Nyx era la diosa de la noche, uno de los antiguos Protogenos (los dioses elementales primogénitos). En la cosmogonía de Hesiodo ella nace del Aire (Caos), y engendra con el dios de la Oscuridad (Érebos) a la Luz (Éter) y la diosa del Día (Hemera) y a Eros (el amor), primeros componentes del universo prístino. Luego tuvo una miríada de espíritus oscuros, que incluyen a: los Destinos (Moiras/Parcas y Moros/Fatum), los Sueños (Hipno/Somnus, Morfeo y los Oneiros/Somnia), la Muerte (Tanatos/Mors y Ker/Letum), la Disputa (Eris), las venganzas (Nemesis/Envidie y Erinias/Furias), el odio (Estigia), las Herperides (diosas del atardecer), y Caronte. Se disputa la maternidad de: Dolos (la Astucia), Deimos/Metus (miedo), los dolores (Algeas) y Ponos (labor) con algunos de sus hijos.
Otros daimones (demonios) señalados como hijos suyos son: Momo/Querella (Sarcasmo), Oizys (miseria), Geras/ Senetus (vejez), Hybris (petulancia, violencia), Apate/ Fraus (Fraude), Anaideia (provocación), Adikia/ Adicia (injusticia) y Pertinacia/ Obstinancis (obstinación); hijos suyos pero de naturaleza más amable se incluyen: Filotes/Amicitia/Gratia (amistad), Sofrosina/ Sobrietas (Continencia, templanza), Epifrón (prudencia) y Eleos (misericordia), todos espíritus encerrados por los dioses en la Caja de Pandora y liberados por la joven, para cubrir de males el mundo y explicar el porque los dones y las virtudes han abandonado a la humanidad.
Los daimones (poder) incluye a seres como: Átê (locura ciega), la Discordia (Eris), los miedos (Deimos y Fobos), el Tumulto (Kydoïmós) y hasta el mismo Ares (el Destructor). Se les llama dioses, pero carecen de personalidad e individualidad, ya que no constituyen sino un poder de cierto tipo. Son personificaciones y/o alegorías. En Grecia se acabará produciendo una progresiva evolución del concepto del dáimôn primitivo, dándole rasgos primitivos e irracionales que llevan a identificar al daimon con el genio que cada persona parece poseer dentro.
Los Griegos helenísticos dividieron a estos daimones (demonios) en las categorías buenas y malas: agatodemones y cacodemones, respectivamente. Agatodemones se parecen a la idea judaica del ángel de la guarda; o con el genio romano quien acompaña a una persona y la protege. Los cacodemones, no serían otros que los ángeles caídos a los que se refiere la tradición judeo-cristiana. Tal es el caso de Lucifer, príncipe de los demonios, que el cristianismo identifica con Satanás, si los primeros son las alegorías de las virtudes, los segundos son las alegorías de los pecados.
Momos/Momus/Momo/Querella
Momo era el dios (daimon) de la burla, el reproche, el ridículo, el desdén, la queja, la censura y la crítica picante. Él fue expulsado de los cielos por ridiculizar los dioses. A Hefesto le criticó que no dejó en los hombres una puerta en su pecho para poder ver sus verdaderos sentimientos, y a Afrodita que era parlanchina. Su opuesto era Eufeme/Aglaya (la carite de la Alabanza). Se hace a Momo hijo de Nix (sola), de Nix y Erebo, e incluso se le hace hijo de Nix y Hipnos (el sueño). Hoy Momo vive como el espíritu del carnaval moderno.
Oizys
Oizys era el espíritu (daimona) de la miseria y las penas, el dolor y el sufrimiento, aunque similares a las Algeas (espíritus femeninos del pesar y dolor físico o emocional), las Oizys eran demonios de la angustia y la tristeza.
Apate/Fraus
Apate era el espíritu (daimona) del engaño, astucia, fraude y decepción. Su colega masculino era Dolos el daimon de engaño y supercherías. Ella también era una compañera de los Pseudologos (las Mentiras). Su opuesto era Alethia el espíritu de verdad.
Geras/Senectus
Geras era el espíritu (daimón) de la vejez, uno de los espíritus malévolos hijos de Nix. Es representado como un hombre viejo, diminuto y arrugado. El número opuesto era la diosa de juventud, Hebe (hija de Zeus y Hera).
Hybris / Hybreos / Petulantia
Hybris era la diosa o espíritu (daimona) de la insolencia, la violencia, la perversidad, el orgullo temerario, la arrogancia, desmesura y el ultraje en general. Los romanos la personificación como Petulantia.
Esopo, Cuenta en sus fábulas (siglo IV a.C.):
Los dioses se casaron. Uno después de otro, ellos todos se juntaron en parejas, hasta que finalmente fue tiempo para Polemos (un dios/daimon menor de la guerras civiles), el último de los solteros, para encontrar su compañera. Hybris (violencia) se volvió su esposa, para entonces ella era la única mujer sin un marido. Se dice que Polemos amó Hybris con tal abandono que él todavía la sigue por todas partes que ella va. Así nunca le permita a Hybris venir a las naciones o ciudades de humanidad, ya que mientras ella sonríe tiernamente a las muchedumbres, Polemos (la guerra civil) estará viniendo justo detrás de ella.
Anaideia
Anaideia es el nombre dado a la daimona o espíritu de la desvergüenza y la provocación. Hija probablemente de Nyx o Eris, compañera de Hybris (la violencia). La Anaideia constituye uno de los tres rasgos básicos de la figura de los filósofos cínicos, junto con la adiaphoría o distintividad y la parresía o franqueza y libertad en el hablar. Es la Anaideia la que lleva a la comparación de estos filósofos con los perros de donde deriva la palabra cínico; ya que como estos nobles animales que viven con los humanos pero mantienen sus costumbres naturales, los filósofos cínicos se comportan sin pudor, con irreverencia y desparpajo, siguiendo la satisfacción de sus necesidades tanto físicas como espirituales.
Adikia/Adicia
Adikia es el espiritu (daimona) de la injusticia, su nombre significa opuesto a Dike (Diosa de la justicia), se le hace hija de Eris o de Nix. Es representada como una fea figura, siendo estrangulada por Dike, la diosa de la justicia. Esta imagen hace referencia a al gobierno de Cípelos, un rey de Corinto, hijo de Eetión y de una noble corintia de la familia dórica de los Bacchiadae llamada Labda. La madre de Cipselo no era muy agraciada, por lo que no pudo casarse con ningún miembro de la aristocracia. Su matrimonio con Eetión fue tranquilo hasta que un oráculo les dijo que tendrían un hijo que gobernaría Corinto con justicia. La familia reinante de los Bacchiadae planeó asesinar al niño por su propia seguridad, pero los intentos resultaron infructuosos. Cuando Cipselo llegó a adulto llegó a ser el Polemarca, (encargado del ejército). La guerra que Corinto mantenía con Corcira y Argos estaba haciendo muy impopular el gobierno de los Bacchiadae, circunstancia que aprovechó para erigirse en adalid de la causa de los plebeyos e iniciar una rebelión en la que se expulsó a los Bacchiadae y tras la que se proclamó tirano de la ciudad. Al principio de su reinado cometió algunos crímenes para contrarrestar la oposición que le seguían haciendo los anteriores gobernantes, pero después fue un rey muy querido por su pueblo, sintiéndose tan seguro en su ciudad que rehusó llevar guardia personal (de hecho, falleció de muerte natural). Su reinado se prolongó durante treinta años, y fue sucedido por su hijo Periandro.
Pertinacia/Obstinancis
Pertinacia es la daimona de la obstinación, la terquedad, la tozudez, la testarudez. La negligencia, la rendición y la resignación. La obstinación es la voluntad que se afirma sin poder justificarse; es la persistencia sin motivo plausible, es la tenacidad del amor propio que se constituye en tenacidad de la razón o de la conciencia. La obstinación engendra todo mal, ya que la pobreza espiritual produce la obstinación al no creer fácilmente en lo que está más allá de lo que alcanzamos a ver, cerrándonos a otras posibilidades.
Filotes/Filia/Amicitia/ Gratia
Filotes era el espíritu (daimona) de la amistad y afecto. Su opuesto eran los Neikeas (las peleas). Alternativamente Filotes era la daimona de la comunicación sexual. Hoy Filia es un cultismo del griego que se usa para la composición de numerosos vocablos en español, especialmente como sufijo. Estos neologismos hacen referencia a fenómenos psicológicos en los que predomina la afectividad, pudiendo ir desde lo patológico a lo normal. Ejemplos: Homofilia: atracción sexual por una persona del mismo sexo; Ninfofilia: atracción sexual de un adulto por una adolescente, Zoofilia: atracción (sexual) por los animales, etc.
Sofrosina/ Sobrietas
Sofrosina en la mitología griega era la diosa o espíritu (daimona) de la moderación, el autodominio, la templanza, el refrenamiento, y la discreción.
Ella fue uno de los espíritus buenos que escaparon la caja de Pandora cuando la mujer alzó la tapa y huyó al Olimpo, abandonando la humanidad. Teognis, poeta griego (siglo VI a.C) cita:
Elpis (esperanza, Spes para los romanos) es la única diosa buena que permanece entre la humanidad; los otros que salieron y se fueron al Olimpo. Pistis (la Confianza), un dios poderoso ha ido, Sofrosina (la templanza) ha abandonado a los hombres, y junto con las Carites, mi amigo, han abandonado la tierra. Los juramentos judiciales de hombres son ningún más largo ser confiado, nadie venera los dioses inmortales; la raza de hombres píos ha perecido y los hombres ya no reconocen las reglas de conducta o actos de piedad.
Lucio Apuleyo, escritor romano de siglo II d.C nos cuenta en su obra «El Asno Dorado» como Afrodita furiosa con su hijo Eros por el problema con Psique exclama:
¡Honesta cosa es, y que cumple mucho a nuestra honra y a tu buena fama lo que has hecho! ¿Te parece buena cosa menospreciar y tener en poco los mandamientos de tu madre, que más es tu señora, dándome pena con esos sucios amores con mi enemiga, la cual en esta tu edad pequeña juntaste contigo con tus atrevidos y temerarios pensamientos? ¿Piensas tú que tengo yo que sufrir por tu amor a nuera que es mi enemiga? Pero tú, mentiroso y corrompedor de buenas costumbres, ¿presumes que tú sólo eres engendrador de amores, y que yo, por ser ya mujer de edad, no podré parir otro Cupido? Pues quiero ahora que sepas que yo podré engendrar otro mucho mejor que tú, y aunque, para que más sientas la injuria, adoptaré por hijo a alguno de mis esclavos y servidores; y le daré yo alas y las llamas del amor con el arco y las saetas, y todo lo otro que te di a ti, no para estas cosas en que tú andas, que aun bien sabes tú que de los bienes de tu padre ninguna cosa te he dado para ese negocio; pero tú, como desde muchacho fuiste mal criado y tienes las manos agudas, muchas veces, sin reverencia ninguna, tocaste a tus mayores, y aun a mí, que soy tu madre. A mí misma digo que, como parricida, cada día me descubres y muchas veces me has herido, y ahora me menosprecias como si fuese viuda, que aun no temes a tu padrastro, el dios Marte, muy fuerte y tan grande guerrero. ¿Qué no puedo yo decir en esto que tú muchas veces, por darme penas, acostumbraste a darle mujeres? Pero yo haré que te arrepientas de este juego, y que tú sientas bien estas agrias y amargas bodas que hiciste, como quiera que esto que digo es por demás, porque te burlabas de mí. Pues ¿qué haré ahora, o en qué manera castigaré a este bellaco? No sé si pida favor de mi enemiga Sobrietas (la Templanza), la cual yo ofendí muchas veces con la lujuria y el vicio de éste; como quiera que sea, yo pienso ir a hablar con esta dueña, aunque sea rústica y severa; pena recibo en ello, pero no es de desechar el placer de tanta venganza, y por esto yo le quiero hablar, que no hay otra ninguna mejor que castigue a este mentiroso y le quite las saetas y el arco y le desnude de todos sus fuegos de amores; y no solamente hará esto, sino que a su persona misma atará con fuertes remedios. Entonces pensaré yo que mi injuria está satisfecha cuando le raspe de la cabeza aquellos cabellos de color de oro, que muchas veces le atavié con estas mis manos, y cuando le trasquile aquellas alas que yo en mi falda le unté con ambarina y almizcle muchas veces.
Epifron
Epifron era el daimon (daimon) de la prudencia, la agudeza, la atención, el esmero y la sagacidad.
Eleos
Eleos (o Eleus) era el espíritu (daimona) de misericordia, piedad y compasión. Su número opuesto era Anaideia (la Crueldad).