Ángeles y arcángeles (9) Regentes planetarios

En el punto anterior mencionamos la existencia de siete arcángeles, y señalamos que no existe un acuerdo en cuales son los nombres de estos (salvo por Miguel, Gabriel y Rafael); pero se dejó una pregunta pendiente: ¿por qué siete arcángeles?. La respuesta, aunque vinculada a los cielos, es bastante simple y terrenal, y muy poco ‘divina’. Para todas las religiones antiguas era importante el movimiento de los astros, las posiciones del Sol y la Luna marcaban el flujo de las estaciones, de cuando cultivar y cuando cosechar; así las luminarias más importantes de los cielos eran el Sol, que marcaba los días, y la Luna, que marcaba el paso de los meses. Pero hay otros astros que se mueven contra el fondo fijo de estrellas, estos son los planetas y para los antiguos sólo eran visibles cinco: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno; si contamos hay siete luminarias que se mueven en los cielos, así de simple y sencillo; nada de buscar explicaciones complicadas, filosóficas, metafísicas o exotéricas.

La imagen que tenían los antiguos de estos cielos; y esto se remonta a un momento pre-científico, antes de las Leyes de Kepler y de Newton; era que los planetas astrológicos orbitaban la Tierra (modelo geocéntrico); era cada planeta ‘caminaba’ en una esfera que rodeaba la tierra, empezando por la Luna, seguido por Mercurio y Venus, el Sol, y luego los planetas exteriores: Marte, Júpiter y Saturno; a semejanza de una especie de juego de muñecas rusas, donde cada esfera envuelve a la otra, hasta alcanzar la esfera de las estrellas fijas.

De igual manera era evidente que las cosas siempre caen a la Tierra, debía haber algo en su centro que atraía todo y era lógico asumirlo como el centro del universo. Pero los objetos en los cielos no caían, el Sol, la Luna y los planetas daban vueltas alrededor de la Tierra, así mientras en la Tierra lo normal eran que las fuerzas halaban en la misma dirección de acción, dando movimientos lineales, en los cielos estos movimientos eran círculos perfectos.

Esta idea de esferas celestes envolviendo la Tierra se mantuvo desde el mundo antiguo (Modelo de Tolomeo) hasta final de la Edad Media, y lo podemos ver perfectamente reflejado en la Divina Comedia (1304 a 1314) de Dante Alighieri (1265-1321); claro que el autor fue un poco más lejos; ya se imaginaba un mundo redondo; la parte norte incluía al mundo conocido, esta esfera (la Tierra) encerraba dentro de sí al infierno, los círculos del infierno son como esferas (es realmente descrito como un cono invertido) por debajo de la Tierra que iban encerrando en su interior al Demonio en su centro, a semejanza de la Tierra, que era el centro de las esferas celestes. Si las esferas internas en su parte norte eran el infierno, la parte austral de estas esferas eran el Purgatorio (visto aquí como un monte que se va ascendiendo); para salir al punto más alto (en el otro extremo del mundo) y el más cercano a los cielos.

Con la revolución heliocéntrica iniciada por Nicolás Copérnico a fines del siglo XV; el matemático Johannes Kepler trató, poniendo al Sol como nuevo centro de las esferas cósmicas, de relacionar el radio de las ahora seis esferas (la Tierra reemplaza a Sol en posición y la Luna ya no cuenta porque no es un planeta sino un satélite de la Tierra); con los cinco sólidos pitagóricos, la idea era simple, el radio de la primera esfera (Mercurio) quedaba dentro de uno de los sólidos y el radio de la segunda esfera (Venus) por fuera del sólido; y así se seguía hasta alcanzar Saturno. Claro que fueron muchos los intentos, pero no hubo forma de encontrar esta relación y al final tuvo que iniciar desde cero, después de muchos años pedidos. Sus resultados finales mostraron que los planetas alrededor del Sol no siguen órbitas circulares, sino elípticas, ello acababa finalmente con esa idea esferas en los cielos. Con las leyes de Isaac Newton se explicaba el porque de ello; y los cometas que eran vistos como malos augurios, dado que como fantasmas podían atravesar esas antiguas esferas, ahora eran perfectamente explicados por la ciencia. Con Newton y la gravedad, los hecho de la Tierra y el Cielo ya no eran cosas distintas sino que los movían las mismas leyes físicas.

Pero nuestro problema no es demostrar la falsedad de esas esferas, sino explicar la relación entre los siete arcángeles y los siete cielos de la tradición judía; llevados a nueve en la Divina Comedia. Si entendemos que estos siete cielos se refieren a las órbitas de los siete planetas astrológicos (Sol, Lunas, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) lo demás es simplemente un problema astrológico (no astronómico). Para las astrología antigua existen doce constelaciones (doce lunas o meses al año); a cada constelación se le asocia uno de estos siete planetas; cuando el Sol esta más alto en el cielo (hemisferio norte) estamos en pleno verano y pasa por la constelación de Leo; aquí Leo tiene por estrella asociada al Sol; por tradición si el Sol es el Rey de los astros, la Luna es la Reina y se sienta a su izquierda, esto es ocupa la posición de Cancer; el resto de los planetas se alterna a la derecha o a la izquierda y ocupan dos posiciones (constelaciones) dependiendo si son visibles o invisibles (a la izquierda o a derecha de los reyes del cielo); así tendríamos la siguiente relación.

Cielo Astro Constelación Regente
Shamayim Luna Cancer Gabriel
Raquia Mercurio Geminis – Virgo Rafael
Sagun o Shehaquim Venus Tauro – Libra Anael
Zebhul o Machonon Sol Leo Miguel
Machon o Ma’on Marte Aries – Escorpio Camael
Zebul o Makhon Júpiter Piscis – Sagitario Sachiel
Araboth Saturno Acuario – Capricornio Cassiel

Asumiendo como valida esta correspondencia y con algunas diferencias lingüísticas en los nombres podemos explicar la relación de estos ángeles con la posición y regencia planetaria (se aclara que si las diferentes fuentes no están de acuerdo en las identidades y nombres de los siete arcángeles; en la asociación de cada arcángel cada con uno de los tradicionales siete «cuerpos celestes» tampoco hay acuerdo sobre a qué arcángel le corresponde que astro).

La idea de esta entrada, al igual que las anteriores no se trata de negar el sistema de creencias, sino conocer a los distintos ángeles, así tenemos los siguientes en nuestra larga  lista de arcángeles:

Miguel, Gabriel y Rafael en los cielos

En primer lugar Miguel, que traduce «Quien como Dios» es lógico que le corresponda el Sol; si Dios es como el Sol que alumbra a los planetas y estos como los ángeles brillan por la luz del Sol; Miguel que es el más parecido a Dios debe corresponderle el Sol y es por ello el regente del cuarto cielo. Recordemos también que Miguel representa el elemento fuego, y que más brillante y ardiente que el Sol mismo. Algunos sin embargo ubican a Miguel en el séptimo cielo, ya que es la esfera más cercana a Dios.

Gabriel se le asigna la regencia del primer cielo, la esfera de la Luna; dos razones explican esto, la primera es recordando que si Miguel está la derecha de Dios, a la izquierda está Gabriel, esto es la posición de la Luna en los asientos (constelaciones) celestes. La segunda es que Gabriel rige las aguas y la Luna es el cuerpo celeste que más afecta las aguas, la Luna es la responsable de las mareas; así que la vinculación con este astro es casi obligada.

Rafael es el regente del segundo cielo, aquí se encuentra Mercurio; quien es el planeta más pequeño; y Rafael es el arcángel con la apariencia más joven. Pero Mercurio como dios de los antiguos romanos tenía algunas funciones importantes. La primera es que es el más veloz de los dioses y como mensajero de los dioses esta viajando constantemente entre el cielo y la tierra; algo visto en su movimiento en los cielos, que sube rápido para volver a bajar. Recordemos que nada, salvo el pensamiento, es más rápido que el viento; así Mercurio se le vincula con el elemento aire; el mismo elemento vinculado a Rafael. La segunda función de Mercurio era el guía que transportar las almas hasta las puertas del Hades, al estar Mercurio sumergiéndose en ese mundo inferior tantas y repetidas veces (desaparece por el horizonte visible); en la tradición judía Rafael es uno de los ángeles que guía las almas al Sheol (el infierno judío). Algunos ubican a Rafael en el cuarto cielo como regente del Sol.

Anael/Hanael (Alegría de Dios)

El tercer cielo se corresponde con Venus, y este astro estuvo vinculado a un ángel muy distinto: Luzbel (hoy Lucifer, un demonio); todas las descripciones lo ponen como el más hermoso de todos los ángeles, algo que concuerda perfectamente con la más bella y brillante estrella de los cielos; claro que tras su caída hubo que poner a otro en el puesto y hoy se asigna al ángel Anael, un ángel protegido de Miguel, quizás una forma de molestar al anterior en el puesto.

Por las razones señaladas antes es incluido como uno de los siete arcángeles; también conocido como Haniel, Hanael o Aniel, es un ángel de la tradición judía. Anael se asocia generalmente con el planeta Venus y la razón se vincula a su nombre. Anael/Hanael deriva de hana’ah que en hebreo traduce «alegría» o «placer».

Lejos de las connotaciones eróticas, recordemos que Venus era la diosa romana del amor y la lujuria; Anael opera a semejanza a cupido, es el ángel del amor por excelencia. Se relaciona también a la salud, al romance, la fertilidad, la belleza, el placer y amistad. Este ángel suele ser invocado en asuntos amorosos: como un matrimonio, el nacimiento de un hijo, una ruptura sentimental, un romance, etc. Pero también se dice que rige las relaciones sociales entre los seres humanos como la amistad.

Como amor es también belleza, este ángel protege todos los asuntos de tipo artístico y placenteros como los espectáculos, las artes escénicas y el teatro, es por ello protector de los artistas, actores, actrices y músicos.

Anael es el protegido de Miguel, quien actúa como un padre para el joven ángel y algunos lo ven como un hijo o hija de Miguel, pero recordemos que todos los ángeles son emanaciones de Dios y no tienen sexo. Esta asociación se vincula en recordar que Venus (Anael) es la estrella que anuncia la llegada del Sol (Miguel) en la mañana siendo la última visible en la aurora; así como la primera visible en el crepúsculo.

Anael es representado como un chico de unos doce años, cuando aparece como Hanael sus vestiduras son violetas (color de la aurora y símbolo de la transmutación); y como Haniel es fulgor, fuego y verde tranquilizador (el crepúsculo que se pone en el valle fértil); es por lo general representado llevando una rosa roja, una lampara o sosteniendo una vara con punta de un cono de pino. Para pedir la ayuda del ángel se suele rezar empezando un martes de luna creciente, encender cada día una vela rosa y rezarle durante nueve días.

Camael/Samael (Ver a Dios)

Camael es conocido también como: Camiel, Camuel, Chamuel, Shemael, Khamael y Samael, entre otros nombres. Es un ángel en la mitología judeocristiana. Camael es uno de los ángeles más incomprendidos, rige sobre la violencia y la destrucción; en su aspecto más feroz se le asocia a Satanás, pero esta identificación es errónea ya que se trata de dos entidades distintas; y sus acciones son ordenes directas de Dios. Como regente del quinto cielo se le vincula a la severidad y es quien ejecuta el castigo de Dios.

Camael no es reconocido por la Iglesia Católica debido a la decisión del Vaticano de prohibir la veneración de los ángeles y no se menciona en la Biblia a Camael; quien es el ángel de la venganza que castiga a aquellos que están en contra de Dios. Camael es un guardián del cielo, es el jefe de los doce mil ángeles de fuego y destrucción y una vez fue visto como el dios de la guerra.

Camael es responsable de mantener en jaque al Leviatán, el monstruo del mal, que se tragará las almas de los pecadores en el Día del Juicio. Es representado como un guerrero vestido con una túnica roja; lleva armadura de placas de color verde, un casco de hierro y tiene grandes alas de color verde. Uno de los mayores roles de Camael es que se le pone como el patrón del Imperio Romano (a semejanza del dios Marte). Bajo estos aspecto la relación con el rojo Marte es evidente; Marte es el dios de la guerra y la destrucción de los romanos.

Camael en su forma benéfica es el ángel del amor divino y el ángel patrono de todos los que aman a Dios. Bajo este aspecto Camael personifica la justicia divina y protege a quienes no pueden protegerse. Da coraje y fuerza de sanación y le responde a la persona honesta. En la Cabala a Camael (Marte) se le ubica en una de las dos posiciones intermedias, esta tiene por nombre Gueburah en la posición izquierda, mientras la derecha recibe el nombre de Hesed (vinculada a Júpiter). Por su situación en el Árbol, Gueburah se encuentra a caballo entre las regiones superiores del Mundo de Deseos y las inferiores; así Camael es un administrador de las dos fuerzas (positivas y negativas) y esa dualidad se refleja en el ángel. En esta posición del recorrido del Árbol de la Vida la persona es como un adolescente, no quiere la compañía del padre (Júpiter) y quiere seguir solo su camino; y ello implica que como hombre y mujer que nos volvemos al crecer debemos aprender de nuestros propios errores y sobrevivir con los frutos de nuestro propio trabajo. Si las fuerzas positivas nos impulsan a crecer como ser independiente, las negativas se reflejan en la inexperiencia, la duda y el temor; y son esas fuerzas destructoras las que nos impide avanzar. Camael nos ayudará en los momentos de cambio en nuestras vidas cuando el miedo nos confunde, lo temores nos hagan dudar, tengamos que tomar decisiones y creamos que las puertas están cerradas, él prestará su ayuda y frenará nuestras dudas y detendrá nuestros miedos para así poder abrir la puerta de lo desconocido, para que veamos con claridad donde reside nuestra felicidad. Como militar y sanador, Camael es el patrón de militares y cirujanos, para reducir sus miedos a la hora de actuar.

Camael que traduce «ver a Dios» se le vincula con el ángel que detuvo el brazo de Abraham cuando estaba a punto de sacrificar a su hijo Isaac, el que lucho con Jacob, y en la tradición cristiana es uno de los ángeles que se apareció a Jesús en el huerto de Betsemani, el otro fue Gabriel; en todas estas situaciones los personajes de debatían ante la duda y sobre sus actos a futuros; en el caso de Jesús ambos ángeles son ángeles de la muerte, que era el destino que seguía a Jesús tras ser detenido por los soldados romanos en el huerto de los olivos.

En su forma de Samael (Severidad de Dios) tenemos el aspecto más oscuro de este ángel; la tradición talmúdica figura como un acusador, seductor y destructor, equiparable al papel de Satanás. En la tradición judía, Samael se dice que es el ángel de la muerte, por ello se le llama el ángel de la oscuridad, ya que en la oscuridad es invisible a los ojos de Jacob. Se lo identifica con el líder de las fuerzas que expulsó a Adán del Jardín del Edén. Camael fue el ángel de la guarda de Esaú (hijo de Isaac y hermano de Jacob); pero asociado o equiparado a un demonio se lo pone como el ángel que tentó a Eva bajo la forma de la serpiente, entonces la sedujo y la embarazó de Caín; aunque algunas fuentes identifican a Gadreel como el ángel realizó tales actos. A Samael se lo vincula con uno de los ángeles (demonios) que fornicó con Lilith cuando ella abandonó a Adán y se lo vincula como consorte de los ángeles de la prostitución sagrada que se ejercía en el cercano oriente y Babilonia (Eisheth Zenunim, Na’amah y Mahlat Agrat Bat). Aquí se le puede volver a comparar con Marte que se acuesta con Venus, la más liberada de las diosas romanas.

Es este aspecto demoníaco es el que hace pensar a muchos que Camael y Samael son dos entidades distintas (ángel y demonio); un leyenda en el judaísmo señala que Samael se llevó sus doce mil ángeles de sus ángeles para tratar de impedir que el Moisés recibiera la Torá en la mano de Dios; y por ello Moisés y/o Dios marcó su caída en desgracia. Es por eso que en algunas tradiciones Samael es uno de los personajes de alto rango del infierno. Otros señalan que el ángel vinculado a tales hechos lleva por nombre Kemuel o Qemuel y se puede tratar de un problema de homófonos.

Sachiel/Zadkiel (Justicia de Dios)

Sachiel también se le conoce como: Zadkiel, Zadakiel, Zidikiel, Zedekiel, Zedekul, Zadykiel, Zachariel, Zatquiel o Hesediel; es el ángel de la misericordia, la justicia, la libertad y la benevolencia. Es el ángel patrono de todos los que perdonan; ya que el perdón nos libera de odios, rencores, inseguridades y miedos. Siendo justos creamos un balance perfecto en nuestro interior ya no hay mas pensamientos y emociones que nos estanquen; encontrando nuestra verdad, reconociéndola, aceptándola y transmutando todo lo negativo.

Como tantos otros ángeles a Zadkiel se le señala como otro más de aquellos que le achacan haber impedido a Abraham de sacrificar a su hijo, Isaac. Y por eso aparece sosteniendo una daga y asociado con el color violeta, el color de la transmutación; por ello es también el ángel de la Magia y de la Alquimia. Zadkiel es uno de los dos abanderados (junto con Jofiel) que siguen directamente detrás de Michael como el arcángel jefe entra en la batalla contra la bestia.

En el misticismo judío y la magia ritual occidental, Zadkiel está asociado con el planeta Júpiter. La posición del ángel en el cuarto Sefirot, que corresponde a la misericordia, llamada aquí Sesed. Tiene (principalmente) dos significados: uno más legalista en sentido de cumplir aquello que fue acordado o dar al otro aquello que le es debido según lo previamente acordado; un segundo sentido, más intuitivo y espiritual, asume el significado de acto gratuito y espontáneo de bondad y amor. Júpiter para los romanos es el padre de los dioses, y representa el orden y la ley; vemos en esta relación con la cábala que Zadkiel es un ángel vinculado a la justicia. Si con Casiel (Marte) tenemos al joven que desea ir y aprender por si mismo, con Zadkiel tenemos a la experiencia que indica que es correcto y que está mal, es por ello también el ángel de la memoria, del recuerdo y de las tradiciones.

Zadkiel tiene relación con el dios Sydyk, Sydek o Sedek; que era el nombre de una deidad fenicia y que los griegos llamaron Dikaion o Dike (Justicia); y se relaciona con las deidades asirio-babilónica llamadas Kittu y Misharu; otra asociación es con Saduq un dios ugarítico vinculado a la justicia y que entre los judíos se denomino Tzedek. Es evidente que como muchas culturas se fusionaron en la región, dioses de unos se transformaron en ángeles o demonios en la cultura judía; ya que para este pueblo Dios es uno.

Casiel/Cassiel (Velocidad de Dios)

Casiel o Cassiel, en hebreo se le conoce como Kafziel o Tzafkiel (Conocer a Dios); es un ángel de la mitología judeocristiana, sobre todo de la Cábala. Se le representa como un hombre viejo; se le asocia con la carta de ‘El Ermitaño’ en el Tarot, sosteniendo un farol, una guadaña y un reloj de arena. Esta imagen es vinculante con Saturno, ya que su lento movimiento en los cielos lo hace ver a los ojos humanos como un anciano. Saturno preside el tiempo y las estaciones; el reloj de arena es la imagen de este dios, así como la guadaña, indicando que se trata de un ángel de la muerte; y se dice que presidirá la muerte de los reyes. Este en el ángel de la soledad y las lágrimas, ya que Saturno representa la última etapa de nuestras vidas, la vejez, donde poco a poco nos vamos quedando solos, mientras nuestros conocidos y compañeros se van yendo de este mundo. Cassiel es un ángel poderoso su guadaña no sólo lo señala como un ángel de la muerte, sino también como un ángel de la destrucción, en algunas representaciones aparece montado sobre un dragón, indicando su poder letal; la muerte de los reyes también implica la caída de reinos e imperios; es así un ángel de la renovación que opera a un nivel más macro que micro; más global que individual.

A diferencia de otros ángeles, Cassiel es simplemente un observador, dando testimonio de todos los acontecimientos que se desarrollan dentro de nuestro universo, o en la creación de Dios. Se dice que Cassiel tiene prohibido interferir en cualquiera de los eventos de lo que es testigo. A diferencia de los otros ángeles, Cassiel sigue siendo fiel a los mandamientos de Dios y no se mezcla con los mortales. Como guardián del umbral entre este mundo y el siguiente, el séptimo cielo es la puerta al más santo de todos los cielos, ya que tras estas puertas se alberga el Trono de Gloria de Dios y por ello Cassiel permanece lejos de la interacción con los niveles inferiores o individuales y trabaja a niveles más macros o globales.

Cassiel aparece poco en los mitos antiguos, en parte por su propia naturaleza de no intervención; sin embargo nuevos movimiento, la literatura moderna y series de televisión han empezado a cambiar esa visión. Los grupos de la Nueva Era (New Age) afirman que Cassiel es un ángel de fuego, y que disfruta mucho la compañía de los humanos. Bajo esta representación mucha ficción moderna lo señala como un ángel que se disfraza de hombre para poder entendernos; y encarnando en un ser humano trata descubrir la manera de vivir del mundo actual. Así Cassiel es el ángel del entendimiento, producto de la meditación. Y el conocimiento que brinda Saturno es un conocimiento frío y sin emociones; es sólo razón y lógica. Dentro del Árbol de la Vida, el Sefirot Biná es la chispa divina creativa, la inspiración; y se vincula a Saturno, Biná simboliza el entendimiento o sabiduría procesada, es decir es el proceso racional que se utiliza para lograr una idea plena. Cassiel es el ángel al que se le reza cuando hay falta equilibrio en la vida, o cuando te sientes totalmente abrumado por el estrés; para que nos de luz lógica en la oscuridad que nos abruma.

Bajo su aspecto de Kafziel se le conoce como el ángel de la comprensión y la compasión. Él ayuda a las personas aprender a amar a los demás con el amor incondicional que Dios tiene para ellos, resolver conflictos, a perdonar, y desarrollar la compasión que motiva a la gente para servir a otros en necesidad. Como Tzafkiel es a menudo llamado la Atalaya de Dios, porque se le representa a menudo de pie sobre las nubes celestiales, mirando por encima de ellas, lo que representa su papel de velar por las personas. En la astrología está relacionado con las aguas primordiales, la oscuridad y la  inercia. Tzafkiel también se le muestra sosteniendo un cáliz de oro en sus manos, que simboliza el agua del que fluye el conocimiento.

Uriel y Azrael en la reforma astrológica

Así tras la aparición de nuevos planetas, fue necesario asociarle ángeles regentes a cada uno; no hubo problema con Urano, a quien se le asoció por semejanza de nombre el ángel Uriel; a Plutón se le vinculó Azrael y Neptuno con algo de dificultad se le puso como regente Asariel, lo cual cambió muchos aspectos del ángel que presidía la vida de los mares.

Cielo Astro Constelación Regente
Shamayim Luna Cancer Gabriel
Raquia Mercurio Geminis – Virgo Rafael
Sagun o Shehaquim Venus Tauro – Libra Anael
Zebhul o Machonon Sol Leo Miguel
Machon oMa’on Marte Aries Camael
Zebul oMakhon Júpiter Sagitario Sachiel
Araboth Saturno Capricornio Casiel
Urano Acuario Uriel
Neptuno Piscis Asariel
Plutón Escorpio Azrael

Aquí uno podría preguntarse porque no aparecía Uriel entre los arcángeles regentes de los planetas conocidos en la antigüedad, y la respuesta es simple; Uriel es el arcángel de la Tierra, aunque tras el descubrimiento de Urano se le asoció a este planeta (por semejanza lingüística) y con la reestructuración astrológica se le vinculó a Acuario; pero eso ya es tratar de seguir actualizando un sistema de creencias (astrología) a los nuevos descubrimientos y donde las razones originales dejaron de tener sentido.

Si Uriel es un ángel vinculado a la Tierra, los terremotos y volcanes, con la visión futura y la aguda visión y Urano es el dios de la esfera celeste, y astrológicamente rige sobre la libertad, independencia y creatividad de espíritu. ¿Cómo pueden estar relacionados?, Uriel en los mitos es el ángel que con su trabajo arduo construyó el Edén y por tal obra fue elevado a arcángel y recompensado con una gran memoria. Así Uriel y Urano se vinculan con la libertad y el arte de la creación; el deseo de superar las expectativas y la visión del futuro.

Azrael no estaba presente en esta disposición celeste inicial, pero como ángel de la muerte al ser descubierto Plutón (el dios que rige los infiernos y los muertos) se asocia a Azrael con este astro y modernamente con la constelación de Escorpio.

Asariel (Ayuda de Dios)

Neptuno fue un mayor problema en encontrar el ángel regente, finalmente se le asoció el ángel Asariel, también llamado Azariel o Arariel. En la tradición rabínica es el ángel que se hace cargo de los mares, pero sobre todo de la vida que estos albergan. Los pescadores lo invocan para tener pesca favorable y abundante. Asariel alimenta la vida de los mares y las aguas; así como Uriel es el responsable de la vida sobre la tierra y el aire.

Neptuno en astrología se le asoció el signo de Piscis; Asariel cumplía con la imagen del Neptuno como dios romano de las aguas y con el signo que se presenta con los peces. Neptuno en los cielos fue conocido como el místico, su descubrimiento se vinculó a la aparición en creencias ocultistas; por ello Asariel se vincula a la espiritualidad, la vida interior, los sueños y a creer en la intuición; protege la clarividencia y a los médium.

Asariel es el ángel de la fe y la esperanza. Sostiene la esperanza en la Tierra, cuando las pruebas de la vida nos oprimen, nos brinda refugio en tiempos de conflicto y crisis. Te da la certeza que Dios está contigo en las buenas y en las malas. Asariel es invocado también para curar la estupidez. Para invocarlo se le reza el cuarto día después de la luna llena, a una copa de agua de mar mezclada con agua de río sobre un plato cubierto de arena.

Mitos del oriente próximo (2) El origen de dioses y demonios

El universo apareció por primera vez cuando Nammu un abismo sin forma se separó y dio origen a Tiamat (el mar tumultuoso y principio femenino) y a Apsu (el océano primordial y principio masculino); de la unión de estas dos fuerzas nacerá el resto de la creación. Nació primeramente Mummú, la niebla; luego Lahmú y Lahamú, los manglares; de estos dos nacieron An-Shar y Ki-Shar, los pilares del cielo y la tierra, que engendran primero a An/Anu (el cielo —un ser equivalente al Urano greco-romano—) y luego hacen surgir de las aguas a los gigantes (las montañas) que se asientan sobre el Apsu, una montaña, Ki/Antum al elevarse muy alto sobre las aguas alcanza a An/Anu, del encuentro de An y Ki nacerá En-Lil (literalmente Señor —En— del viento —Lil—; el dios del aire, del viento y las tormentas), que los separa dando origen a la atmósfera.

En-Lil fue equiparado en las regiones semitas con El o Elohim (el supremo), hoy conocido como Yahvé o Jehová entre los judíos y que en Arabia llamaban Eloáh o Eláh, que en árabe moderno es Allah (Alá). En-Lil, el primogénito, heredará de su padre el título de rey de los dioses; de quien recibirá las Me —las tablas del destino—, que como el famoso Código de Hammurabi tienen las normas a seguir para gobernar la creación.

El segundo hijo de la pareja fue Nusku, dios de la luz y el fuego en la antigua Mesopotamia, conocido como Girru en Babilonia. Nusku se volvió visir de En-Lil y su símbolo era una lámpara de aceite. El tercero es Isimud (Ismuz o Ismud), un dios mensajero en la antigua Mesopotamia, que era reconocido por poseer dos caras que miran hacia lados opuestos, comparable al dios Jano romano y que se volvería visir del dios En-Ki; el cuarto hijo fue Kakka; que se volvería heraldo de su padre. El último hijo de la pareja fue una diosa; la gran diosa madre llamada Nin-Hursag, señora de las montañas, que ocupo el lugar de su madre Ki/Antum en el dominio de la tierra.

Fruto de una aventura de An/Anu con Nammu (Tiamat) nacerá el dios En-Ki o Ea como lo denominaron los acadios, es como su nombre indica (En = señor y Ki = tierra) el dios de la tierra. En-Ki, pese a ser un primogénito de An, no venía de la rama celeste y terrestre y no pudo adquirir el título de rey de los dioses, otorgándose sólo el título de príncipe entre dioses; algo que no le gustó mucho y sería motivo de una rivalidad permanente entre En-Lil y En-Ki/Ea por el control del mundo.

De forma independiente Tiamat creará a los hombres pez, los Apkallus o Abgales, para que la sirvan, y que luego al servicio del dios En-Ki enseñaran a la humanidad las artes de la civilización. Se destacan entre estos seres mitad hombre mitad pez o anfibios: Oannes o Uanna, —equiparado al propio En-Ki y con el primer rey de los hombres Adapa (Adán)—; por el año 3000 a.C. Suben de las aguas: Eudocus, Eneugamus, Eneuboulus, Anemeutus; el último de estos seres que a subió la tierra fue llamado Anodaphus, según Apolodoro, hecho ocurrido allá por el año 2450 a.C. A estos seres luego se les llamó Musarus (seres repulsivos) y seguramente por ello no volvieron. Algunos suponen que estos seres eran los sobrevivientes de las destruidas Atlantis, Lemuria o Mu, que trataban de llevar a los humanos supervivientes de la catástrofe, y vueltos a la edad de piedra, algo de los restos de aquellas civilizaciones perdidas.

Tiamat crea a los hombres escorpión, que serán enviados a conquistar las montañas; los grifos —mitad león y mitad águila— que acompañan a los primeros; los lammasus y las esfinges, con cuerpo de toro o león, alas de águila y cabeza humana se dispersan sobre la tierra creada.

Enmesarra, fue un dios de las leyes; su compañera era Ninmesarra; juntos controlaba o redactaron las ME (las leyes divinas). Estos dos dioses habitan hoy en el Kur, y eran conocidos como los ancentros de todos los dioses; son por tanto una forma de An-Shar y Ki-Shar.

An/Anu viendo el soplo fuerte de En-Lil, llenará el aire con los Utukki — los demonios —, mitad hombre y mitad aves; de número tal que llenan los cielos y de los cuales se conocen los nombres de: Muttabriqu (relámpago); Sarabda (siervo), Rabishu (escondido), Tirid (expulsado), Idiptu (viento); Bennu ( quien se adapta), Sidana (quien se tambalea), Miqit (el que acaricia), Bel Uri (señor del cielo); Umma (caliente fiebre); Libu (canalla); también se incluyen entre estos seres a los siete Gallu, que estaban generalmente ligados a las tempestades, y dice la leyenda que fueron enviados para llevar a Dumuzi al inframundo, todos ellos volaron más allá de las montañas y se instalaron en la tierra de Kur (el inframundo). Asag es un demonio monstruoso que causa enfermedades; descrito como algo tan horrible que su presencia hace hervir peces vivos en los ríos. Se dice que era acompañado en la batalla por un ejército de sus hijos, demonios de roca, nacidos de su unión con las propias montañas. Este demonio sería derrotado por Ninurta o por Ishkur. El demonio Han-Bi o Han-Pa no es otro que el propio Satanas; y sería padre de Pazuzu; asociado con la serpiente del mal que tentó a Adán y Eva tenemos a Dimpemekug el demonio de la tentación.

Los Edimmu o Ekimmu eran fantasmas de los que no habían sido enterrados correctamente y que venían como malos vientos a chupar el aire de los vivos. Un grupo de siete demonios fueron puestos luego al servicio del dios Nergal/Erra, y eran llamados Sebitti, los siete dioses guerreros; es posible también que se trataran de las almas de grandes guerreros que muertos en la lucha fueron recompensados por el rey de infierno y convertidos en sus heraldos.

Hubo dioses de otros pueblos que luego fueron transformados y absorbidos por la cultura sumeria, quedaron al servicio de los dioses del inframundo; destacan: Sumuqan, dios acadio del ganado, que paso a cuidar el ganado de Ereshkigal y que era conocido también como Shakka, Shakkan o Amakandu. La diosa Belet-Tseri, era una diosa acadia conocida como ‘reina del desierto’ y que se convirtió en quien llevaba el registro de los muertos que entraban en el inframundo. Belet-Tseri era esposa del dios de los nomadas amoritas, Amurru; otro dios pastor y de las tormentas, conocido también como Sadi Belu o Sade Bel (señor de la montaña) y que puede ser equiparado al dios Ishkur/Adad. Nisroch, un dios asirio de la agricultura que tenía cuerpo humano, con alas y cabeza de águila y cuidaba el árbol de la vida; adorado por los habitantes de Nínive, donde se lo identificaba con Nusku; fue equiparado al demonio hebreo Belfegor, y este a su vez venia del dios Moabita de la región de Pe’or; llamado simplemente Baal-Phegor (señor de Pe’or). El demonio Druaga provenía del dios Ahriman (un dios persa) conocido también como Angra Mainyu y que era el opuesto a dios Ahura Mazda, literalmente «El gran sabio»; y en el dualismo zoroástrico, Angra Mainyu es el destructor (Satanás).

 

Las tablillas de barro hacen mención de un grupo de dioses menores, equiparables en poder a las ninfas y los sátiros griegos, que eran siervos de los dioses de la tierra y el cielo, y que cansados de tanto trabajo se pusieron en huelga y revelaron; por ello los dioses crearon a la humanidad para que les sirviera con sus ofrendas. Estos dioses menores, conocidos como Igigi, fueron expulsados de los palacios y se volvieron demonios.

Una de las tablillas de barro habla de como siete demonios creados por An/Anu atacaron a los hijos y nietos de En-Lil en los cielos. Estos hechos ocurrieron tras el regreso de En-Lin del Kur y donde su hijo Nannar/Sin (dios de la Luna) y los hijos de este: Utu/Shamash (El sol) e Inanna/Ishtar (Venus) subieron a los cielos y dieron paso a la medición del tiempo.

Los nombres de los siete demonios no son descritos en las tablillas, pero en la mitología caldea los siete dioses del mal fueron conocidos como Shedu, siendo representados en forma de toro alados. La apariencia de las furiosas tormentas, de esos dioses del mal, despiadados demonios, que en la bóveda del cielo fueron creados son descritos como sigue:

De estos siete, el primero es el viento del Sur …

El segundo es un dragón, cuya boca al abrirse no se puede medir…

El tercero es un leopardo sombrío, que se lleva a los jóvenes …

El cuarto es un terrible Shibbu (lazo que envuelve) …

El quinto es un furioso lobo, quien no conoce el miedo,

El sexto tiene tal desenfreno … que marcha en contra de los dioses….

El séptimo es una tormenta, un viento maligno, que trae venganza…

Al oscurecerse el brillante Nannar/Sin en los cielos (eclipse), En-Lil envía a su hermano Nusku por la ayuda de En-Ki, juntos todos los hijos y nietos de An/Anu vencen a los demonios; aunque Nannar nunca se recuperó del todo y es por ello que la Luna ya no brilla por si misma y solo refleja la luz de su hijo Utu, el sol.

Quiénes eran estos demonios; el primero, una tormenta del sur puede tratarse del demonio Han-Bi o Han-Pa , que no es otro que el propio Satanas; El segundo es un dragón, cuya boca al abrirse no se puede medir (puede tratarse del dragón Leviatán, la gran serpiente marina; o también hacer referencia al demonio hebreo Asmodeo que cabalga sobre un dragón y es el demonio de la lujuria que desposo a Lilith). El tercero es un leopardo sombrío, que se lleva se los jóvenes (entre los hebreos es equiparable al demonio Sidragasum/Bitru/Sytry, que tienta a los jóvenes al sexo) El cuarto es un terrible Shibbu, un lazo, que podemos vincular a los tornados (Samael en la mitología hebrea es el ángel de la muerte y el envenenamiento, amante de Lilith, lo identifican con el espíritu que se ocultó tras la serpiente para seducir a Eva; era representado empuñando una espada o un arco. Su nombre puede estar relacionado con la palabra del alfabeto hebreo samech, que se interpreta por ‘serpiente’ o con la palabra samiel o simún, que es el viento del desierto). El quinto es un furioso lobo, que no conoce el miedo (entre los hebreos Andras es un demonio con cabeza de búho, cuerpo desnudo de ángel alado, que cabalga sobre un lobo negro; es el espíritu de la ira y las discordias). El sexto va desenfrenado en contra de los dioses y no hablamos sino de la diosa Lamashtu o Labartu (en sumerio Dimme) un demonio femenino mesopotámico que luego fue asimilado por Lilith. Lamashtu era considerada hija de Anu, el dios del cielo, y a diferencia de sus compañeros demoníacos, ella hizo la maldad por su propia voluntad; seduciendo a los hombres, dañando a las mujeres embarazadas, a las madres y a los recién nacidos, bebiendo su sangre y causando la enfermedad y la muerte. Ella es en el mito mesopotamico compañera de nuestro último demonio, el séptimo descrito como una tormenta o viento maligno seco que arrastra a las plagas (langostas) no es sino el demonio Pazuzu.

Dos demonios de Mesopotamia tienen una estrecha relación con Lamashtu/Lilith; Alu era originalmente un demonio asexual, que se hizo en los atributos femeninos, pero más tarde se convirtió en un demonio masculino. Alu le gustaba de vagar las calles como un perro callejero por la noche y meterse en las habitaciones de las personas mientras dormían para aterrorizarlos. Se le describía como mitad humano y mitad demonio. En la tradición judía era llamado Ailo, y se decía que era una hija de Lilith, que ha tenido relaciones sexuales con un hombre. El otro demonio era Gallu, cuyo nombre era también utilizado como un término general o nombre múltiples demonios o de un grupo de ellos. Gallu aparece como Gello , Gylo o Gyllou en la mitología bizantina y es un demonio femenino que robaba a las madres los niños. Entre los Judíos, Gilû era considerado un nombre secreto para Lilith.

Mitos del oriente próximo (11) Llueve, llueve, llueve y sigue lloviendo

Han pasado más de mil años y la humanidad puebla la tierra, sus voces llegan al cielo, así como los dioses molestaron con sus voces a los dioses antiguos, hoy son las voces humanas son las que molestan a los dioses; sobre todo En-Lil que tiene problemas para dormir.

En-Lil, llama a su hijo Nergal, ahora rey de los infiernos y le dice que haga subir a la tierra a su ministro Namtar (la peste). La plaga estalla, pero los hombres apelan a su creador el dios En-Ki/Ea para que le ayude. Este dice que dejen de rezar a sus dioses personales y comience a rezar y a ofrecer sacrificios al dios de la plaga; Namtar ante esa adoración se retira.

Pasan más de mil años y la humanidad recuperada se ha multiplicado hasta que sus voces molestan a En-Lil nuevamente. Esta vez En-Lil decide una sequía para reducir el número de habitantes, y ordena a su hijo IshKur/Adad, el dios de las lluvias, que contenga las aguas y provoque la sequía y el hambre. Nuevamente los hombres apelan a En-Ki/Ea, y él les aconseja concentrar la adoración en Adad; que se siente avergonzado, y libera las aguas de lluvia.

Pasan más de mil años nuevamente y el ruido se hace enorme. Esta vez, En-Lil quiere asegurarse que ningún dios pueda debilitar su resolución, decide usar su gran arma, el Amaru (el diluvio). En-Ki/Ea previene a Ziusudra, el Noe sumerio (Utnapishtim para babilonios o Atrahasis para acadios) de los planes de En-Lil. Atrahasis construye un barco, introduce su familia y lo llena con cada tipo de animal y planta para sobrevivir. Empiezan las lluvias y las aguas suben. La tormenta y la inundación acaban con los hombres y el resto de los dioses se molestan con En-Lil por privarles de su fuente de alimento (los sacrificios). Después de siete días y noches de lluvia (no los cuarenta de la Biblia), la inundación disminuye, Atrahasis desembarca y ofrece un sacrificio. Los dioses hambrientos aceptan el ofrecimiento.

En-Lil descubre el barco y está furioso, sabiendo que sólo En-Ki/Ea podría haber sido bastante inteligente para pensar con este nuevo truco. En-Ki/Ea admite que él advirtió a Atrahasis para poder asegurarse que la vida fuera conservada. En-Ki/Ea persuade a En-Lil de adoptar un plan menos drástico para tratar con el problema demográfico. En-Lil, que ya no era rey de los dioses, tiene finalmente que ceder. Al final En-Lil concede la inmortalidad a Ziusudra y a su mujer, como parte de pago por la destrucción de la raza humana y En-Ki/Ea y Nin-Mah vuelven a su trabajo de alfareros de la humanidad.

Aunque En-Lil buscara la destrucción de la Humanidad con el Diluvio, tras estos hechos buscó la paz con el género humano, se convertiría en un dios amable que concedía favores, y dio a la humanidad el conocimiento de la agricultura, junto con el del arado y el pico, labor encomendada a su hijo Ninurta. A En-Lil se le permitió elegir a los reyes que tenían que gobernar a la humanidad, que eran los servidores del dios y a los que se les confiaba la administración de las leyes divinas de justicia. Así pues, los reyes sumerios, acadios y babilonios abrían sus libros de leyes y las señalan como recibidas de En-Lil, ello confería legalidad al gobernante y delimitaba sus funciones. Incluso el famoso código de Hammurabi, rey que reconocía a Marduk como dios nacional de Babilonia, afirma al inicio del código legal que «Anu y Enlil me nombraron para promover el bienestar del pueblo… para hacer que la justicia prevalezca en la tierra».

Por su parte para controlar a la población En-Ki/Ea y la diosa de la matriz Nin-Ti deciden que de allí en adelante un tercio de las mujeres no dará a luz satisfactoriamente (abortos) y se traen de los infiernos a los demonios Pasittu y Lilitu que arrebatarán a los bebés de los regazos de sus madres.

Pasittu se compara al demonio Pazuzu, que representaba al viento del suroeste, que traía las tormentas, pero que también era el portador de la peste y las plagas, del delirio y de la fiebre. Pazuzu se le representaba con cuerpo de hombre, cabeza de león o perro, cuernos de cabra en la frente, garras de ave en vez de pies, dos pares de alas de águila, cola de escorpión y pene con forma de serpiente, suele mostrarse con la palma de la mano derecha hacia arriba y la izquierda hacia abajo; una posición para indicar la vida y la muerte, o la creación y la destrucción (fue el demonio de la película «El exorcista«).

Su consorte fue el demonio Lamashtu o Labartu un demonio femenino que se alimentaba de recién nacidos. Las madres usaban amuletos con la figura de Pazuzu para detener a su consorte. Lamashtu se le representaba con cuerpo peludo, cabeza de leona (a veces de pájaro) con orejas y dientes de burro, largos dedos con uñas también largas, y patas de pájaro con garras afiladas. A menudo se la muestra montando un burro y amamantando un perro con el pecho derecho y un cerdo en el izquierdo, mientras sostiene serpientes bicéfalas en ambas manos.

Pasittu/Pazuzu y Lamashtu/Labartu son comparables a los demonios acadios Lilu y Lilitu (Kiskill-lilla para los Mesopotamicos); considerados como peligrosos para el embarazo y los recién nacidos; fueron vistos también como los espíritus de disfunción sexual y la esterilidad. Lilitu sería importada a la mitología hebrea como Lilith, demonio de la desolación, la obsesión y la locura; fue según el mito hebreo la primera mujer de Adán y terminó en mezcla de vampiro y súcubo de la antigüedad. Hay que recordar que la palabra «Lil» se traduce como viento; todos estos demonios se vinculan a los vientos y serán la base para los genios árabes; los Djinns e Ifrits eran genios del aire.

Otros demonios de la enfermedad son Ahhazu (Achchazu, Akhkhazu) es un demonio femenino acadio, llamado por los sumerios Dimme-Kur; acompañada por Alauwaimis, ambos son los responsables de las pestes y las fiebres; y acompañan o se asemejan a la pareja Lamashtu/Labartu/Lilitu y Pasittu/Pazuzu/Lilu, que son las esterilidad y disfunciones sexuales.

Otros demonios son:  Han-Bi o Han-Pa es un dios del mal, equiparado al Satanás bíblico. En Alu tenemos al demonio de la oscuridad y el silencio; es el eclipse que cubre a sol, es la tormenta que oscurece el cielo.  Dimpemekug es el demonio de la tentación. Druaga era otra deidad del inframundo; asociado a Ahriman (un dios persa), era un ser con ocho brazos con garras y tiene cuatro piernas terminadas en un grupo de serpientes; en su honor se sacrificaban vírgenes, cuyas almas llenaban el rubí de su pecho y se volvían sus siervas (súcubos y vampiros). Otros demonios vinculados a los vientos, tormentas y enfermedades eran los Gallu, siete demonios que fueron enviados para llevar a Dumuzi al inframundo y fueron representados por las Pleyades. El demonio Nisroch fue equiparado al demonio hebreo Belfegor, era inicialmente un dios asirio de la agricultura; formaba pareja con Kelen o Kellen, juntos son los demonios que auspician los adulterios, los incestos y todas las demás manifestaciones del amor ilícito, incluida la homosexualidad, que nunca ha sido bien vista en toda la región.

Grandes Cuentos de Hadas (11) La fierecilla domada y el orgullo castigado.

«La fierecilla  domada» es una de las obras más populares de William Shakespeare, de fecha desconocida, (el dramaturgo escribió sus obras entre la última década de siglo XVI a las dos primeras del siglo XVII), la obra es conocida en ingles como The Taming of the Shrew, cuya traducción sería «La doma de la bravía/furia/arpia (Domando a la brava)«.

Es una obra compleja, ya que se trata en realidad de una obra dentro de otra; la obra principal cuenta como un señor y sus criados agasajan a su supuesto gran señor, que no es en realidad sino un pobre borracho al que han recogido de la calle y a cuya costa han decidido divertirse durante un tiempo; dentro de esta historia, se narra la historia de Catalina Minola, chica arisca que espanta todos los pretendientes; el problema lo sufre Blanca, su joven hermana, cuyo padre, Bautista Minola, niega a casar antes de que se case la mayor. La llegada de Petruchio, un joven ambicioso y despreocupado da la oportunidad a los pretendientes, Hortensio, Gremio y Lucencio de poder acceder a conquistar a la hermana menor.

Aunque la obra del dramaturgo ingles abarque varios dramas, la idea central es domar a la orgullosa. Esta idea no es nueva, existen por toda Europa y en otras regiones versiones equivalentes. Una de las más antiguas en España es la del Infante Don Juan Manuel, que el siglo XIV escribió los cuentos del conde Lucanor, y en el cuento XXXV nos narra la historia de «Lo que sucedió a un mancebo que casó con una muchacha muy rebelde«.

Más contemporánea con William Shakespeare es «el castigo al orgullo« de Giambattista Basile, escrita entre 1634/1636, es una primera versión italiana de lo que sería el modelo a seguir en el resto de Europa, posteriores a ella tenemos la famosa versión alemana «Rey Thrushbeard« de Jacob y Wilhelm Grimm (1812/1819), «el porquerizo« de Hans Christian Andersen en 1838 y «La Miga en la Barba«, un anónimo italiano compilado por Thomas Frederick en 1885 por citar algunos. Es de observar que las versiones famosas son del siglo XIX.

Las historias más conocidas las incluimos a continuación:

La historia

En la tradición de los cuentos de hadas la historia ocurre de forma ligeramente diferente a la obra teatral. Al igual que en obra teatral un padre desesperado (rey de algún reino / la obra teatral es un mercader muy rico) no sabe que hacer con una hija (la princesa orgullosa) que desprecia a todos los pretendientes; humillándolos a todos, y sobre todo a uno en particular, y este rey humillado jura venganza. El rey burlado regresa tiempo después disfrazado de mendigo, jardinero, panadero, u otra profesión de bajo nivel; en este punto hay dos versiones principales, la más común es que el rey disfrazado muestra tesoros a la princesa, y para obtenerlos ella permite entrar a hombre a sus aposentos; ya sea porque se enamora, o porque es violada, la princesa reconoce su error y abandona el hogar para evitar la furia del padre, que al saber que ella ha despreciado reyes, sin embargo  se une con plebeyos. En segundo caso el padre molesto por el carácter de la hija la casa con el primer mendigo que pase por su puerta. A partir de este punto las historias convergen. La joven es arrastrada al reino del rey disfrazado y él la hace vivir penurias y hambre, la obliga a trabajar como sierva del palacio por sobras de comida y la induce a robar una y otra vez, siendo descubierta y humillada en publico en cada caso. Cuando la joven se arrepiente de haber sido tan orgullosa, su esposo/amante le confiesa la verdad y ella reconoce que el orgullo es mala compañía y nunca más lo vuelve ha cometer.

Hay también algunos aspectos que comparten la mayoría de las historias:

  • Tras haber sido insultado por la princesa orgullosa el rey/príncipe regresa disfrazado de mendigo, trovador ambulante u otra profesión pobre y tienta a la princesa al pasar por su balcón y mostrarle tres objetos: suelen ser tres prendas o una rueca con sus soportes y un estambre dorado; en la mayoría de las situaciones el joven pide como pago por los objetos dormir en los aposentos de la princesa, en la entrada, el vestíbulo y finalmente dentro de la propia habitación. La imagen de prendas o del objeto que las fabrica nos habla de deseos prohibidos (recordemos la bella durmiente tentada y muerta por una rueca), la rueca también es signo de destino y desgracia, la rueca era usada por las brujas y las parcas para simbolizar el destino.
  • Tras ser expulsada de palacio, arrastrada por su nuevo marido la princesa recorre junto a su nuevo marido por un bosque, un campo y finalmente llega a una bella ciudad coronada por un gran palacio. En todas las oportunidades pregunta quien es el dueño de esas tierras, a lo que el mendigo responde con el apodo cruel que ella dio al rey. Finalmente termina llegando a una cabaña en el bosque cercano, al igual que Blancanieve la cabaña en el bosque representa el lugar para el nuevo aprendizaje.
  • En su nueva vida debe aprender a cocinar, hacer el fuego y limpiar la cabaña; pero el marido le impone ademas de tareas domesticas otras para poder ganar el sustento; por lo general son hilar juncos para hacer cestas, cocer ropa y finalmente vender cerámicas (platos y ollas) en el mercado. Todas labores destinadas a la mujer.
  • Las desgracias no terminan aquí, a no poder con las labores anteriores, termina trabajando como sirvienta en el palacio; tres labores debe aprender, por lo general cocinar sopa, hacer salchichas y cocer ropa o servir de maniquí para los sastres reales, en todas las oportunidades debe robar comida o trozo de tela, en todas las oportunidades es descubierta y humillada por ladrona
  • Aunque la versión final es la misma, ocurren dos versiones distintas, en una al robar sopa, se asoma a la fiesta en palacio y el rey/príncipe la obliga a bailar en el salón derramado toda la sopa y la consiguiente humillación, al tratar correr de la vergüenza es detenida por el amante que confiesa su engaño, tras haber ella aprendido la lección. En una segunda versión la novia real no llega y ella (al tener las medidas apropiadas del traje de novia) debe reemplazarla. En el baile mira por la ventana como la cabaña del bosque se incendia; trata de correr a rescatar a su marido cuando es detenida por el rey/príncipe con el final conocido. Al igual que con la mayoría de las princesas encantadas, al aprender todo lo nuevo, abandona la cabaña e inician una nueva vida.

Y al igual que la mayoría de los cuentos el número tres está presente en todas partes, tres objetos tientan a la orgullosa, tres lugares recorre en su viaje, tres tareas realiza en su nuevo hogar y tres en el palacio, tres veces roba y es descubierta y humillada; tres son las etapas de la vida: pasado, presente y futuro; tres son las labores encomendadas a la mujer: cocinar, tejer y mantener el fuego del hogar.

Razones históricas del concepto

Uno puede preguntarse porque no hay un equivalente masculino, un príncipe orgulloso, que caiga y sea humillado por su orgullo; porque debe ser siempre una bella (eso una condición en todas las historias) y orgullosa princesa la que debe ser domada. En todas las versiones es el orgullo en la mujer el  que debe ser extirpado a la fémina haciéndola sufrir grandes penurias e incluso hambre o castigos. Si uno observa las fechas de las versiones más famosas, la gran mayoría son del siglo XIX, en plena era victoriana; donde la mujer estaba relegada al hogar y a tender a los niños y servir al marido, que trabajaba a canto y sol para mantener el hogar. Eso no es motivo o excusa suficiente para justificar la historia, hay versiones más antiguas y en distintas culturas, desde que adoramos a un único dios (judíos, cristianos o musulmanes) todos han relegado a la mujer a la casa. ¿Por qué el orgullo y por qué en la mujer bella (nunca se habla de una mujer fea)?.

Podemos pensar en dos razones importantes, la primera es que de los pecados, el orgullo es para muchos el más grave; recordemos que el ángel predilecto de dios, Lucifer, cayo por orgullo. La segunda es de la tradición judeocristiana, Eva (la primera mujer) cometió el primer pecado e indujo a Adán, el primer hombre a pecar contra Dios.

Pero los mitos hablan de que hubo otra mujer primero, Lilith, quien no acepto estar bajo la sombra del primer hombre (ser sumisa en el sexo), por ello abandono a Adán y fue luego castigada por el dios judío y transformada en un demonio, el primer vampiro. Bajo este concepto el orgullo libera a la mujer de estar bajo la sombra del hombre y eso en toda sociedad machista no puede ser tolerado.

Dios luego creó a la sumisa Eva de una costilla de Adán, al haber sido creada del hombre ya estaba condenada a estar sometida, cosa que no ocurrió con Lilith. En cualquiera de los dos casos esas dos hembras primordiales fueron condenadas, Lilith al desear libertad fue desterrada a ser un monstruo nocturno; Eva, al ser sumisa fue fácilmente engañada por el dragón.

Hoy al igual que con el cuento de Barba Azul, los cuentos sobre princesas orgullosas sometidas a designios del marido han perdido vigencia; podemos culpar de ello al movimiento feminista, pero también debemos recordar que sin la mujer no habría hombres, ambos son las dos caras de una misma moneda. No pueden separase, sin el uno el otro no existiría. Hoy las dos mujeres primordiales del mito hebreo renacen, Lilith ya no es un demonio, sino es vista como ejemplo del modelo a seguir, es la imagen del feminismo moderno; Eva por su parte es reivindicada; su unión con Adán da fundamento concepto de matrimonio religioso y lo trascienden en el Catolicismo al anunciar el matrimonio de Cristo con la Iglesia, así Eva no era una mujer si no la vida y al unirse con Adán (la humanidad) se crearían los habitantes de la tierra.

Animales en los cuentos de hadas (3) Simbolismo del búho y la lechuza

Su característica nocturna y rapaz ha tendido al igual que con el cuervo una connotación siniestra. Su aspecto de ojos grandes y plumas que parecen orejas o cuernos les da esa apariencia temida. Su aullar pronostica mal augurio, si el búho es blanco es señal de una pronta muerte. Si canta cuando hay un parto, el niño por nacer morirá a los pocos días.

En México al búho se le conoce como Tecolote o Teco derivada de la palabra nahuatl tecolotl, nombre dado en el folclore mexicano a las brujas y brujos que tienen la capacidad de transformarse búhos y lechuzas para velar el sueño de sus víctimas o poder agarrar niños mientras duermen, que sacrificaran luego a sus dioses. En los pueblos indigenas de México es considerado como signo de la muerte y de los malos presagios, representando a varios dioses principalmente del inframundo, destacando Chalchiutecélotl (Chalchiuhtecolotl – precioso pavo nocturno),  dios de la pestilencia y el misterio.

El demonio femenino Lilith está relacionado con los búhos, describir el grito de este demonio/vampiro de la antigüedad sólo es comparable con el canto del búho; así el búho paso a ser  una de las  formas que adoptaba el demonio. El búho, fue asociado por romanos y griegos con las Strix (Stryx), eran aves nocturnas legendarias asociadas a la mala suerte, que se alimentaban de la carne humana y la sangre. Las lamias griegas heredarían esta imagen y serían la base para los futuros vampiros europeos.

La imagen con la muerte y la mala suerte se mantiene en Chile, Argentina y en países tan distantes como Japón. En Rumanía su canto es signo de una pronta muerte y los romanos señalaban que ver volar de día a esta ave nocturna era señal de mala suerte. Pero pese a estas creencias muchas personas tienen y colocan en sus casa amuletos con apariencia de búhos para protegerlas de los maleficios. Es por tanto una imagen dual, temida y venerada; quizás un poco de que el fuego se puede detener con fuego.

En los cuentos las lechuzas (o los búhos) son el símbolo de sabiduría oculta, este era el animal sagrado de Atenea (Minerva) diosa de la inteligencia. Al igual que con el cuervo, los búhos y lechuzas traen señales de cambio, la muerte de los protagonistas de los cuentos de hadas son el símbolo del paso de un estado de conocimiento a otro más alto, igual el búho y la lechuza implican que se debe avanzar a un nuevo estado de conocimiento.

En la obra «La espada en la piedra» de Walt Disney (1963) basada en el cuento homónimo de T. H. White, Arquímedes, el búho sabio y cascarrabias del mago Merlín equilibra y muestra cordura ante las esperanzas a futuro de un Merlín moralizante sobre el niño Arturo que no tiene más aspiraciones en la vida que ser escudero. El búho es la inteligencia sensata que busca encontrar un equilibrio ante un futuro con muchos posibles caminos a elegir.