Los cambiaformas (4) Otras mitologías

Mitología Céltica

En la tradición celta del país de Gales se señala que Gilfaethwy era un hijo de la diosa Don (Dana para los Irlandeses), hermano de Gwydion y Arianrhod. Gilfaethwy estaba enamorado de la joven virgen Goewin, que estaba al servicio de su tío, el Rey Math de Gwynedd, Math ap Mathonwy (Math hijo de Mathonwy). Según el mito Math era un gran mago y su padre Mathonwy era un antiguo «consorte» de la gran diosa Don/Dana, y era visto como un dios que presidía el inframundo.

Como hijo de dioses, Math requería que sus pies reposaran en el regazo de una joven virgen (Goewin) para poder vivir, una forma de señalar que estaba bajo la autoridad dada por la gran diosa madre, y sólo se separaba de su lado cuando iba a una guerra.

Gwydion, ideó un plan para dejar a Goewin disponible a su hermano. Gwydion dijo a su tío sobre un animal nuevo en Gales, llamado cerdo, y cómo podía obtenerlo de su dueño, el rey Pryderi de Dyfed. Los cerdos que según el mito Pryderi los había recibido del aliado su padre Gwyn/Pwyll (quien la tradición luego volvió rey de las hadas galesas), del rey Arawn de Annwn (el paraíso o el otro mundo).

Disfrazados de bardos, Gwydion y Gilfaethwy ganan audiencia con el rey Pryderi. Con buena labia Gwydion engaña a Pryderi para intercambiar algunos cerdos por caballos y perros (que Gwydion había evocado a través de la magia); Pryderi aceptó el trato y Gwydion y sus hombres tomaron a los cerdos de vuelta a la casa de Gwynedd. Pero Pryderi descubre el engaño y declara la guerra contra de sus vecinos. Math fue a la batalla mientras Gilfaethwy se cuela en Gwynedd y viola a Goewin. La guerra terminó cuando Gwydion mata a Pryderi en combate singular.

De regreso a su castillo, el rey Math fue a descansar sus pies en el regazo de Goewin, pero no podía, ella ya no era virgen. Él la tomó como su esposa para salvar su honor, y como castigo desterró a sus sobrinos, transformándolos en una serie de parejas de animales con su gran magia. Durante un año convierte en cierva a Gilfaethwy y a Gwydion un ciervo, y se aparean y producen una descendencia que es entregada al final de ese año a Math. Al siguiente año Math hace de Gilfaethwy un jabalí y a Gwydion una cerda, cuando regresan un año más tarde con un nuevo hijo, Math los transforma en hace lobos. Después del tercer año se les libera de su castigo y los hace humanos. Tuvieron tres hijos durante esos tres años, a los que Math convirtió luego en humanos y llamó: Hyddwn (hombre siervo), Hychddwn (hombre jabalí) y Bleiddwn (hombre lobo).

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Ceridwen o Cerridwen es una diosa/bruja galesa, y los elementos comúnmente asociados a sus representaciones se encuentra un gran caldero y una gran cerda o jabalí hembra blanca (que hacen referencia a su nombre como una diosa de los ciclos lunares —similar a Hecate—). Ceridwed estaba casada con Tegid Foel (Tácito el calvo, dios del lago Llyn Tegid o lago Bala), la pareja tuvo tres hijos; la hermosa doncella Crearwy; Mofan (Gran cuervo negro) también llamado Afagddu (Tinieblas, debido a su piel oscura y horrible) y finalmente Morvran, quien era un hombre feo, pero fuerte y valiente en la batalla.

Afagduu que era tan terriblemente feo que Ceridwed pensó que no sería aceptado jamás por la sociedad y decidió compensar la fealdad de su hijo volviéndolo el más grande de los bardos galeses, para lo cual prepararía una poción, de la cual solo las tres primeras gotas serían mágicas, siendo el resto un letal veneno. La poción hecha con seis hierbas mágicas debía cocinarse durante un año y un día; para vigilar la poción, Ceridwen tenía dos sirvientes, el anciano y ciego Morda y el joven Gwion a los cuales había advertido que no tocaran ni una gota de la poción, so pena de sufrir una muerte terrible. Pero un día que Gwion se encontraba removiendo la poción, tres gotas del líquido ardiente saltaron sobre su mano, instintivamente, Gwion se llevó la mano a la boca, obteniendo así los dones que estaban destinados a Afagduu. Furiosa, Cerridwen persiguió a Gwion para matarlo, pero el joven, utilizando sus nuevos poderes mágicos, se convirtió en liebre. Cerridwen, entonces, se convirtió en perro; Gwion se transformo entonces en pez y saltó a un río, Cerridwen se volvió nutria y continuó la persecución; Gwion se convirtió en gorrión y Cerridwen en águila. Finalmente, el joven se transformó en un grano de trigo y Cerridwen, en forma de gallina, se lo comió.

Cuando Cerridwen volvió a su forma humana, se dio cuenta de que estaba embarazada y que el niño que llevaba en su vientre era Gwion y resolvió matarlo en cuanto naciera. Sin embargo, cuando el bebé nació, era tan hermoso que Cerridwen no se atrevió a matarlo, así que metió al bebé en un saco de piel de foca y lo tiró al mar. Sin embargo, el niño sobrevivió y fue recogido en la costa por un príncipe llamado Elphin, el cual adoptó al bebé, llamándolo Taliesin. Con el paso del tiempo, Taliesin marchó a la corte del Rey Arturo, donde se convirtió en el arpista principal y en consejero del rey.

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Entre los mitos celtas irlandeses se cuenta que Irlanda fue invadida por varias razas de hombres y dioses en distintas oportunidades; la primera invasión fue por Partholón, descendiente del Noe bíblico, y que al llegar a tierras irlandesas lucho contra los Formorianos, habitantes originales vinculados muchas veces a kobols y demonios. Tras muchas luchas Partholón y su gente mueren por las plagas; quedando sólo vivo Tuan Mac Cairill, quien no sólo vivió para ver las siguientes invasiones a Irlanda. Siguió la invasión de Nemed y sus seguidores quienes peleando con los formorianos se destruyeron mutuamente, luego vino la invasión de los Fir Bolg, descendientes de los formorianos y finalmente la invasión de los Tuatha Dé Danann (hijos de la diosa Dana).

Para poder lograr tal hazaña Tuan Mac Cairill ya como un anciano se arrastró fuera en una cueva y se quedó dormido y cuando despertó se había transformado en un ciervo joven y vigoroso. El proceso se repitió cada vez que se hizo viejo y volvió a renacer de diversas maneras como: un jabalí, un águila y como un salmón. Sin embargo, durante su existencia como un salmón que fue capturado y consumido entero por la esposa de un rey llamado Cairill y pasó a su vientre para renacer de nuevo como Tuan Mac (hijo de) Cairil y contó toda la historia que había vivido.

Mitología nórdica

Dos dioses son los cambiaformas más notables; Odín, el Zeus del norte y Loki. Loki por sus trampas es el más nombrado en esas hazañas en los mitos. Se cuenta que cuando los dioses acuerdan con un constructor la construcción de las murallas del Walhalla; el trato es la mano de la más bella diosa, Freya; pese a la protesta de todos los dioses, Loki le dice que así será si y sólo si termina las murallas en seis meses; un tiempo que para todas luces era imposible; el constructor acepta y tiene un «As en la manga»; su poderoso caballo Svadilfari. Los dioses furiosos con Loki le dicen que resuelva el problema y Loki se transforma en yegua llevándose al caballo del constructor. El constructor furioso se revela como un gigante, al que Thor acaba con su martillo. Loki, volvió a Asgard cuando no implicaba peligro alguno, y volvió preñado como yegua y dio a luz a Sleipnir, un extraño caballo de ocho patas que Loki regaló a Odín como una forma de apaciguarlo, diciéndole: «Ningún caballo igualará la velocidad de éste. Él te llevará por mar, tierra y aire, también a la Tierra de los Muertos y de vuelta aquí» y tal como Loki prometió, Sleipnir nunca falló a su nuevo amo, Odín.

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Un día los dioses Odín, Loki y Hœnir de viaje a través de montañas y tierras salvajes se detuvieron a comer en un valle donde vieron una manada de bueyes, tomaron uno y se dispusieron a cocinarlo en un horno en la tierra, pero pronto vieron que no se cocinaba. Mientras intentaban determinar la razón de esto, escucharon a alguien hablando en el roble, encima de ellos, diciendo que él era el responsable de que la carne no se cocinara. Miraron hacia arriba y vieron a Þjazi (Thiazi, Thjazi o Thiassi) bajo la forma de un gran águila y les dijo que si le dejaban comer del buey, él haría que el horno cocinase su comida. Aceptaron y bajó del árbol y Þjazi comenzó a devorar gran cantidad de comida. Comía tanto que molestó a Loki, quien tomó su largo bastón e intentó golpearlo, pero el arma se pegó al cuerpo de Þjazi y este levantó vuelo llevando a Loki consigo. Mientras volaba sobre la tierra, Loki gritaba y rogaba que le permitiera bajar, ya que sus piernas golpeaban contra los árboles y las piedras, Þjazi prometió bajarlo con la condición de que atrajera a Iðunn (Iddun) fuera del Asgard con sus manzanas de la juventud; lo cual Loki prometió hacer.

Luego en el momento acordado, Loki atrajo a Iðunn fuera del Asgard, a un bosque, diciéndole que había encontrado unas manzanas que ella debería tener, y que debía compararlas con sus manzanas. Entonces Þjazi apareció bajo la forma de un águila, tomó a Iðunn y voló lejos con ella hasta su reino. Los dioses privados de las manzanas de Iðunn comenzaron a envejecer. Cuando se enteraron que era culpa de Loki, lo amenazaron con torturarlo y matarlo si no iba la rescatarla.

Loki tomó prestado el abrigo mágico de Freya, una capa hecha de plumas de halcón, que le da la habilidad de cambiar a la forma de cualquier ave, y volar entre los mundos; y es llamada Valshamr, «la capa de plumas de halcón». Bajo la forma de halcón Loki voló hasta la residencia de Þjazi; encontró a Iðunn sola, Loki la transformó en una nuez y la llevó de regreso volando tan rápido como pudo. Cuando Þjazi regresó a su casa y descubrió que se había ido, tomó su forma de águila y voló detrás de Loki. Cuando los dioses vieron a Loki que volaba hacia ellos y Þjazi que iba justo detrás, encendieron una hoguera que quemó las alas de Þjazi y causó que cayera al piso, donde fue atacado y muerto.

La hija de Þjazi, Skaði, se puso su equipo de guerra y fue al Asgard a buscar venganza, pero los dioses le ofrecieron su expiación y compensación, hasta que su ira estuviera apaciguada. Se le dio como esposo a Njörðr y como mayor compensación Odín tomó los ojos de Þjazi y los colocó como estrellas en el cielo (identificadas hoy como las estrellas Cástor y Pólux, la alfa y la beta de la constelación de Geminis y que aparece en el horizonte cuando entra de lleno el invierno).

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La saga de Volsunga contiene muchos personajes cambiaforma. Estando en otros de sus paseos, los dioses Odín, Hœnir y Loki, ven a una nutria en el río, que cazan y cocinan. No saben los dioses que se trata de Ódder, un enano que le gustaba tomar esa forma. Cuando los dioses piden posada al rey enano Hreidmar, este al ver la piel de la nutria que traen los dioses pide compensación por la muerte de su hijo. Loki, en nombre de los dioses nórdicos, atrapó entonces a Alberich en una red cuando se transformó en pez lucio para escapar por el río. Para poder ser liberado Alberich tuvo que entregar el tesoro robado a las hijas (ninfas) del río Rin y el anillo que fabricó con ese oro. Hreidmar y sus hijos luego se pelean por el oro; Hreidmar mata a su hijo Fasolt; Fafnir mata a su padre luego, y se transforma en dragón usando el poder del anillo, para proteger su tesoro mal habido.

El rey Volsung casa a su hija Signy con Siggeir, el rey de Gautland. En las celebraciones de la boda, Odín (disfrazado de mendigo) se aparece en la boda y sacando una espada y la entierra en el olmo o fresno que sirve de columna principal a la construcción del palacio. —quien la pueda sacar, se la puede quedar—, dice el mendigo mientras abandona el lugar. Muchos intentaron sacarla, sólo Sigmund pudo. Siggeir que deseaba para sí aquella gran espada se sintió burlado. Tiempo después Siggeir invita a sus cuñados y suegro a su palacio. Es una trampa y al llegar las tropas de Siggeir vencen a comitiva. Volsung muere en la batalla, sus hijos son hechos prisioneros, la espada Gram pasa a manos de Siggier. La maldad de Siggeir no termina, ni siquiera los ruegos de su esposa lo inmutan. Cada noche uno de sus hermanos volsungo es atado desnudo al borde del bosque. Cada noche una enorme loba, que según algunos mitos era la propia madre de Siggeir transformada, tiene un festín gratis. Cuando sólo queda Sigmund, su hermana gemela Signy pide a su esposo permiso para despedirse de él. Este acepta y ella le dice que oculta bajo la nieve le escondió un cuchillo con el cual vencer a la loba. Luego Sigmund y su sobrino/hijo Sinfjötli (producto de su incesto con Signy) mataron a los hombres de Siggeir, disfrazados de lobos; luego ellos fueron maldecidos y se volvieron hombre-lobos.

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Baldr tenía pesadillas donde presagiaba su muerte y comentó sobre ello a los demás dioses. La diosa Frigg, su madre, recorrió el mundo haciéndole jurar a todas las cosas que jamás harían daño alguno a su hijo. De ahí que en las reuniones los dioses se divertían arrojándole objetos, ya que sabían que ninguno podía herirlo. Loki disfrazado de vieja hablo con Frigg y le preguntó si había hecho jurar a todas las cosas que no dañarían a Baldr. Frigg recordó que no había considerado necesario hacer jurar al muérdago, por considerarlo inofensivo. Loki conociendo esto hizo un dardo utilizando una rama de muérdago, luego engañó al hermano ciego de Baldr, llamado Höðr, e hizo que le arrojase el dardo, matando así a Baldr.

Hell (hija mayor de Loki) y regente de los infiernos, puso como condición para devolver a Baldr al mundo de los vivos, que todos lloraran su muerte. Pero en una cueva una giganta llamada Thokk se negó diciendo que nadie lloró por sus hijos muertos. Los dioses sospecharon que la giganta en realidad era Loki disfrazado, lo que los hizo enfurecer aún más y comenzaron a buscarlo, Loki se transformó en salmón y se escondió en las cascadas de Fránangr. Los Æsir (dioses nórdicos) cuando se encontraban cerca comenzaron a tejer una red y se dirigieron al río. Allí Loki les evadió saltando sobre la red, pero su cola quedó atrapada y Thor lo atrapó. También atraparon a los dos hijos que tuvo con Sigyn (su tercera esposa y una antigua diosa de la victoria), Narfi y Váli (no confundir con Vali, el hijo de Odín y Rind). Los dioses transformaron a Váli en un lobo que se volvió contra su hermano y lo mató. Luego usaron las vísceras de Narfi para atar a Loki a tres bloques de piedra, convirtieron las ataduras en hierro y Skaði colocó una víbora sobre su cabeza de modo que el veneno de esta goteara sobre su cara. Sólo Sigyn se sienta junto a él y recoge el veneno de la serpiente en un cuenco de madera, pero cuando se llena debe arrojar el veneno, y en esos momentos el veneno cae sobre el rostro de Loki. El dolor es tan terrible que se retuerce provocando temblores de tierra (terremotos). Su castigo durará hasta el ocaso de los dioses.

El décimo tercer signo zodiacal

De unas semanas para acá ha habido un gran revuelo por la supuesta aparición de un nuevo signo zodiacal. Esto es sin embargo noticia vieja. Ya a mitad del siglo XX se postulaba la existencia de un nuevo signo. La explicación de esto tiene que ver con problemas que se remontan entre dos mil a cuatro mil años atrás, con el surgimiento y establecimiento de la fe judía y a partir de ella las religiones más grandes del mundo, la cristiana y la musulmana.

Para poder entender el problema debemos referirnos a tres aspectos distintos:

  1. Misticismo antiguo, culto a la diosa madre, ciclos lunares y fecundidad y el simbolismo del número 13.
  2. Orígenes de la astrología.
  3. Astronomía moderna contra astrología antigua.

Empecemos por el principio. Robert Graves (1895-1985) fue un escritor de grandes novelas y algunos ensayos, entre sus novelas históricas más famosas destacan: Yo Claudio (1934); Conde Belisario (1938), El vellocino de oro (1944) y Rey Jesús (1946); todas basadas en fuentes históricas por lo general y donde se suplieron los vacíos con una ficción verosímil. Pero no todas las obras del autor fueron ficción, entre sus ensayos tenemos: La diosa blanca (1948), Los mitos hebreos (1964) y Los mitos griegos (1968).

Es en su obra «The white goddess —La diosa blanca—» de 1948 se expone una tesis que ha calado en esta era de feminismo moderno. Graves propone la existencia de una deidad Europea del nacimiento, la fecundidad y la muerte, muy similar a la Diosa Madre, pero inspirada y representada por las fases de la luna, figura que se encuentra detrás de los rostros de diversas diosas europeas y mitologías paganas. Por citar algunas de estas diosas triples la mas conocida es la griega Hécate, quien solía aparecerse portando una antorcha como diosa lunar. Zeus le permitió tener parte en el dominio de la tierra, del mar y del cielo estrellado; o mejor dicho, no la privó de este triple honor, del que ella ya disfrutaba en la época de los titanes. Ella era por lo tanto una auténtica titanesa entre titanes. Aparte de esto, se decía también que Hécate era señora del inframundo y en las noches sin luna merodeaba a la cabeza de un enjambre de fantasmas, acompañada por ladridos de perros. Hecate se erguía ante las puertas de la mayoría de nuestras casas y podía también ser vista en encrucijadas de tres caminos; imagen que los romanos la identificaron con su diosa Trivia, cuya efigie presidía las encrucijadas de los caminos, lugares vinculados con la magia.

Otra diosa triple es la diosa celta Morrigan, que formaba una triada con Badb y Macha (que algunos consideran aspectos distintos de la misma de la diosa). Otra triada menos evidente eran Atenea, Afrodita y Hera; que pelearon por ser la mas bella, en el mito de la manzana dorada, son las imágenes de la virgen, la mujer y la madre.

Pero volvamos a la teoría de Graves, «La rama dorada» publicada en 1922, pero escrita en 1890 fue uno de los primeros estudios antropológicos de Sir James George Frazer (1854-1941) y este fue el punto de partida para gran parte del argumento de Graves; lo que Frazer sólo insinuó Graves lo dijo; la idea era que todos los ritos cristianos, salvo la propia figura de Jesús, no son de origen cristiano sino tomados de las religiones paganas. Para ejemplo nuestra fiesta de Navidad se celebra en diciembre, en la fecha del solsticio de invierno; en esa época del año las cabras y ovejas se encuentran en los corrales, hace demasiado frío para subir a pastar a los montes —donde apareció el ángel del señor para dar la nueva a los pastores de que había nacido el hijo de Dios—. En realidad el solsticio de invierno es la época en que todas las religiones paganas celebran el nacimiento del dios Sol.

El planteamiento de Graves era que las religiones hoy dominante, patriarcales y monoteístas de base en el judaísmo reemplazaron a un culto más antiguo, el culto a la Diosa Blanca; donde la mujer  ocupaba un escalón más alto en la sociedad prehistorica, que el papel sumiso ante el hombre que tiene en la actualidad.

Como se apoya esta idea; en el mundo antiguo los cultos a la fecundidad están asociados a la diosa madre; Isis, Ishtar, Cibeles, Gea, Afrodita, Freya, etc., son todas diosas de la fecundidad, y todas las mujeres sufren de un ciclo menstrual que dura aproximadamente 28 días; ese es más o menos el mismo número de días de un ciclo lunar, la luna tiene cuatro faces, tres visibles: creciente, llena y menguante; vinculadas a las edades de la vida: nacimiento, plenitud y vejes; una etapa que no es visible, la luna nueva, vinculada a la muerte. Así la luna muestra en sus faces mensuales ciclos de vida y muerte completos. Pero aquí tenemos algo más, si multiplicamos 28 días por trece lunas llenas se tiene un total de 364 días, eso es casi la duración de un año completo; en los antiguos calendarios se hablada de ciclos de un año y un día (365 días en total).

La cosa parece bonita y empieza a tomar forma, y en este punto recordamos que existen momentos o puntos críticos en un ciclo; un día tiene cuatro; amanecer, medio día, anochecer y media noche; recordemos que las hadas se ocultan al salir el sol y los enanos y gnomos evitan la salida del sol porque se vuelven de piedra, la magia del hada madrina de Cenicienta se rompe a la media noche; etc.. El mes lunar tiene su cuatro faces, y el año también tiene cuatro: los solsticios de verano e invierno y los equinoccios de primavera y otoño. El cuatro que es el número de la construcción, de los cuatro elementos y los cuatro puntos cardinales se repite y es un importante número mágico; pero las mitades son los más importantes; cuatro es una doble pareja, y la dualidad del dos nos habla de opuestos; hombre-mujer, dia-noche, vida-muerte, etc., así son importante los contrarios más extremos: la luna nueva y la luna llena, la media noche y el medio día y los solsticios.

Veamos lo siguiente, si enumeramos seguidamente desde el 1 al 13 tenemos: 1, 2, 3, 4 , 5 , 6 , 7 , 8 , 9, 10, 11, 12 y 13; el número que esta a la mitad, lo que en estadística se llama la mediana, es el siete; y la mediana desde uno a siete es cuatro. El siete es el número de Dios, en seis días creó al mundo y descanso al séptimo; siete eran los planetas del mundo antiguo (Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno); siete eran los metales del mundo antiguo (oro, plata, mercurio, cobre, hierro, estaño y plomo). Siete es uno de los números más importantes en la Biblia y el judaísmo, la religión patriarcal y monoteísta, de las que derivan todas las demás. Si multiplicamos 4 por 7 el resultado es 28. Así 4 x 7 x 13 = 364.

El trece tiene varios significados, siempre ha sido asociado a aspectos negativos; es número de la carta de la muerte en el Tarot; y la razón de esto es también astronómica; si se cuentan los días desde la luna llena hasta que se observa la última hoz visible en el cielo antes de no verse más luna, hay trece días; seguirán tres días sin luna (luna nueva) y la primera hoz de la luna creciente se observa al décimo séptimo día; es por ello que el número 17 se le llama el número de la esperanza y se asocia a la carta de las estrellas del Tarot.

El doce por el contrario es un número perfecto (suma de sus divisores: 1+2+3+6=12); es el número de la perfección, es el doble del número de la armonía (el seis, 6); doce son los meses del año, doce los apóstoles de Cristo, el consejo de todo panteón divino (romano, griego, sumerio-babilonio, celta, nordico-germano, etc.), doce tribus de Israel, doce los trabajos de Hércules. El doce al igual que el siete surgen del tres divino y el cuatro terrenal (12=3×4; 7=3+4)

Según la propuesta de Graves, el culto a la diosa madre es el mismo culto a la diosa blanca o lunar; y el trece fue eliminado por las religiones machistas monoteístas por que estaba vinculado a un culto femenino más antiguo. Pero esto son teorías, veamos ahora la realidad; entre dos lunas llenas no hay 28 días o cuatro semanas, hay 29,5 días aproximadamente; un año lunar de doce meses tiene 354 días y faltan 11 días para completar un año solar de 365 días; es por ello que los calendarios lunares de cada tanto en tanto agregan un mes trece a su ciclo para hacer corresponder ambos calendarios.

En este punto el doce y el trece adquieren un nuevo significado; por tradición es de mala suerte una mesa de trece invitados. La creencia está en la última cena de Jesús, había doce apóstoles y Jesús (12+1=13); y uno de ellos, el más débil, traicionó a dios hecho carne y lo sacrificó. La idea se repite en otras leyendas; Arturo y los doce caballeros de la mesa redonda fue traicionado por Mordred; Baldr el dios sol (sol de media noche) muere asesinado por su hermano ciego Höðr, cuando Loki aparece en una fiesta de los dioses nórdicos (que eran 12) sin haber sido invitado (Loki es de décimo tercero). José tenía doce hermanos (las hoy doce tribus de Israel) y fue por envidia de sus hermanos vendido como esclavo. Aunque distintas todas cuentan lo mismo: el sol muere cada año (solsticio de invierno) por culpa de uno décimo tercero; ese es el mes lunar que no se completa cada año, el incompleto, el débil.

Pero que tiene todo esto que ver con el 13° signo del zodiaco; simple, Graves propone que si había una religión más antigua donde se adoraban trece lunas y no doce meses solares, debían existir trece constelaciones. Y él la buscó; y buscó, y buscó, hasta que al final encontró en una antigua sinagoga una imagen que mostraba los doce signos del zodiaco moderno, todos encerrando a otro circulo que mostraba una figura femenina, una figura femenina de ocho patas; una araña. La explicación que da es que el décimo tercer era una diosa araña; y según él era una constelación ubicada entre Tauro y Geminis. Hoy las constelaciones entre Tauro y Geminis cercanas a la elíptica (línea por donde el sol atraviesa los cielos) son Auriga y Orión, al norte y sur respectivamente.

El mito griego nos da una pista de quien podía ser esta diosa; se trata de la diosa Aracne; y según algunos se trata de la misma Arianna o Ariadna, la hija de Minos que ayudó a Teseo para salir del laberinto dándole un hilo; y cuando escapaban él la abandonó en una isla donde la encontró Dioniso. Por otra parte Aracne según el mito era una mortal (igual que Ariadna) que tejió un manto y que se jactó de ser incluso mejor que los tejidos por los dioses, ante lo que Atenea la castigó volviéndola una araña.

En algunos mitos Ariadna/Aracne era una antigua diosa cretence de la fecundidad; cuando los cretences fueron derrotados por los griegos (Teseo/Atenea) se paso del culto matriarcal al patriarcal (con Zeus y sus dioses, formaban un consejo de doce). El mito señala también que al morir Ariadna, Dioniso arrojó a los cielos la corona que le regalo en su noche de bodas; la hoy constelación de la Corona Boreal, ubicada entre la constelación de Hércules y Boötes (Boyero = quien cuida los bueyes). La constelación de la Corona Boreal está muy al norte de la elíptica para ser considerada el décimo tercer signo zodiacal, pero debajo de ella se encuentra otra constelación cercana a la elíptica, ubicada sobre Escorpio; es la constelación de Ofiuco (el serpentario).

La pregunta es ¿por qué Ofiuco?, ¿Por que no tomar a Orión o a Auriga, que son constelaciones con estrellas más brillantes y ambas también entran en la zona zodiacal?. Incluso algunos astrónomos señalan que la constelación de Cetus (la ballena/monstruo marino), ubicado al sur de Aries y Piscis también toca la elíptica. La explicación es que muchos ven en Ofiuco al dios griego de la medicina, que tras su muerte fue divinizado (elevado a los cielos) y al estar rodeado por la serpiente implica que se nace a una nueva era, pero esto es discutible.

El zodiaco moderno tiene su origen en la antigua Babilonia; para los Babilonios y otros pueblos antes y después (sumerios, caldeos, asirios, etc.), la elíptica es el camino del sol, pero la luna, en el dios patrón Sin/Nannar también recorría ese camino; salvo por un detalle, la luna no esta en el plano de la elíptica (plano que forma la Tierra al trasladar alrededor del Sol), y al estar ligeramente inclinado hace que la luna pueda ubicarse en posiciones por encima o por debajo de la línea descrita por el sol.

El zodiaco es en realidad la zona por donde la Luna puede circular en el cielo, y eso era importante porque cuando la Luna pasaba por la elíptica ocurrían los eclipses, muy temidos como malos presagios en la antigüedad. Las estrellas o grupos de estrellas ubicados en esa zona forma grupos (constelaciones) y aunque parezca dudoso no eran las doce conocidas, sino que inicialmente eran dieciocho (18). Y el nombre de zodiaco viene del griego kyklos zoidion, que se traduce como circulo de animales.

Las primeras constelaciones (sumeria/acadia)

Número Nombre Grupo actual
1 Las estrellas de la melena Pleyades
2 Toro del cielo Tauro
3 El verdadero pastor Orion
4 El viejo antepasado Perseo
5 La anzada o el azadón Parte de Auriga
6 Los grandes gemelos Geminis
7 El cangrejo Cancer
8 El león Leo
9 El surco labrado Virgo
10 La balanza Libra
11 El escorpión Escorpio
12 El arquero Sagitario
13 La cabra-pez Capricornio
14 El gigante Acuario
15 Las colas Parte de Pegasus
16 La golondrina Uno de los peces (Piscis)
17 La gran dama El otro pez (Piscis)
18 El campesino Aries

Algunos estudiosos discuten si son 17 o 18; ya que la n°15 era para algunos autores una palabra incluida para indicar que las siguientes dos constelaciones sólo estaban en parte dentro de la banda zodiacal (la hoy constelación de piscis la forman dos peces uno arriba de la elíptica y otro abajo de la elíptica unidos por un lazo y que en el mito griego eran Afrodita y Ares que huían de Tifón y se trasformaron en peces unidos por la túnica de Afrodita). Fíjese el lector que por ningún lado Ofiuco aparece como una de las primeras constelaciones.

En el siglo VI a.C, con el reinado caldeo (Babilonia) el rey Nabucodonosor II redujo las 18 constelaciones zodiacales a 12 para igualar el número de constelaciones al número de meses «lunares» que había en un año sumerio; nada de cultos femeninos, nada de diosas antiguas, nada de nada de esas ideas «feministas» de mujeres golpeadas por un culto machista. Y recordemos que en cultos politeístas son doce los dioses que presiden el consejo de las «cielos», nunca hubo trece dioses o algo similar. Y esos doce dioses siempre se han vinculado a estas doce actuales constelaciones modernas. Así las antes 16 y 17 se transformaron en piscis, las Pleyades se unieron a Tauro; Perseo, Auriga, Orion y Pegaso, más separadas de la elíptica simplemente desaparecieron poco a poco en un proceso que tardó unos cuatro siglos. Hay que indicar también que el surco de labranza y el campesino se volverían Virgo (la virgen) y Aries (el carnero) en los mitos griegos y no son herencia de Babilonia. La entrada de estas creencias al mundo griego y con ello a todo el mundo occidental se remontan a la época de Alejandro Magno, quien fue el primer rey de occidente al que le «fabricaron» un horóscopo.

Para el siglo I d.C, los trabajos de Ptolomeo terminaran de dar fin a un modelo astrológico que seguirá estático hasta nuestros días. Se registraron 48 constelaciones, así fue hasta el siglo XVI cuando los navegantes europeos recorrerán el mundo y observaran por primera vez los cielos australes, quienes darán cuenta de nuevas estrellas y nuevas constelaciones; en un periodo de dos siglos muchas aparecerán, otras desaparecerán y algunas de las originales serán picadas en muchas más; hoy día son oficialmente 88; número que por pura casualidad coincide con los 88 elementos (tipos de átomos) que existen en la naturaleza (aunque la tabla periódica hay 92, del hidrogeno al uranio, cuatro no existen de forma natural porque son inestables y se desintegran a formas más estables). Hay que aclarar que para los antiguos las constelaciones eran figuras en el cielo, pero en la modernidad el cielo ha sido dividido utilizando como guía las líneas de declinación y ascensión de los telescopios modernos, por eso es que no hay líneas diagonales. Estos límites fueron establecidos por la Unión Astronómica Internacional entre 1928 a 1930. Es por ello que en esta división moderna Auriga y Orión ya no cortan la elíptica, aunque estén dentro de la zona zodiacal; pero si lo hace Ofiuco, la culpa es de la astronomía moderna, no de la astrología antigua.

Pero hablemos de astrología; desde el punto de vista zodiacal, el año arranca en el equinoccio de primavera (21 de marzo); y coincidía en el momento que el Sol iniciaba su paso por Aries, visto desde la Tierra. Para efectos astrológicos, en la zona zodiacal, cada constelación abarca 30° en los cielos, por lo tanto el sol atraviesa cada signo zodiacal en un periodo de 30 a 31 días. Para el mundo antiguo el Sol, la luna y los cinco planetas (los errantes) visibles formaban un conjunto de siete objetos que se mueven sobre el fondo fijo de estrellas que es zona zodiacal. En verano (21 de junio) el sol inicia su paso por Leo y como es el punto que desde el hemisferio norte el sol esta más al norte, a Leo se le asigno como «planeta regente» al Sol; a la izquierda se sienta la reina de los cielos (la Luna) y ocupa el signo de Cancer; los otros cinco planetas se sientan siguiendo la secuencia del más cercano Sol al más lejano, ocupando puestos ambos lados de los reyes; así mercurio es el planeta de Geminis y Virgo; Venus de Tauro y Libra, Marte de Aries y Escorpio, Jupiter de Piscis y Sagitario y Saturno de Acuario y Capricornio. Cuando no son visibles son diunos (del lado del sol) y si son visibles son nocturnos, del lado de la luna.

Pero astrología y astronomía son cosas distintas; Copernico, Galileo, Tycho Brahe, Kepler y Newton ponen fin al modelo geocéntrico de Aristóteles y Ptolomeo, y surge el modelo Heliocentrico; ya la Tierra no es el centro del universo, y las cosas no giran a su alrededor. Con la ilustración, las ideas y/o supersticiones astrológicas empiezan a desaparecer, lo que no pudo hacer la Iglesia Cristiana, de alguna forma lo logro la Ciencia Moderna. Cuando en 1781 William Herschel anunció el descubrimiento de Urano, eso derrumbaba gran parte del modelo astrológico; faltaban signos o puestos donde sentar al nuevo planeta; eso siguió ocurriendo con Neptuno en 1846 y Plutón en 1930. Claro que los astrólogos no se amilanaron y ubicaron a Urano en Acuario, a Neptuno en Piscis y a Plutón en Escorpio. Falta saber con la nueva denominación de planetas enanos donde van a ubicar a los «nuevos planetas»: Ceres, Eris, Makemake, Haumea, Caronte, Sedna, Orcus, Quaoar, sólo por citar algunos; o habrá que sacar a Plutón ahora que no es un planeta según la definición moderna del 2006. Ya veremos la respuesta de los astrólogos.

Hoy entre las mayores criticas a la astrología, dadas por la astronomía tenemos el problema de la precesión de los equinoccios; que es un cambio lento y gradual en la orientación del eje de rotación de la Tierra, que es como el bamboleo de un trompo o peonza. Así el eje de rotación terrestre dibuja un cono en un ciclo de aproximadamente 26.000 años; período conocido como año platónico. Si hoy el polo norte terrestre apunta a Polaris en la Osa Menor, en la época de los faraones apuntaba a la estrella alfa de la constelación del dragón; y en doce mil años en el futuro apuntará a la estrella más brillante del hemisferio norte, la estrella Vega en la constelación de Lira. Este fenómeno, que es conocido desde la antigüedad, no se ha tomado en cuenta en el zodiaco, al menos en el usado en los horóscopos que todos los días, semanas o años se escriben en periódicos y revistas.

Desde Ptolomeo a hoy día han pasado dos mil años; cuando el Sol debía apuntar a Aries en el equinoccio de primavera, hoy apunta a Piscis; y en los últimos años se habla que ya está saliendo de Piscis y entrando a Acuario; así como hoy es «boom» es el décimo tercer signo zodiacal, hace unos años era la llegada de la era de Acuario. Algunos señalan que cuando Moises dice en el éxodo que se deje de adorar al toro dorado —el Toro era adorado en las antiguas cultura como Egipto (Apis), Mesopotamia, Creta (minotauro), y Tartessos— y se empiece a adorar al carnero, es dejar atrás a Tauro y adorar a Aries; y cuando los cristianos representaron a Cristo con un Pez, es dejar de mirar a Aries y mirar a Piscis; incluso algunos señalan que la esfinge es más antigua que las pirámides —cosa que no es verdad—, y que la imagen señala el momento en que se pasaba de Virgo a Leo; fecha en que se dice que se hundió la Atlantida, era un cambio de Era (signo). Desde ese cataclismo pasarían tres eras (Leo, Cancer y Geminis), hasta que al inicio de Tauro, por allá en el 4000 a.C., para que la humanidad se recobrara lo suficiente de aquella catástrofe y volvieran a surgir la civilización (Egito, Sumerio, India y China). Hoy la gran angustia con el 2012 es que para muchos marca el punto de inicio de la era de Acuario y que nuestro desarrollo tecnológico y destrucción del ecosistema global —conocer los secretos del átomo y su poder— nos ha vuelto ante los dioses, tan peligrosos y malignos  como lo fueron en su tiempo los  habitantes de la  Atlantida y por ello tenemos ese gran miedo de desaparecer en un gran cataclismo mundial devolviendonos otra vez a la era de las cavernas. Y muchos marcan que esta destrucción no será por agua (como en Atlantida), sino por fuego; algunos miran a las armas atómicas, a las guerras, pero otros señalan la erupción de un gran supervolcan como el de Yellowstone y que ya está atrasado y cuya explosión puede acabar con todo el clima mundial.

Hoy se dice que en vez de usar las fechas astrológicas trópicas (de la época de Ptolomeo), se debería corregir a las fechas astrológicas siderales (haciendo la corrección de la precesión de los equinoccios). La cosa por desgracia para la astrología no termina aquí; si bien Ptolomeo y sus predecesores dividieron la banda zodiacal en doce partes iguales, lo cierto es que el sol no atraviesa cada constelación zodiacal en igual tiempo, al menos no desde 1930 que se establecieron claramente los límites entre las constelaciones; por ejemplo la línea desde la Tierra a través del Sol apunta hacia Virgo durante 45 días, pero apunta hacia Escorpio durante sólo 7 días. El tamaño del disco solar, hace que en algunos casos éste tarde un día o varios en atravesar el límite entre dos constelaciones, esto es, el Sol puede «estar» en dos constelaciones a la vez, como ocurre al pasar de Acuario a Piscis.

Se podría discutir mucho sobre esto y todos tendrán sus puntos de vistas, yo personalmente me niego a retroceder evolutivamente de carnero a pescado; las creencias en el zodiaco que casi desaparecieron con la Ilustración en los siglos XVII y XVIII, revivieron en el siglo XIX con el romanticismo que protestaba contra la revolución industrial y la deshumanización del hombre. Lo cierto es que la astrología esta realmente anclada desde hace casi 2500 años, y aunque cada cultura (babilonios, griegos y árabes) le aportaron su granito de arena, y hoy la sociedad moderna intenta  hacer lo mismo al «actualizar» el sistema de creencias; por ello  ese «nuevo signo zodiacal», la corrección del equinoccio, el quitar o agregar nuevos planetas, asteroides y lunas son todos intentos de mantener viva una creencia religiosa antigua, que en su momento histórico muy, muy atrás solo trataba de poder decir usando la posición del sol y la luna cuando sembrar y cuando cosechar.

Signo Calendario Astrológico Calendario Astronómico
Tropico Sideral
Aries Mar 21 – Abr 20 Abr 14 – May 14 Abr 18 – May 13
Tauro Abr 21- May 19 May 15 – Jun 14 May 13 – Jun 21
Geminis May 20 – Jun 21 Jun 15 – Jul 16 Jun 21 – Jul 20
Cancer Jun 22 – Jul 21 Jul 17 – Ago 16 Jul 20 – Ago 10
Leo Jul 22- Ago 23 Ago 17 – Sep 16 Ago 10 – Sep 16
Virgo Ago 24- Sep 22 Sep 17 – Oct 17 Sep 16 – Oct 30
Libra Sep 23 – Oct 21 Oct 18 – Nov 16 Oct 30 – Nov 23
Escopio Oct 22 – Nov 22 Nov 17 – Dic 15 Nov 23 – Nov 29
Ofiuco Nov 29 – Dic 17
Sagitario Nov 23 – Dic 22 Dic 16 – Ene 14 Dic 17 – Ene 20
Capricornio Dic 23 – Ene 20 Ene 15 – Feb 12 Ene 20 – Feb 16
Acuario Ene 21 – Feb 19 Feb 13 – Mar14 Feb 16 – Mar 11
Piscis Feb 20 – Mar 20 Mar 15 – Abr13 Mar 11 – Abr 18

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Referencias:

Hajo Banzhaf «La simbología y el significado de los números» Editorial Edaf S.l. España, 2007

Los misterios de la iglesia – El mundo de lo insólito. Editorial Debate S.A. España. 1986

otras referencias: aquíaquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.

Jack Frost y la Navidad

Jack Frost (Juanito Escarcha) es uno de esos personajes traviesos que personifican invierno, y se ha contado por innumerables generaciones sobre cómo Jack Frost decora las superficies frías con cristales de hielo. Hoy Jack Frost es un personaje de cuentos imaginarios, así como protagonistas de películas de Hollywood. Jack Frost es imaginado como un duende; cuyo carácter real puede ir desde un guasón travieso a un duende peligroso. Jack Frost es retratado como un adalid o heraldo del frío que se acerca a medida que llega el invierno; dibujando escarchas en las ventanas y las puntas de lo arboles. Se le ha vinculado o equiparado al muñeco de nieve (Frosty) e incluso se le ha inventado una hermana Jenny Frost (no confundir con la artista inglesa de igual nombre), igual de traviesa y peligrosa que su hermano, que simboliza la nieve.

Los orígenes del Jack Frost sin embargo se encuentran muchos centenares de años atrás. Generalmente se considera que las raíces de Jack Frost están en la mitología nórdica o Vikinga, y el nombre de Jack Frost es una versión anglicanizada de Jokul Frosti. Jokul quiere decir «Carámbano», y Frosti obviamente «escarcha», que para muchos era un sobrenombre del moderno Padre Invierno; quien no es otro que el propio dios Odin, que de señor del verano paso con la llegada del cristianismo a convertirse en el espíritu del invierno.


Otros señalan que Jack Frost sería la descendencia o equivalencia moderna de Kari, un dios (gigante de la escarcha) nórdico primario de los vientos. Más vinculado a los dioses nórdicos, y más joven, para equipararlo a Jack Frost, tenemos al dios Ullr. El dios Ullr es descrito como un joven con patines para ir sobre el hielo, el desciende sobre las montañas trayendo la nieve y el frío; al igual que Skaði, que es iconografiada como la diosa de los esquís. Algunas leyendas dicen que al dormir en invierno Odin, le deja su trono a Ullr. Odin y sus hijos son el clima cálido del verano; los gigantes de la escarcha y sus descendientes dominan el invierno. Así de grande era el poder de Ullr.

Ullr era único de los dioses que sale del Valhalla en invierno, mientras el resto de los ases (dioses) se refugian dentro de las murallas del Olimpo nórdico. Ullr sale de caza y con sus esquies recorre los ahora fríos y blancos paisajes. Le acompaña la diosa Skaði, esposa del dios marino Njörðr, quien es realmente una gigante de la escarcha, ya que era hija del gigante Thiazi, quien personifica al frío viento del invierno. La tierra donde gobernaba Skaði es ahora llamada Escandinavia (literalmente Tierra de Skaði) e indica el poder de la diosa-gigante.

Ullr por su parte era hijo de Sif, la esposa del dios Thor, con un gigante de la escarcha llamado Hrungnir; aunque algunos malintencionados señalan que Sif fue en una época amante de Loki (hermano de Odin y rival de Thor) y cuando Sif abandono a Loki, este luego le corto el cabello hasta dejarla calva; pero esa es otra historia. Volviendo al gigante Hrungnir; las crónicas (sagas) relatan que este venció a Odin en una carrera y por ello tuvo el privilegio de visitar al Valhalla; lugar donde se emborrachó y los dioses molestos por sus agresiones pidieron a Thor que se deshiciera del gigante. Sí Hrungnir murió a manos del martillo de Thor, ya se por la excusa anterior, o como una forma de Thor de eliminar a un rival, eso lo dejaremos a los lectores; lo cierto es que Hrungnir es descrito como un gigante con la cabeza y el corazón de piedra; hablamos por tanto de una montaña; Sif era según el mito la diosa de los pastos que crecen en las montañas; y Thor como dios del rayo, no es otro que la tormenta que cae sobre la montaña y cuyos rayos son capaces de desprender las piedras (la cabeza destrozada de Hrugnir).

En Rusia tienen como imagen del invierno al Padre Escarcha (Ded Moroz) descrito en los cuentos rusos como forjador (herrero), Ded Moroz forja el agua y la encadena a la tierra, formado los carambanos del invierno; convirtiendo fuentes en flores de hielo; y lagos y ríos en espejos. En algunas partes de Rusia a Ded Moroz le dan una compañera (hija o esposa), Snegurochka o Señorita Nieve, y que juntos controlan el tiempo invernal.

Para los rusos Ded Moroz no es sólo el viejo Padre Escarcha que representa al invierno, el padre del invierno ruso es también el San Nícolas local, es quien reparte los regalos, acompañado de Snegurochka; juntos van en su trineo de tres caballos (uno blanco, otro rojo y otro negro, propio de los cuentos rusos) y no existe la separación entre Navidad e Invierno que se da en occidente.


Es notable señalar el paralelo de Ded Moroz y Snegurochka con Jack Frost y su hermana Jenny Frost o Jenny Snow; algunos cuentos incluso señalan que Jack Frost es hijo del Padre Escarcha (Padre Invierno) y Jenny Snow es retratada como Jingle Belle (1999), la hija adolescente de Santa Claus, creada por el dibujante Paul Dini.

En Alemania Madre Nieve (Frau Holle) hace las veces de la señora del invierno; posiblemente un recuerdo lejano de diosas como Friga (diosa de las nubes y esposa de Odin), o la diosa Hell (hija de Loki y señora del infierno —que para los vikingos era un mundo de hielo y no fuego—); o con Holda o Hulde, una diosa de origen teutónico protectora de los alumbramientos y patrona de los matrimonios, asociada al invierno y a la magia.

Pese a todo en los cuentos modernos Jack Frost parece ser un personaje relativamente moderno; en 1864, en edición del semanario Harper, Thomas Nast, un artista del renombre pintó al primer Jack Frost como una figura de general que empuña carámbano como espada y muestra lo frió y cruel del invierno.

Es el cuento de hadas «El gigante egoísta» de Oscar Wilde (1888) Un gigante posee un hermoso jardín, en el que a los niños juegan. El gigante molesto de los ruidos infantiles construye un muro para impedir que entren a su jardín. Como consecuencia de ello, el jardín queda condenado a un perpetuo invierno, la Nieve y el Hielo (escarcha); el viento del norte y el granizo se apoderan del jardín. Aún no aparece Juanito como el elfo travieso que hoy todos imaginan. Es esta imagen la que sin duda inspiraría la historia «El león, la bruja, y el guardarropa» (1951) que cuenta la historia de una Bruja Blanca que lanza un invierno eterno por la tierra.

En 1964 se proyecta el especial animado «Rodolfo el reno de la nariz roja (Rudolph the Red-Nosed Reindeer)» basado en una canción de Johnny Mark, que a su vez fue inspirada del poema del mismo nombre escrito por el cuñado de J. Mark; Robert L. May en 1939. Rodolfo nace con una nariz roja y brillante, su padre es un reno de Santa, «Donner», quien se avergüenza de su hijo; pero será justo esa brillante nariz quien ayudará a Santa a salir la noche de Navidad que padre invierno (aquí como enemigo) sopla con más fuerza.

Hubo que esperar a 1974, cuando se proyecta «Un año sin Papá Noel (The Year Without a Santa Claus)», otro especial animado para televisión, este basado en el libro de Phyllis McGinley (1956) del mismo nombre. En esta película animada Santa está desilusionado porque los niños ya no creen en él; el espíritu de la Navidad decide no entregar juguetes esta víspera de Navidad. La Señora Claus y dos de sus elfos, Jingle y Jangle, deciden repartir los juguetes, pero en Southtown, una pequeña ciudad en el sur de Estados Unidos, son detenidos y deben demostrar que son elfos mágicos haciendo que caiga la nieve sobre el pueblo. La Señora Claus debe intervenir y hablar con los egoístas hermanos Calor Ardiente y Frío Nieve para que el primero permita la nieve en Southtown y el segundo acepte un día de verano en el polo norte. Pero ambos hermanos se niegan a cooperar. Una nueva versión en 2006 muestra ligeros cambios con respecto al original de hace más de treinta años, pero el concepto se mantiene. La iconografía de Jack Frost empezaba tomar forma.

Frosty, el muñeco de nieves hizo su primera aparición en el especial de navidad de 1969; en 1976 se hace una secuencia, donde Frosty, que ahora vive en el polo norte, regresa cada invierno con sus amigos; para que no pase el resto del año sólo, sus amigos crean una muñeca de nieve; llamada Cristal. Jack Frost aparece por primera vez y es retratado como un duende celoso de las diversiones de Frosty, su mujer y los niños.

Jack Frost tuvo su especial como protagonista en 1979. La historia ocurre cuando el joven heraldo del invierno se enamora de una chica humana llamada Elisa después de rescatarla. Jack pregunta al Padre Invierno si él puede convertirse en humano a fin de estar con ella. Padre Invierno le da una oportunidad, pero advierte a Jack que debe demostrar que puede ser humano, ganando una casa, un caballo, una bolsa de oro y una esposa antes del primer signo de primavera, si no es así sera nuevamente un espíritu. Pero hay un problema Elisa está enamorada de Sir Raveneau, un Caballero con armadura de oro. Elisa es raptada por Kubla Kraus, rey de los cosacos y aunque es rescatada por Sir Raveneau; Kubla Kraus jura destruirlos a todos; por lo que Jack debe volver a ser un espíritu con el fin de agitar la tormenta de nieve más grande jamás vista, y congelar a Kraus en su castillo.

El Padre Invierno se muestra en muchos de estos especiales navideños como un anciano sabio y prudente, más parecido a un benevolente Ded Moroz. En parte es porque el invierno es el final de un año, que es representado como un anciano, mientras que el año nuevo es figurado como un niño, como se muestra en el especial animado de 1976, donde Rodolfo el reno de la nariz roja debe ayudar a Santa a buscar al bebe del año nuevo que ha desaparecido. Rodolfo aparece en un nuevo especial en 1979, no sólo se explica el origen de su nariz roja y brillante; sino que acompañado por Frosty y su familia van a ver las celebraciones del 4 de Julio (muy americano); la magia que mantiene sin derretirse a los muñecos de nieve se acaba y Jack Frost al final aparece para salvarlos.

Una segunda interpretación sobre el Padre Invierno, es que se trata del propio dios Odin, conocido por los germanos como Woltan. Tras la llegada del cristianismo, Cristo era la imagen del dios de la luz y el calor; Odin para sobrevivir se transformo por tanto en el señor del invierno. Luego a mitad de la era Victoriana, por el año 1850, el San Nicolas o Papá Noel de las tradiciones católicas, que era representado como un obispo, paso a fundirse con el antiguo dios del invierno; surgiendo el Santa Claus anglosajon, un personaje lejos del modelo de santo cristiano, representado con el tradicional traje navideño (abrigo, botas, gorro, etc.); aunque el color variaba; por ejemplo en «Un cuento de Navidad» (1843) de Charles Dickens, el espíritu de la navidad presente viste de verde, verde era el color para santa en estas fiestas, verde era el árbol de Navidad y de los antiguos hombres verdes (espíritus de la naturaleza). No fue hasta la década de los años treinta que las propagandas de CocaCola volverían rojo el traje de santa. Es por ello que la imagen de Santa Claus ha estado más asociada al mercantilismo que al verdadero significado de estas fechas.

Para separar el invierno de la navidad, Padre Invierno fue picado literalmente por los ingleses en dos entidades independientes, a diferencia de la imagen rusa; una la de Santa Claus, como espíritu de las fiestas navideñas de rojo y otra Jack Frost, como espíritu del invierno y el frío propiamente, de azul.

La Navidad ha evolucionado para incluir varios mitos y cuentos de hadas, personajes y tradiciones. Santa Claus (San Nícolas o Papa Noel), Rudolph el Reno de la nariz roja, Frosty el Muñeco de nieve, el Grinch, los fantasmas de la navidad, etc.. Cada tradición y cada personaje ha venido asociado con el espíritu de estas fechas.  sin embargo, nunca se le asoció realmente con Navidad, sino con el clima frío.

Pero esto ha estado cambiando en los recientes años cuando Hollywood lo ha usado como un personaje en varias películas, no siempre de una manera original. Él es un muñeco de nieve asesino en la película de Jack Frost de 1996; y en la versión familiarizada de 1998, donde Michael Keaton muere víctima de un accidente fatal en Nochebuena y regresa como un muñeco de nieve para arreglar asuntos pendientes. Más recientemente en una película de Tim Allen (Santa Claus 3) aparece como un ladrón que quiere tomar el papel de Santa Claus. Los escritores (fuera de Hollywood) por otra parte han sido mucho más sabios con el personaje, que aparece siempre como un personaje menor de varios libros de fantasía.

En la serie de comic de «Fabulas», creada por Bill Willingham, Jack Frost es uno de los aspectos del Jack de los cuentos, un personaje que en dicha versión deja embarazada a la Reina de las Nieves. Mientras ella espera su hijo le entrega sus poderes a Jack Horner, quien termina, como en la mayoría de los cuentos,  creando más problemas que soluciones.  El hijo de esta relación será luego el nuevo Jack Frost.

En 2005, se proyecta «La historia de Jack Frost (The Tale of Jack Frost)«; basada en la obra de igual nombre (2004) de David Melling; nos muestra los origenes del duende; que lejos de ser hijo de un dios antiguo; es un niño que perdido en el bosque es salvado por los duendes, quienes para impedir que muera de frío lo transforman en uno de los suyos.

Para 2012 la productora DreamWorks tiene previsto presentar la película animada «Los guardianes (The Guardians)«; una adaptación de The Guardians of Childhood, la serie de libros de William Joyce; en ellos Santa Claus, el conejo de pascua, el hada de los dientes, Sandman (Morfeo) y otros personajes infantiles (incluido Jack Frost) deben luchar juntos para proteger a los niños de las fuerzas del mal. Jack Frost aparece como un joven de mirada fría y con una ligera dosis de mal carácter; esperemos que la productora logre algo similar a «Como entrenar a tu dragón» y no se transforme en otra de las tantas secuencias de «Madagascar» o «Shrek»

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Para más información: aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.

Cuentos de Hadas (2) Una breve historia.

Los cuentos de hadas tienen un punto aparte en el desarrollo de los cuentos; existen muchos tipos, pero siempre se asocia al cuento con aquellos seres etéreos, vestigios de antiguas diosas, reducidas por las nuevas religiones a pálidos fantasmas de otras eras, citamos en este punto de X. B. Saintine:

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Mientras que Roma se esforzaba por establecerse en Germanía, unas naciones germanas: los francos y los burgundios invadían las Galias y comenzaban a instalarse en las provincias romanas por derecho de conquista. […] Los procónsules romanos consideraron que lo prudente y sabio sería cerrar momentáneamente los ojos a la cuestión religiosa; […] se convirtió en una tregua de cultos, con cierto recelo por ambas partes. Odín tuvo sus altares, distintos a los de Júpiter; se elevó un templo al dios Thor a imitación del de Marte. Si Baco, Diana y Apolo tuvieron sus días festivos, lo mismo sucedió con Bragi, con Friga y con Freya.

Una guerra santa no podía tardar mucho en estallar; en algunos aspectos ya había comenzado, cuando los pescadores del Rin, ocupados en retirar sus redes, oyeron unas voces que corrían por la superficie del río y murmuraban los nombres de María y Jesús. […] Al oír esto, los cultos rivales olvidaron sus desacuerdos, pues estaban todos amenazados por igual y se reunieron para resistir este terrible invasor. Se hizo una llamada general, desde el campo de Odín al de Júpiter, a todos los dioses del norte, a los dioses de Finlandia, a los dioses de Rusia, a los dioses eslavos; el peligro era el mismo para todos, y todos, respondiendo la llamada, se dirigieron al Rin. […]

Cuando los recién llegados se organizaron, el águila de Júpiter se elevó por encima de las nubes, pegó tres gritos clamorosos mientras se dirigía hacia tres puntos del horizonte, el poniente, el levante y el sur; los dioses dispersos de Italia y Grecia, después de abandonar sus retiros misteriosos, acudieron; Neptuno con sus tritones, sus Proteos, sus Arpías y sus monstruos marinos; Plutón con sus Parcas, sus Euménides, sus Furias, y toda su cohorte infernal.

Odín golpeó su escudo y, desde el fondo del Norte, no sólo los dioses y las Valkirias, no sólo los héroes del Valhalla, sino incluso los adversarios de los Asios: Hel, el lobo Fenrir, los Gigantes de la Helada, con Loki a su cabeza, vinieron a ponerse en fila bajo sus ordenes para asistir a las grandes fiestas de la matanza.

Nunca los ejércitos de Darío, de Alejandro, de Atila, de Carlomagno habían ofrecido, o han ofrecido después, un aspecto más imponente y más terrible. Una vez consultadas las sibilas, las normas, los augurios, los magos, se pusieron en marcha. […] Este era el lado por el que las sibilas y las profetisas habían ordenado que se dirigieran [a la colina sagrada de los cristianos], sin dudar que el dios de los cristianos, encabezando sus legiones, no se presentará a defenderse. […]

Con tantos ruidos redoblados, bajo tantas sacudidas estruendosas, el cielo y la tierra casi parecen confundirse, el horizonte vacila y se balancea, las montañas se sobresaltan sobre sí mismas. Sólo la colina sagrada permanece inmóvil. La luz que la rodeaba por su base ha subido hasta la cima y hace resplandecer a la pequeña capilla con su brillo asombroso.

Sorprendidos a no ver aparecer el enemigo, el ejército de dioses paganos se detiene. De repente, ¡oh maravilla! retirada como por un golpe de aire venido de arriba la capilla desaparece y descubre a las miradas un simple altar de piedra, que corona una cruz. Frente al altar, desprovisto de todo ornamento al igual que su defensor, se encuentra una joven, una virgen con un niño en brazos. Ella desciende la colina, con la sonrisa en los labios; la luz resplandeciente sólo brilla alrededor de su frente y la de su niño; ella camina al encuentro de los dioses agrupados que comienzan a mirarse entre ellos con estupor, ella sigue avanzando y de repente sobrecogidos por un pánico irresistible […] todos dieron media vuelta hacia el río, que atravesaron en desorden, derribándose los unos a los otros y chocando con su huida desesperada con sus propios templos y estatuas, que se derrumbaban tras ellos. […]

Cabe resaltar que, en esta lucha de dioses contra el cristianismo naciente, no hay ninguna tradición que mencione al teut y al Esus de los celtas, al Alfader de los escandinavos, al Jumala de los finlandeses, al Bogh de los eslavones, no más que al dios desconocido de los Romanos. Eso es porque cada una de estas divinidades, ellas solas imperecederas, como Indra del cielo hindú, resumía a todas las demás y representaba al pensamiento único de la imagen de un Dios único y eterno. Esta gran y vana tentativa de los dioses paganos ha sido fijada tradicionalmente cerca del año 510 de la era cristiana. En el transcurso de este mismo año, el rey Clovis decidió erigir para Cristo un templo digno de él, y fundó los primeros cimientos de la catedral de Estrasburgo, quizás con la intensión de reemplazar a aquella vieja capilla, desaparecida de una manera tan misteriosa.

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De todos aquellos dioses ya mencionados, de los que se podría creer que están olvidados para siempre, barridos por el viento, que se pretendía suplir o que se han vuelto caer en el polvo con el que parecían competir, eran por cierto aquellos pequeños dioses microscópicos. […] Esos dioses átomos se habían desarrollado considerablemente; incluso llegaron a tener forma y cuerpo, un cuerpo visible, una forma que no estaba provista de gracia. Se habían convertido en Alps o Alfs conocidos más tarde por su nombre oriental de silfos [o de sílfides, como son conocidas sus compañeras]. […] Eran los silfos, pueblo pequeño del aire, que volaban en enjambre, haciendo nido en una flor, o unas briznas de musgo, al pie de una remata, y que sólo salían de noche para visitarse mutuamente y cumplir con sus obligaciones sociales y de buena vecindad. […]

Si nieblas espesas envolviesen de repente a los convidados [en una reunión social de estos seres] […] otros duendes, los trastos [y los fuegos fatuos] con sus alas de fuego, vendrían a sentarse en la mesa hospitalaria, pagando un tributo con la claridad que desprendían a su alrededor. La principal ocupación de estos consistía en guiar al viajero perdido, con el fin de hacerlo volver a su camino. Tales eran, pues, los espíritus inofensivos del aire y el fuego.

En este aspecto las cosas han cambiando mucho; desde que unos malvados han hecho correr la voz de que esto no es más que el producto de la combustión del gas hidrógeno o la presencia del fósforo en disolución que se encuentra en terrenos húmedos, los fuegos fatuos empiezan a sentir odio hacia los hombres y ya no se muestran a los viajeros sino para arrastrarles hacia los barrancos y las marismas.

En cuanto a los Silfos […], se han convertido en elfos, […] Hoy en día, se dividen en dos clases y ambas son temibles. Ninfos errantes por los prados [… que] acechan a los inocentes sin experiencia y los asocian a sus danzas interminables tras lo cual suelen caer sin aliento para no volverse a levantar [ y ] los elfos negros personifican la pesadilla y el sonambulismo […] este estado es el elfo negro quien dirige los movimientos del durmiente […] que le hace trepar sobre los muebles e incluso hasta los techos. [ …y ] se les puede ocurrir la gracia de hacerte arrojar al vacío.

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[Dentro de los espíritus del agua tenemos a las ninfas] se suelen admitir dos especies distintas: las ninfas propiamente dichas, antiguas divinidades paganas, de las cuales nunca se desconfía bastante, y las ondinas inofensivas y en algunas ocasiones compasivas. [… Las ninfas] se revisten de buen grado con toda clase de disfraces para llegar a sus fines. Se las ve vagabundear cerca del río, en lugares aislados […]. Traman intrigas amorosas fatales para los galanes. Otras se dejan ver en las fiestas de los pueblos, mezclándose con tanto ardor al baile que los hombres embriagados [y son arrastrados hasta los ríos] sólo vuelven a recobrar la lucidez [… instantes antes de] desaparecer bajo las aguas. Las ondinas [… son en su mayoría] almas vagabundas de pobres chicas que por una desesperada pena de amor se tiraron al río.

REFERENCIA:

X. B. Saintine (1998) “MITOLOGíA DEL RIN”
Edicomunicación. S.A. Barcelona – España p.138 a 174

El anillo maldito (3) El robo del oro por los dioses.

Dos versiones explican como el anillo maldito y el oro de Alberich pasó a manos de los dioses. En la primera los dioses desean construir murallas al Walhalla, contratan a gigantes que piden como pago la diosa Freya, más hermosa del Olimpo nórdico. Loki convence a los gigantes que mejor que una mujer es el oro, con el oro podrán comprar muchas para todos ellos.

En la segunda versión, estando de paseo los dioses Odín y sus hermanos (Hœnir y Loki), ven a una nutria en el río, la que cazan y cocinan. No saben los dioses que se trata de Ódder, un enano que le gustaba tomar esa forma. Cuando los dioses piden posada al rey enano Hreidmar, este al ver la piel de la nutria que traen los dioses pide compensación por la muerte de su hijo.

Lokí, en nombre de los dioses nórdicos, atrapó entonces a Alberich en una red cuando se transformó en pez lucio para escapar por el río. Para poder ser liberado Alberich tuvo que entregar el tesoro y el anillo. Alberich maldijo aún más al anillo condenado a su poseedor a su temprana muerte por traición.

Los gigantes /enanos/, bajo la influencia maligna del anillo pelearían entre ellos por el oro, Hreidmar, mata a su hijo Fasolt cuando este desea tomar su parte, Fafnir mata a su padre luego, y se transforma en dragón usando el poder del anillo, para proteger su tesoro mal habido. Regín único sobreviviente del clan huye.