La leyenda do Boto (de los delfines)

Es una de las leyendas más famosas del folklore brasileño. Los Botos son los delfines que viven en los ríos de la Amazonia, pero eso no quiere decir que el boto sólo se le puede encontrar allí. Por ser un delfín, puede ir al mar, a otros ríos y estuarios.

Los indios creen que el boto es el dios de los ríos y el dios de los peces, por lo que respetan profundamente a estos animales. Cosa que por desgracia no sucede con la gente que viven en las riberas del Amazonas, que matan a los delfines con palos por  ignorancia o por antiguas creencias de los pescadores que los atrapan para cortar el pene con el propósito de hacer un amuleto de la «conquista viril» o para luchar contra la impotencia sexual. Sus aletas se utilizan también en la fabricación de drogas. Sus ojos se utilizan para atraer a las mujeres. Los chamanes y brujos los utilizan para realizar rituales para preparar los ojos del animal para ser entregados y utilizados por los más necesitados.

El delfín rosado es un animal hoy en peligro de extinción y en parte por que el hombre le dio poderes mágicos; algunos dicen que en las noches de luna del Amazonas, los lagos se iluminan y se puede escuchar las canciones de fiestas y bailes de los delfines. Hoy en día, las cosas han cambiado profundamente con severas leyes federales en Brasil que protegen a estos simpáticos animales, mucho más inteligentes que el ser humano.

Cuentan las leyendas que en las noches de fiestas en los pueblos que existen a lo largo de las riveras de Amazona y sus afluentes, suele presentarse un joven atractivo, de buen hablar y fácil baile, enamorando a las chicas bellas, provocando la envidia de los chicos presentes al acaparar a las más hermosas y provocando la rabia en las chicas no tan agraciadas, a las cuales no toma en cuenta. Mientras dura la fiesta, el joven juega balón y cartas con los chicos y nunca pierde; bebe todo el licor que se le brinda, mas nunca parece sentir los efectos del alcohol; de tanto en tanto, mientras dura fiesta, los juegos y los bailes, el joven sale a refrescarse, regresando luego con la cabeza toda mojada. A medida que la noche avanza y la fiesta termina el joven sale, sin que nadie lo note, acompañado por alguna de las hermosas jóvenes; ambos terminan a la orilla del río, donde hacen el amor apasionadamente, al levantar el alba, el joven se separa de la amada y de dirige al río para bañarse, ella lo acompaña; y con los primeros rayos del sol el joven desaparece bajo las aguas, y al lado de la chica sólo hay un boto o delfín rosa que la acompaña en el baño. Nueve meses más tarde la joven da a luz a un niño de padre desconocido; al que se le llaman hijo del boto, y hay muchos hijos de los delfines en las orillas del río.

Por lo tanto, toda doncella es advertida por sus madres para cuidarse de recibir coqueteos de hermosos muchachos en los bailes o fiestas. Ellos podrían ser un Boto (un galán que puede preñarlas y abandonarlas). Los testigos dicen que el joven siempre se presenta muy bien vestido, con un sombrero para ocultar el agujero para respirar que estos animales tienen en la cabeza.

Algunas personas, como el jesuita Simão de Vasconcelos (siglo XVII), señalaban que el boto trasformado en hombre tenía un orificio para respirar en la parte superior de la cabeza, y esta es la razón por qué a veces se aparece con un sombrero, con el fin de ocultarlo. Algunos botos no utilizar el sombrero, ocultando el orificio de respiración con su largo cabello.

Señala Rosane Volpatto que las primeras alusiones a la leyenda aparecieron a mediados del siglo XIX, originalmente se referían a la transformación en una mujer joven y hermosa que fue atraía al río, ahogándose, y transformándose en delfín, una clara equivalencia a la leyenda de la sirena Iara del Brasil.

La ausencia del mito del Boto en el Brasil de los siglos XVI, XVII y XVIII,  supone que la leyenda es de origen de blancos y mestizos, en comunidades indígenas y ribereñas, como una forma de explicar los embarazos fuera del matrimonio en adolescentes. La creencia en este mito se transmite por la población que vive en el río Amazonas.

Recordemos que todos los animales acuáticos (caimanes, peces, tortugas, serpientes) simbolizan la psique, el oscuro mundo interior ya través del cual se conecta con Dios o el Diablo. El carácter ambiguo de estos seres que están conectados a los ríos y los océanos da lugar a todas las fascinaciones y todos los terrores, recordemos también que el delfín es un símbolo de libertad.

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Textos originales: aquí, aquí y aquí

 

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