, el astrónomo alemán Karl Wilhelm Reinmuth descubre su primer troyano, en el campo griego, siendo este, con 167 km, y es el segundo cuerpo en mayor tamaño del conjunto de troyanos de Júpiter. (911) Agamenon recibe el nombre del rey de Micenas. A este descubrimiento el astrónomo encontraría luego a: (1143) Odiseo (con 126 km) en 1930 y en octubre de ese año encuentra en el campo troyano a dos más: (1172) Eneas (quien escapa de Troya con su familia —padre e hijo— y funda Roma); con unos 142 km y que ocupa el cuarto puesto en tamaño y a (1173) Anquises (padre de Eneas) de 126 km. Al final del siguiente año, justo el 31 de diciembre de 1931, encuentra a (1208) Troilo (hijo menor de Príamo) con 103 km.

En 1936 Karl Wilhelm Reinmuth descubre en el campo griego a (1404) Áyax, que hace referencia a Áyax Telamón, (había dos) que defendió el cuerpo de Patroclo de ser llevado por los troyanos, con 82 km de diámetro. En 1937, se descubre al tercero en tamaño de los troyanos de Júpiter: (1437) Diomedes, con 164 km, que recibe el nombre de uno de los más valientes héroes de la guerra y cuyas acciones obligaron a Zeus a que los dioses no intervinieran directamente en las disputas de los mortales. Los descubrimientos de troyanos por K. W. Reinmuth finalizan en 1949 con (1749) Telamón, quien era el padre de Áyax y tío de Aquiles.

Otros cuerpos importantes en la historia de la guerra y ubicados dentro del campo griego son: (1583) Antíloco, descubierto en 1950, es uno de los hijos de Néstor, quien da la noticia a Aquiles de la muerte de Patroclo. (1647) Menelao, descubierto en 1957, hace honor al esposo de Helena, y rey de Esparta. En 1960 tenemos a (1868) Tersites, quien era un soldado griego no de noble cuna y es descrito por todos como el más feo de los griegos; y (1869) Filoctetes que hace referencia al héroe que mata a París. (2456) Palamedes, descubierto en 1966, es el héroe que descubre el engaño de Odiseo para no ir a la guerra y muerto por sus compañeros al ser acusado de traidor. Su padre (9712) Nauplio, descubierto en 1973; venga la muerte de su hijo extraviando las naves aqueas tras su regreso de Troya.

Ese mismo año (1973) se descubre a (4184) Calcas o Calcante, un augur (profeta) del bando griego; también se tiene a (3540) Protesilao, hijo de Ificles (medio-hermano de Heracles) y fue el primero de los griegos al morir. También incluimos a (13475) Orestes, el hijo de Agamenón ese mismo año.

En 1975 se descubre a (2260) Neoptolemo, quien lleva el nombre del hijo de Aquiles nacido antes de ir a la guerra. En 1977 se descubre a (3391) Sinón; primo de Odiseo, dejado junto al caballo de Troya para engañar a los troyanos de que el caballo es una prueba de la rendición de los aqueos y hacer que lo introduzcan en la ciudad. En 1980 tenemos a (2759) Idomeneo, rey de creta, nieto de Minos; (2797) Teucro fue descubierto en 1981, era el medio hermano de Áyax, también ese año tenemos a (2920) Automedonte, el auriga de Aquiles. En 1983 se descubre a (3063) Macaón, un hijo del dios de la medicina (Asclepio) y que curó a Menelao la herida de la flecha lanzada en la tregua por el troyano Pándaro. En 1988 se descubre a (3801) Trasimedes; el segundo hijo de Néstor que acompaño a su padre a la guerra; y con ayuda de Aquiles recupera el cuerpo de su hermano muerto por Memnón. Y aunque hubo muchos más griegos desde los setenta hasta 2008, es en ese año que se incluye en los cielos a (15913) Telémaco, el hijo de Odiseo.

Príncipes y reyes guerreros

Aunque hubo dos Áyax (el menor y el mayor) en los cielos se hace referencia al mayor (llamado así por su tamaño y conocido también como Áyax Telamonio) quien era hijo de Telamón (un argonauta, tío de Aquiles) y de Peribea (princesa enviada como sacrificio para el Minotauro, cuando viajó Teseo). Su padre Telamón fue compañero de Heracles y cuando el águila de Zeus (Aías) se posó en el hombro de su amigo, Heracles le señaló a Telamón que su hijo recibiría el nombre el ave que acababan de ver (Aías = Áyax).

Áyax, era por sangre primo de Aquiles y lo acompañó a Troya. Peleó con coraje y valor, su gran tamaño le daba una fuerza colosal, sólo superado en el campo de batalla por su primo Aquiles, combatía con su enorme hacha al lado de su medio hermano Treuco. Lucho con Héctor y al no haber vencedor, al final del combate ambos guerreros intercambiaron armas en señal de respeto. En el campo de batalla recuperó el cuerpo de Patroclo de los troyanos, que deseaban el mismo para alimentar a los perros. Cuando Aquiles muere por la flecha de París, Áyax y Odiseo recuperan el cuerpo del héroe y enterrarlo junto al de su amigo Patroclo.

El destino de la armadura y armas de Aquiles, forjadas por el dios Hefesto a petición de Tetis, la madre de Aquiles, provocaría el fin del héroe. Odiseo y Áyax reclamaron el honor de heredar las armas, pero Agamenón favoreció a Odiseo, provocando la indignación de Áyax; las razones señalan que Agamenón aborrecía la descendencia de Eaco (abuelo de Aquiles y Áyax) y Odiseo era el esposo de Penélope, la prima de su mujer Clitemnestra. En el arranque de furia Áyax enloquecido ataca un rebaño de ovejas, a quienes confunde con Odiseo y Agamenón, matando a todos los animales. Según los mitos esa imagen se la dio Atenea al héroe, para evitar que matara a Odiseo, su protegido. Tras despertar de su locura y ver las consecuencias de sus actos, donde ha deshonrado su espada de guerrero con sangre de animales domésticos, Áyax se suicida usando la espada de Héctor.

Áyax el menor, era hijo de Oileo rey de Lócrida, y fue uno de los guerreros que penetraron en la ciudad escondidos dentro del Caballo de Troya. Durante el saqueo de Troya, Áyax encontró a la princesa Casandra refugiada en el templo de Atenea y la violó allí mismo; ese ultraje al templo de la diosa virgen sería seriamente castigado por Atenea, que al regreso a su patria la diosa pidió al ayuda de Poseidón para que provocara una tormenta para que naufragara la nave, pronto la nave se estrelló contra las rocas matando a todos sus ocupantes.

El medio hermano de Áyax fue Treuco, hijo de Telamón y de su segunda esposa Hesíone; por tanto era primo de Aquiles por un lado y de Héctor y París por el otro. Fue el mejor arquero dentro del bando griego, y pudo en un momento haber matado a Héctor con sus flechas, si no fuera por la intervención del Zeus, que rompió la cuerda del arco, impidiendo que manchara sus manos con sangre de su familia. Fue uno de los guerrero que estuvo dentro del caballo de Troya. A su regreso su padre le reclamó que no vengó la muerte de su hermano Áyax, ante lo que el señaló que no había nada que vengar, ya que Áyax se había suicidado. Cansado de los reclamos de su padre, Treuco viajo y llegó hasta Chipre donde casó con la hija del rey y fundó la ciudad de Salamina, aunque otros dicen que terminó sus viajes en las costas ibéricas estableciéndose o fundando la actual ciudad de Cartagena.

Telamón era hijo de Eaco, hermano de Peleo y padre de Áyax y Treuco. Participó en la caza del Jabalí de Calidón y fue uno de los argonautas. Los mitos señalan que cuando la nave Argos pasó por Troya, el rey Laomedonte pidió la ayuda de Heracles, que viajaba con los argonautas, para que detuviera un monstruo marino enviado por Poseidón y que iba a devorar a su hija Hecione. Heracles no conocía que el motivo de la causa del monstruo es que era un castigo del dios del mar al rey de Troya por no cumplir con el pago de la construcción de las murallas de la ciudadela. Heracles salva a la joven princesa y a cambio pide los caballos dados por Poseidón al padre de Laomedonte; envía Heracles a: Telamón y a su medio hermano Ificles a cobrar el pago, pero el rey los encierra en los calabozos. La furia de Heracles estalla y arremete contra la ciudadela, destrozando sus puertas y llegando al trono, donde mata al rey y a toda su familia. Se salvan Hecione y Podarces (Príamo), este último por ayudar a escapar a los presos. Así Hecione termina como segunda esposa de Telamón (fue el pago de Heracles a su amigo) y esta fue madre de Treuco.

Diomedes fue uno de los más grandes héroes dentro del bando griego; es hijo de Tideo, rey de Etolia y nieto de Eneo, rey de Calidón. Su amigo inseparable fue Odiseo, con quien viajó a Esciro, reino de Licomedes, en busca de Aquiles, al que Tetis había ocultado disfrazado de de mujer para evitar que su hijo se desplazara a Troya y en cuyas playas el oráculo predijo su muerte. Diomedes fue uno de los que presionó a Agamenón para que sacrificara a su hija Ifigenia como tributo a la diosa Artemisa, cuando esta silenció los vientos. También fue seleccionado entre los jefes aqueos para participar como embajador en el infructuoso intento de convencer a Príamo de dar fin a la guerra con la devolución de Helena a su esposo Menelao. Tampoco pudo persuadir a Agamenón para que Briseida fuera devuelta a Aquiles y así se aplacara su ira y ayudara a los aqueos en la batalla. Una de las últimas participaciones de Diomedes en la Guerra de Troya fue acompañar a Odiseo al robo del Paladio; aunque una de las versiones señalaba que Odiseo quería atribuirse el crédito de robar solo aquel preciado objeto, e intentó matar a Diomedes, aunque éste se dio cuenta y se defendió a tiempo; seguramente por esa razón los amigos se separaron y siguieron caminos diferentes tras la caída de Troya.

Pese a todos estos hechos, Diomedes es recordado por incluso por vencer a los dioses y a obligar a Zeus a determinar que ningún dios más apoyaría directamente a un mortal en la guerra. Según la Iliada de Homero, Diomedes en una de tantas luchas se topa con Pándaro y Eneas; el primero ataca, pero Diomedes lo mata atravesando su lanza en la garganta del atacante; Eneas baja de su carro para recuperar el cadáver de Pándaro, y Diomedes le hiere de una pedrada. Afrodita, viendo que su hijo queda indefenso, acude en su ayuda, pero Diomedes logra atacar y herir la mano de la diosa; es sólo la aparición de Apolo, que envuelve la escena con una nube y rescata a Eneas, lo que impide la muerte del hijo de Anquises. Luego viene la lucha con Héctor; Ares encarna en un soldado para impedir que el héroe llegue donde Héctor; Diomedes reconoce al dios y retrocede, pero el soldado ataca; es cuando interviene Atenea, ayudando al héroe, que lograr guiar el arma del héroe, y este hiere al dios en un costado, que lo hace retroceder y huye sangrando al Monte Olimpo. Zeus enojado prohibirá desde este lance que los dioses intervengan en esta guerra de mortales. Tras la guerra de Troya, Diomedes volvió a Argos. Tuvo un feliz regreso, pero a su llegada, su mujer y el amante de ésta, intentaron matarle. Diomedes logró salir vivo de la emboscada y huyó al sur de Italia donde se estableció; en la Eneida aconseja a los Latinos a tener cuidado con Eneas y los troyanos.

Como muchos otros pretendientes de Helena, el rey de Creta, Idomeneo, nieto del gran rey Minos de Creta fue uno de los tantos reyes que acompañaron a los griegos en su lucha contra Troya y como muchos otros fue un valiente guerrero, pero su mito se tiene al regreso. Tras la caída de Troya, el héroe fue sorprendido por una violenta tempestad y prometió al dios Poseidón que si llegaba vivo a su casa le ofrecería en sacrificio a la primera persona que se encontrara. Para su desgracia a quien primero vio al tocar tierra fue a su propio hijo, pero, de todos modos, cumplió su voto. La salida de Idomeneo del trono obedeció a dos razones, la primera es que tras matar a su hijo, sobre la isla de Creta cayo un plaga, y los pobladores culparon al rey de la plaga por culpa de su crimen. La segunda es que como muchos reyes, su mujer Meda tenía un amante, Leuco, quien aprovecho el descontento popular para expulsar al rey, quedándose con la esposa para garantizarse el trono, tras lograrlo la asesino luego, caro pago Meda su traición. Idomeneo viajó hasta Calabria, sur de Italia y otros dicen que se estableció en Colofón, Asia Menor (Anatolia).

Esta historia ha sido llevada a la opera por Wolfgang Amadeus Mozart, en esta versión en Creta reina Idamanto en ausencia de su padre. Los vientos han dispersado la flota griega y Idomeneo ha sabido apaciguar las iras de Poseidón/Neptuno prometiéndole sacrificar a la primera persona que encuentre en el instante del desembarco, y cuando consigue por fin llegar a Creta es precisamente Idamanto quien primero aparece ante sus ojos. Ilia, hija de Príamo que venía como trofeo de guerra es deseada por Idamanto, quien le declara su amor, en desprecio a Electra (la hija de Agamenón y Clitemnestra) su prometida oficial. Idomeneo (que ha fingido no reconocer a su hijo) trata de alejar a su hijo de Creta para no cumplir su promesa. Para ello ordena a Idamanto conducir a Electra a Grecia. Pero Poseidón/Neptuno reclama su víctima y envía un monstruo que no permite la partida de la nave del príncipe. Pero el pueblo exige a Idomeneo que cumpla su voto. Idamanto logra con sus solas fuerzas matar al monstruo, y Neptuno, conmovido por su valentía y su amor a Ilia, concede el perdón con la condición de que Idomeneo renuncie a su trono en beneficio de su hijo. Electra, viendo esfumarse su última esperanza, estalla de ira, mientras Idomeneo abdica serena y dignamente.

Palamedes de Argos, es hijo de Nauplio, y era uno de los héroes de la ingeniosidad proverbial. A Palamedes se le había atribuido haber inventado el ajedrez y el juego de los dados; y se le atribuye también parte de la invención del alfabeto griego, la creación de los faros, de la balanza, las monedas y de la guardia con centinelas. El mito señala que cuando Odiseo intentó zafarse de la obligación de acudir a la guerra de Troya fingiéndose estar loco, Palamedes descubrió el engaño. En venganza, Odiseo falsificó una carta con el supuesto de que el rey de Troya, Príamo, proponía a Palamedes traicionar a los griegos a cambio de oro. Odiseo escondió el oro en la tienda de Palamedes; la carta y el oro fueron encontraron y sin darle tiempo a defenderse fue lapidado hasta la muerte por sus compañeros, ello provocaría la venganza de su padre Nauplio.

Nauplio, que era hijo de Poseidón, fue uno de los argonautas y participó junto con su hijo Palamedes en la Guerra de Troya. Cuando Palamedes murió debido a una traición de sus compañeros griegos; Nauplio juró vengarse del rey Agamenón y los otros líderes griegos. Regresó a Grecia antes de la caída de Troya, visitando y convenciendo a muchas de las solitarias esposas de los comandantes griegos de que estos estaban acostándose con esclavas troyanas y sugiriendo ser infieles con sus maridos, así como conspirar contra ellos, se incluyen en este grupo a: Clitemnestra, esposa de Agamenón, Meda, esposa de Idomeneo, y Egialea la esposa de Diomedes. Tras finalizar la Guerra de Troya, cuando la flota griega volvía triunfante a Grecia, su padre Poseidón, a solicitud de su hijo Nauplio, cobró venganza por la muerte de su nieto; sorprendió con una gran tempestad a las naves griegas y sumergió una gran parte de ella, arrojando el resto a las costas de la isla de Eubea. Al tener noticia del desastre, Nauplio hizo encender durante la noche algunas fogatas sobre las rocas que rodeaban su isla, atrayendo a los barcos para tener la satisfacción de ver cómo se estrellaban contra las piedras. Muchos soldados y marineros murieron ahogados y los que consiguieron llegar a la orilla con ayuda de tablas o a nado, fueron horriblemente asesinados allí mismo. Poseidón cobró mayor venganza sobre todo con Odiseo, a quién hizo viajar por todo el Mediterraneo y lo mantuvo fuera de su hogar por diez largos años; esas fueron las consecuencias de aquella trampa que costó la vida del joven Palamedes. 

Hijo de gato caza ratones

Al igual que ocurrió con su padre, Neoptólemo, llamado inicialmente Pirro (pelirrojo) era un niño cuando tuvo que ir a Troya; tenía unos doce años cuando se produjo la muerte de su padre Aquiles a manos de París, y los héroes Odiseo y Diomedes lo llevaron hasta Troya durante los últimos días de la guerra, puesto que el adivino Calcante había augurado que los griegos jamás conseguirían tomar la ciudad sin la presencia del hijo de Aquiles entre sus filas. En primera batalla logró ganarse la admiración de todos al matar a Eurípilo, hijo de Télefo, que había llegado en ayuda de los troyanos y avanzaba de forma implacable hacía el campamento griego con el objetivo de incendiar las naves, como no hacía mucho lo había intentado Héctor. Todos impresionados por la hazaña y la gran valentía que había demostrado a pesar de su corta edad comenzaron a llamarle por el nombre que conservaría hasta su muerte: Neoptólemo (joven guerrero). Ayudaría a Odiseo traer a Troya a Filoctetes, que había sido abandonado en la desierta isla de Lemnos. A la llegada de Neoptólemo, Odiseo y Filoctetes, la toma de Troya aún parecía imposible. Nadie se lo explicaba hasta que Calcante aclaró que lo que él había dicho era solo parte de la profecía y que la respuesta completa la hallarían en el bosque del monte Ida, cerca de Troya. Neoptólemo y sus hombres fueron allí esa tarde, donde encontraron y capturaron al príncipe Héleno, quien tras la muerte de París a manos de Filoctetes había sido expulsado de la ciudad a causa de una pelea con otro de sus hermanos, Deífobo, ya ambos se habían disputado a la viuda Helena. Desde entonces Heleno vagaba por los alrededores en solitario. El príncipe fue llevado entonces al campamento griego donde, en venganza contra su gente por haberlo desterrado reveló la parte final de la profecía a sus enemigos: traer desde la ciudad de Olimpia los restos de Pélope (abuelo paterno de Agamenón y Menelao) y conseguir el Paladio (estatua de la diosa Atenea en Troya). Así se hizo, y fue sólo entonces cuando, inspirado por Atenea, Odiseo concibió la estratagema del Caballo de Troya.

Neoptólemo fue uno de los guerreros ocultos en el caballo de Troya; y tras salir, se abrió paso hasta el palacio real donde mató al joven príncipe Polites y al rey Príamo. Para regresar a Grecia, las naves no pudieron salir hasta que el fantasma de Aquiles pidió el sacrificio de Políxena, la princesa troyana que lo había engañado y llevado a la muerte, Neoptólemo cumplió la orden del fantasma asesinado a la chica sobre los restos de la tumba de su padre. Entre sus trofeos de guerra iban Andrómaca, la que había sido la mujer de Héctor, y Héleno en calidad de esclavos. Neoptólemo se instaló en Ftía junto a su abuelo Peleo y casó con Hermíone, hija de Menelao y de Helena, reyes de Esparta. No llegó a tener hijos con ella, pero sí uno con Andrómaca al que llamó Moloso. Hermíone en un principio había sido prometida a Orestes, hijo de Agamenón, pero cuando su hermana Electra le escondió de Egisto y Clitemnestra, usurpadores del trono, muchos lo creyeron muerto. Por ello Menelao casó a su hija Hermíone con Neoptólemo, sin llegar Orestes a saberlo. Como Neoptólemo no conseguía tener hijos con Hermíone, se dirigió preocupado al oráculo de Delfos para pedir consejo. En ese lugar se encontró con Orestes, quien al saber que había desposado a Hermíone, se sintió ultrajado y lo asesinó.

Soldados, médicos, aurigas y augures.

Tersites fue otro de los guerreros aqueos de la guerra de Troya. Aunque las primera fuentes (Iliada) no se le señala padre, indicando que no se trataba de un héroe aristocrático; en obras posteriores (Etiópida) se le hace hijo de Agrio, el hermano de Eneo, abuelo de Diomedes. Tersites es un antihéroe, descrito como el más feo de los griegos, patizambo, cojo y con hombros curvados hacia dentro, cuando harto de la guerra llama codicioso a Agamenón y propone a los griegos retirarse, Odiseo le da un golpe en la cabeza con el cetro del rey, provocando la burla de los demás.

Según la Etiópida, Aquiles mata a Tersites por haberse burlado del héroe por lamentarse de la muerte de la reina de las amazonas, Pentesilea, ante cuya hermosa estampa Aquiles lloró haberla enviado al Hades, ya que era digna para ser su esposa. Obras posteriores dan a Tersites un papel más relevante que el de bufón, una forma de los poetas para protestar contra lo absurdo de la guerra; en la obra ‘Troilo y Crésida’ de Shakespeare lo retrata como vulgar, ridículo e impertinente; se le describe un esclavo sarnoso de Áyax, a quien pronto abandona para ponerse al servicio de Aquiles, que en la obra es una especie de bohemio y quien aprecia el humor amargo y cáustico del esclavo. Así Tersites representa al personaje crítico al orden establecido; movido por el resentimiento que muestra los errores del orden actual.

Filoctetes es uno de los muchos héroes de la mitología griega; famoso por su arco y flechas, objetos que le habían sido entregados por Heracles. Aunque partió con los buques griegos para participar en la guerra de Troya, Filotectes fue abandonado en la desierta isla de Lemnos a causa de haber sido mordido en el tobillo por una serpiente, despidiendo la herida un hedor rancio, sin cura y tan intenso que nadie era capaz de soportar (otras versiones señalan que el origen de la herida es producto de haberse rozado el tobillo con una de las tantas flechas Heracles). Calcante predice que es necesaria la presencia de Filoctetes y el arco de Heracles para ganar la guerra. Odiseo y Neoptólemo llegan a la isla con el propósito de llevarlo con ellos al sitio de Troya y tratan de convencer o engañarlo a que vuelva con ellos. Tras muchos intentos fallidos, se aparece el fantasma de Heracles y revela que el designio de Zeus sobre Filoctetes es que vaya a Troya con Neoptólemo. Filoctetes, entonces, se somete a la voz de aquel a quien no puede desobedecer. Así ya recuperado con la ayuda de Macaón, acudió a la guerra, y con el arco mitológico disparó la flecha que acabaría con la vida de París.

Calcas o Calcante fue un poderoso adivino de la mitología griega, era un nieto del dios Apolo, quien le dio el don de la profecía. Al inicio de la guerra profetizó que era necesaria la presencia de Aquiles para obtener la victoria griega en la Guerra de Troya cuando este sólo tenía nueve años. También consideró necesaria la presencia de Filoctetes al final de la misma. Predijo a Aquiles que tendría una larga vida y olvidada por todos, o una corta y por todos recordada. Predijo que la guerra de Troya duraría diez años, y aseguró a Agamenón que la única forma de apaciguar a Artemisa era sacrificar a su hija Ifigenia, para que la diosa dejara de retener a la flota griega en el puerto de Áulide. Fue según algunas crónicas quien sacrificó a la joven princesa en el altar levantado en el puerto. Para el décimo año de la campaña señalo que la furia de Apolo enviada como peste sólo se apaciguaría con la devolución de Criseida a su padre, que era sacerdote del dios protector de los troyanos. Esta devolución causó la disputa entre Agamenón y Aquiles por otra cautiva, Briseida. Finalizada la guerra predijo el destino de muchos héroes a su regreso a tierra y no se quiso embarcar en las naves que sufrirían la furia de Poseidón, quedándose en Anatolia y estableciéndose en Colofón. Existen varias versiones sobre su final, pero la más creíble es que como adivino profetizó la fecha de su muerte; cuando llegó el día señalado, Calcas vio que la predicción no se materializaba y le entró un severo ataque de risa que provocó que muriera asfixiado.

El sobrino de Heracles, hijo de su medio hermano Ificles era Protesilao; un príncipe de la región de Tesalia, que estaba casado con Laodamía, hija de Acasto, nieta de Pelias (el rey que robo el trono al padre de Jasón). Según las profecía el primer griego que pisara tierra en Troya sería el primero en morir. A la llegada de las naves, Odiseo, que como todos sabía la profecía lanzó su escudo a la orilla y saltó sobre él. Protesilao, creyendo que era el segundo lo siguió y pisó la tierra, así fue el primero que murió en la primera de las batallas. Cuando su mujer Laodamía se enteró de su muerte cayó en un duelo tan profundo que los dioses permitieron que su marido volviera con ella por espacio de tres horas. Cuando partió de nuevo, la mujer se suicidó.

Macaón era hijo de Asclepio (dios de la medicina), de su padre había recibido el don de curar las heridas, hasta las más graves. Fue quien salvó a Menelao, cuando fue herido por la flecha de Pándaro, y a Filoctetes, que tenía una herida ulcerada que se había causado al herirse accidentalmente por una flecha de Heracles hacia diez años. Durante una de las batallas, Macaón fue herido en la espalda por una flecha de París, y fue rescatado por Néstor. Finalmente fue muerto por Eurípilo, hijo de Télefo, en el transcurso de una batalla anterior al saqueo de Troya. Pero en la Eneida de Virgilio, se señala que Macaón entró en la ciudad metido en el Caballo de Troya. A su muerte sus cenizas fueron llevadas por Néstor a un santuario de Gerenia al que acudían los enfermos buscando curación.

En la mitología griega Sinón era un guerrero griego, primo de Odiseo, que, a través de engañosas razones, persuadió a los troyanos para que introdujeran el caballo de madera en la ciudadela de Troya. Una vez que el caballo estuvo dentro de la ciudad, Sinón, durante la noche, abrió el vientre del caballo para permitir la salida de los hombres que se encontraban en su interior y encendió una antorcha como señal luminosa para los aqueos, que se acercaban en los barcos desde la isla de Ténedos.

El último de los muchos guerreros griegos que mencionaremos es Automedonte, el auriga de Aquiles y su compañero durante los combates en la guerra de Troya. Su nombre se ha convertido en sinónimo de cochero fiel y hábil. Automedonte condujo el carro a la batalla cuando Patroclo vistió la armadura de Aquiles, sin saber que era el joven disfrazado, guiando a los caballos Janto (Xanto/Xanus) y Balio, caballos inmortales fueron el regalo de Poseidón a Peleo y Tetis en su famosa boda y que pasarían al hijo de ambos, el célebre Aquiles. Tras la muerte de Patroclo, Automedonte volvió a la retaguardia de la batalla, donde intentó consolar a los afligidos caballos, a quienes el propio Aquiles les reclamó por no haber ayudado a su primo. Automedonte luego volvió a la batalla y tras la muerte de Aquiles fue el auriga de su hijo Neoptólemo.

Aspectos astrológicos a considerar en los Héroes del Campo Griego

Entre estos cuerpos tenemos nuevas visiones del aspecto paterno, mientras Príamo es el padre que ama a sus hijos, respetándolos y permitiéndoles crecer libre; Telamón es por el otro lado es el padre castrador, que constantemente fustiga a sus hijos; y Treuco es el hijo que más siente esa presión paterna; tanto que debe terminar por abandonar el grupo familiar, su respuesta a la constante crítica y ataque del padre es hacer su vida aparte y descartar a la familia de la misma, para así poder tener un crecimiento propio. Idomeneo es otro padre que pone sus intereses por encima de los demás, inclusive por encima de sus propios hijos. Sólo Nauplio apoya a su hijo y lo defiende contra los otros que lo atacan y le da todo el apoyo incondicional a su hijo, aceptado sin problemas las diferencias con su hijo.

Los jóvenes varones de este grupo representan las relaciones con sus amigos y con sus padres; Neoptólemo es el hijo que sigue los pasos del padre, repite a su padre y es casi la reencarnación del mismo; su presencia nos muestra a ese hijo que todo padre desea, aquel que continuara el negocio, la empresa familiar o la profesión del padre, se le puede vincular a trabajos relacionados con empresas familiares. Papel distinto tiene Treuco, que hará con su vida lo que mejor considere para si; la presión de padre opresivo lo obliga a seguir rumbos distintos a los planeados por su progenitor, trabajará en cosas distintas a la actividad que realiza la familia o el grupo familiar. Por su parte Palamedes es un hijo prodigo, inteligente, es el cerebrito que tanto molesta a sus compañeros, el padre ve en este hijo la superación de sus metas, es el futuro medico cuyo padre taxista se enorgullece del hijo que tiene, por ir hacia un futuro mejor, en Palamedes tenemos al investigador, el científico, el ingeniero, una persona dedicada a la invención de cosas que ayuden a otros, las nuevas tecnología, trabajos vinculados a números, cálculos, nuevas profesiones.

Diomedes y Áyax representan al mejor amigo, pero actúan de formas distintas cuando los amigos no resultan ser lo que esperábamos. Diomedes siente la traición del mejor amigo, pero la acepta y sigue con su vida como un percance más; por su parte Áyax no tolera las traiciones, no acepta que sus amigos no se comporten como él esperaba, actúa de forma agresiva y autoagresiva a estos actos que considera traición. Ambos tienen vinculación con trabajos relacionados con la milicia, cuerpos de control o policía, bomberos, investigación o espionaje, sobre todo en este último aspecto Diomedes.

Los que siguen representan al hombre y sus relaciones de trabajo: Automedonte es el empleado fiel, seguidor de las reglas y trabajador, su esfuerzo es reconocido por sus superiores y por ello siempre será considerado por los mismo a la hora de necesidad. Automedonte se vincula a trabajos relacionados con vehículos, transportes terrestres, o similares. Papel parecido tiene Filoctetes, obedece a sus superiores en cargo, pero a diferencia de Automedonte que apoya a sus compañeros de trabajo, Filoctetes no se involucra con sus compañeros de trabajo, los soporta simplemente, son algo que hay que soportar, un mal que debe ser aguantado todo por el bien final. Se le puede relacionar con armas, trabajos de protección de personas, seguridad, o similares. Protesilao es el empleado crédulo, se deja engañar fácilmente y termina pagando los platos rotos de otros. Trabaja en puestos que implican poco nivel de complejidad: mensajero, oficinista, cartero, etc.

Tersites es aquel que siempre protesta, critica por criticar y se queja del trabajo que le ha tocado hacer en la vida, pero que poco hace por mejorar, se burla de los otros, sus errores, los difunde como chismoso, pero sobre todo es hiriente a la hora de criticar, mostrando lo peor de los demás. En Sinon tenemos al tramposo en el trabajo, busca engañar para lograr que otros hagan lo que él desea para lograr su metas.  Tersites y Sinón se le puede relacionar a trabajos vinculados con la política, el periodismo amarillista, la propaganda, reportero de noticias en los medios de masas (radio,televisión, etc.) etc.

Calcante y Macaón son ambos nietos de Apolo, dios de las visiones, la salud, el arte y la belleza masculina, cada uno representa por tanto una manifestación del dios sol; con Calcante, que tiene visiones sobre el futuro; tenemos a aquel consultor que sabe como guiar una empresa y hacia donde deben dirigirse los esfuerzos, para que se pueda llegar a las metas previstas, se le puede relacionar con trabajos en la religión, como guía espiritual, o con trabajadores dentro del ámbito de la psicología; ayuda con sus respuestas a resolver dudas y dar respuestas a las misma, pero como Socrates, nunca da un respuesta directa, siempre es el consultante el que debe sacar sus propias conclusiones. Macaón por su parte da importancia a la salud física y al cuidado del cuerpo, ya que sin la misma no se puede realizar ningún trabajo, ni alcanzar ninguna meta. Macaón se le vincula con trabajos en los hospitales, con curaciones de las heridas físicas y de los accidentes en el trabajo, médicos, enfermeros, fisioterapeutas, o similares.

Griegos y Troyanos peleando en los cielos (10) París, el planeta de los malos presagios

El asteroide 3317, descubierto en 1984 recibe el nombre del príncipe troyano París, uno de los numerosos hijos del rey Príamo. Ocupa el puesto cuarenta y uno en la posición de descubrimiento de troyanos, pero con 116 km es el décimo en tamaño dentro del grupo de asteroides troyanos de Júpiter. Al igual que en los mitos, (3317) París tuvo que esperar a sus hermanos, menores y mayores fueran ubicados en los cielos, pero cuando llegó su momento, resulto ser uno de los más grandes cuerpos. El asteroide fue descubierto por los esposos Carolyn y Eugene Shoemaker, quienes tuvieron en su récord más de 800 asteroides y cometas, siendo la pareja famosa por el descubrimiento en 1993 del Cometa Shoemaker-Levy-9 (junto con David Levy); cometa que ocupo el año siguiente los titulares mundiales al ser el primer cuerpo que la ciencia observaba al estrellarse contra el gigante Júpiter, las heridas provocadas por el cometa sobre el gigante gaseosos durarían varios meses sobre su superficie. Aunque los cometas se estrellan contra el planeta de forma regular, en promedio dos cada siglo, un gran cometa como el Shoemaker-Levy-9 ocurre en promedio una vez cada milenio.

En la mitología griega, París, también llamado Alejandro (Aléxandros = el protector del hombre) fue un príncipe troyano, hijo del rey Príamo y de su esposa Hécuba; y como muchos de su familia, tuvo el don de la belleza; y fue conocido como ‘el de la hermosa figura’. Estuvo predestinado desde su nacimiento a ser la caída de Troya. En el embarazo de la reina Hécuba, ella soñaba que daría a luz a una antorcha que incendiaría la ciudad. Correspondió a Ésaco, hermanastro del futuro príncipe, quien poseía el don de interpretar los sueños en señalar que al nacer el nuevo príncipe debía ser sacrificado. El rey Príamo no se atrevió a tal horror, descartando en un principio tan recomendación; pero las profecías seguían llegando; Heleno y Casandra, dos hermanos gemelos del príncipe recién nacido y con el don de ver el futuro, contaban a su padre que acercarse a la cuna, tenían visiones de fuego y destrucción.

Así, pese a su horror de sacrificar a un hijo suyo, Príamo ordenó la muerte del niño; enviando al recién nacido al monte Ida, a que fuera devorado por las bestias. Pero la suerte del niño era otra, pero Agelao, el esclavo enviado por el rey a abandonarlo, volvió a la semana a buscar los restos para darle sepultura, pero inexplicablemente el bebe seguía vivo, así que consideró que era destino de los dioses, lo recogió y crió como propio. Su padre adoptivo lo llamó París. El chico creció, convirtiéndose un joven guapo y fuerte, que dominaba el arte de la música. Su primer amor fue una ninfa de nombre Enone; hija del dios del río Cebrén. Ella poseía el don de la profecía y la medicina, y le señaló al amado que ella sería la única que podría salvarlo de una herida mortal. Algo que sería cobrado años más tarde. De las relaciones entre Enone y París nace Córito.

Y ocurrió por esos tiempos que en las bodas de Peleo y Tetis (padres de Aquiles), pero una diosa no invitada al evento se apareció en la fiesta y lanzo con indiferencia una manzana dorada, Eris solo dijo a los presentes ‘para la más hermosa’. Todas las diosas presentes se vieron tentadas por aquella fruta dorada, pero tres finalmente se atrevieron a reclamar el honor; ante esas tres, ninguna otra se atrevió a intentarlo. Hera, la reina del Olimpo, Atenea la hija predilecta de Zeus y Afrodita, la única foránea que se atrevió a disputar la manzana a las dos más grandes diosas del Olimpo. Zeus prefirió mantenerse lejos de la disputa, una era su mujer y las otras dos sus hijas (Afrodita es en los mitos una diosa surgida de la sangre derramada por la castración de Urano por Cronos, y por ello anterior a los dioses mismos; pero la mente racional griega modifica el mito para impedir que Afrodita fuera superior a los dioses y la ponen como hija del Zeus con una oceánida llamada Dione, así su poder no puede ser superior el de su padre). Zeus envía a Hermes por un pastor de la región de Illión para que sea el juez en la disputa. París se vuelve el juez en el concurso de belleza y cada diosa le ofrece un premio por hacerla la más bellas de las diosas. Hera le ofrece reinar sobre un imperio en Asia (Anatolia); Atenea le ofrece convertirlo en el más grande guerrero de la historia, pero Afrodita, con menor que ofrecer decide usar su mayor don, a diferencia de sus rivales, se desnuda ante el mortal y le ofrece el amor de la mujer más hermosa en la tierra. Esa vista fue suficiente para convencer al pastor que dio el título de la más bella a Afrodita, que siempre protegería al chico, y obtuvo el odio eterno de las otras diosas.

En Troya por su parte, Príamo celebraba cada año unos juegos en honor a su hijo muerto. El premio en una ocasión era un poderoso toro; y en esa oportunidad París se atrevió a competir, ganando el premio, y la furia de sus hermanos, que no aceptaban el triunfo de un simple pastor. Antes de que fuera asesinado por sus propios hermanos, Casandra reconoció que el pastor era el hijo del rey; ante lo que Agelao tuvo que reconocer el origen de su hijo adoptivo. Así aquel pobre pastor pasa a convertirse en un príncipe del reino; pero eso sería el inicio de la caída tanto presagiada. París fue acogido en la corte real de Troya y pronto fue enviado como embajador a Grecia, la misión pedir el regreso de su tía Hesíone, que era concubina de Telamón, desde que el padre de Príamo no había pagado lo pactado a Heracles años atrás. Pese a las recomendaciones de Héleno, que presagiaba desgracias a Troya tras ese viaje la nave partió.

Tras un viaje infructuoso en la encomienda, París llega a Esparta y conoce a Helena, la más bella de las mujeres, y recordando la promesa de Afrodita, pide la ayuda de la diosa para enamorar a la esposa del rey Menelao. Mientras Menelao parte a Creta para las honras de su abuelo materno, París aprovecha la oportunidad de escapar a Troya con Helena y su dote, dejando atrás a Hérmione, la hija de nueve años de la reina con Menelao. La llegada a Troya dividió a la nación, mientras la población no aceptó a la reina fugitiva, la familia real aceptó a Helena y la desposó con París. La ninfa Enone se sintió traicionada y marcha de Troya con el hijo de ambos Córito. Años después Córito que era tan hermoso como su padre, y fue enviado por su madre, que quería vengarse de París o al menos estropear la relación, a cortejar a Helena; pero París, en un ataque de celos, acabó con él sin saber que era su hijo.

Pese a que los griegos reclamaron la devolución de la reina, la casa troyana no hizo caso a dicha petición; posiblemente en respuesta la misma razón de la no devolución de la única hermana de Príamo a los troyanos, la reina Hesíone, que estaba presa por los griegos. Menelao reunió una gran flota y durante diez años sitió a Troya. París intervino en varias batallas, pero es recordado en la guerra por dos cosas: la primera es su lucha con Menealo para decidir el destino de Helena, donde fue salvado por Afrodita, haciéndolo desaparecer en una nube, mientras Pándaro, instigado de Deifobos (un hermano de París), disparaba una flecha de Menelao. La segunda es haber dado muerte a Aquiles, cuando su hermana Políxena engaña al héroe y descubre su punto débil, y en una de los encuentros entre los amantes, París dispara en el talón de Aquiles la flecha envenenada que le daría muerte.

Al poco tiempo París muere a manos de Filoctetes, quien usando el arco de Heracles dispara una flecha mortal contra el príncipe troyano en una de esas tantas batallas. Los mitos señalan que París logró escapar de la batalla herido y busca a Enone, pero la ninfa se negó a ayudarlo (la traición con Helena y la muerte de su hijo Córito pesaban demasiado). Finalmente cuando la ninfa arrepentida salió en su búsqueda ya París había muerto. Los mitos dicen que en los funerales de París, Enone se suicidó arrojándose sobre la pira en la que era incinerado su amor. Así acababa la historia del bello príncipe troyano que por amor provocaría la mayor guerra entre los mortales de los mitos griegos. Lo que ocurrió con Helena lo relataremos más adelante.

París es desde sus inicios signo de destrucción, su presencia anuncia el caos y la muerte; es la antorcha que ilumina el camino de la guerra, la que presagia la caída y fin de algo. París, como muchos otros fue instrumento de los dioses, fue rescatado muchas veces para cumplir con las profecías que determinaron los hados; pudo haber muerto al ser abandonado en el monte Ida, pero fue rescatado; pudo morir a manos de sus propios hermanos, que desconociéndolo no aceptaban el triunfo en unos juegos de un campesino sobre verdaderos príncipes, pero lo salva su hermana al reconocerlo; pudo morir ante Menelao, más fuerte y ágil con las armas, pero lo salva Afrodita; así París sobrevive una y otra vez para poder cumplir su destino; y este se inicia con un juicio; decidir entre el poder de la fuerza y el amor; y al escoger al amor pone al mismo como la fuerza más poderosa, pero a su vez nos enseña del peligro de ser guiados por los instintos más que por la mente concreta; ese es el mensaje que trasmite este cuerpo celeste; poner las pasiones, las emociones, y entre ellas, una de las más básicas, el deseo sexual, por encima de la razón conduce muchas veces a la perdición misma, así recordamos que la lujuria más que el amor es y ha sido causa de infinitas tragedias.

Griegos y Troyanos peleando en los cielos (9) Troilo, el planeta de la decepción

Descubierto por el alemán Karl Wilhelm Reinmuth el 31 de diciembre de 1931, el asteroide (1208) Troilo recibe el nombre de un joven príncipe troyano, hijo de Príamo y Hécuba, y cuyo destino fue ligado por una profecía al de la ciudad de Troya, razón por la Aquiles lo emboscó y lo mató. Troilo fue el décimo cuerpo descubierto entre los troyanos de Júpiter y con 103 km de diámetro medio ocupa el décimo sexto lugar en tamaño en el grupo de troyanos.

El nombre de Troilo es la combinación de Tros e Ilo, reyes míticos fundadores de Troya, y su vida se la vincula desde su nombre a la mítica ciudad. Otros señalan también que es combinación de «Troië» (‘Troya‘) y del verbo «lyö» (‘destruir’), indicando el destino relacionado. Muchos sugieren que su mito es posterior a la leyenda de Homero y que ha sido desarrollado en dos periodos históricos distintos de forma diferente. El primer momento se ubica en el mundo griego; aunque no hay fuentes completas del periodo arcaico y clásico de la antigua Grecia, escenas de su vida y muerte por Aquiles han estado presentes en todas las cerámicas de los distintos periodos. En la Iliada de Homero, el rey Príamo reprende a sus hijos vivos, comparándolos con los ya muertos: Troilo y Héctor. Se cree que el nombre de Troilo no fue inventado por Homero y que ya existía una versión anterior descrita en la Cipria, una parte del ciclo troyano hoy perdida y que cubría los sucesos anteriores a la guerra de Troya y la primera parte de ésta; pero las versiones más amplias se ubican desde el periodo helénico a la antigua Roma, donde Troilo era simplemente una nota a pie de pagina, mencionado como complemente en otras obras y poemas menores, sobre todo desde el periodo helénico a los primero años del imperio Romano.

La versión griega cuenta que Troilo era un muchacho o efebo, hijo de Hécuba, reina de Troya, y por su excepcional belleza se creía que era hijo de Apolo, en vez del rey Príamo. Las profecías ataban el destino de Troilo al de la propia Troya, señalando que si el chico cumplía los veinte años, Troya jamás sería vencida. Así, poco después de iniciada la guerra, Aquiles fue animado a cazar al muchacho.

El joven príncipe solía montar a caballo, Aquiles emboscó a Troilo y a su hermana Políxena (cuya inclusión es la historia es posterior) en una fuente cerca del templo de Apolo, donde había parado a dar de beber agua a sus caballos. Aquiles quedó prendado de la belleza de los jóvenes y logró agarrar a Troilo por los cabellos y tumbarlo del caballo; el chico y su hermana logran escapar del acoso del héroe griego, que pretendía violarlos. La joven logra huir por ayuda, pero Troilo sólo puede escapar al interior del templo de Apolo, seguido por el guerrero hasta allí dentro, matando a Troilo con su espada y mutilando el cuerpo antes de que pudiese llegar ayuda alguna. Antes de morir Troilo predice la muerte de su asesino, la de su hermana y la de su sobrino Astianacte. Años después Políxena, entre tregua y tregua, enamora a Aquiles, que estaba encaprichado con la joven de excepcional belleza, descubriendo así ella su punto débil, el talón; y en una de sus tantas reuniones secretas, previo aviso a París, el príncipe troyano aprovecha para disparar en el talón una flecha envenenada, matando al héroe. La flecha según fue guiada por el propio Apolo, vengando así la muerte de Troilo, su hijo con Hécuba.

El segundo periodo histórico de la leyenda se ubica en el medievo y el renacimiento, donde el personaje deja de ser una simple cita en la historia y se convierte en protagonista. En esta versión se deja de lado la versión clásica del efebo deseado pederastamente por Aquiles y es un chico locamente enamorado de una chica, envuelto en una tragedia de amores no correspondidos. En la edad media Troilo ya no es un chico indefenso atacado por un hombre, es un guerrero, joven, pero guerrero al fin, y a la muerte Héctor, Troilo lo sucede en el campo de batalla, su muerte no ocurre al inicio de la guerra, sino al final. Es tras la muerte de Troilo, que Hécuba, Polixena y París planean la muerte de su asesino, no ocurrió así con la muerte de Héctor, llorado amargamente por Príamo. Se propone una tregua y se da a Políxena como esposa para Aquiles como parte del trato, pero ya sabemos lo que pasó en ese encuentro. Así la cita de Homero, cuando Príamo regaña a sus hijos aún vivos y los compara con Troilo y Héctor, pone a ambos hermanos en el mismo nivel, el de grandes guerreros.

En el desarrollo renacentista posterior, Troilo solía burlarse de la estupidez de los asuntos amorosos; hasta que conoce a Crésida en el Templo de Atenea y se enamora locamente de ella. Crésida es una joven viuda, hija de Calcante, el augur griego, que ha desertado del campamento griego. Troilo se niega al principio a tales sentimientos, pero su amigo Pándaro le persuade para que revele su amor a la chica; de quien era una pariente (tío o primo según versiones). Tras Troilo revelar su amor a Crésida, ambos jóvenes pasan un tiempo relativamente felices; pero Calcante convence a Agamenón para que le devuelva a Crésida como parte de un intercambio de prisioneros, a cambio de Antenor (el ministro de Príamo, capturado previamente). Los dos amantes quedan angustiados e incluso piensan en fugarse, pero el intercambio se lleva a cabo y Crésida le señala a su amante de permanecer fiel a su amor y de encontrarse en unos pocos días, llevando un broche de Troilo en señal de su promesa.

El guerrero griego Diomedes se enamora de la chica y busca ganar su corazón, ya sea por influencia de su padre Calcante, que señala el final de Troya y la muerte de todo varón de la familia real o por la insistencia de Diomedes. A oídos de Troilo llega la noticia de que Crésida lo ha traicionado, él disfrazado entra al campamento griego y ve a la amada con Diomedes cuando esta  le entrega el broche; el chico es detenido por Odiseo, Troilo logra salir, calificando a la chica de prostituta. Eso hace que se vuelva más agresivo y heroico en batalla; y ocurre finalmente la lucha entre Troilo y Diomedes, el broche en la ropa de Diomedes enfurece más a Troilo, resultado herido el héroe griego. Algunas versiones señalan en este punto que Crésida, que había estado reacia a aceptar los avances de Diomedes, atiende las heridas del guerrero griego y se enamora finalmente del mismo, convirtiéndose Crésida en un símbolo de la inconstancia femenina, contra el fijo amor de Troilo. Finalmente Troilo muere en batalla; y igual que Crésida traicionó a Troilo, Antenor traicionaría más tarde a Troya.

La dificultad principal en esta versión moderna es que en el relato tradicional Diomedes sobrevive a la guerra y Troilo muere a manos de Aquiles, que no forma parte del triángulo amoroso, Crésida no es un personaje clásico griego, sino un agregado literario renacentista, y como tal su nombre no ha sido dado a ningún asteroide; pero si a una luna del planeta Urano, ya que estas llevan el nombre de personajes de obras del escritor Williams Shakespeare. La luna Crésida tiene unos 45 km de diámetro, y es una de las lunas interiores, descubierta en 1986 por el Voyager 2, y que forma parte del Grupo Portia de satélites, que incluye a: Bianca, Desdémona, Julieta, Porcia, Rosalinda, Cupido, Belinda y Perdita; y gira alrededor del planeta cada 14 horas y 25 minutos.

Entre los principales escritores que han narrado esta historia de amores y desamores tenemos a: Boccaccio, Chaucer y al propio Shakespeare. La obra de este último ‘Troilo y Crésida’ es una que por su trama intrincada y poco congruente, sobre todo su flojo final, no la hizo muy apreciada entre los espectadores, dudándose incluso de su presentación en escena; es el siglo XX cuando las guerras mundiales y sobre todo la guerra de Vietnam, la satírica burla entre los ideales y la realidad la han revalorizado.

La versión Shakespeariana nos muestra a un Troilo cuya vida está orientada a dar satisfacción a sus instintos y ven a Crésida como un ideal de belleza divina destinada a ser suya. Troilo le habla a Crésida de valores y de fidelidad inquebrantable, pero busca en ella la obtención del máximo placer, acto que conseguirá finalmente. Tras el hecho consumado, los ideales y los valores se irán diluyendo poco a poco hasta desaparecer. Por su parte Crésida lucha por ser ella misma y dejar a un lado los lazos condicionantes, y poder actuar de acuerdo con su forma de ver la vida. Pero cuando consigue desatarse de las cadenas que la limitaban, su persona es en realidad un ser interesado y pérfido que trata de jugar para estar en el lado ganador, aunque para ello tenga que actuar sin honor, sin conciencia, ni moral, sin importarle lo que tenga que hacer para conseguirlo. Nada ni nadie está por encima de sus intereses.

Así Troilo aparecer en todas las historias como un ser humano que es destruido por sucesos fuera de su control. El pensar en el Troilo astrológico es pensar en ese ideal que lucha contra la realidad, es el Troilo fiel a sus ideas y amores, contra los desamores y contradicciones del mundo real. Troilo como muchos héroes de la guerra, sobre todo aquellos que eran hijos de dioses y mortales, tuvieron su destino amarrado a las profecías, no tuvieron libertad de acción, eran ratas de laboratorio que corrían por senderos marcados a su meta, otros guiaron sus pasos, ir a buscar a la amada superó los peligros de entrar en el campamento enemigo; descubrir su traición implicó no tener temeridad y arriesgarse más de lo debido, ser arrasado por los eventos que el mismo despreciaba y terminar destruido por la contradicción entre sus ideas y su propia realidad. Así en Troilo tenemos la imagen de la decepción provocada por los demás, sobre todo cuando esa decepción ocurre en personas a las que amamos.