Los Loas y la religión haitiana (11) La familia Petro

La familia Petro (Pedro), también conocida como Petwo o Pethro es generalmente la más ardiente, agresiva y belicosa de entre las familias de Loas. Su origen se encuentra en nacimiento del propio Haití y en las revoluciones afroamericanas del nuevo mundo, aunque se pueden encontrar raíces africanas en algunos de sus miembros, como los dioses serpientes del Congo (Simbis); siendo los más conocidos Simbis del vudú que forman parte de esta familia: la Gran Simbi que paso a ser la Gran Bwa y Simbi Makaya, un gran hechicero que se equipara a Dan Petro (Don Pedro).

El color de la familia Petro es el rojo, simbolizando la violencia, la rabia, la fuerza, la sangre, el fuego y el dolor. Muchos de estos Loas son las imágenes heredadas del periodo de la esclavitud de los pueblos africanos en la isla caribeña, así estos Loas representan muchos de los estereotipos que se tenían en el periodo colonial y esclavista, en ellos tenemos como Loas a hombres blancos, que eran vistos como seres crueles e indiferentes, a esclavos de pueblos africanos que estoicamente soportaron los crueles tratos y sus vivencias para sobrevivir a los mismos, los sacrificios de madres por mantener a sus hijos, e incluso los recuerdos de viejos cuentos infantiles africanos llevados a historias contemporáneas.

Si la familia Rada (los dioses originarios) son el blanco, la luz y lo bueno; la familia Petro se mueve más hacia la magia negra, lo oculto y los aspectos negativos del ser humano (venganza, odio, poder, muerte, trampa, miedo, mentiras, …). Las razones sobre su origen son simples; por un lado la necesidad de venganza contra sus opresores llevo a los practicantes del vudú por los senderos más oscuros, y ahora hay toda una familia de Loas que responden a las llamadas de los que quieren ver que se haga algo ahora mismo. Pero la magia negra se mueve dentro de aspectos más terroríficos que la pronta solución de los problemas, los Loas de esta familia ayudan a la ganancia personal, la adquisición del poder, la creación de zombies, el llamado de los muertos para vengarse de los vivos, el daño a otro mortal a través del uso de muñecos de vudú, y la creación de Ouangas poderosos (talismanes) que atrapan Bakas (espíritus malignos) para contener y usar su gran poder; y para lograr esto se recurren a grandes sacrificios y actos crueles, que incluyen el sacrificio humano, la tortura y el canibalismo.

Dan Petro

Dan Petro (Don Pedro) es el primero de los Loas en la familia Petro, es de quien deriva el nombre del grupo. La tradición lo pone como un esclavo que escapó y se volvió un héroe legendario, aunque es más reverenciado en New Orleans como un Loa la agricultura (equiparable a Orisha Oko). Suele ser representado como una gran serpiente. La razón de esta asociación tiene que ver con la cabeza equivalente de la familia Rada. En la familia Rada (los dioses originarios del África) el jefe o padre superior es Damballah (deriva de Damballah Wedo) creador del cielo y la gran serpiente arcoiris (conocido entre los yorubas como Olodumare y llamado Oxumaré en Brasil); así los ‘padres creadores’ de ambas familias se igualan al ser ambos representados por serpientes. El nombre de Don Pedro viene del nombre dado al esclavo negro por los españoles. Adquirió mucha influencia al ser denunciado como el instigador de algunas ideas alarmantes para derrocar al gobierno. Debido a esto, simboliza la resistencia, la fuerza, los levantamientos, y una especie de ideología del poder negro.

Otro aspecto de esta igualación es que en el folklore vudú la esposa de Damballah es la diosa Erzulie, aquí comparable a la contraparte femenina de la serpiente arcoiris, Aida Wedo, que ayudo a crear el mundo y servía de apoyo a la Tierra. En la tradición del vudú afroamericano tenemos que la esposa de Dan Petro no es otra que Erzulie Dantor (Erzulie D’en Tort = Erzulie de los Errores), quien protege a las mujeres y los niños. Aunque en algunas versiones Erzulie Dantor es la esposa de Ti Jean Petro, a quien se pone como el hijo mayor de Dan Petro.

Ti Jean Petro

El más conocido de los Loas de la familia es Ti Jean Petro (Tío Juan Pedro), llamado también Petro e Rouge (Pedro el Rojo), Ti Jean Dantor y Ti Jean Pied Cheche (Tío Juan de los pies secos); es descrito como su padre como una gran serpiente, pero esta cual dragón lanza fuego desde su garganta. Es conocido también como ‘el que come fuego‘, siendo un dios del fuego y la revolución. Otra representación de este Loa es como un enano cojo que es experto en trepar arboles; bajo este aspecto recuerda un espíritu de los bosques, equiparable en la África nativa con Ossain, quien ademas es un dios de magos y hechiceros, la salud y los remedios. Por ello Ti Jean Petro es descrito como el protector de los magos negros a quienes ayuda en su magia negra y supercherías.

El carácter de Ti Jean Petro está simbolizado por elementos como la pólvora; y aunque invocarlo es peligroso, dado su carácter violento y agresivo, Ti Jean Petro es ampliamente venerado por la comunidad criolla en Haití. Como Petro e Rouge se le considera un espíritu maligno, por donde pasa, cosas muy malas suceden por ahí, pero algunos justifican su enojo y carácter vengativo por ser un enano con una sola pierna. En Ti Jean Petro tenemos las llamas que devoran los pastos y los arboles, por ello es peligrosa su presencia, su cercanía puede destruir hogares, campos, animales de crianza, cultivos y vidas; razón por la cual a veces se le considera un caníbal, igual o acompañado con su mujer, de nombre Marinette. Los cerdos son los animales que se sacrifican para pedir su ayuda.

Marinette, la esposa de Ti Jean Petro es la Loa más conocida de la familia Petro. Marinette, llamada también Marinette Bras Cheche o Marinette Bwa Chech (Marinette de los brazos Dry) o Marinette Pied Cheche (Marinette de los pies secos, sugiriendo que ella es un esqueleto) se la considera una Loa violenta y poderosa; y cuyo culto parece originarse en los inicios de la revolución haitiana.

Marinette

La historia de Haití cuenta que en una noche caliente en agosto de 1791, Houngan Dutty Boukman, un esclavo jamaiquino vendido por su amo ingles, por enseñar a leer a otros esclavos, a un amo francés de Saint-Domingue (Haití), presidió una ceremonia en Bois Caiman, junto con la Mambo Cécile Fatiman. Boukman profetizó la revuelta de esclavos que finalmente liberaría a Haití de las manos francesas. De acuerdo con la leyenda la sangre del animal sacrificado, y algunos dicen que sangre humana también, fue dada como bebida a los asistentes para sellar su destino en lealtad a la causa libertadora. Una semana más tarde, miles de plantaciones habían sido destruidas y se habían asesinado a más de un millar de propietarios de esclavos. Los esclavos haitianos buscaron una venganza terrible por las décadas de sufrimiento que habían soportado. Aunque no fue la primera, ni la última, de las revueltas de esclavos, si fue una de las más grandes y salvajes. Finalmente Dutty Boukman fue capturado y muerto por los franceses, pero sirvió de inspiración a otros tras él. Cécile Fatiman se desposo años después con quien sería un general del ejercito liberador haitiano y presidente, en un corto periodo, décadas después de estos hechos. Ella viviría hasta los 112 años.

Dutty Boukman fue un hombre corriente que fue poseído con un extraordinario poder y la capacidad de sacudir los cimientos de su país adoptivo hasta el punto de que un país relativamente pobre y simple, fue capaz de levantarse y derrotar a los franceses, y dar el primer paso para acabar con el negocio mundial de la trata de esclavos; por ello Dutty Boukman paso a formar parte de esta familia de Loas, como un Loa por derecho propio, y es recordado por la oración que hizo estallar la revolución haitiana:

El Dios que creó la tierra, que creó el Sol que nos da luz. El dios que sostiene el océano, el Dios que hace al trueno tronar. Nuestro Dios que nos dio oídos para escucharlo. Tú que estás oculto en las nubes; quien nos mira de donde estás. Ya ves todo lo que el blanco nos ha hecho sufrir. Pregunta al Dios del hombre blanco por los crímenes cometidos. Pero el Dios dentro de nosotros quiere lo correcto. Nuestro Dios, que es tan bueno, tan justo, él nos ordena vengar nuestros agravios. Es él quien dirigirá nuestras armas y nos traerá la victoria. Fue él es quién nos va a ayudar. Todos debemos desechar la imagen del Dios de los hombres blancos, que es tan despiadado. Escucha la voz de la libertad que canta en todos nuestros corazones.

Las repercusiones de los hechos ocurridos en Bois Caiman, han hecho pensar a algunos que se había sellado un pacto con el demonio aquel verano de 1791, pacto cuyas consecuencias trasciende los siglos y hoy Haití paga sus pecados siendo el país más pobre y abandonado de toda América. Estas afirmaciones, que realmente tienen poco que ver con la realidad histórica de la nación, son dadas generalmente por pastores evangélicos, que tratan de usar el miedo para atraer conversos; y usan como justificación que la suerte de Haití es un castigo de Dios al pueblo haitiano por abandonar la fe cristiana por el culto del vudú, y por ello se les ha castigado con dictaduras constantes, una tras otra, cada una peor que la anterior. Usan como excusa de su afirmación que en la parte oriental de la isla, la República Dominicana, es una tierra de progreso, empleo, desarrollo y turismo; desconociendo en ello la historia en ambas naciones de la isla de Santo Domingo, que si se revisa no ha sido muy distinta de dictaduras, corrupción y malos gobiernos; salvo en las últimas décadas.

La historia de Haití señala que para noviembre de 1803 la población negra había logrado vencer definitivamente al ejercito francés; Jean-Jacques Dessalines llega finalmente al poder y los últimos soldados franceses que quedaban en la isla fueron asesinados ahogándolos. La población blanca restante estuvo unas pocas semanas más en la cuerda floja; aunque inicialmente se acordó respetarles la vida, pronto fueron vistos por Dessalines y sus asesores como fuente de futuros disturbios y perturbadores del nuevo orden, al tener la posibilidad de pedir ayuda a otras potencias blancas extrajeras. Para Enero de 1804 Dessalines declara dar muerte a la población blanca restante en la isla; las armas serán cuchillos y similares, para así no advertir a los blancos de lo que iba a ocurrirles. En febrero se inicia la masacre y el propio Dessalines recorrió todo Haití promoviendo la matanza, aunque inicialmente los soldados haitianos fueron reacios a matar mujeres y niños; pronto la idea de que ellas podían dar a luz más blancos fue suficiente estimulo para que fueran igualmente todos pasados por los cuchillos y bayonetas.

Uno de los más notorios de los participantes en la masacre fue Jean Zombi, un mulato residente de Port-au-Prince, que era conocido por su brutalidad. Un relato describe cómo Jean Zombi detuvo a un hombre blanco en la calle, lo desnudo y lo llevó a las escaleras del Palacio Presidencial, donde lo mató con una daga. Incluso Dessalines, que según fuentes era uno de los espectadores, se decía que estaba ‘horrorizado‘ por el episodio. En la tradición del vudú haitiano tradición Jean Zombi se convirtió en el prototipo para el zombie, un ser sin voluntad y mente propia.

Para finales de abril de 1804 la población blanca había muerto o desaparecido; se estima que entre 2000 a 5000 personas fueron asesinados. Dessalines no trató de ocultar lo ocurrido del mundo; ese mismo mes se refirió a la masacre como un acto de autoridad nacional; y aunque trato de establecer relaciones amistosas con otras naciones, donde la esclavitud todavía se permitía; la masacre de 1804 tuvo un efecto duradero sobre la opinión de la Revolución Haitiana en el mundo y contribuyo ha crear un legado de hostilidad racial dentro de la sociedad haitiana que perdura hasta hoy.

Pero hay que ver a la revolución haitiana con ojos distintos, ella fue el producto de los intentos de liberación de un trato cruel e inhumano, la lucha de un pueblo subyugado, quien acorralado contra la pared uso todos los medios por sobrevivir, incluida la ayuda de los espíritus más oscuros, no por ello debe ser juzgada más que por sus grandes logros: Haití fue tras los hechos de Bois Caiman y trece años de guerras civiles, la primera república negra moderna, la segunda después de los Estados Unidos en tierra americana y la única surgida de las ruinas del sistema esclavista, siendo el primer país que abolió la esclavitud en tierras americanas, e inició la caída del negocio esclavista; logros importantes para una población casi analfabeta que tuvo que luchar en su mayoría sola contra el mundo por su libertad.

Hay una segunda versión sobre los hechos de Bois Caiman, un poco más violenta y sangrienta que la contada en la historia oficial; en ella la mambo (sacerdotisa) que encabezaba la ceremonia para pedir ayuda a Ogoun por la liberación del pueblo esclavo era la Mambo Marinette. En dicha celebración Marinette sacrificó a un gran cerdo negro (cerdos criollos propios de la isla) a Erzulie Dantor, pero el sacrificio mayor fue de carácter humano, Marinette se prendió fuego viva entrando en la hoguera del sacrificio (de ahí que su esposo sea Ti Jean Petro, el fuego que consume vidas). La imagen católica asociada a Marinette es la imagen del Alma Sola (una mujer envuelta en llamas); sus colores son el rojo y el negro; sus animales sagrados los gallos negros y los cerdos negros; Marinette es una Loa Kongo, es similar o equiparable a Erzulie Dantor misma; ella representa la revuelta y la desgracia, y a pasado a la tradición como la terrible Loa de la venganza y la muerte violenta; se le reza para aplacar su ira, o bien para dirigir su furia a otros.

Brise

El siervo más importante de Marinette es un Loa que rige en colinas y bosques, conocido como Brise, es descrito como un hombre negro de grandes proporciones y de apariencia muy feroz. Pero, Brise es en realidad un alma gentil y le gustan los niños, vive entre los arboles y a veces asume la forma de un búho, ave vinculada también a Marinette, ya que es un pájaro nocturno que todas las culturas suelen asociar con la muerte. Brise es un protector, es fuerte y exigente, y acepta las gallinas moteadas como sacrificios.

Ti Jean Zandor-

El hijo de la pareja Marinette y Ti Jean Petro, es Ti Jean Zandor (Tío Juan Alexander o Tío Juan Alejandro), llamado también Príncipe Zandor y que aparece muchas veces vinculado estrechamente a su padre, tanto que a veces es difícil separarlos. En Ti Jean Zandor tenemos a un chico que disfruta su libertad, es un amante de la diversión en todos los sentidos de la palabra, un mujeriego que le encanta ir de fiesta. Se le suele vincular el búho, un ave también asociada a su madre y a Brise, indicando que es un ser del bosque y la noche. Príncipe Zandor, como sus padres, es señalado como un caníbal y recuerda a otro personaje folklórico del Brasil, el Saci; un joven mulato con una sola pierna y que viste de rojo, considerado un bromista molesto en la mayor parte de Brasil, y potencialmente peligroso y dañino; perdiendo a los hombre en el bosque. Ti Jean Zandor es descrito como un gran chismoso, no hay secretos para él y no los guarda para nadie, siendo compañero de farras de Ti Jean Petro.

Ti Kita

Hermana de Ti Jean Zandor es la joven Ti Kita (Tía Quieta), que vista algunas veces como una apariencia de la propia Marinette; es descrita como una gran hechicera, y al igual que su hermano, habita en lo profundo de los bosques; y como su madre gobierna sobre los hombres lobo y otras criaturas de la noche. Ti Kita representa a Haití; o lo que quedó tras su revolución, siendo la incapacidad para moverse o avanzar de su sociedad, atrapada en el tiempo de la guerra de independencia y con muy poca fuerza para que algo cambie.

Uno de los Loas más importantes de esta familia es Kalfu (Kalfou o Carrefour, literalmente encrucijada) es dentro de la familia Petro el equiparable al Papa Legba de la familia Rada, a quien se pone como su hermano gemelo; y como tal a menudo desempeña el papel del embustero, haciéndose pasar por su hermano o siguiéndolo detrás, anulando sus actos.

Kalfu

Kalfu es la fuerza incontrolable de la mala suerte, la destrucción deliberada de la desgracia, y las injusticias. Él sonríe mientras tira todo a su alrededor en el caos. Como su nombre lo indica, también controla las encrucijadas y tiene la facultad de conceder o denegar el acceso a todos los demás Loa, controlando a todos los que se aventuran en su interior y creando confusión y desorden donde quiera que vaya. Aunque generalmente cuando monta a un invocador todos callan por temor a que el mal entre por sus palabras; y en su presencia no siente a ningún otro Loa o algún otro espíritu presente. Mientras Legba controla los espíritus positivos del día, Kalfu controla los malos espíritus de la noche y de la oscuridad; es el origen de la oscuridad misma y la luna es su símbolo; y en su presencia aparecen demonios como: Marinette, Krabinay, Lenglensou y Baka Bakoulou.

Kalfu es concebido como un hombre joven, fuerte, musculoso, alto y guapo, mientras que su hermano gemelo, Papa Legba, envejeció de la sabiduría. Kalfu suele ir vestido de rojo, impregnado de pólvora y con gusto por el ron. Por ello se le ha sincretizado con la imagen de Satanás. Y aunque el mismo niega ser un demonio, cuando se le pregunta. Kalfu es un temido y respetado Loa, con fama de ser el gran maestro de los encantos y conjuros; y por ello estrechamente relacionado con la magia negra; es un mago maligno con enormes poderes sobre la vida, la muerte y todo lo demás. Kalfu es un mago y le gusta usar hojas de los árboles en su magia; y tiene la capacidad de cambiar a las personas en animales y luego controlar sus mentes.

A pesar del temor saludable de los fieles, e incluso el que los propios Loas le tienen a Kaful, él es visto como un mal necesario ya que siempre debe haber un equilibrio entre Kalfu y Legba. Kaful es una fuerza abrumadora de la creatividad y de expresión, incluso si esa expresión a menudo toma formas horripilantes; él puede ser aplacado, pero es en general un muy violento y peligroso Loa. Él tiene conocimiento de la condición humana y siempre encuentra la manera de ayudar a las personas hacer frente a sus problemas, ya que tiene experiencia en tratar con todo tipo de personas.

Entre las historias que se cuentan sobre Kaful tenemos que había una vez dos hombres que vivían en granjas adyacentes, que pasaron tanto tiempo juntos que incluso hablaban y vestían igual y rara vez se le veía separados. Kalfu los vio y deseó para mostrarles su ridiculez, así que se puso un sombrero que blanco de un lado y negro por el otro; y luego caminó por el cruce entre las dos granjas, exactamente en el medio, pronto los dos hombres cayeron en una acalorada discusión sobre lo que había estado usando y en qué dirección había sido ir. Su querella se hizo tan fuerte y violenta que llevados ante el rey; contento por su broma, Kalfu se presentó ante el tribunal y les contó lo que había hecho, diciendo que ni los hombres no era unos mentirosos, sino que ambos eran unos tontos. Enfurecido, el rey trató de enviar a sus guardias tras Kaful, pero este escapó y prendió fuego a todas las casas de la aldea. Cuando los refugiados comenzaron a correr de los incendios, Kaful los convenció de que les diera sus pertenencias para cuidarselas y luego las repartió al azar, lo que significa que las posesiones de cada persona en la tribu terminó con otra persona. Divertido y apaciguado, desapareció y dejó el rey de limpiar su desorden.

En otra de sus aventuras, se tiene que el dios Orunmila fue de viaje a visitar el reino de Owo, aunque el dios era experto en el arte de la adivinación, no pudo leer nada en esa oportunidad. En el viaje a Owo se encontró a Kaful, que venía por el camino que iba a la ciudad; así ocurrió durante tres días, en los cuales Kaful disfrutaba engañando a su amigo siempre llegando desde el camino por donde antes había pasado. Al cuarto día Kaful puso frutas a lo largo del camino y Orunmila viendo la fruta regada por el camino se tomó un descanso se puso a comer de la fruta encontrada; la alegría no duro mucho porque pronto un campesino llegó furioso y acusó a Orunmila de haberle robado su fruta; aunque Orunmila negó tal afirmación, el campesino corto y marcó con su cuchillo la mano del dios y se alejó a la ciudad para ir donde el rey a reclamar juicio por el robo. Kaful que lo había visto todo entonces entró esa noche en la ciudad y marcó a todos en la mano. A la mañana regresó donde Orunmila, que estaba todo afectado por haber sido llamado ladrón, pero Kaful le dijo que irían juntos a la ciudad sin miedo. Cuando Orunmila llegó, el campesino trajo a los guardias y fue llevado ante el rey; la prueba era la marca en la mano del ladrón; a lo que Kaful, riendo, dijo a los presentes que en Owo todos eran ladrones, ya que todos tenían la marca señalada por el campesino. Orunmila se disculpó profusamente y Kalfu siguió su camino alegremente, después de haber engañado a la vez su amigo y una ciudad entera.

Bossou

De tierras africanas llega un Loa muy fuerte y poderoso, se le vincula con la imagen de un gran hombre negro que se caracteriza por tener tres cuernos, que representan la fuerza, el salvajismo y la violencia. El Loa llamado Bossou (Bossou Dlo (Toro del Agua), Bossou twa Kon (Toro de tres cuernos), Bossou Kondyanman, Bossou Kadja, Bossou Djobolo) hace referencia al espíritu del difunto rey Tegbésou del reino Dahomeano. Cuando entra en el invocador lo hace con todo su poder, él parece como si se rompieran las cadenas que lo contienen y actúa como un toro, con frecuencia va chocando con las cosas, las personas, el altar y las paredes, igual como lo haría un toro con sus cuernos. A veces se comen la hierba y muge como bovino; entre las ofrendas esta el ron y la sangre de toro. Él protege a sus seguidores cuando viajan por la noche y es un sanador increíble. Su contraparte femenina se llama Madan Bossou (literalmente la esposa de Bossou), que es descrita como una vaca y tienen un hijo llamado Kabwatye. A veces, los tres aparecen juntos en la ceremonia. Sus colores son es rojo y Bossou está representado por la imagen católica de Santo de Jesús de la Buena Esperanza (por los tres halos de luz que surgen de la cabeza de Cristo).

General Clermeil

Entre los Loas de la familia Petro de genotipo europeo tenemos primero al General Clermeil. Él es el Loa vinculado a las crecidas de los ríos y suele ser representado como un joven hombre blanco. Clermeil es un espíritu que ‘cambia el rumbo‘, que tiene la capacidad de hacer que los ríos se salgan de sus causes y que las inundaciones destruyan todo cuando está enojado; así el agua pasa a ser la fuerza más poderosa en la tierra, da la vida y también la quita en un instante. Clermeil se le puede encontrar en lo profundo del río, guiando la corriente de la vida y la muerte.

Mademoiselle Charlotte

Otra Loa ‘europea’ es Mademoiselle Charlotte (Señorita Carlota). Su origen está en las imágenes de santas europeas en la que los africanos ocultaron a sus dioses. Mademoiselle Charlotte es descrita como una chica joven, de largos cabellos castaños y ojos azules; viste con trajes de época, sus ropas son de color rosa, y se la ve como un aspecto de la diosa Erzulie. Mademoiselle Charlotte rara vez aparece en las ceremonias vudú; pero si su presencia ocurre todos se maravillan del espectáculo. Mademoiselle Charlotte habla en perfecto francés, es muy femenina y coqueta; y disfruta de las ofertas de lujo. Ella ama a los que la tratan de forma refinada y exclusiva. Sus ofertas incluyen bebidas elegantes y muy finos alimentos. Ella da sus favores a aquello que cumplen con sus altos estándares de servicio, siendo muy selectiva al momento de dar sus dones.

Dinclinsin

Dinclinsin es el Loa de genotipo europeo al que más se le teme por su temperamento y crueldad. Al parecer su origen está en un comerciante de esclavos, cuya apariencia la complementa con un látigo, se le reconoce porque tiene la costumbre de agarrar todo lo que está a la mano y guardarlo en le bolsillo, siendo su truco predilecto echar el licor en los bolsillos y estos no se mojan. A Dinclinsin se le conoce como ‘El Castigador‘, y es también llamado Príncipe Belial (Un demonio hebreo, uno de los grandes príncipes del infierno con Satanás, Lucifer y Leviatan, es demonio de la ira y la culpa). Dinclinsin es temido y respetado por su gran severidad. Él es llamado sólo en tiempos de grandes conflictos, para realizar actos de rápidas y crueles venganzas. A Dinclinsin no se le llama nunca a la ligera, porque uno nunca está seguro de qué precio podrá a sus servicios. Las víctimas de Dinclinsin son notoriamente mutiladas y quemadas. Ser víctima de Dinclinsin no sólo castiga al pobre infeliz mortal cuya vida ha terminado, sino que también envía un mensaje de terror a todos los otros cercanos y queridos de la víctima. Dinclinsin nunca es sutil, nunca tiene buen humor, y nunca se interesa en otra cosa que el castigo directo.

Lenglensou

Lenglensou (L’inglesou = El Ingles) es un feroz Loa, fuerte y duro. Él es considerado como un espíritu libre, que vive en las áreas silvestres y que está muy bien informado en todos los asuntos espirituales y esotéricos. Él ejecuta juicio sobre aquellos que no pueden cumplir con su palabra y sobre todo sobre el Hougan o la Mambo que no puede mantener los secretos del vudú a los no iniciados. Le gustan los objetos punzantes como cuchillos, tijera, alambre de púas y cuchillas de afeitar especialmente. Todo lo que desgarre la carne. El Lenglensou es temido y respetado por todos, casi nunca entra en posesión, pero cuando lo hace debe ser servido correctamente, de lo contrario el Hougan o la Mambo serán castigado cruelmente; ya que cuando entra en posesión él sólo come vidrios, cuchillas de afeitar y bebe sangre de toro caliente. Se sincretiza con la imagen católica del Sagrado Corazón de Jesús para representar este espíritu salvaje.

De carácter mas oscuro tenemos a loas que son demonios en si o que casi entran en este grupo; entre ello tenemos a: Krabinay es un Loa, similar a Lucifer, ayuda a dar poder a los bakas —amuletos malignos—, y suele ser muy amargo y cínico. A las personas se le advierte de llamar a Krabinay; pero suele ser invocado ya que es muy fuerte y ofrecen asistencia al houngan en casos desesperados, pero como todo pacto con el maligno, nunca se sabe que pedirá a cambio y hay que tener presente que el demonio nunca hace tratos donde pude perder. El otro poder maligno más conocido es Baka Bakoulou es un terrible espectro originario del Congo, que arrastras sus cadenas detrás de él y a quien nadie se atreve a invocar; sus ofrendas se dan en la selva donde él habita; su descripción señala un legado de dolor, miedo y esclavitud; Baka Bakoulou aprendió de los espíritus antiguos; él conoce los secretos del fuego y su poder; su poder fue invocado durante la liberación de Haití; su poder en el aspecto positivo es usado para abrir las puertas que estén más difícilmente cerradas para cualquier persona.

Los Loas y la religión haitiana (8) Los mitos africanos originarios (Los Orishas menores)

La esposa de Inle es la diosa Abatá, reina de las playas de arena y los pantanos, papel que comparte con Elusú, el espíritu de las arenas. Otros hermanos y hermanas, también vinculados a las aguas, e hijas de Yemanja, son: Egbe, quien rige sobre las aguas estancadas y el agua de las tinajas; Ikokó, señor de las plantas acuáticas; Olona, que reina en los lagos, mientras Olosa es señora de las lagunas; Osará habita en las caídas y cascadas y Agganá, es el espíritu de la lluvia.

Abatá

Otros dioses menores, estos vinculados estos a la música, son: Aña, que habita en el sonido de los tambores, Fride en los sonidos de los instrumentos de cuerda y Poolo el espíritu de la música de los instrumentos de vientos. Finalmente habitantes de la noche tenemos a Irawó, señor de los astros, Onírawó; quien rige sobre los cometas, Oshupá; representa a la luna y Agba Lodé es el espacio infinito.

Aye

Poco conocido en tierras americanas, pero muy conocido en África tenemos a Ayé o Ajé Shaluga (Kobo) es el dios de la suerte y la fortuna; como la mayoría de otros dioses y diosas de la fortuna, se le califica de volátil y voluble, y se decía que daba sus dones de forma caprichosa y favoreciendo a los que menos la necesitan. Ayé es también el tesorero de los orishas, el encargado de mantener y proteger las riquezas minerales del planeta. Algunos dicen que es varón y otros que es hembra, además, creen que no tiene brazos. Otro dios vinculado a la suerte, pero en este caso es el destino que te ha tocado es Ori. Como su equivalente griego, el dios Fatum, las decisiones dadas por Ori no pueden ser alteradas por ningún otro Orisha.

Iyami

Iyami Oshooronga es la diosa de las brujas y hechiceros; en la tradición Yoruba, se cree que Oloddumare, el Creador del mundo, es bueno y quiere que el hombre tenga la mejor vida posible, pero existen elementos evidentes de maldad que alteran y rompen el flujo ordenado y uniforme de la vida. Se introduce la brujería para explicar las desgracias, así como cuando en vida social y doméstica surgen ansiedades y tensiones, cuando las cosas no marchan de acuerdo con lo previsto, cuando hay infecundidad, esterilidad, depresión o miseria, terribles accidentes, o muertes prematuras, fracasos en los negocios, en los estudios y otras actividades, los africanos culpan a la brujería. De esta forma, cuestiones que de otra manera hubieran resultado difíciles de explicar, encuentran una sencilla justificación.

Iku

Entre los espíritus malignos tenemos a Iku, la muerte misma, pero se acompaña de otros como Abiku, que traduce predestinado a la muerte, y que es el responsable de la muerte de los niños en su infancia y los que mueren jóvenes de forma sorpresiva. Abita que es el demonio mismo, la maldad encarnada; es visto como la forma negativa de Ossain, el dios de la naturaleza. Abita se suele acompañar por Ogueday, Iyabafún y Osawani.

Según los mitos Obanala y Abashele eran dos hijas de Obbatalá. Una noche aprovechando la salida de su madre, ambas emborracharon a su padre y se acostaron en él. Las consecuencias de esa noche se vieron a los pocos meses, cuando Obbatalá se percató del crecimiento de sus vientres, les reclamó saber quien era el hombre con quien habían estado para pedir el pago del agravio, pero ellas callaron. Obbatalá consultó a Orunmila y este reveló el pecado. Furioso Obbatalá quiso matar a las desgraciadas, pero Orunmila lo detuvo y sólo fueron expulsadas y condenadas a vivir siempre solas. Hijos de esa unión fueron Iyabafún y Osawani; quienes al estar solos en el mundo terminaron acostándose entre ellos y nacería Ogueday, que se volvió el desasosiego y la intranquilidad; sus padres pasaron a representar el pecado y el desenfreno sexual.

Oggán, Ogbón y Ogboni

Entre los guardias o acompañantes de los principales dioses tenemos a: Oggán, Ogbón y Ogboni que son los guardias de Obbatalá y de los secretos místicos de la tradición. Oggán era en sus primeros tiempos siervo de Aggayú, que reinaba en la tierra en ese entonces. Shangó que vivía con Aggayú deseaba el trono de su hermano (aquí hablamos del rey de Oyo) y convenció a Oggán de que evitara que llegaran los tributos de otras tierras. Oggán se prestó al trato con ayuda de sus hermanos Ogbón y Ogboni. Cuando no llegaron los alimentos, Aggayú consultó primero a Shangó, que era uno de sus guardias; este simplemente se disculpó de no saber. Aggayú consultó luego a Elegguá en secreto, quien le explicó lo ocurrido y por petición de Aggayú fue a detener a Oggán y sus hermanos. Cuando fueron traídos a la corte de Aggayú, los hermanos se salvaron de ser condenados a muerte por la visita de Obbatalá; quien pidió misericordia y estos pasaron a sus servicios en pago por salvar su vida.

Boromú y Boronsiá

Los dioses Boromú y Boronsiá (Bromú y Bronsiá, aquí en este aspecto son el rocío y la niebla) que son un par de hermanos que guardan los secretos de Oduduwa. Boromú es del dios de los desiertos, es descrito como un dios vinculado al reino de la muerte, ya que representa los huesos de los esqueletos, que es lo que queda de los hombres que se adentran sin saber en sus dominios. Boromú como dios infernal acompaña a Yewá en el reino de los muertos (los cementerios) y se enseñaron entre ellos a leer el oráculo (el destino). Boronsiá es el dios de los tornados y las tormentas de polvo; es una deidad infernal, guardian de las puertas de los cementerios. En algunas tradiciones Boromú y Boronsiá son los hijos de Yewá, que abandonados por su padre (Shangó), habitan donde las tormentas y lluvias no llegan (los desiertos).

Obacun es uno de los guardias de Shangó; mientras que Abokun (el rayo), es el fuego secreto que escupe Shangó cuando se está en guerra, o enojado. Alaromo es el compañero de Oggún y representa el poder de la guerra y el espíritu indomable; Oggún se acompaña en su fragua también con sus hijos Obekukako y Omotuto. Los guardias y mensajeros de Olodumare son Adán Beye y Adán Kolaye, quienes también acompañan a Abita (el dios del mal). Estos espíritus ejecutan los castigos de Olodumare; como cuando Obekukako y Omotuto ayudaron a la humanidad dándoles el don de la palabra y el lenguaje, hecho que molestó a Obbatalá (creador de la humanidad). Por ello Adán Beye y Adán Kolaye fueron enviados a castigar a los hermanos.

Ayarokotó

Alefi, es un dios del viento y mensajero de la diosa Oyá; otra de las compañeras y una de las siervas más fieles de la diosa de los vientos es Ajá o Ayaó, quien es otra diosa de la atmósfera, que fue una de las esposas de Olokun (el mar) y es puesta como madre de Ayarokotó (diosa de las olas), la mensajera de Olokun y Yemanja; que representa el horizonte donde el mar y el cielo se unen; y es la diosa de las olas del mar.

Aroni, era un guardia de Ossain, se le describe con una sola pierna y era el encargado de vigilar las hierbas medicinales, eso hasta que Ogbe, dios de las mentiras, que es un siervo de Eshu y un compañero de Oshosi (aquí como un dios de la justicia similar al bello Apolo) lo engaño y venció; por ello a cambio Aroni tuvo que entregar a Ogbe las hierbas que se requieren y que nunca deben faltar en los ritos.

Entre algunos de los dioses olvidados y/o menos conocidos encuentran Ayana o Ayama, río secreto en África que ha sido deificado como el río de la vida, es guardián de los secretos de la vida y vive en el centro de la tierra misma (un río subterráneo con aguas medicinales). Oba Molo Chun, una hermana menor de Obba; vinculada a la alegría de los hogares y el matrimonio. Otro dios del hogar es Olarosa, que se representa con un palo o una espada evitando que cualquier bruja o espíritu maligno entre al hogar. Osachin, es la patrona de los médicos; Oluweri, dios de los ríos y arroyos. Otro dios de los ríos es Igbá Omí, vinculado a los ritos de bautismo. Olimerin o Olori Merin, dios de las ciudades y pueblos, dispone de cuatro cabezas y patas de cabra; su culto ha desaparecido, probablemente debido al hecho de que requería el sacrificio de un recién nacido cada 3 meses.

Daddá

Korikoto es la orisha de la fecundidad y está asociada a los partos y la natalidad. Por su parte Obañeñe, llamada también Daddá y/o Agbañile, es la orisha de los recién nacidos y fue quien crío a Shangó cuando Obbatalá lo expulsó. Según esta versión Oggún había violado a su madre Yemanja (similar al mito de Orungan); Obbatalá ordenó que todos sus hijos varones fueran ejecutados, Eleggua/Eshu (el hermano mayor escondió a Shangó con su hermana mayor Daddá, quien le enseño el arte de curar; y ocultó a Orunmila bajo un árbol. Cuando Shangó creció su padre Obbatalá enfermó y Shangó lo fue a curar, salvándolo. A cambio de su vida Obbatalá perdonó la vida de sus hijos y Shangó rescató a su hermano Orunmila debajo del árbol, tumbando el mismo con su hacha; regalándole a Orunmila una mesa con la madera y el arte de la adivinación (Ifa). Es por eso que a Shangó se le vincula como un dios de la salud y es el primero que aprendió los secretos del Ifa.

Oroiña

Oroiña nació directamente de Olorun; representa la lava del volcán y la energía calórica del centro de la tierra, es donde nacen los terremotos, sus poderes forman las montañas, colinas y cordilleras; así se le considera la madre de Aggayú y hermana gemela de Orisha Oko.

Los Loas y la religión haitiana (7) Los mitos africanos originarios (Los otros grandes Orishas)

Pese a ser Oshun la esposa oficial de Shangó, este no fue su primer marido, estuvo desposada antes con Oggún (Ogoun , Ogún , Ogou, Ogum, quien es uno de los hermanos de Shangó y amigo de Eshu/Eleggua, al que considera un hermano más). Oggún es un dios telúrico, más parecido a una mezcla de Ares y Hefesto; e igual de violento que su hermano Shangó. Oggún es el dios de la guerra, los metales, el fuego y la política. Enseño a los hombres la herrería y sin ella los mismos no podían cazar, fabricar machetes para el trabajo en el campo y otros utensilios de hierro. Entre los haitianos fue el dios que los ayudo a liberarse del yugo francés. Se cuenta que cuando joven era rebelde y salvaje, y vivía aislado en la selva. Simboliza por ello los comienzos, el principio, la mañana, la primavera, los animales carnívoros, el mando, la fuerza, la violencia, el impulso, la autoridad, la virilidad, la juventud, las armas y el fuego. Así como Eshu/Eleggua abre los caminos, es Oggún es quien los limpia con su machete; Oggún es el que tiene el derecho preferente de sacrificar, ya que le pertenece el cuchillo que es el objeto con el que generalmente se sacrifica. Oggún vive en las cuevas y cerca de la puerta al otro mundo, la de los muertos, cerrando con su presencia el paso de los males y demonios que existen al otro lado. Oggún y Shangó son rivales permanentes, sus peleas son legendarias; y en ellas han intervenido sus esposas, y Eshu/Eleggua a contribuido de tanto en tanto a esas disputas; ambos dioses han sido esposos de Oyá y Oshun; causas de muchas de sus disputas.

Oggun -

Cuando Oggún y los otros dioses descendieron a la tierra, bajando por la red divina que llegó al suelo, le dijeron a su gente que se estableciera; pero la gente era incapaz de hacerlo en los números que deseaban, porque necesitaban limpiar el bosque y los campos de las plantas, y con sus herramientas tal cosa era un proceso lento y poco práctico. Oggún, viendo la situación, visitó a Orunmila, hijo de Olorun, y de él aprendió el secreto de hierro, secreto que enseñó a los hombres, volviéndose así en el señor de las artes de la metalurgia y la forja.

En los primeros tiempos Oggún vivía en el bosque, y cuando las mujeres entraban en sus tierras, él las violaba y luego desterraba para siempre. Yemanja oyó estos cuentos y ello despertó su curiosidad, se disfrazó como una mujer humana y se aventuró en la selva, donde conoció a Oggún. Él la trató igual que las otras, pero al ser una diosa ella fue capaz de mantenerse al día con él, cuando él le ordenó que se fuera, ella le rogó que se le permitiera quedarse con él. Enfadado por su presunción, Oggún la arrojó fuera del bosque y ella se fue llorando donde su hermana Oshun, pidiendo ayuda para ganar su amor. Oshun accedió a ayudar y preparó un pote con miel mágica, que unto en todo su cuerpo antes de aventurarse en el bosque. Cuando Oggún la vio, se sintió abrumado por su belleza y la persiguió, pero cada vez que trató de agarrarla, la miel hizo que se deslizarse de entre sus manos, eludiendo los deseos del dios. Ella le llevó en una alegre persecución por el bosque hasta que fue imprudente, y le sirvió un poco de la miel magia a él, encantándolo. Los dos hicieron el amor en el bosque, y estaba tan embelesado Oggún que le pidió que fuera su esposa. Ella estuvo de acuerdo, pero le dijo que debía ir a su casa, donde había dejado Yemanja, cuando llegaron, ella se escabulló, y Oggún se acostó con Yemanja en la oscuridad, pensando que era Oshun. Cuando descubrió el engaño a la mañana, sin embargo, arrojó a Yemanja tan ferozmente por su comportamiento que ella huyó de él para siempre, y él esperó hasta que Oshun volvió para reclamarla como su esposa legítima.

Oshosi

Oggún no se llevaba bien tampoco con sus otros hermanos, entre ellos Oshosi (Ochosi) era el dios de la cacería; aunque diestro con el arco y las flechas, y capaz de derribar un venado con un sólo tiro, se encontraba que después de matar a la presa no podía prepararla (abrirla) para poder cocinarla. Oggún tenía un problema parecido, pero a la inversa, no podía cazar la presa que deseaba, pero con sus cuchillos (como dios herrero) la podían abrir y preparar la carne para la cocina. Ambos hermanos, como casi todos los hermanos, no se llevaban muy bien entre ellos; y cada uno consultó su problema a Eshu por separado. Eshu pidió a cada una ofrenda y envió a ambos hermanos a encontrarse, sin que ellos lo supieran. En un primer momento ambos quisieron atacarse, pero al hablar de sus problemas mutuos comprendieron que solos no podían resolverlos, más juntos se complementaban. Desde entonces ambos hermanos salen a cazar juntos. Así como Oggún nos protege de la muerte en guerra; Oshosi, el cazador, nos protege de ser asesinado por los enemigos, que no caigamos en manos de la mala justicia o de la mala practica en los hospitales y es el Orisha que provee los alimentos.

Oshosi tuvo por esposa a Oshun; en aquellos tiempos sus habilidades para la caza de Oshosi lo volvieron el el dios cazador de los orishas; Olodumare le concedió ese honor y le pidió a cambio que a cada animal cazado lo desangrara, dejando la sangre como ofrenda para los dioses del cielo. Oshun curiosa de no entender el porque los animales que le llevaba para cocinar su esposo no tenían sangre le preguntó a su marido, pero este le señaló que eso no era de su incumbencia. Oshun dispuesta a averiguar lo que ocurría siguió a su esposo a escondidas, pero este la descubrió cuando estaba desangrado una presa, furioso Oshosi le dijo que ya que tanto la gustaba la sangre, ella sangraría todos los meses por el resto de su vida fértil, maldiciéndola con la menstruación.

Un tercer hermano es Osun (Ozun) y él forma un cuarteto conocido como los dioses guerreros junto con: Eshu (Orunmila), Oggún y Oshosi. Osun (Ozun), es el Orishas de los antepasados, se le pone como una manifestación (hijo) de Oduduwa (señor del los muertos y el más allá) y/o el bastón en que se apoya Orunmila. Así Eshu mientras abre los ritos y la presencia de Oggún es necesaria para hacer los sacrificios de sangre; Osun es el guardia que permite que los mortales puedan hablar con algún muerto, abriendo la puerta entre los mundos.

No vinculado a los guerreros, pero hermano de Oshosi, y uno de los amantes de Yemanja y Oshun, fue el dios Inle (Erinlé); quien rige sobre la pesca en río y el mar (de ahí su vinculación con la diosa de las costa y la diosa de los ríos); es descrito como un ser andrógino de gran belleza, o que es hombre la mitad del año y mujer la otra mitad. Según los mitos fue la capacidad de ir de hombre a mujer lo que atrajo a la diosa Oshun a que se enamorara de Inle, pero fue esa misma causa lo que los separó, como ‘mujer’ Inle habitaba las aguas de los ríos la mitad del año que estas entraban en el bosque, como ‘hombre’ Inle estaba la mitad del año dentro de la selva seca, y Oshun terminó por cansarse del estar tan sola la mitad del año que lo abandonó finalmente. Algunas historias señalan que Inle se enamoró de Obba, en ese entonces esposa de Shangó, viéndola tan triste Inle pensó que el dios no la trataba apropiadamente y se atrevió a ir a casa de Shangó para pedir que se le diera como esposa; la furia de Shangó fue tan grande que Inle escapó transformándose en un rio y nunca más se acercó a Obba.

Inle -

Inle era un cazador, y como no tenía ni esposa ni familia a vivir, se construyó una cabaña en el corazón del bosque, donde vivía y cazaba. Para entretenerse en su soledad, empezó a cantar para sí mismo, hasta que fue descubierto por algunos curanderos locales que regresaban a casa del mercado y así averiguaron dónde vivía. Encantados por su canto alegre, difundieron su fama como artista hasta que llegó a oídos de Oggún que había un hombre extraño que era igual a él en el arte de la caza. Oggún lo visitó y encontró impresionante canto, le ofreció a enseñarle el arte de tocar el tambor a cambio de que le enseña el arte del canto. A partir de entonces los dos fueron eran grandes amigos y rara vez estaban ser separados, vagando por el bosque juntos como hermanos

Inle en algunas versiones es una forma de Oshosi, en otra a Inle se le pone como padre o equivalente del dios Logun Edé (el hijo perdido de Oshosi y Oshun) y que reinaba entre ambos reinos (el agua dulce y la selva), siendo también un dios de la pesca y un hermafrodita. Es esta habilidad de cambiar de sexo de Inle y de Logun Edé la que los ha vuelto los patrones de gays y lesbianas. Como cazador Inle acompañaba a Oshosi y a Oggún a la selva (otra coincidencia con Logun Edé, ya que Oshosi y a Oggún son puestos como padres, el legitimo y el adoptivo del joven dios) y por su capacidad de vivir en la tierra y el agua (mitad del año en una y en otra) a Inle se le considera que sabía los secretos de la vida y por tanto se ve designa como el Orisha de la medicina y la salud. En una de las versiones señala que Yemanja cortó su lengua para que no pudiera contar que se acostaba con ella; pasando a la tradición como un dios mudo.

Logun Edé es según los mitos hijo de los amores de Oshun y Oshosi. Oshun, como diosa de los ríos, inundaba de tanto en tanto la selva, el reino de Oshosi; quien le reclamaba que la inundación ahogaba y espantaba sus animales de caza. Oshun señalaba que sin ella los bosques morirían de sed; pero la disputa entre ambos creció tanto que finalmente intervino Obbatalá. Oshun dejó de inundar los bosques y pronto estos empezaron a morir por la sequía y los animales a desaparecer. Oshosi se lamentó de la muerte de su reino, mientras que Oshun languidecía ante la falta del contacto con los animales y el bosque. Oshosi tuvo que llamar a Obbatalá por ayuda y este le indicó que solo reconciliándose con Oshun se superaría la crisis. De estos amores nacería Logun Edé; el Orisha que reina entre el río y el bosque y que terminaría viviendo la mitad del año con su madre cuando los ríos inundaban el bosque y la otra mitad con su padre en la selva seca.

Logun Ede

Se cuenta que cuando Oshun inició amores con Shangó, este le exigió que abandonara al bastardo. Aunque Oshun amaba a su hijo, más deseaba convertirse en la reina de los dioses; por ello cuando su hijo curioso entró disfrazado de criada y la espió en la cama con Shangó, la diosa lo castigó transformándolo en un hermafrodita y separándolo para siempre de su lado. Es por ello que en algunas tradiciones Logun Edé pasa a ser el hijo perdido de Oshun, y algunos señalan que es la forma masculina de la diosa, una característica común de todos los Orishas, que tienen dos aspectos generalmente, uno masculino y otro femenino.

Otras versiones señalan que cuando niño Logun Ede; que era curioso y vanidoso como sus padres; y era también desobediente; y un día nadó río adentro, lejos de la orilla. Obba que era dueña de ese río, para vengarse de Oshun, con quien tuvo disputas antiguas por Shangó, comenzó a ahogar a Logun Ede; pero Oya salvaría al niño y prendada de su belleza lo llevó con ella y con su amante de turno Oggún, de quien el chico aprendería el arte de la herrería. Cuando Oya se fue con Shangó, Logun Edé volvía a perder una nueva madre por culpa de Shangó y se generaría un odio permanente en el chico contra el rey de las tormentas.

Logun Ede, que vive entre las aguas y la tierra nunca se caso, ello por su carácter infantil y hermafrodita; siendo su compañía predilecta Yewá; que también vive, como él, sola y entre de dos mundos diferentes (el de los vivos y los muertos). Logun Ede se volvió el enlace entre la tierra y las aguas dulces. Logun Ede paso a representar a la juventud, la belleza, las artes (pintura, escultura) y los ritos de iniciación. Logun Ede heredó de su padre el arco y las flechas y de su madre el espejo; juntos ambos objetos forman su icono.

Ossain

Otro dios menor Ossain (Ozain, Osanyin) es el dios de la naturaleza virgen (una versión masculina de la diosa Artemisa). Dueño y sabio de todos los secretos de la naturaleza, señor absoluto del monte y la vegetación, conocedor de las plantas y sus propiedades, animales y minerales, y por tanto de los conocimientos para salvar la vida. Un día apareció en la tierra y por ello se le desconoce padre y madre. Como Inle, un dios de la medicina, es visto más en el aspecto de farmacia; es también un Orisha de los adivinos. Si Inle es mudo, Ossain es tuerto, manco y cojo.

Oggue

Por otra parte Oggue es el Orisha de los rebaños, fue el hechicero de Shangó y lo salvó de una traición, desde entonces vive junto al rey de las tormentas. Oggue hace una trilogía con Orisha Oko (dios de los cultivos) y Oke, el señor de las montañas; llamado también el trono de Obbatalá; juntos los tres rigen todos los movimientos de la tierra; Oke es puesto como otro hermano de Oshosi e Inlé, pero es inseparable o vinculado a Obbatalá.

Oke

Poco mencionados en las historias, pero muy reverenciados en Nigeria son los dioses gemelos (Ibeji = literalmente Gemelos); en la cultura de Nigeria los gemelos, trillizos y otros partos múltiples son muy agradecidos por los lugareños; significan para la familia bendición y fecundidad; algo a tomar en cuenta considerando las tazas de mortalidad infantil. Nigeria es el país con la taza de nacimiento de gemelos más alta del mundo. En los mitos, aunque los nombres de los gemelos varían, la idea principal del mito es que dos gemelos (niño y niña generalmente) eran muy queridos y amados, ellos eran igualmente alegres y siempre felices, eso hasta que uno de ellos muere ahogado en el río y el otro inconsolable llora la pena; finalmente Olodumare se compadece y da descanso al que sufre.

Ibeji-2

Cuando muere un gemelo se teme en la familia la muerte del otro y por ello se tallan imágenes de madera (llamadas también Ibeji) donde el alma del difunto se pueda albergar y no arrastre al hermano vivo con él al otro mundo. Los Ibeji personifican la fortuna, la suerte y la prosperidad. Son capaces de salvar de la muerte y de lo malévolo; son los patrones de todos los niños. Se encuentran en los caminos de los montes, protegen a los caminantes; esto en base a un mito en el que los caminos entre los pueblos estaban cerrados, quien se aventura a viajar por ellos no volvía. Finalmente los Ibeyis usando unos tambores mágicos dados por Yemanja, quien fue su nana en los mitos, lograron espantar a Abita. En algunas tradiciones los primeros gemelos fueron los hijos de Shangó y Oshun, y criados por Yemanja.

Oranmiyan

Uno de los orishas más extraños fue Oranmiyan; de acuerdo al mito tuvo dos padres, Oggún y Oduduwa, quienes al mismo tiempo (la misma noche) se acostaron con una joven mujer en una de las tantas guerras de conquistas de Oggún. El resultado de esas acciones fue un chico que tenía la mitad del cuerpo piel blanca y la otra mitad piel negra, llamado Oranmiyan. Cuando fue adulto buscó construir su propio reino y recibió de sus ‘padres’ una bolsa que contenía una sustancia oscura, veintiún barras de hierro, una cigüeña, un caracol y una nuez de palma. Sin más el chico bajó al mar y con la ayuda del caracol fabricó un pequeño montículo con la tierra que tenía en la bolsa y sobre ella coloco a la cigüeña, que escarbaba y con los huevos que ponía, estos se mezclaban con la tierra convirtiéndola en tierra firme. Cuando intentaron apoderarse de su tierra tomó las veintiún barras de hierro y creó lanzas y flechas para defenderse. De esta manera se ganó el respeto y el título de dueño y señor de la tierra firme.

Los Loas y la religión haitiana (5) Los mitos africanos originarios (Los dioses del destino y la muerte)

Yembo

Los primeros Orishas fueron Obbatalá y Yembó (versión femenina de Oduduwa, que es señora de las aguas y que reemplaza a Olokun); y ellos serían padres de la primera generación de dioses. Entre los muchos hijos de la pareja tenemos primero a Orunmila, también conocido como Eshu o Eleggua. Orunmila fue uno los grandes dioses primigenios y paso a servir a su abuelo Olodumare como el testigo de todos estos hechos, alguien que observa todo desde afuera. Es reconocido no sólo como el Orisha de la renovación, la transmutación, el cambio, lo misterioso, las fuerzas ocultas, el inconsciente colectivo y la magia. Es también el Orisha de los oráculos, que por medio de Ifa avisa a los hombres de su destino y suerte. Su otra apariencia es Eshu (Esu Elegbara, Exu, Eshun, Elegba, Eleggua, es el Legba de los Fon).

Eshu

Eshu o Eleggua como un aspecto o cara de Orunmila adquiere una connotación oscura y maligna, y por ello son considerados muchas veces como dioses distintos, incluso Eshu y Eleggua, son otras veces puestos como entidades distintas, gemelos opuestos, siendo Eleggua el mensajero y Eshu el tramposo, teniendo así a tres dioses distintos: Orunmila (el observador de la creación y señor del oráculo), Eleggua (el mensajero que transmite el oráculo y similar al Hermes psicopompo) y Eshu (el dios de los engaños y la mala suerte). Su leyenda recuerda un poco al mito de Lucifer, el ángel predilecto de Dios que baja a la tierra para ser testigo de los actos humanos y que termina siendo un acusador; por ello Eshu es visto como un dios de la muerte y la maldad. Pero en la tradición Yoruba se aplica el principio de la paridad, para que exista el bien y la vida, debe existir la contrapartida que es el mal y la muerte, por tanto Eshu es un dios del mal, necesario para el equilibrio, similar y a la vez diferente al diablo cristiano.

Oko

Otro de los hijos de Obbatalá fue Orisha Oko, que quien su padre envía a los hombres para enseñarle a cultivar la tierra, Orisha Oko es el orisha de la prosperidad en la tierra, dios de la agricultura y los cultivos; a semejanza de Olokun, que es el orisha de la prosperidad en el mar. Orisha Oko fue esposo de Olokun y quien revelo su condición de hermafrodita y aunque esta lo dejo, siempre viven juntos (el mar siempre al lado de la tierra). Orisha Oko también tuvo amoríos con su hermana Yemanja, a quien sedujo para quitarle el secreto del ñame y entregárselo a Shangó. Orisha Oko tiene dos personalidades, la primera durante el día, que es maestro de los cultivos; en la noche se transforma y se convierte en Ikú, dios de la muerte. La relación de Orisha Oko y Ikú tiene que ver con los ciclos de crecimiento y renovación; así como con la idea de la paridad; la vida no puede existir sin la muerte, el muerto regresa a la tierra y sus restos fertilizan la tierra, esa relación no puede ser desvinculada y es algo simplemente natural.

Eshu/Orunmila está vinculado a la muerte, pero él es más como una mezcla entre los dioses Hades y Hermes de los griegos, por un lado es un señor de los muertos, pero por otro Eshu es el mensajero de avisaba a Ikú, quien es el verdadero dios de muerte, para que busque el alma que era requerida por Olodumare para ser llevada a su presencia. Así Ikú tenía una función únicamente de psicopompo. Olodumare decidía si esta alma se quedaba en el Orun (mundo espiritual) o era regresada para reencarnar nuevamente en el Ayé (mundo material). Ikú quiso pasar por encima de Olodumare a la hora de ir por las almas, sin esperar el pedido del creador; para ello se unió a espíritus oscuros (demonios), pero Ikú fue vencido por Eshu, perdiendo Ikú con ello la posibilidad de culto por parte de los hombres.

Dos de los hijos más grandes de Obbatalá y Yembó fueron Yemanja y Aganjú. Yemanja (Yemoja, Ymoja, Yemowo, Yemanjá, Iemanjá, Janaína, Yemayá, Yemayah, Iemanya, Yemalla, Yemana, Yemoja, La Sirène, LaSiren —entre los haitianos—, Mami Wata, Watra Mama, etc., …) es una de las diosas más importantes del panteón Yoruba. Su nombre traduce ‘madre de todos los peces’. Inicialmente era una diosa de los ríos y las aguas dulces; con el tiempo, y sobre todo en América, se volvió la diosa de la vida en todas las aguas y finalmente una diosa que reina en los mares, es por ello que su culto ha reemplazado a sus antecesoras Yembó, Odudua y Olokun, y se sincretizando con sus equivalentes en la cultura Fon, Nana Buluku y Mami-Wata.

Yemanja

Yemanja es la madre de los siete mares, la Diosa de la Creación, la fertilidad y la maternidad. Ella ofrece protección a las mujeres. Ella se la sincretiza con la Virgen de Regla, patrona de los santos y con María. A menudo representada como una sirena, se asocia con la luna, el océano, las mareas y los misterios femeninos. Ella gobierna los esfuerzos subconscientes y lo creativo. Como tal, ella es la institutriz de la familia y de las cuestiones relativas a la mujer, incluyendo la seguridad del parto, la concepción, la infancia, el amor y la sanación. Extremadamente compasiva y misericordiosa, Yemanjá gobierna el tiempo del sueños, los profundos secretos, la sabiduría antigua, está en el agua salada, en las conchas de mar, y el inconsciente colectivo.

Algunos señalan que la leyenda de Yemanjá se originó en Egipto y deriva del culto a la Diosa madre Isis, se cree que por los esclavos nubios pasó a diferentes partes de África y en su paso cambió de nombre. El mito dice que Yemanjá dio a luz a la mayoría de dioses y diosas yoruba; reemplazando a Yembo y a Odudua en la creencia general, por ello es vista muchas veces como la gran madre entre los Yorubas. Según lo mitos cuando su útero se rompió, sus aguas uterinas provocaron la gran inundación que creó los océanos, así Yemanja es una de las grandes madres mitológicas. Yemanja es equiparable a la diosa Atenea griega o a la Minerva romana; una diosa de la sabiduría y la inteligencia, vinculada a los aspectos de enseñar a los pueblos, ya que en los mitos Yemanja es la institutriz y maestra de muchos de los dioses.

Aganjú

Aganjú (Aggayú), aunque ha tenido poco culto (no hay volcanes, ni desiertos en las grandes islas caribeñas, no así en las pequeñas Antillas orientales), es por su parte un dios telúrico, de carácter belicoso y violento; está vinculado a la furia de los volcanes, al poder de los desiertos, es señor de las cuevas (guardián de las puertas con el mundo de los muertos), señor del mundo subterráneo, de los tesoros minerales y del subsuelo; es dios del fuego y la lava, pero también de los grandes ríos que fluyen sobre la tierra, es señor las tierras salvajes que van desde los desiertos hasta las montañas.

Se cuenta que cuando Yemanja tuvo que atravesar un poderoso río no le quedó más remedio que pedir ayuda a su hermano Aganjú. Como Yemanja no tenía como pagarle, se acostó con él, el fruto de esa unión nacieron entre otros los dioses Orungan y Shangó; aunque a este último se le pone la mayoría de las veces como el hijo rebelde de Obbatalá y Yembó. Este mito muestra el solape de las historias y leyendas, así como las genealogías de los dioses Yorubas; por un lado Yemanja sustituye a Yembó/Odudua/Olokun (versión femenina) como diosa de las aguas y los misterios, y madre de todos los Orishas; mientras que Aganjú sustituye a Obbatalá/Oduduwa/Olokun (versión masculina) como dios de la tierra y el más allá.

Orungan

Cuando Orungan se hizo hombre, violó una vez a su madre Yemanja, cuando lo intentó en una segunda oportunidad el cuerpo de esta estalló (fue el diluvio,y el agua derramada de su útero fue tan grande que llenó los mares, por ello Yemanja es vista como una diosa marina) y de ese parto múltiple surgieron los Orishas menores, en un número que varía de diez a quince.

Orungan es el dios del mediodía y es Adonis entre los Orishas, el más bello de entre los dioses yoruba, es el dios de la juventud (masculina) y el amor (similar a Eros o Cupido); su equivalente femenina es la diosa Oshun (la Venus de los Orishas). Se dice que Orungan habita en la piel de los hombres y los animales, es por tanto un dios de la vida y la fertilidad.

Ifa

Un mito involucra a Orungan y a Eshu; se cuenta que cuando el mundo era joven y la raza humana era escasa en número, los dioses estaban limitados en sacrificios y así pasaban hambre con frecuencia. Ifa era un hombre que se puso a pescar (en algunas versiones es hijo de Orungan) pero no tenía éxito y por ello pasaba hambre. Ifa finalmente consultó a Eshu (Elegguá o Orunmila), este le dijo que si podía conseguir y traer las nueces de la palma de Orungan, le enseñaría a Ifa como pronosticar el futuro y beneficiar a la humanidad; pero Eshu estipuló que el primero de todos los sacrificios debería ser para él. Ifa accedió y fue donde Orungan para pedirle las nueces, diciéndole el propósito por las que las pedía. Orungan, encantado con la perspectiva, se apresuró a recoger las nueces y se las dio a Ifa. Eshu entonces dio clases a Ifa, que a cambio se las enseñó a Orungan, volviéndose así Orungan en el señor de los presagios y la adivinación y el dios de los babalawos (babalaos = adivinos). Ifa paso a convertirse en una divinidad de la adivinación, y más propiamente en la tradición es el arte de la adivinación, las predicciones, el oráculo; mientras que Eshu/Eleggua ve volvió el mensajero divino, sus adoradores lo consideran el inicio y el fin de todos los caminos, señor del destino, es el nacimiento y la muerte, el bien y el mal; presidiendo el inicio y final de todos los ritos.