Grandes Cuentos de Hadas (17) Alicia en el país de las maravillas

Charles Lutwidge Dodgson era el nombre verdadero del autor de «Las Aventuras en el país de las Maravillas» y de «A través del Espejo y lo que Alicia encontró al otro lado»; era el mayor de once hijos de un pastor protestante (cuatro varones y siete niñas). Los once hijos del reverendo Dodgson eran todos zurdos y tartamudos. Ello provocó que fuera una persona tímida ante los adultos y con pocas amistades y que se relacionara con niños, especialmente con niñas pequeñas; con las que gustaba compartir juegos y a las que les contaba cuentos e historias. Publicó sus cuentos con el seudónimo de Lewis Carroll, razón que es atribuida a esa timidez.

Charles Lutwidge Dodgson ingresó en la Universidd de Oxford a los 18 años, en la que permaneció el resto de su vida. En ella enseñó Matemáticas, que fueron su diversión favorita. Padeció de insomnios y pasaba noches enteras despierto, tratando de descifrar complejos problemas matemáticos. Escribió varios libros sobre la materia y el más interesante de ellos se titula Euclides y sus modernos rivales.

Se cuenta que tras la publicación de «Las aventuras de Alicia…» la Reina Victoria quedo tan agradada que les dijo a sus ayudas que le gustaría leer más obras de este autor, estos obedeciendo le trajeron otro libro, uno de sus tantos libros de lógica, … no sabemos lo que comentó la Reina sobre este…

Ser zurdo era considerado un defecto para la época y fue el motivo de la obsesión por la inversión que tendrá el autor, como el poema Galimatazo (en A través del espejo), escrito al revés, que solo puede leerse con un espejo. Su tartamudez influyó también en su obra literaria: caracterizada por el empleo de las palabras que mezclan términos y con doble significado.

[Cuando Alicia conversa con la duquesa] —Si cada uno se ocupara de sus propios asuntos —dijo la Duquesa en un gruñido—, el mundo giraría mucho mejor y con menos pérdida de tiempo.
—Lo cual no supondría ninguna ventaja —intervino Alicia, muy contenta de que se presentara una oportunidad de hacer gala de sus conocimientos—. Si la tierra girase más aprisa, ¡imagine usted el lío que se armaría con el día y la noche! Ya sabe que la tierra tarda veinticuatro horas en ejecutar un giro completo sobre su propio eje… (eje en inglés es axis)
—Hablando de hachas (axes en inglés es hacha) —interrumpió la Duquesa—, ¡que le corten la cabeza!

Estos juegos de palabras se repiten en toda la obra, la liebre de marzo (March hare en ingles) y el sombrerero loco ( Mad Hatter en ingles) son parte de esos Homófonos que se pierden en la traducción del ingles a otro idioma.

Otro ejemplo de homófonos tenemos en la conversación de Alicia con el ratón, en el capítulo III, donde el ratón afirma que la suya es «una larga y triste historia» (a long and a sad tale) Alicia entiende «una larga y triste cola (a long and a sad tail).

La versión traducida pierde el juego de palabras y nos narra los hechos para que tengan algo de sentido así:

 

—Me prometiste contarme tu vida, ¿te acuerdas? —dijo Alicia—. Y por qué odias a los… G. y a los P. —añadió en un susurro, sin atreverse a nombrar a los gatos y a los perros por su nombre completo para no ofender al Ratón de nuevo.
—¡Arrastro tras de mí una realidad muy larga y muy triste! —exclamó el Ratón, dirigiéndose a Alicia y dejando escapar un suspiro.
—Desde luego, arrastras una cola larguísima —dijo Alicia, mientras echaba una mirada admirativa a la cola del Ratón—, pero ¿por qué dices que es triste?
Y tan convencida estaba Alicia de que el Ratón se refería a su cola,…

Uno de los más famosos de estos juegos de palabras combinadas se encuentra en el poema Galimatazo (Jabberwocky en ingles, en A través del espejo)

Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba….

Para poder entenderlo, el autor hace toda una explicación mucho más adelante, cuando Alicia conversa con el huevo Humpty Dumpty.

Las situaciones inverosímiles alcanzan su mayor logro en el segundo libro, así por ejemplo:

[Alicia en el jardín de flores al ver a la reina Roja] —Creo que iré a su encuentro —dijo Alicia, porque aunque las flores tenían ciertamente su interés, le pareció que le traería mucha más cuenta conversar con una auténtica reina.
—Así no lo lograrás nunca —le señaló la rosa— Si me lo preguntaras a mí, te aconsejaría que intentases andar en dirección contraria.
Esto le pareció a Alicia una verdadera tontería, de forma que sin dignarse a responder nada se dirigió al instante hacia la Reina. No bien lo hubo hecho, y con gran sorpresa por su parte, la perdió de vista inmediatamente y se encontró caminando nuevamente en dirección a la puerta de la casa.

[hablando con la reina Roja luego] —…y pensé que valdría la pena de subir por este camino, para llegar a la cumbre de aquella colina…
—Cuando te oigo llamar «colina» a aquello… ¡Podría enseñarte montes a cuyo lado esa sólo parecería un valle! […]

[Alicia después de correr con la reina Roja para poder seguir en el mismo sitio] … estoy muy a gusto aquí… sólo que estoy tan acalorada y tengo tanta sed…
—¡Ya sé lo que tú necesitas! —declaró la Reina de buen grado, sacándose una cajita del bolsillo—. ¿Te apetece una galleta?
A Alicia le pareció que no sería de buena educación decir que no, aunque no era en absoluto lo que hubiese querido en aquel momento. Así que aceptó el ofrecimiento y se comió la galleta tan bien como pudo, ¡y qué seca estaba! ¡No creía haber estado tan a punto de ahogarse en todos los días de su vida!
—Bueno, mientras te refrescas —continuó la Reina—, me dedicaré a señalar algunas distancias. […]
… ¿Quieres otra galleta?
—¡Ay, no, gracias! —contestó Alicia—. Con una tengo más que suficiente.
—Se te ha quitado la sed, entonces, ¿eh? —comentó la Reina.

En 1850 Dodgson ingresó en el Christ Church de Oxford, donde vivió hasta su muerte y en 1855 se desempeñaba como Master of the House (Amo de la casa = Mayordomo), año en que ingresa como decano el doctor Liddell, padre de Alicia Liddell, inspiradora de su famosa novela. Los Liddell tenían tres hijas: Edith, Lorina y la menor Alice, que en ese entonces tendría unos cuatro años. Dodgson entabló una gran amistad con las niñas, que duró muchos años, hasta que alcanzaron su madurez.

La verdadera Alicia (Alicia Liddell) dejó testimonio de esos largos paseos:

Muchos de los cuentos del Sr. Dodgson nos fueron contados en nuestras excursiones por el río, cerca de Oxford. Me parece que el principio de Alicia nos fue relatado en una tarde de verano en la que el sol era tan ardiente, que habíamos desembarcado en unas praderas situadas corriente abajo del río y habíamos abandonado el bote para refugiarnos a la sombra de un almiar (Pajar al descubierto, con un palo largo en el centro alrededor del cual se va amontonando la paja o el heno :recientemente formado). Allí, las tres repetirnos nuestra vieja solicitud: cuéntenos una historia, y así comenzó su relato, siempre delicioso. Algunas veces para mortificarnos o porque realmente estaba cansado, el Sr. Dodgson se detenía repentinamente diciéndonos: esto es todo, hasta la próxima vez: ¡ah, pero esta es la próxima vez!, exclamábamos las tres al mismo tiempo, y después de varias tentativas para persuadirlo, la narración se reanudaba nuevamente.

En la memorias del autor, hay una cita del 4 de julio de 1862 que señala:

Seguido el río hasta Godstow con las tres pequeñas Liddell; hemos tomado el té a orillas del agua y no hemos vuelto a Christ Church hasta las ocho y media… En esa ocasión les he contado una historia fantástica titulada Las aventuras subterráneas de Alicia que me he propuesto escribir para Alice.

Cuando tuvo un primer borrador lo mostró a su amigo George McDonald quien le recomendó que lo publicara. Tras añadir algunos capítulos más y con ilustraciones de John Tenniel (uno de los mejores ilustradores de Inglaterra) el libro «Las Aventuras en el país de las Maravillas» se publicó en diciembre de 1865, aunque llevaba impreso el año 1866. El libro fue un éxito inmediato, con continuas reimpresiones hasta la actualidad y traducido a 125 idiomas distintos.

A partir de 1864 Dodgson también escribió sus tratados matemáticos: Tratado elemental de los Determinantes (1867) y varios textos sobre Euclides.

En 1867 viajó a Rusia y dejó un diario de viaje con anotaciones de gran interés, al que tituló «A través del espejo y lo que Alicia encontró allí», que se publicó en 1871, con ilustraciones nuevamente de Tenniel. La segunda parte es menos conocida, aunque al publicarse tuvo igual éxito que su antecesora.

Mientras que el primer libro Alicia juega con cartas vivientes, en el segundo libro Alicia se ve envuelta en una loca partida de ajedrez. Carroll nos proporciona una lista de los movimientos que en ella se producen, aunque algunos de ellos van en contra de las reglas del juego, como si fuera un niño pequeño el que estuviera jugando. No aparecen los personajes del primer libro, sólo se toma la imagen de El Sombrerero Loco (Mad Hatter) como Hatta (que su pronunciación en inglés suena muy parecido a Hatter = sombrerero) y La Liebre de Marzo (March hare) como Haiga (que su pronunciación en inglés suena como a Hare = liebre) que aparecen en el capítulo séptimo (El León y el Unicornio).

A partir de este momento, Dodgson se dedicó sólo a sus trabajos de investigación matemática, en especial de lógica. Salvo por una versión infantil, «Alicia para niños» en 1890 y unas páginas que explican las características de los personajes, «Alicia en la escena» que escribió dado el éxito del personaje. Eso fue hasta que murió en 1898.

A menos de una década de la muerte del autor, en 1903 se tiene su primera adaptación cinematográfica, el libro ha sido llevado al cine más de una decena de veces. Es especialmente conocida la versión de dibujos animados producida por Walt Disney en 1951. Esta película combina elementos de la novela original y de su continuación, A través del espejo (el campo de flores, Tweedledum y Tweedledee, la historia de las ostras, la morsa y el carpintero, así como la escena con mariposas hechas de pan y miel, son todas del segundo libro; dejando por fuera la historia de la duquesa, la cocinera y el bebe que se vuelve cerdito, el grifo y la falsa tortuga y el ratón que nada en el mar de lagrimas, que son del primer libro).

La obra ha sido también inspiración para parodias cinematográficas en repetidas ocasiones. Actualmente se está filmando una nueva versión cinematográfica, dirigida por el director Tim Burton, que aunque este inspirada en los famosos personajes (de ambos libros) seguro que nada tendrá que ver con las historias en ambos.

A continuación incluimos los tres libros de Lewis Carroll sobre Alicia:

(para leer la obra pulse la imagen)

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También incluimos otras obras literarias del autor (fuente original aquí):

La historia y sus personajes

La protagonista, Alicia, al perseguir a un conejo blanco que encuentra en el bosque, cae en una conejera, llega al centro de la tierra y cae sobre un montón de hojas secas. En un cuarto sin salida come y bebe, se estira y se encoge. Naufraga en sus propias lágrimas. Comienza sus aventuras en un mundo extraño, tomando diferentes brebajes y comiendo extraños pastelillos. Conoce a un bebé que llora constantemente y que de pronto se convierte en un cerdo; una oruga azul la confunde. Participa en el té de la liebre de marzo y el sombrerero loco, conoce al gato Cheshire que aparece y desaparece lentamente, juega al croquet con la Reina de Corazones y hasta es citada como testigo en el proceso que se inicia contra la Sota en las cartas. En el momento de mayor peligro, cuando todas las barajas la acosan, se despierta.

Este cuento nos relata la historia de una niña, que a través de la madriguera de un conejo llega a un mundo fantástico. Es un mundo donde reina la locura, con personajes locos y extravagantes. Con animales humanizados representan a los excéntricos ingleses de la época victoriana. A diferencia de otros cuentos clásicos, que tienen alguna lección que enseñar, a lo largo de la historia (más novela que cuento) se nos muestra la visión de un niño (niña) tratando de entender el complejo mundo de los adultos, que ante sus ojos está lleno de su personajes estrambóticos y situaciones absurdas.

Muchos critican que esta obra no es para la infancia, problemas como la falta de identidad (Alicia con la Oruga), las imágenes de decapitación que la Reina de corazones pone a cada paso que da gritando «Que le corten la cabeza»; el juicio a la Sota de Corazones, así como los planteamientos lingüísticos (homófonos, paradojas, etc.) la hace poco adecuada para los niños. Sin embargo, esta novela es un clásico de la Literatura Infantil, su triunfo es que cualquier niño en sus juegos fantasea con la realidad y crea mundos propios, donde sus juguetes cobran vida, donde el tiempo transcurre con un ritmo distinto, donde todo es posible con tan solo desearlo o imaginarlo.

Así en la historia transcurren dos tiempos, el real (mientras Alicia sueña) y el tiempo en el país de las maravillas, que parece estar detenido, siempre es la misma hora en la fiesta del té; aunque el escenario de la obra varía constantemente (nos movemos en el espacio pero no en el tiempo —distinto a la segunda obra, donde parece ser que estamos en el mismo sitio, por mucho que corramos—). Los escenarios: un pozo interminable, una isla sin salida, un océano de lágrimas, la casa del conejo blanco, el bosque, la casa de la duquesa, la mesa de té de la liebre de marzo, el jardín de la reina de Corazones, el campo de croquet, una playa y una sala de juicios.

Alicia no es un libro moralizante, como los de su época, no está en la línea de los cuentos de hadas (aunque hay elementos mágicos como los cambios de tamaños de Alicia, cambios de formas como el bebe a cerdo, o el gato Cheshire y animales que hablan). El autor nos muestra un mundo donde reina el caos. Su visión, teñida de humor negro, nos presenta una vida donde seres alienados conviven sin comunicarse.

Entre los personajes más recordados (de la primera novela) se encuentran:

Alicia, la protagonista, representa a una niña inglesa, muy educada, acostumbrada a aceptar las rarezas ajenas, mientras no atenten contra sus intereses.

Alicia se entrega al juego de los tamaños, pero esa metamorfosis constante la atormenta y siente que pierde su identidad, como señala ante la oruga:

—¿Quién eres tú? —dijo la Oruga.
No era una forma demasiado alentadora de empezar una conversación. Alicia contestó un poco intimidada:
—Apenas sé, señora, lo que soy en este momento… Sí sé quién era al levantarme esta mañana, pero creo que he cambiado varias veces desde entonces.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó la Oruga con severidad—. ¡A ver si te aclaras contigo misma!
—Temo que no puedo aclarar nada conmigo misma, señora —dijo Alicia—, porque yo no soy yo misma, ya lo ve.
—No veo nada —protestó la Oruga.
—Temo que no podré explicarlo con más claridad —insistió Alicia con voz amable—, porque para empezar ni siquiera lo entiendo yo misma, y eso de cambiar tantas veces de estatura en un solo día resulta bastante desconcertante.

El conejo blanco, perseguido por el reloj, atormentado por el tiempo, es una burla al hombre que vive obsesionado por el tiempo (recordemos que los ingleses son maniáticos de la puntualidad).

Bill el lagarto, el pobre trabajador, honesto, despistado y algo explotado. Es quien siempre termina pagando por las culpas de los errores de otros.

El dodo, cómodo, aprovechado, que enreda a sus compañeros y camaradas, un demagogo que nada hace, salvo vivir de los demás, despreocupado de los otros y sus problemas.

El gusano de seda que fuma y razona. Es una imagen a los fumadores ingleses del opio traído de oriente (China), donde era un vicio, la droga de la época, tal como hoy son la marihuana y la coca —la droga, no el refresco, aunque este sea también adictivo—, que es una razón por que los psiconautas (drogadictos) aman la obra, incluyendo el hongo alucinógeno donde esta la oruga.

El gato Cheshire es un gato sonriente que aparece y desaparece constantemente. Único que presenta una lógica razonable, aunque se trate de una lógica invertida, ya que el mismo gato reconoce que todos (incluido) están locos. Amado por los matemáticos por sus paradojas y por los niños al aparecer y desaparecer.

La fiesta del té tiene tres de los personajes más queridos, un lirón siempre dormido. La liebre de marzo. (Marzo, mes del amor para las liebres, por lo tanto está loca —buscando pareja—, según un dicho popular inglés). Y el sombrerero loco, totalmente desequilibrado (hay que recordar que, en la época del autor, los sombrereros que fabricaban los famosos sombreros de copa usaban entre sus implementos el plomo, para sacarle brillo al sombrero; el plomo es un metal venenoso que destruye el cerebro; por lo tanto era normal para la época la frase «loco como un sombrerero»).

La Reina de Corazones, que representa al absolutismo monárquico, es una burla al uso indiscriminado del poder, mostrando a la reina con una crueldad desmedida en sus actitudes. Ella acompañada de un rey de corazones insignificante que busca algo de protagonismo (una burla a la absoluta reina Victoria y a su consorte invisible en aquella época, algo como la actual reina Elisabeth II y su poco presente Felipe, duque de Edimburgo, aunque sea hijo de los Reyes de Grecia, nunca le dio el titulo de rey, pero eso es culpa de la política)

y las cartas, protagonistas de un juego absurdo que atrapa a los que las rodean.

la mayoría de los textos expuestos se encuentran en las siguientes referencias y fuentes que podemos encontrar: aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.