Cosmogonia 13.- Dioses Romanos (1° Parte) – Los panteones Etrusco y Sabino

Cuando pensamos en dioses romanos imaginamos a: Júpiter, Marte, Venus, Diana, Neptuno, …; sólo por citar algunos de ellos, y para los efectos son un simple renombre de los dioses griegos (Zeus, Ares, Afrodita, Artemisa, Poseidón…), sin la fuerza de los primeros. Jupiter está lejos del ser el conquistador de chicas, Marte, más que un dios iracundo y sin templanza, aquí es en sus orígenes un dios agrícola, Venus deja de ser tan vengativa con rivales y amantes indispuestos a sus avances sexuales; etc.; todos ellos son para los efectos una versión que ha pasado por una especie de censura de lo ‘políticamente correcto’.

Roma, sin embargo, tuvo sus propios dioses y cultos, y durante la expansión de su imperio simplemente absorbieron los cultos de los pueblos conquistados, asociando y vinculando los nombres de sus antiguos dioses a los mitos de estos pueblos absorbidos bajo la sombra de Roma; primero de latinos, sabinos, umbros y etruscos, luego se empaparon de los mitos griegos, hasta hacerlos propios; y esta idea de permitir los cultos foráneos hizo que en Roma fuera abierta a cultos extranjeros como los de: la Cibeles frigia, la Isis egipcia y el Mitra persa, que alcanzaron durante el Imperio una gran adoración, y es esa permisividad lo que toleró la llegada del culto de un carpintero crucificado que promovía la creencia en un único dios. Es en este punto cuando todo se fue para el carajo (para el resto de los cultos se entiende), ya que adorar a uno era más simple y rentable que adorar a muchos, y donde nunca se sabía a cual moléstate para culpar de tu mala suerte.

Hay que señalar que el pueblo romano tuvo sus orígenes por el 750 a.C., terminando su periodo monárquico cerca del 450 a.C.; siguió luego la república, que es cuando ocurrió la expansión de Roma y fue celebre por las guerras punicas (entre 264 a 149 a.C.), y que finalizó con la muerte de Julio Cesar y la posterior toma del poder de Augusto en el 27 a.C.; desde entonces se habló del imperio, que se mantuvo hasta el 395 d.C., cuando el emperador Teodosio lo divide en dos partes; la parte occidental cae finalmente menos de un siglo después en 476 d.C., mientras que el oriente sobrevive unos diez siglos más como imperio bizantino hasta sucumbir a manos de los turcos en el 1453.

El panteón etrusco

Para entender muchas de las divinidades romanas mayores, hay que buscar las raíces en los pueblos vecinos, entre ellos destacan primero los etruscos (quienes se denominaban a sí mismos como rasenna) y que habitaron la región centro-occidental de la Italia actual desde inicios de la edad de hierro (~1000 a.C) compartiendo/compitiendo territorio con pueblos vecinos como los umbrios, sabinos y latinos. Su mayor expansión ocurrió entre el 500 al 300 a.C., llegando hasta casi la actual Venecia y la isla de Córcega. Luego vino su declive y en los dos siglos siguientes fueron derrotados y absorbidos por los romanos, desapareciendo como pueblo totalmente cerca del 100 a.C.

La civilización etrusca tuvo un carácter básicamente urbano, y se desarrollaron siguiendo el modelo de ciudades-estado. No se puede hablar de un país etrusco unificado, ya que, aunque tenían la misma cultura, cada ciudad suponía un reino independiente que seguía sus propias directrices políticas.

La lengua etrusca no tuvo escritura hasta el siglo VII a.C. aproximadamente, coincidiendo con el momento que tomaron contacto con los alfabetos que usaban los griegos y los fenicios, por ello podemos ‘leer’ (deletrear) sus escritos dado el alfabeto adoptado por ellos, y así reconocer dioses y personajes de la mitología clásica tales como: Achle (Aquiles), Achlae (Aqueolo), Achmemrun (Agamenon), Achrum (Aqueronte), Aita (Hades), Aplu (Apolo), Areatha (Ariadna), Aritimi (Artemisa), Atlenta (Atalanta), Atunis (Adonis), Casntra (Casandra), Catmite (Ganímedes) y que los romanos llamaban Catamito; Cel (Gea), Cerca (Circe), Charun (Caronte), Easun (Jason), Ecapa (Hecuba), Ectur (Hector), Elinei (Helena), Erus (Eros), Esplace (Asclepio); Hercle (Heracles), el Hércules romano; Kastur (Castor), Letun (Leto), Meleacr (Meleagro), Metaia (Medea), Nestur (Nestor), Patrucle (Patroclo), Pecse (Pegaso), Pele (Peleo); Perse (Perseo); Phersipnai (Perséfone), Priumne (Priamo), Prumathe (Prometeo), Pultuce (Polux), Semla (Semele), Sisphe (Sísifo), Telmun (Telamon), Urphe (Orfeo), Urusthe (Orestes), Uthiste (Odiseo/Ulises), Thaitale (Dedalo), Vikare (Icaro) y Vilae (Iolao); e identifican al héroe Teseo como Estas; sólo por citar los más conocidos.

Es en este periodo de contacto con las culturas orientales (750 al 600 a.C.) que héroes griegos como Heracles pasaron a formar parte de los mitos etruscos, pero como su lengua no era indoeuropea, tenemos que ocurre que leer las letras no es igual a entender las palabras; lo que ha hecho que se recurra a las representaciones artísticas tanto en objetos, como en pinturas (murales), para conocer los mitos etruscos.

A saber la religión etrusca tenía muchos aspectos comunes a otras culturas mediterráneas, por ejemplo el sacrificar animales a los dioses y ver sus entrañas para predecir el futuro (como griegos y fenicios); un elaborado culto sobre la vida después de la muerte (similar al egipcio); pero a diferencia de los dioses griegos estos no estaban limitados a una forma y condición determinada, podían ser jóvenes o adultos según la historia que de ellos se contara; o bien cambiar de genero sin muchas complicaciones, y no tenían la misoginia que tuvieron los cultos griegos. Además daban mucha importancia al concepto de pareja, y ello explicaría la dicotomía presente en muchos dioses romanos posteriores con igual nombre y diferente sexo: Liber/Libera, Caco/Caca, …, o el Pales sabino, que podía ser varón, hembra o hermafrodita, según el cuento dado. Tenían además muchas diosas madres, y la idea de diosas vírgenes no existía; su diosa Mnerva (de donde viene la Minerva romana) en muchas representaciones etruscas amamanta y es acompañada por sus hijos; era también una diosa del clima, con poder sobre el rayo, y posiblemente una deidad lunar dado que presidía sobre los calendarios; aspectos que nada tienen que ver con su contraparte helénica y con la posterior versión romana.

El panteón etrusco tenía un complejo origen, y sobresalían dos tríadas divinas: una con carácter supraterreno, compuesta por Tinia, Uni y Mnerva, y la otra integrada por los dioses infernales.

Tinia (Tin, Tinh, Tins o Tina) era un dios celeste, y el más alto de la mitología etrusca, comparable en posición al Júpiter romano y al Zeus griego. Era el señor del trueno y el rayo, de las tormentas, el día y el cielo mismo. Bajo del nombre de Veltha (Velthume, Voltumna) se le pone también como un dios de la tierra o los campos, señor de las estaciones, era una deidad ctonica vinculada a los mitos de muerte y resurrección de la naturaleza, y que los romanos latinizaron como Vertumno/Vortumno, el señor de las estaciones y los arboles (frutales), siendo bajo esta apariencia entre los sabinos conocido como Falacro/Falacer, un dios de los arboles (frutales) y de las lluvias, y donde autores modernos lo ponen como un sobrenombre etrusco para dios del cielo, y cuyo culto fue absorbido por Júpiter.

Y hablando de Júpiter, su nombre deriva del dios umbrio Ju-pater (djous/día + pater/padre), padre del día/cielo; su contraparte es Cupra/Kipra/Supra, una diosa de la fertilidad, y cuyo nombre parece derivar del griego Kupria (de donde viene la palabra cobre), y que era un sobrenombre para Afrodita, de quien se decía había tocado por primera vez tierra en la isla de Chipre (de donde viene el nombre de la diosa) y donde habían importantes minas de este metal. El hijo de Venus (Afrodita) es conocido entre los romanos como Cupido, y como muchos dioses romanos vienen emparejados en nombre (Liber/Libera; Fauno/Fauna, Caco/Caca…), así el dios del amor es la versión masculina de esta divinidad umbria arcaica de la fecundidad.

Veltha era una deidad ctónica cuyo culto deriva de un arcaico dios cretense, Velchanos, un joven dios de la vegetación y los bosques, y que en el mito es el hijo de la madre tierra. El mito de Velchanos es semejante al mito sumerio (Mesopotamia) de Tammuz/Dumuzid, dios pastor amante de la diosa Isthar/Inanna, y hermano de la diosa Geshtinanna, señora de la agricultura. El mito de Tammuz paso al mundo griego desde los fenicios y su dios Adonis, un dios eternamente joven que simbolizaba la muerte y la renovación anual de la vegetación. Así tanto el Velchanos cretense, como el Veltha/Velthume etrusco, y su forma latina como el Vertumno, son dioses todos del cambio de las estaciones a semejanza del Adonis fenicio y el Talmuz semita.

En la versión minoica Velchanos es hijo de la gran madre Rea, gran diosa madre de la fertilidad, y luego la tradición griega fusiono al joven dios de la vegetación con Zeus, siendo Creta el sitio donde Rea dio a luz al padre de los dioses, lugar donde esconde a su hijo de la furia de su padre Cronos. Pero en esta fusión Velchanos pierde su aspecto de dios de las cosechas, de moler los granos y fabricar el pan en el horno, aspecto que es más propio de dioses como Ceres, Vesta y Vulcano en la cultura romana; y por eso muchos también ven en Velchanos el origen de Vulcano, a quien los etruscos llamaban Sethlans, pero que igual identificaban con el nombre de Velchans. Velchans/Sethlans era inicialmente un dios de los hornos y luego por su asociación como un dios del fuego paso a ser además dios de la fraguas y herrero, equiparándose con el griego Hefesto; y no deja de ser curioso como la fabricación del poderoso rayo de Zeus quedó entre los griegos en manos de Hefesto y los cíclopes, indicando una posible y antigua relación, todas estas son demasiadas semejanzas y coincidencias para simplemente descartarlas.

El origen antiguo de Vulcano como un dios herrero proto-europeo se registra también en otras culturas, indicando ser anterior al mito romano establecido formalmente. Entre germanos y escandinavos existe un dios llamado: Wayland (inglés) quien fue un dios herrero atrapado en la tierra y esclavizado por un rey, Wayland se venga matando a los hijos del rey y luego escapó con ayuda de un cisne; se le describe igual de deforme que Hefesto y un creador de armas mágicas para héroes y reyes; y como el dios griego, es separado de Olimpo por su apariencia deforme. Como Weland (inglés antiguo) se menciona al herrero creador de la armadura del héroe Beowulf; aparece como: Völundr y Velent (en sagas islandesas y nórdicas), Wiolant (antiguo alto alemán) y Gallant o Galans (Francia), y que el latín medieval se deletreaba Guielandus. Guillean (y era pronunciado ‘whallin’ o ‘wellin’), y es el creador de las armas y armaduras mágicas del héroe irlandés Cuchullain. Hay incluso algunos que señalan que el famoso mago Merlín de la gesta Arturica, entre las lenguas gaelicas (escocesas, irlandesas) era Melinus (y se pronunciaba Welinus), y la famosa isla de Avalón, donde se forjó la espada Excalibur, es una forma corrupta del gaélico ‘hy Guiellean’ (pronunciado ‘a Wulan’ = ‘Isla de Wayland’).

La esposa de Tinia/Veltha era Uni, una diosa de la fertilidad, sobre todo de lo relacionado con el campo, más parecida aquí a la Ceres romana. Su poder era tan grande que tenía al igual que su marido la capacidad de lanzar rayos; además su culto no estuvo limitado al pueblo etrusco, sino que fue adorada por sabinos y umbrios, y estos últimos la identificaron con su diosa Cupra. Fue su condición de diosa suprema del panteón etrusco y esposa de Tinia lo que hizo que pasara al panteón romano como Juno, la esposa de Júpiter; y es durante el periodo de encuentro de la cultura etrusca con las culturas orientales (griegas y fenicias) y su identificación con Hera, que Uni se volvió también una diosa de la maternidad, el embarazo y el parto; papel que correspondía a otra diosa etrusca, Thalna (Thalana, o Talna) y cuyo nombre parece venir de la hora griega Thallos/Talos (crecer) asociada a la primavera, o de la gracia Talia (florecer).

Thalna era una diosa de los partos, equiparable a la Ilitía griega, o a la Lucina sabina. Suele ser acompañada en esta labor por otras dos diosas: Ethausva y Thanr; las tres representadas normalmente con alas, similares a ángeles (es de esta cultura es que asociamos a los ángeles con alas, en la cultura hebrea original se les representan igual que simples hombres, pero en la cultura etrusca se ponen alas en aquellas deidades que tienen conexión con el inframundo). Las representaciones conocidas de estas tres diosas son ayudando a Tinia a dar a luz a Mnerva y a Fufluns; mitos seguramente absorbidos del mundo griego, cuando Atenea emerge de la cabeza de Zeus y Dioniso de su muslo respectivamente.

Ethausva suele ser además identificada como una forma de Hestia (de la que parece tomar el nombre), esto es que era además una diosa del hogar y señora de las matronas; mientras que de Thanr, cuyo nombre traduce ‘escases’, y opuesta a la sabina Ops (abundancia), no hay mayores referencias para poder identificarla con alguna diosa griega o romana; pero el número tres recuerda a las Morias/Parcas (diosas de destino), que se presentaban ante el recién nacido a dar sus dones, así que Thanr, no sólo es una diosa del parto, sino (dado su nombre) es también posiblemente una diosa del destino, similar a Atropos, quien con sus tijeras corta el largo del hilo de la vida, y que entre los etruscos era llamada Athrpa, una de las tantas diosas del destino, pero aquí en vez de tijeras, ella sostiene un martillo y un clavo, indicando con ello que lo dictado no puede ser cambiando, y que quedaba fijo en la pared.

Tinia y Uni formaban una tríada con Mnerva (conocida también como Menrva, Menerva, Mera o Merva), triada que paso al mundo romano (Júpiter, Juno y Minerva) como la tríada capitolina (por la colina de igual nombre) y que era adorada por la clase patricia gobernante. Mnerva era uno de los dioses etruscos con poder sobre el rayo, siendo así una diosa atmosférica y a su vez de la fecundidad; ella es representada como nodriza y quien amamanta a los demás dioses. Mnerva era la diosa de las artesanías, artesanos y gremios comerciales; fue la mecenas de las artes y el aprendizaje, del grabado, el tejido, la pintura, la escultura, el teñido, el hilado, de los maestros y estudiantes, lo que también le valió ser una diosa de la curación. Tenía un papel mántico (premonitorio), y bajo este aspecto era llamada Nortia (Nartia, Nurtia, Nursia o Nyrtia), otra diosa del destino, que al igual que Athrpa sostiene un clavo y martillo. En Mnerva su carácter como una diosa de la guerra no ocurrió hasta que fue identificada con Atenea. Es en estos mitos donde se la describe apoyando los grandes héroes; incluso en la versión etrusca es la compañera de Hercle, y ambos fueron padres del dios Maris.

En Maris algunos ven el origen de Marte, (Mars en la lengua inglesa) pero salvo por la semejanza del nombre no hay relación con el dios de la guerra. Maris es representado siempre como un niño, aparece en escenas que representan un rito de inmersión para asegurar su inmortalidad, (similar al mito griego de Tetis sumergiendo en las aguas de Estigia a Aquiles para hacerlo invulnerable). Maris era un dios de la fertilidad y la agricultura, representado como un niño pastor; era quien advertía de las plagas de ratones que se comían las cosechas (y también quien las enviaba). Y mientras Maris cuidaba los campos, Selvans era el guardián de los bosques y sus límites; y dado los peligros de los bosques, se le atribuye también funciones psicopompas, conduciendo las almas de aquellos que caen es sus dominios. Selvans se le representa como un joven con un sombrero hecho de cabeza de jabalí. Selvans apareció entre los cultos etruscos por el siglo V a.C.; siendo un dios posiblemente prestado del Silvano de los pueblos latinos, (deidad tutelar de campos y protector del bosque).

Hercle, por otra parte, es puesto entre los etruscos como hijo de Tinia y la mortal Alchumena (Alcmena); y a diferencia de la versión griega donde Hera persigue al héroe incansablemente, en la etrusca tenemos una Uni favorable al semidiós, y para hacerlo inmortal la diosa le permite mamar de su pecho (siendo este ya un adulto), volviéndose así en la madre adoptiva el héroe; y con este acto Hercle fue entonces el primer hombre elevado a la divinidad a través de sus obras, y los aristócratas etruscos intentaron identificarse con esta ascensión.

Hubo varias diosas lunares (similar al mundo griego), la forma más conocida es Losna (la Selene etrusca) y estaba asociada a las mareas, y por ello algunos la relacionan como protectora de los puertos marinos (similar a la diosa Leucotea, que no sólo era una diosa marina, sino también era identificada como una diosa lunar). En otros lados a la luna se la llamaba Tiv (Tiu, Tivr, Tiur) y aquí estaba posiblemente más identificada con la Diana romana. El compañero de Tiv es el dios solar Usil, al que equiparan al Helio griego, o con el mismo Apolo.

Con Catha (Cavatha, Cavtha, Cath, Cautha) tenemos una versión femenina del sol; y es frecuentemente emparejada con el dios etrusco Fufluns (el Dionisos/Baco etrusco). Catha es puesta como hija de Usil, eso hace también que se la vea como una diosa lunar, o como una diosa del amanecer, papel que tenía la diosa Thesan, la diosa de la aurora (la Eos etrusca). La relación entre ambas diosas es más que sólo coincidencias, tanto Catha, como Thesan son diosas del parto (por eso de traer la luz), ambas tienen vinculación con el inframundo (vienen de la oscuridad), son diosas de la adivinación, y como muchas diosas de submundo etrusco se les representa con alas en la espalda. Thesan a sobrevivido en el folklore local como la hada Tesana, quien visita a los jóvenes antes del amanecer y los bendice para que tenga buena fortuna ese día. Tanto Catha, como Thesan, suelen ser representadas entre los dioses Usil y Nethum, indicando al sol que se levanta en oriente, mientras que la costa de los etruscos esta en el poniente. Así el origen del culto fue traído de otras tierras (posiblemente de Umbria), o incluso de la cultura minoica, ya que Catha también tiene semejanza con Pasífae, la madre del Minotauro y de Ariadna/Areatha (esposa de Dionisos/Baco/Fufluns). Pasífae era una hija de Helios (el sol) y fue adorada como una diosa de los oráculos y lunar, además de ser una bruja como su hermana Circe; aspectos todos que se le ponen a la diosa etrusca Catha.

Fufluns era el dios de la vida vegetal, la felicidad, el vino, la salud y el crecimiento en todas las cosas (similar al cretense Velchanos); su equivalente romano es Liber, pero al ser identificado con el Dionisos griego, los etruscos lo hacen hijo de la mortal Semla (Semele) y el dios Tinia, y le dan por compañera a Areatha (la forma etrusca de Ariadna). Al pasar su culto a los romanos se le llamó Fufluns Pacha (Baco) y sus rituales cambiaron mucho por la influencia de los frenéticos festivales dionisíacos. El Fufluns etrusco fue visto a veces como una deidad ctónica asociada con el inframundo (por eso de la muerte y resurrección de la naturaleza) y un psicopompo que guiaba y protegía a las almas; donde se asociaba con la diosa etrusca Catha, ambos con el papel de conducir a las almas.

El dios etrusco de los ríos era Volturno, a quien los romanos lo identificaron con su propio río Tiber/Tiberino, ya que las fiestas a ambos dioses coincidían en fechas; por otra parte se tenía que Nethuns era un dios importado de los pueblos umbrios; donde era señor de los pozos de aguas y la salinidad de esas aguas, pero en el contacto con oriente se lo identificó con Poseidón, donde paso poco a poco a convertirse en dios de todas las aguas, incluidas las marinas, superando en poder al Volturno. Nethuns se representó como un hombre joven cabalgando sobre un pez. También podía aparecer junto con delfines o caballos de mar en escenas con carácter psicopompo, ya que era uno de los encargados de llevar el alma al más allá (de aquellos que mueren ahogados). Nethuns suele ser acompañado con una diosa portuaria y marinera, a quien los romanos identificaron como Mater Matuta, una diosa del amanecer, de los bebés recién nacidos, del mar y de los puertos, y que seguro por la descripción no se trata de otra que Catha/Thesan.

Nethuns (Neptuno) es al igual que Vulcano un dios proto-europeo; el celta irlandés Nechtan se asocia con un manantial afluente del río Boyne, y que conocido como el pozo de la sabiduría; que bajo el nombre de Nuada es esposo de la diosa Boann (señora del río Boyne). En la mitología irlandesa Nuada es el primer rey de los Tuatha De Danann (los hijos de la diosa Dana). En Galia se le conoce como Nodens, deidad celta asociada con la curación, el mar, la caza y los perros y en Gales es Nudd/Lludd, y como el dios irlandés, aquí es el dios del brazo de plata.

El dios de la guerra etrusco es Laran, y por su asociación con el Ares griego y el Marte romano, a Laran se le hace hijo de Tinia y Uni. Laran es retratado como un joven desnudo con un casco y una lanza (vaya forma de ir a la guerra, y después se preguntan por qué desaparecieron). En las imágenes conocidas del dios aparece luchando contra el gigante Celsclan (literalmente hijo de Cel). Cel (Celens/Cilens) era la diosa asociada a la tierra misma, similar a la Gea griega o la Terra romana, y como diosa de la fecundidad de los campos se la hace responsable de hace crecer el grano, siendo así la precursora etrusca de la diosa romana Ceres. Como muchas deidades etruscas en general, ella tiene conexiones con el inframundo (los muertos vuelven a la tierra) y con el destino. Celsclan por otra parte no sólo es descrito como un gigante, sino que lo identifican además con Hercles, siendo así Cel su madre.

La lucha entre Celsclan y Laran lo ponen más cercano a una forma de Apolo, quien mato al gigante Ticio; es por tanto un primitivo dios solar y del fuego. Apoya esta idea el hecho que Laran suele ser acompañado por Veiove/Veive, un dios menor descrito como un joven con corona de laurel y llevando flechas (ambos atributos de Apolo). A Veiove lo acompaña una cabra, animal usado en los sacrificios para evitar las plagas, así Veiove es puesto como un dios de la curación, llamado entre los romano como Vejonis, e identificado con el griego Asclepio (un hijo de Apolo). Veiove también es el responsable de las erupciones volcánicas, siendo un dios del fuego, similar a Vulcano, y es descrito como un dios de la venganzas, quien mata con los rayos cual Júpiter maligno, indicando un aspecto atmosférico.

La compañera de Laran era la diosa etrusca del amor y la belleza diosa Thuran, quien es identificada con la Afrodita griega. Thuran es representada en gran cantidad de obras dentro arte etrusco; aparece con sus amantes, como con Atuns (el Adonis de los griegos), o participando en el Juicio de Elkhsntre (Alexandros/París) con Uni y Mnerva, donde se la identifica fácilmente por el hecho de que sube su falda para mostrar un buen trozo de pierna. Si bien en el mito griego Heracles y Afrodita no fueron amantes, en las representaciones etruscas Hercle aparece como uno de los tantos amantes de la diosa.

Al igual que muchas diosas etruscas a Thuran se la muestra como una diosa alada, y a sido una de las pocas deidades a las que aún se venera en Italia, bajo la forma de Turanna, un hada que ayuda a los amantes y a los enamorados. Thuran aparece acompañada por una pequeña figura alada identificada como Aminth quien se atribuye como la personificación del amor (Cupido), o de erotes (pequeños cupidos). Turnu por otro lado es la contraparte masculina de Thuran, se le identifica como su hijo, y es similar al Eros griego, un chico alado.

La personalidad de Thuran difería también de la Afrodita griega. Thuran personificaba la confluencia del sexo y de la muerte (de ahí su iconografía con alas), y se usaba su representación en las tumbas para mantener a los demonios alejados de los difuntos. Suele ser acompañada por una serie de diosas menores, las Lasas, y entre ellas tenemos a: Malavisch (suavidad), la diosa de las novias; Zipanu (brillante), una diosa del deseo intimo; Hinthial (sombra), diosa de los espejos (del reflejo en el mismo); Munthuch (elegancia), diosa de la buena salud; y Alpan (regalo), una diosa de la primavera y de los perfumes, a quien se la pone como la líder de las lasas, y se la llama por ello Lasa simplemente; y hay quienes identifican Alpan a con Harmonia, la diosa griega de la concordia e hija de Ares y Afrodita. A Thuran la acompaña además su cisne llamado Tusna.

Thuran y su amante Atuns aparecen acompañados en las imágenes que los representan con Evan (tiempo), a quien se le reconoce por la corona de flores y se la describe como un dios o una diosa de los ciclos anuales. Con Mean (victoria) tenemos a la diosa etrusca de la fama y el triunfo, está asociada a las Lasas, aunque no necesariamente una de ellas. Aparece actuando como el mensajera o apoderada de Thuran; generalmente en el juicio de París, donde eleva una corona para indicar la ganadora; o sobre la cabeza de Hercles cuando este vence a la muerte al traer del inframundo al perro de las tres cabezas. Al igual que Alpan y Thuran, Mean parece haber sobrevivido en el folklore toscano como una hada llamada Meana, considerada una dueña del amor que otorga favores a los amantes y novias.

Acompañando a las Lasas en algunas representaciones aparecen sátiros danzando o tocando flautas con ellas, otros aparecen acompañando a Fufluns; similar a la versión griega donde estas criaturas de los bosques juegan con ninfas y dríades, o son compañeros de juerga de Dioniso/Baco. Entre los nombres citados en las imágenes tenemos a: Chelphum (¿agreste/peligroso?), quien aparece bailando con Munthuch; Sime (¿apestoso?), quien es un sátiro joven que toca la flauta para Fufluns y Areatha; otros nombrados son: Aulunthe, Hathna, Achsun, Mastei y Puanea; todos nombres desconocidos dentro de los mitos griegos, y cuyos significados se ha perdido en el tiempo.

Otros dioses importantes importados de oriente son los ya mencionados: Sethlans, el dios del fuego, de la metalurgia y de los artesanos, y era adorado sobre todo en los centros industriales y Fufluns, un dios del crecimientos vegetal y los cultivos; a estos se les suma Turms, quien era el dios del comercio, y como su contraparte griega Hermes también tenía tenia funciones de heraldo de Tinia y de psicopompo, compartiéndose entre los líderes de ambas triadas, actuando como intermediario entre el mundo superior y el inframundo, entre los humanos y los dioses, y entre los dioses mismos. Parece no haber sido objeto de ningún culto, y aparece sólo como una figura en la mitología. Por otra parte, tanto Aplu (Apolo), como Artumes (Artemisa), fueron introducidos directamente de los mitos griegos, incluidos sus nombres; y no tuvieron gran culto entre los etruscos; Aplu es identificado como un dios del trueno y solar, además de señor de las artes, mientras que Artumes es, al igual que su contraparte griega, una diosa protectora de la naturaleza, señora de los lobos y la caza. Entre los sabinos se les equipara a Sorano, una deidad solar y su compañera Feronia, una diosa de los bosques vírgenes.

La pareja de dioses que regían el inframundo etrusco eran: Mantus y Mania, y cuando fueron reemplazados por las versiones griegas de Aita (Hades) y Phersipnei (Perséfone), entonces estos dioses arcaicos se volvieron los guardianes de la ultratumba. Manea/Mania paso a ser entre los romanos una diosa infernal de los muertos y junto con su compañero Mantus se les identificó a ambos como los padres de los fantasmas, los muertos vivientes (vampiros) y otros espíritus de la noche.

Manea tienen relación con los espíritus griegos conocidos como Maniae, creaciones de la noche (la Nix griega, o la Nox entre los romanos), pero que en la tradición griega personifican la locura y el frenesí (nuestra palabra ‘manía’ viene de la versión griega) y de donde viene el culto romano a los manes, que eran las almas que se iban al otro mundo lejos de sus familiares, o aquellos muertos en accidentes, homicidios u otras tragedias; los deudos les prendían velas para que estas lograran encontrar el camino a casa; y a su vez se alejaran de sus puertas a aquellos extraviados que pudieran entrar y causar males dentro, buscando entre los vivos cobrar la desgracia que causo su muerte.

Aita y Phersipnei son los señores del reino de los muertos, tuvieron sus propias características iconográficas dentro del mundo etrusco que los diferenciaban de los griegos Hades y Perséfone. Phersipnei poseía cabellos en forma de serpiente, similar a las erinias griegas o furias romanas, mientras que Aita era representado con una piel de lobo sobre la cabeza sosteniendo una serpiente en su mano izquierda. Esta imagen no proviene del mundo griego, sino que la toma del dios etrusco Calu, quien es visto como otro nombre para Aita. Aita y Phersipnei forman una trinidad con la diosa Cilan (Cel), que tenía alas y se representaba ricamente adornada, todos ellos vinculados a funciones ctonicas, en una versión similar al mito griego que relaciona a Hades, Demeter y su hija Core.

Calu es descrito como un dios de los lobos, a quienes los romanos identificaron Luperco, un dios pastor y de los lobos, e identificado como un epíteto de Fauno, y con el dios sabino Februus, un dios de la purificación, de las riquezas (dinero/oro) y la muerte, todas características mismas del romano Plutón, el Hades romano (Plutón toma su nombre del griego Pluto, dios de la riqueza). Además de señala que ambos dioses Fauno y Februus son celebrados en la fiesta romana de la Lupercalia, (debido a esta coincidencia, ambos dioses (Fauno y Februus) a menudo se consideraban la misma entidad entre los romanos). La Lupercalia era un antiguo festival anual pastoral, posiblemente prerromano, celebrado en la ciudad de Roma a mediados de febrero (de ahí el nombre del mes) para evitar los espíritus malignos y purificar la ciudad, liberando salud y fertilidad. En esta fiesta el dios Februus paso a convertirse en la diosa romana Febris (fiebre), diosa a quienes las madres rezaban para bajar la temperatura de sus hijos ante las pestes, enfermedades y plagas. Calu y/o Februus como dioses infernales pudieron ser por tanto dioses de los males, a quien se le rezaba para evitar estas pestes.

Por encima de ellos, Aita/Calu y Phersipnei, (o Mantus y Mania), sobrevolaban distintas figuras humanas consideradas como las almas de los muertos que, similares a los insectos, pululaban esperando una oportunidad que les permitiese reencarnarse y volver a ser personas. Junto a ellos y estaban Vanth y Charun, así como varios demonios alados, entre ellos Tuchulcha.

Charun, tomado del barquero infernal griego Caronte, se le representaba con grandes alas y serpientes en torno a sus brazos, con una nariz ganchuda y piel azul, que simbolizaba la putrefacción que traía consigo la muerte; llevaba un martillo (símbolo de lo inamovible que es la condición de muerto) y que era su principal atributo. A su lado la diosa alada Vanth aparecía junto a él, ella con serpientes, llaves y antorchas. El trabajo de ambos no era castigar a los muertos sino escoltarlos hasta su destino final, pero mientras Charun es una figura amenazante, Vanth aparece como una figura psicopompia benévola. Vanth no tiene contraparte en los mitos griegos o en los latinos, pese a los intentos de compararla con las erinias griegas o las furias romanas, diosas colectivas de venganza. Otros señalan que tanto Charun, como Vanth, no son deidades individuales, sino que son nombres para demonios colectivos ya que en muchos frescos aparecen más de uno.

Aunque la ultratumba etrusca se representaba con las imágenes transmitidas por la épica homérica (la Iliada), lo cierto es que su más allá no era exactamente comparable al inframundo griego. Las cámara funerarias se solían enmarcar con imágenes de guerra, de muerte o de sacrificios humanos. Las vanths y charums siempre estuvieron presentes en el mundo de la muerte, ya que anunciaban el fallecimiento de los hombres. Para los etruscos el viaje al más allá comenzaba en el mismo momento de la muerte; el alma del difunto era acompañada por distintos demonios, tanto femeninos como masculinos, los cuales debían cumplir con ciertas funciones relacionadas con este difícil tránsito. El sacrificio humano que encontramos en el arte etrusco adquiría un importante trasfondo ritual y religioso; y se pretendía transformar al difunto en un héroe, dándole vida y fuerza en el más allá a través de estos sacrificios de sangre; que se realizaban para asegurarse de que el muerto consiguiese llegar a su destino de la ultratumba y se uniera a sus ancestros y a los dioses Aita y Phersipnei. En el mejor ejemplo de estas escenas podemos contemplar como Aquiles degüella a un troyano ante el espectro de Patroclo, acompañado de Vanth y de Charun.

También habitantes del inframundo tenemos a Culsans, quien en la mitología etrusca es el dios de las puertas; conducía las almas de los muertos hacia el mundo del más allá, además de proteger la entrada a los infiernos. Es acompañado por otra deidad etrusca, la furia Culsu, quien lleva una linterna y unas tijeras (como la Atropo griega), la cual anunciaba la muerte de los hombres; ambos son descritos como dioses de dos caras y su función es supervisar la puerta de entrada de la otra vida. El nombre de Culsans es comparable con el dios hitita Gulsant (el que corta) y que tenía una función similar a la realizada por los destinos romanos (las parcas). Así Culsans y Culsu son dioses del destino, y ambos están representados con dos caras (ambas jóvenes), siendo Culsans el posible origen, dado sus afinidades físicas y de labores, del dios romano Jano (pero este tenía un rostro joven y otro anciano).

Por otra parte Tuchulcha era un demonio ctónico u ogro, cuyo sexo es variable en las distintas representaciones, es descrito con piel amarilla, orejas puntiagudas, cabello hecho de serpientes y un pico (esto último similar a Charum); se le ve como similar a la Ker griega, un espíritu de la muerte violenta. Y otra deidad infernal es Letham/Latum, con carácter guerrero y sexo algo indefinido (el algunas imágenes es varón, en otras mujer); poco se sabe de este dios/diosa, salvo su carácter ctonico y de la fecundidad. Su nombre traduce ‘vejez’, pero pese a su nombre se le representa como un/una joven, normalmente en las puertas del inframundo; y se le identifica como el dios/diosa de la muerte, similar al Thanatos griego, o a la Mors romana.

El panteón sabino

Los sabinos, junto con los etruscos, los latinos y otros, fueron pueblos antiguos que habitaron la Italia prerromana. Su origen no se puede determinar con seguridad, pero se cree que estuvieron en el Lacio desde la prehistoria; algunos colocan el origen de los sabinos en la misma Italia, sea como un pueblo autóctono, posiblemente descendiente de los umbros (ya que comparten muchas divinidades); o como emigrantes lacedemonios o espartanos; esta segunda versión apoyada en que se trataba de un pueblo guerrero, y la historia de Roma desde su fundación, describe extensamente las guerras entre etruscos, romanos y sabinos. Además en el estudio de la escritura sabina se encuentra similitud con el alfabeto griego, lo que permitía afirmar que los sabinos lo habrían recibido directamente de los griegos sin mediación etrusca.

Al igual que con los etruscos, la historia latina se puede dividir un periodo arcaico, vinculado a la edad del hierro, que duro hasta el 700 a.C., fecha en que se inicia el periodo orientalizante (de contacto con griegos y fenicios); periodo en que se divide el uso de la tierra urbana en dos parte, una donde viven los vivos, la otra es el lugar que ocupan los muertos (necrópolis). Esta distinción es un avance importante en una población protohistórica, aunque no se adecue plenamente al concepto romano de ciudad. Los templos o santuarios tampoco se encuentran dentro de la ciudad, sino que están afuera y es un punto de encuentro en lugares estratégicos en el valle del Tiber, es cuando aparecen una serie de asentamientos menores a lo largo del río y en las cercanías de grandes explanadas ideales para la agricultura o pastoreo. Ya para el 500 a.C., sabinos y latinos/romanos luchan por las tierras, luchas que terminan cerca del 250 a.C., cuando finalmente instaurada la república romana, fueron asimilados a la cultura y llegaron a ser ciudadanos de Roma; y fueron incluidos como parte de la leyenda de los orígenes de Roma, en la celebre historia del Rapto de las Sabinas.

Los sabinos eran un pueblo ganadero (por ello sus deidades son principalmente dioses agrícolas y de los bosques), quienes habitaban las colinas cercanas a Roma en el Lacio, y como muchos grupos étnicos de la Italia prerromana tendían a vivir en asentamientos temporales y no en pueblos o ciudades. Es notoria la influencia del pueblo sabino en la historia de Roma antes y después de la república. Se cree que varias de las instituciones practicadas por los romanos son de origen sabino. Las fuentes históricas dicen que los sabinos eran personas religiosas, y el rey-sacerdote en el pueblo sabino jugaba un importante rol, donde además de cumplir las funciones reales de gobierno, era intermediario e intérprete de la voluntad divina. De sus dioses no se conocen mucho, y la mayoría fueron absorbidos por la religión latina, que los hizo indiferenciables. Sus deidades estaban estrechamente ligadas al ciclo de la naturaleza, pero los nombres de las mismas nos han llegado a través de los romanos, y puede ser que los sabinos las hayan venerado con otros nombres.

El dios nacional de los sabinos era Sanco/Sango, quien era un dios de la confianza, la honestidad y los juramentos. Su culto fue uno de los más antiguos entre los romanos, probablemente deriva de pueblos umbrios. El dios protegía los juramentos del matrimonio, la hospitalidad, las leyes, comercio y contratos en particular. Algunas formas de juramentos se utilizaron en su nombre y honor en el momento de la firma de contratos y otros actos civiles importantes. Aun hoy cuando decimos que algo es ‘santo’ o esta santificado, hacemos referencia al dios. Los romanos llamaron a este dios como Dius Fidius (creer) y lo identificaron con Júpiter, quien cumplía un papel similar como dios de los juramentos.

La compañera de Sanco es Salus (salud), diosa de la seguridad y el bienestar social, con el tiempo fue asociada a Valetudo, la diosa romana de la salud personal, quien era equiparable a la griega Hygieia (higiene). Aunque sus funciones difieren considerablemente, la influencia griega hizo que se representara a Salus como la hija del dios de la medicina Asclepio/Esculapio; sosteniendo una patera (plato poco profundo usado en ceremonias religiosas) para alimentar a una serpiente que se enrolla alrededor de un altar (hoy el símbolo de la farmacia). Salus es una de las diosas romanas más antiguas, vinculada a diosas como Murcia (diosa del mirto, árbol sagrado para las diosas Afrodita y Demeter), Semonia (siembra), Seia/Setia/Seja (plantar), Segetia (sembrar), Mesia (cosecha) y Tutilina (almacenar), todas ellas deidades menores agrarias de la región de Lacio cuyos cultos se perdieron en el tiempo. Vista así su influencia original era sobre la protección de los campos y los cultivos, las buenas cosechas eran sinónimo de buena alimentación, y por tanto de buena salud.

A la diosa Vacuna se le atribuye origen sabino, eruditos la identifican con numerosas otras diosas, incluidas Ceres, Diana, Minerva, Bellona, Venus y Victoria; y la protección que le rogaban y ella proporcionaba sigue siendo desconocida en la actualidad. Se la hace hija de Sanco, y se asume que era una diosa a la que se le agradecía tras la cosecha y haber terminado el trabajo agotador del campo, es así la diosa del descanso (de su nombre viene la nuestra para decir vacaciones).

En la antigua religión romana Ops u Opis (abundancia) era una deidad de la fertilidad y una diosa de la tierra de origen sabino, era la matrona de la riqueza, la abundancia y la prosperidad. Se la representaba sentada, como lo son normalmente las deidades ctonicas, sosteniendo un atado de trigo y una cornucopia. La mitología romana la puso como la esposa de Saturno, el dios latino de la cosecha; identificándola luego con la Rea griega, y volviéndola hija de Terra (Gea) y Caelus (Urano), así como la madre de los dioses (Júpiter, Neptuno, Plutón, Juno, Vesta y Ceres). Pero pese a la fusión con el mito griego, la Ops original era más semejante a la Ceres romana, ya que su nombre también se identifica con el trabajar la tierra, el arar, y el sembrar; y compartía funciones con el dios Consus/Conso, a quien se identificaba como su consorte, de ahí que los romanos pusieran a Saturno como su esposo.

Consus es el dios protector de los granos, y si Ops era sinónimo de siembra, Consus era el de la cosecha, de los silos, y del almacenamiento del grano. Consus, como Saturno, era un dios al que se le pedía consejo, y por ello se convirtió en un dios asociado con las conferencias secretas; y de su nombre deriva la palabra de concilio (asamblea, corte, cámara, y/o reunión privada).

La diosa Feronia era una diosa asociada con la vida silvestre, la fertilidad, la salud y la abundancia. Como la diosa que otorgaba la libertad a los esclavos o ayudaba con los derechos civiles a la parte más humilde de la sociedad, fue especialmente honrada entre los plebeyos y los libertos. Era una diosa de los cultivos y la honraban con los primeros granos de la cosecha, para asegurar una buena recolección al año siguiente. Sus fiestas coincidían con la del dios Dis Pater (padre rico), originalmente un dios vinculado con tierras agrícolas fértiles y riqueza mineral; pero como los minerales provenían del subsuelo, más tarde se lo equiparó con las deidades ctónicas como Plutón (Hades) y Orco.

Entre los sabinos, etruscos y otros pueblos cercanos, Dis Pater era llamado también Sorano; un dios de los lobos y del inframundo. Vistos así Feronia y Sorano son comparables a Demeter/Ceres y Hades/Plutón; pero se señala que el culto de Sorano fue absorbido entre los romanos por Apolo, en este caso Feronia, como señora de los bosques se la puede identificar también con la Diana romana o la Artemisa griega.

Venilia era la diosa sabina de las brisas en las costas, y es señalada como una de las compañeras de Salacia (la esposa de Neptuno), y en algunas versiones también una de las amantes del señor de todas las aguas. Venilia con el río Volturno/Tiber fue la madre de la ninfa Juturna, como amante del dios romano Jano fue la madre de la ninfa Canens (Canción), la esposa de Pico, uno de los hijos de Saturno, y como mujer del rey Dauno, ella es la madre del héroe Turno, muerto por el troyano Eneas en su disputa por la mano de la princesa latina Lavinia. En la versión del poeta romano Virgilio se tiene que Venilia es hermana de Amata, madre de Lavinia, la esposa de Latino, quien es el hijo de Fauno y nieto de Pico.

Pales fue el dios sabino de los pastores (aunque a veces es asociado a una diosa, a una pareja, o a un colectivo de dioses rupestres); su equivalente fue el romano Luperco (lobo), quien era adorado como un protector de rebaños, y donde mitos posteriores lo identificaron como un epíteto del dios Fauno; de ahí seguramente la idea del colectivo de los faunos, genios traviesos de los bosques, y que poco tenían que ver con los libidinosos sátiros griegos, de los cuales tomaron su apariencia.

Entre otros dioses de la fecundidad tenemos al dios sabino Falacro/Falacer, dios de los arboles frutales y de las lluvias, comparable al dios Veltha/Tinia etrusco, al cretense Velchanos, o al romano Vertumno; autores modernos lo ponen como un sobrenombre etrusco para dios del cielo, y cuyo culto fue absorbido por Júpiter. Similar destino tuvo Termino (límite), un dios asociado a los linderos, que tuvo importancia en los orígenes de la ciudad y su extensión frente a otras ciudades vecinas, el tiempo lo volvió otro epíteto de Júpiter.

En la mitología romana Flora era una diosa de origen sabino, era la imagen de la primavera, un símbolo de la naturaleza, de las flores (especialmente la flores de mayo), y de la juventud; así era más cercana en origen a Proserpina/Perséfone/Core y a Iuventas/Hebe; pero que al final identificaron con la ninfa griega Cloris. Es la vinculación con esta ninfa griega lo que hizo que perdiera su importancia original, y se le diera como compañero al viento Favonio (el Céfiro romano), de quien se decía que era esposa. Es igualmente esta relación entre Flora y Favonio es lo que pone a la diosa romana Pomona (diosa de los frutos) como hija de la pareja, ya que en la versión griega la ninfa Carpo (fruto) es hija de Cloris y Céfiro.

Summano era el dios del trueno nocturno, contrapuesto a Júpiter, el dios del trueno diurno. Se pensaba que era de origen etrusco y uno de los nueve dioses del trueno (y el gemelo oscuro de Tinia), pero otras fuentes lo consideraban de origen sabino. Se cree que el nombre proviene de Summus Manium (el más grande de los Manes —espíritus de los muertos—), reflejando su naturaleza ctonica y siendo comparable al Plutón romano o al Hades griego, el hermano de Júpiter/Zeus. Entre los romanos la dicotomía SummanoDius_Fidius encarnarían el primero el aspecto violento, nocturno/oscuro y misterioso de la soberanía, mientras que el segundo reflejaría su aspecto tranquilizador, diurno/visible y legalista. En Roma en el año 278 a.C. se construyó un templo en honor a Summano por haber ayudado en las guerras pirricas (conflicto entre romanos y las colonias griegas al sur de Italia, que terminaron por poner a Roma como una nueva potencia militar en el Mediterráneo); el templo estaba ubicado cerca del Circo Máximo, en el monte Aventino, pero en menos de un siglo después, en 197 a.C., un rayo alcanzó la estatua del dios, cortándole la cabeza, que según cayó a las aguas del Tiber. La adoración a Summano pronto cayo superada por la de Júpiter.

En la mitología y religión romana Quirino (lanza) es un dios arcaico del estado romano, retratado como un hombre barbudo con vestimenta religiosa y militar. Quirino fue en sus orígenes probablemente un dios de la guerra sabino, y que la tradición romana identificó como la deificación del legendario Rómulo, fundador de la ciudad. En esos primeros tiempos la triada divina capitolina romana eran: Júpiter, Martes (entonces un dios de la agricultura, y quien luego reemplazó a Quirino como dios de la guerra) y Quirino/Rómulo (que pasó a representar el concepto del estado romano). Con el tiempo Quirino se volvió menos significativo, y estuvo ausente de la tríada posterior, más ampliamente conocida (él y Marte habían sido reemplazados por Juno y Minerva), y su culto desapareció finalmente cuando los romanos comenzaron a favorecer cultos personales y místicos sobre el sistema oficial de creencias del estado. Estos incluyeron los de Baco, Cibeles, Mitra e Isis.

Lucina era la diosa sabina de los partos, quien ayuda a dar a luz, de ahí su nombre; su culto fue absorbido por las diosas romanas Juno y Diana pasando a ser un título de las mismas; y quienes en su versiones griegas también era diosas de los partos, si bien el papel de Lucina era más semejante a la Ilítia griega, diosa de los nacimientos y comadronas. Lucina era una de las tantas deidades asociadas a los nacimientos y la infancia; era acompañada por Vaticano/Vagitano, a quien se le agradece cuando el niño tras el parto suelta su primer llanto (señal de que ha nacido bien y vivo), y Fabulino, a quien se le da una ofrenda cuando el niño expresa su primera palabra, indicando que esta creciendo fuerte y sano. La presencia de estas deidades y muchas más tomaban importancia teniendo en cuenta que en la antigüedad la tasas de mortalidad infantil era mayores a uno de cada tres nacimientos; y de la madre en una de cada diez mujeres embarazadas. Así bebes fallecidos menores de un año no recibían ritos formales de entierro; estas muertes debían llevarse con ecuanimidad y sin lamentos; si todavía el niño estaba en su cuna; y sólo después de diez años es que se daban al niño muerto los ritos funerarios completos, edad que para entonces se suponía que ya el niño había superado muchos de los peligros de la infancia.

Bellona/Duellona (guerra) fue una antigua diosa diosa sabina de la guerra, e identificada con la romana Nerio (valor), consorte del dios Marte. Su principal atributo es el casco militar emplumado que lleva puesto en la cabeza y vestida con una armadura, o al menos una coraza con una falda debajo; sostiene una espada manchada de sangre, lanza, escudo, u otras armas, y aparece blandiendo una antorcha o un látigo mientras cabalga veloz a la batalla en un carro de cuatro caballos, y de vez en cuando, suena una trompeta para el ataque. Muchas de estas representaciones son más bien modernas, en la cuales incluyen a sus pies los cañones, siendo ella reconocida como la inventora de las armas de guerra.

Tanto Nerio, como Bellona, fueron identificadas con la griega Enyo (horror), una diosa vestida de azafrán que representa la destrucción y la guerra, y quien era una de las Greas (las grises), hermanas de las gorgonas y famosas brujas caníbales de la antigüedad. Las hermanas de Enyo eran Deino (temor) y Penfredo (alarma); y el hijo de Enyo y Ares era Enyalio, un dios menor de la guerra y el valor en batalla adorado por los soldados espartanos.

Theia, la madre de la Luna

Nuestra Luna es un cuerpo extraño, una rareza dentro del sistema solar, una rareza que permitió el origen de la vida, y mantuvo al planeta con un eje de rotación estable. Cuando se compara su tamaño con otros satélites del sistema solar sale a colación su gran tamaño. Nuestra Luna es superada en tamaño por sólo otras cuatro lunas; ellas son tres de los cuatro grandes satélites jovianos ( Ganímedes , Calisto e Io ), y la gran luna de Saturno ( Titán ). Cuando se trabaja en relación al tamaño de las lunas con respecto al diámetro respectivo de sus planetas, la diferencia es aún más notable: la relación de la Luna/Tierra es de casi 1/4,  (si el planeta fuese del tamaño de una pelota de baloncesto, la Luna sería como una pelota de tenis). Pero si se compara con las otras lunas se tiene que la relación entre Ganímedes y Júpiter es de 1/27 (si Júpiter es del tamaño de una pelota de baloncesto, Ganímedes sería menor a una canica pequeña); eso se repite en el caso de Titán con Saturno cuya relación es 1/23 ; entre Titania y Urano tenemos una razón de 1/32; entre Tritón y Neptuno la razón es 1/18; sólo en el sistema binario Caronte/Plutón tenemos una razón superior las centésimas, de casi 1/2.

Tierra -luna

Desde el punto de vista a la relación entre el número de lunas y los planetas resulta que los gigantes gaseosos tiene una cantidad de satélites sobre sesenta en el caso de Júpiter y Saturno, casi treinta en Urano y más de la docena en Neptuno; incluso el pequeño Plutón tiene cinco lunas conocidas. Pero en los planetas interiores las lunas simplemente escasean; Mercurio y Venus no tienen, mientras que Marte tiene dos pequeñas lunas, dos asteroides capturados del cercano cinturón. Por ello nuestra Luna resulta la más enigmática de entre las lunas conocidas, y su gran tamaño ha sido causa de muchas especulaciones y teorías sobre su origen y formación:

Tierra -luna - creación

Una de las primeras es la hipótesis de la Creación y establece que un ser supremo hizo la Luna tal y como aparece en el cielo y la puso en su órbita actual. Muchas culturas en todo el mundo tienen creencias religiosas sobre el origen de la Luna aceptando esta idea, claro y por supuesto que entendemos que no es una idea científica.

La hipótesis de Acreción, dice que la formación de la Luna fue al mismo tiempo que la Tierra, del mismo material y en la misma zona, y que los dos cuerpos nunca se fusionaron en uno solo, sino que se formaron juntos. Este modelo coincide con las estrellas binarias o dobles que se encuentran muy comúnmente en la que una de las dos tiene más masa que la otra, orbitando la de menor masa a la mayor. De hecho, Júpiter parece ser una ‘estrella’ que nunca obtuvo el material suficiente para formar helio mediante reacciones nucleares, y se convirtió así en un planeta gaseoso simple. ¿Por qué no sería posible que los materiales locales en la nebulosa solar temprana, formara dos cuerpos rocosos en vez de uno más grande?. A favor de esta idea se encuentra que la datación radioactiva de las rocas lunares traídas a nuestro planeta por las diversas misiones espaciales, datan a las edad de la Luna entre 4500 y 4600 Ma, aproximadamente la misma edad de la Tierra. Como inconveniente tenemos que, si los dos se crearon en el mismo lugar y con la misma materia: ¿cómo es posible que ambos posean una composición química y una densidad tan diferentes?. En la Luna abunda el titanio y los compuestos exóticos, elementos no tan abundantes en nuestro planeta al menos en la zona más superficial.

Otra común y similar a la anterior es la hipótesis de la Captura, el origen de la Luna sigue estando en los restos del sistema solar cuando se estaba formando, y cuando iba pasando cerca de la Tierra fue capturada por la gravedad terrestre. El problema principal con esta teoría es evidente al imaginar la escala del sistema solar; los planetas son tan increíblemente pequeños comparados con la inmensidad del espacio que parece casi imposible que algo tan grande como la Luna pudiera ser atraído por nuestro planeta. El modelo matemático para la captura de un cuerpo tan grande, cosa que no ocurre con Marte y sus pequeñas lunas, sugiere que esta teoría sea difícil de aceptar. Sin embargo, el hecho de que los planetas gigantes gaseosos, en especial Júpiter y Saturno hayan capturado muchas de sus respectivas lunas, e incluso la gran luna de Neptuno, Tritón, es un mundo capturado, hace que este escenario por lo menos sea remotamente posible para la Tierra. Sin embargo, el mayor problema es que es difícil explicar cómo sucedió la importante desaceleración de la Luna, necesaria para que este gran objeto no escapara del campo gravitatorio terrestre; algunos proponen que el disco de escombros que rodeaba a la Tierra en su origen puedo haber ayudado a desacelerar la luna viajera.

Teoría de la fisión

La hipótesis de la Fisión , establece que la Luna se separó de una Tierra que giraba rápidamente cuando todavía era una burbuja gigante de material fundido. Esta idea fue propuesta en 1898, por George Darwin (un hijo de Charles Darwin ), quien hizo la sugerencia de que la Tierra y la Luna habían sido una vez un solo cuerpo. La hipótesis de Darwin era que una Luna fundida se había separado de una masa inicial fundida debido a las fuerzas centrífugas, y esta se convirtió en la explicación académica dominante durante mucho tiempo.

Esta hipótesis supone que originariamente la Tierra y la Luna eran un sólo cuerpo y que parte de la masa fue expulsada, debido a la inestabilidad causada por una fuerte aceleración rotatoria que en aquel momento experimentaba nuestro planeta. La parte desprendida se ‘quedó’ con parte del momento angular del sistema inicial y, por tanto, su rotación se sincronizó con su periodo de traslación. Se postulaba que la zona que se desprendió corresponde al Océano Pacífico, que tiene unos 180 millones de kilómetros cuadrados y con una profundidad media de 4049 metros. Sin embargo, los detractores de esta hipótesis opinan para poder separarse una porción tan importante de nuestro planeta, éste debería rotar a una velocidad tal que diese una vuelta en menos de tres horas. Parece imposible tan fabulosa velocidad, porque, al girar demasiado rápido, la Tierra no se hubiese podido acrecentar al presentar un exceso de momento angular. Claro que para la época del origen de esta hipótesis se desconocía la deriva continental y que el océano pacífico es relativamente nuevo, geológicamente hablando. El problema con esta teoría basada en la fuerza centrífuga es que la existencia de un mundo que gire tan rápidamente no está apoyada por la evidencia, no ha ocurrido, ni observado, en ningún otro planeta. ¿Por qué la Tierra giraría mucho más rápido que cualquier otro planeta?.

El origen de esta idea venía del estudio de las mareas y el momento angular Tierra-Luna. Hoy se reconoce que las mareas son la forma en que ambos cuerpos intercambiaban su momento angular; en el transcurso del tiempo la Luna se ha alejado de la Tierra y la Tierra ha frenado su rotación. Esta deriva fue confirmada más tarde por experimentos de estadounidenses y soviéticos, encontrándose que la Luna actualmente se separa de la Tierra a razón de casi 4 cm cada año; de igual forma la Tierra frena su rotación a razón de 2 milisegundos por siglo. Claro que esta taza de alejamiento de la Luna no ha sido constante; estudios en sedimentos estratificados por mareas señalan que hace unos 650 Ma la taza era cercana a 2 cm/año. Esto es que la Luna se esta alejando hoy anormalmente rápido; los modelos señalan que la causa de esto es la actual disposición de los continentes, cuando hace 650 Ma había un único supercontinente. Se estima que en la época de los dinosaurios (hace 65 Ma) el día duraba casi 23,5 horas; en tanto que en la era paleozoica, hace 400 millones de años, el día terrestre duraba 22 horas actuales. La extrapolación hasta 4500 millones de años atrás, revela que el día duraba apenas algo más de 5 horas actuales. En esos primeros tiempos con la rápida rotación y la cercanía de la Luna hubo grandes mareas, lo que permitieron y ayudaron al origen de las primeras formas de vida.

En 1946, Reginald Aldworth Daly de la Universidad de Harvard desafiado la explicación de Darwin, postula que la creación de la Luna fue causada por un impacto, en lugar de las fuerzas centrífugas. Se prestó poca atención a esta idea, pero actualmente parece ser la más aceptada por la evidencia encontrada. La teoría fue nuevamente presentada por el Dr. William K. Hartmann y el Dr. Donald R. Davis, en un artículo en la revista de astronomía, Icarus, en de 1975; conocida como la teoría del Gran Impacto, propone que un objeto del gran tamaño se estrelló contra la Tierra, golpeando superficialmente al planeta. De los escombros que quedaron se formó un anillo que rápidamente se unieron en la actual Luna, mientras los restos del cuerpo terminaría chocando con el Sol. Este hecho ocurrió en los primeros días del sistema solar, hace aproximadamente 4500 Ma. Un enfoque similar fue dado por el astrónomo canadiense Alastair G. W. Cameron y astrónomo estadounidense William R. Barrio, quienes sugerían que la Luna se formó por el impacto tangencial sobre la Tierra de un cuerpo del tamaño de Marte. Señalaba su propuesta que las capas externas de silicatos del cuerpo que impactaba se habrían evaporado en la colisión, permaneciendo un pequeño núcleo metálico logró agrupar a los silicatos que quedaron en órbita, mientras que los materiales más volátiles se dispersaban por el sistema solar.

Teoría del gran impacto _1

El nombre del hipotético protoplaneta que choco contra la Tierra ha sido llamado Theia (Teia o Tea en español), en honor a la titánica madre de Selene , la diosa de la Luna (aunque en ocasiones también ha sido este mundo llamado Orfeo ). Esta designación fue propuesta inicialmente por el geoquímico ingles Alex N. Halliday en 2000 y ha sido aceptado en la comunidad científica. De acuerdo con las modernas teorías de formación planetaria, Theia era parte de una población de cuerpos del tamaño de Marte que existieron en el sistema solar hace unos 4500 Ma. De hecho, una de las características más atractivas de la hipótesis del gran impacto es que la formación de la Luna se inscribe en el contexto de la formación de la Tierra ; en el curso de su formación, la Tierra se cree que sufrió decenas de colisiones con protoplanetas; la colisión que formó la Luna habría sido solamente el mayor impacto y, tal vez el último.

Los astrónomos creen que la colisión entre la Tierra y Theia ocurrió entre 4400 y 4450 Ma; unos 30 a 50 Ma años después de que el sistema solar comenzó a formarse. En términos astronómicos, el impacto habría sido de velocidad moderada.

Para entender el origen de Theia hay que referirse al año 1772 cuando el matemático Joseph-Louis de Lagrange hacia un estudio del problema de los tres cuerpos, una situación en que dadas las posiciones, masas y velocidades de tres objetos se buscaba determinar para cualquier instante posterior su posición y velocidad futura, actuando solo la gravedad. Si bien el problema de los tres cuerpos no presenta una solución ‘algebraica’ directa, y donde pequeñas variaciones pueden dar resultados totalmente distintos; el matemático reemplazó las ecuaciones vectoriales de Newton por unas escalares basadas en los potenciales de energía; hay que imaginarlo como un objeto que rueda sobre una superficie, esta siempre cae hacia donde se encuentra la zona más profunda o baja; así en las ‘superficies’ potenciales ocurre similar. El matemático encontró un caso particular en que se podía predecir la posición del tercer cuerpo si su masa es despreciable respecto a los otros dos, y el segundo en masa gira en una orbita casi circular respecto al primero. Se encontraron cinco puntos de estabilidad para el tercer cuerpo. El primero (L1) es casi intuitivo; se encuentra entre los dos grandes objetos; donde la gravedad de ambos se compensa. El segundo (L2) ocurre en la misma línea que une las dos masas mayores, pero más alla del más pequeño en masa; en este punto la atracción gravitatoria de los dos cuerpos mayores compensa la fuerza centrífuga causada por el menor. El tercer punto (L3) se ubica en la misma línea pero ahora más alla del cuerpo con mayor masa; esta aparente contradicción se explica porque el objeto mayor está también afectado por la gravedad del segundo en tamaño, y así gira en torno al centro de masas común o baricentro. Los otros dos puntos (L4 y L5), se ubican en los vértices de triángulos equiláteros cuya base común es la recta que une los centros de las dos masas, de forma que el punto L4 precede al cuerpo pequeño un ángulo de 60º visto desde la masa grande, mientras que L5 gira detrás del cuerpo pequeño, aunque con radio mayor que éste, con un retraso de 60º visto a su vez desde el cuerpo grande.

Según una de las hipótesis actuales es que Theia se formó en un punto de Lagrange respecto a la Tierra, es decir, aproximadamente en la misma órbita pero 60º por delante (L4) o por detrás (L5). Los puntos de Lagrange (L4 y L5), situados a casi 150 millones de kilómetros de la Tierra, son considerados muy estables y por tanto son zonas con el potencial para permitir una acreción planetaria en la misma orbita de la Tierra. Se creer que el punto L4 fue donde Theia comenzó a formarse en el Eón Hadeico; pero cuando el protoplaneta Theia creció hasta un tamaño comparable al de Marte, unos 20 ó 30 millones de años después de su formación, era demasiado masivo para permanecer de forma estable en una órbita troyana. La fuerza gravitacional impulsaba a Theia fuera del punto de Lagrange que ocupaba, al mismo tiempo que la fuerza de Coriolis empujaba al planeta de vuelta al mismo. Como consecuencia de ello, su distancia angular a la Tierra comenzó a fluctuar, hasta que Theia tuvo la masa suficiente para escapar de L4 y chocar finalmente con la Tierra.

Se cree que Theia golpeó a la Tierra a un ángulo oblicuo, cuando éste estaba casi completamente formado. Las simulaciones por ordenador sugieren un ángulo de impacto de aproximadamente 45° y una velocidad por debajo de 4 km/s. El hierro del núcleo de Theia núcleo se habría hundido en el núcleo de la Tierra joven, y la mayoría del manto Theia se habría acrecentado en el manto de la Tierra, sin embargo, una parte importante del material del manto de ambos (50% del de Theia y 20% del de la Tierra) habría sido expulsado y quedado en órbita alrededor de la Tierra. Este material rápidamente se fusionó en la Luna (posiblemente dentro de menos de un mes, pero en no más de un siglo).

La Tierra habría ganado una cantidad significativa de momento angular y la masa en la colisión. Independientemente de la velocidad e la inclinación de la rotación de la Tierra antes del impacto, esta habría experimentado un día de cinco horas de duración después del impacto, y el ecuador de la Tierra y la órbita de la Luna se habría ubicado en el mismo plano a raíz del impacto.

No todo el material del anillo habría sido necesariamente barrido de inmediato, científicos estadounidenses sugieren que la Tierra pudo tener dos lunas hace millones de años. Erik Asphaug y colaboradores sugieren recientemente que la corteza engrosada del lado oculto de la Luna se debe a un segundo satélite (Luna 2) de alrededor de 1000 km de diámetro (menos de 1/3 de la Luna) que se formo en uno de los punto de Lagrange, después de decenas de millones de años, las dos lunas emigraron alejándose rápidamente de la Tierra por los efectos de las mareas, lo que afecto la órbita de la luna menor y esta finalmente chocó con la mayor, en una colisión lenta velocidad que termino aplastando la luna más pequeña en lo que hoy es el lado opuesto de nuestra Luna.

Una pequeña luna golpeó a la Luna

Entre los elementos probatorios de esta hipótesis se incluyen: (1) el eje de giro de la Tierra y la órbita de la Luna tienen orientaciones similares, (2) las muestras de piedras lunares indican la superficie de la Luna estuvo una vez fundida, (3) la baja densidad de la Luna (3,3 gr/cm3) comparada con la de la Tierra implica que tiene un muy pequeño núcleo de hierro; en el impacto la mayor parte del hierro original de Theia paso a la Tierra. Se ha calculado que el tamaño de núcleo metálico de la Luna es de aproximadamente un 25% de su radio, en contraste el aproximadamente 50% para la mayoría de otros similares (planetas interiores). (4) La evidencia de colisiones similares en otros sistemas estelares (que se traducen en discos de escombros ), y que las colisiones gigantes son consistentes con las principales teorías de la formación del sistema solar. Por último, (6) las proporciones de isótopos estables de roca lunar y terrestre son idénticos, lo que implica un origen común; en rocas recogidas por las misiones Apolo se encontró que las proporciones de los isotopos de oxígeno (O16, O17 y O18) es prácticamente igual a la que existe en la Tierra; y mientras que comparadas con distintos meteoritos no hay correspondencia.

Pese a estos apoyos a la hipótesis y ser hoy la teoría dominante, se presentan algunos problemas, entre ellos: (1) la hipótesis del gran impacto implica que la superficie de la Tierra debió haber quedado cubierta por un océano de roca fundida (magma), pero no hay prueba de ello; (2) las relaciones entre los elementos volátiles en la Luna no son consistentes con la hipótesis del gran impacto. En concreto cabría esperar que la relación entre los elementos rubidio/cesio fuera mayor en la Luna que en la Tierra, ya que el cesio es más volátil que el rubidio, pero el resultado es justamente el contrario; (3) el óxido de hierro (FeO) contenido en la Luna es de 13%, que es intermedio entre Marte (18%) y el manto terrestre (8%), descartando que la mayor parte de la fuente del material proto-lunar provino del manto de la Tierra. (4) Si la mayor parte del material proto-lunar proviene del cuerpo impactante, la Luna debería estar enriquecida en elementos siderófilos (afines al hierro), cuando en realidad es deficiente en ellos. (5) Se sabe que Venus también experimentó impactos gigantes durante su formación, ya que su rotación es más lenta que su traslación, y en sentido contrario al sentido de traslación, ¿por qué Venus no tiene una luna?, a lo que algunos señalan que la influencia del Sol pudo afectar a estas lunas en los planetas más interiores, o colisiones posteriores terminaron con las lunas de Venus y posiblemente las que pudo tener Mercurio, quien experimento al final de su formación un gran impacto que el quitó prácticamente su manto, dejando tan solo el núcleo metálico; siendo por ello el planeta más pequeño y el más denso de todos.

Para explicar estas discrepancias se han planeado varias versiones del mismo, la primera es que Theia se trataba de un cuerpo pequeño como Marte que chocó contra la Tierra, el resultado de esta versión es que la Luna debería ser principalmente restos de Theia, cosa que las piedras lunares señalan como errado. La segunda versión propone que la Tierra tendría al momento de la colisión una rotación muy alta, en este caso la Luna formada estaría formada por restos del manto terrestre, pero el momento angular resultante sería el doble del actual; una tercera versión, señala que Theia en realidad tenía el tamaño de la Tierra, pero de menor masa y densidad, el resultado es tras el choque ambos cuerpos estarían formados de una mezcla de ambos; pero a medida que se obtengan más datos la propuesta cambiara para finalmente satisfacer todas las observaciones, o tenga finalmente que ser eliminada por una propuesta diferente; hasta entonces Theia seguirá siendo la madre de nuestra Luna.

Theia_1

Las Lunas de Plutón, monstruos y habitantes del inframundo

Plutón fue por casi 3/4 de siglo (de 1930 a 2006) el noveno planeta, un mundo sobre el cual nada parecía encajar; muy pequeño (2/3 del tamaño de nuestra propia Luna, claro que ella en si ya es una rareza sobre la cual se puede hablar luego en más detalle); muy inclinado respecto al ecliptica (17° si se compara con otros planetas que es casi nula); con una órbita muy excéntrica (0,24, cuando en los demás es casi circular); lo que hace que durante un tiempo en su desplazamiento de traslación alrededor del Sol se encuentre incluso más cerca del astro rey que el propio Neptuno; y tener una densidad más cercana a algunas de las lunas heladas (hechas de hielo y roca) de los gigantes gaseosos. Estas irregularidades no fueron comprendidas hasta que al final del siglo XX descubrimientos de nuevos cuerpos fuera de la órbita de Neptuno permitieron finalmente ubicarlo en una nueva categoría, primero como parte del cinturón de Kuiper y segundo como un planeta enano, el mayor dentro del cinturón de escombros que se desplazó hacia afuera desde órbitas más internas por la influencia de la resonancia Júpiter – Saturno, y por la perturbación de Neptuno que fue empujado por los otros dos pasando por sobre a Urano y llegado a su actual posición. Los objetos así terminaron en un botadero de desechos (hielo y rocas) en una es una región del Sistema Solar más allá de los planetas gaseosos, que se extiende desde la órbita de Neptuno (a 30 UA ) hasta aproximadamente 50 UA del Sol.

Esta región es similar al cinturón de asteroides (salvo por tratarse de cuerpos de hielo principalmente, es para muchos el origen de los asteroides centauros y de los cometas de periodo corto), algunos de esos cuerpos aún permanecen entre los gigantes gaseosos, los ejemplos más representativos son Tritón, es un cuerpo un poco mayor que Plutón, que fue capturado por Neptuno se volvió una luna del mismo; y la pequeña luna Febe de Saturno; posiblemente un centauro capturado por la gravedad del señor de los anillos, estos y otros ejemplos de lunas capturadas se diferencian de aquellas originadas en el disco de formación original ya que giran en sentido contrario al giro natural del planeta, y/o poseen ángulos de inclinación (respecto al ecuador del planeta) bastante grandes.

El cinturón de Kuiper es unas veinte veces más ancho que el cinturón de Asteroides y su masa colectiva se encuentra entre el 10% y 25% de la masa terrestre; aunque los primeros modelos matemáticos señalaban una masa superior a 30 veces la masa terrestre y aún no hay explicación clara de esto, seguramente buena parte fue lanzada fuera del sistema solar, y algo de ello aún permanece en la nube Oort, en los límites del reino del Sol, que llega a cerca de un año luz.

Los cuerpos tras Neptuno son mundos de hielo y roca; y tras ser clasificado en planeta enano, Plutón es el más grande de estos objetos dentro del cinturón de Kuiper; seguido por Eris, que se ubica fuera del cinturón, en una región conocida como disco disperso (siendo el objeto más grande conocido dentro de los objetos del disco disperso = SDO), este es un espacio casi vacío entre el cinturón y los inicios de la nube de Oort. Se conocen hasta el momento otros dos objetos más dentro del cinturón, Haumea y Makemake con esta categoría de planetas enanos; pero ambos de menor tamaño, apenas con el volumen justo para que sus cuerpos sean esféricos (algo no muy cierto con Haumea que es más bien un elipsoide, así que las reglas se aplican según a conveniencia).

De todos estos grandes objetos tras Neptuno (TNO), solo Makemake, ha saber, no tiene lunas; a Eris se le conoce una, Disnomia; Haumea tiene dos, Hiaka y Namaka; y Plutón con una grande y enorme luna descubierta en 1978, llamada Caronte, en honor del barquero que transportaba las almas en el infierno. El descubrimiento de Caronte resulto de la observación de un abultamiento variable en el tiempo en la imagen de Plutón, por parte del astrónomo James Christy, del Observatorio Naval de los Estados Unidos, estando el 22 de junio de 1978, examinando imágenes muy ampliadas de Plutón el astrónomo se dio cuenta de que un cierto alargamiento que aparecía periódicamente y que se confirmó en imágenes que se remontaban hasta 1965, Caronte fue originalmente conocido por la designación provisional S/1978 P1, de acuerdo con la entonces convención recientemente instituida. Aunque sus colegas del Observatorio Naval propusieron el nombre de Perséfone, Christy sugirió el nombre de Caronte en resonancia con el apodo Char, de su esposa Charlene, [ojo hay que tener presente que Charón, Caronte en ingles, suena Karón; muy distinto al diminutivo de la señora del astrónomo cuyo nombre en español que sonaría como se escribe]. En menos de dos semanas el 7 de julio de 1978, fue anunciado oficialmente el descubrimiento al mundo a través de la Unión Astronómica Internacional (IAU) de la existencia de esta luna enorme en Plutón. La adopción oficial del nombre por la IAU esperó hasta finales de 1985 y se anunció el 3 de enero de 1986.

Caronte - Luna

Pronto se determino que la periodicidad se correspondía con el período de rotación de Plutón, que se conocía previamente de la curva de luz de Plutón. Esto indicó una órbita sincrónica, lo que sugería que el efecto de bulto era real y no falso. Todas las dudas se borrarían cuando Plutón y Caronte entraron en un período de cinco años de eclipses y tránsitos mutuos entre 1985 y 1990; algo que ocurre en dos intervalos del periodo orbital de 248 años de Plutón; y fue el destino que quiso que uno de estos intervalos pasara a pronto de ocurrir del descubrimiento de Caronte.

Caronte y Plutón giran alrededor uno del otro cada 6,4 días. Los dos objetos están gravitacionalmente atrapados por lo que cada uno mantienen la misma cara hacia el otro (como la Luna con la Tierra). La distancia media entre Caronte y Plutón es unos 19570 kilómetros. El descubrimiento de Caronte permitió a los astrónomos calcular con precisión la masa del sistema Plutónico y la ocultaciones mutuas revelaron sus tamaños. El diámetro de Caronte es de unos 1207 kilómetros, poco más de la mitad del diámetro de Plutón; está cubierta su superficie de hielos de nitrógeno y metano, y poco hielo de agua volátil; y al igual que Plutón, Caronte parece tener crio-géiseres activos.

El centro de masa (baricentro) del sistema Plutón-Caronte está fuera de Plutón. Dado que ninguno de ambos objetos realmente órbita al otro, se ha argumentado que Caronte debería ser considerado como parte de un sistema binario con Plutón; sin embargo la Unión Astronómica Internacional establece que Caronte es sólo un satélite de Plutón, pero la idea de que Caronte podría calificar para ser un planeta enano en sí mismo puede ser considerada en el futuro; más cuando en 2015 sean observado Plutón y sus lunas por la nave espacial New Horizons.

La principal teoría sobre el origen de Caronte se basa en el volumen y la masa de ambos cuerpos, Caronte tiene más hielo que rocas en proporción que su compañero Plutón, sugiriendo que Caronte pudo haberse formado por un impacto gigante hace unos 4,5 millones de años, al igual que la Tierra y la Luna. Así un gran objeto del cinturón de Kuiper golpeó a Plutón a gran velocidad, destruyéndose a sí mismo y evaporando gran parte del manto exterior de Plutón y Caronte, que se volvieron a unir a partir de los escombros. Sin embargo, un impacto tan grande debió dar lugar a un Caronte más gélido y a un Plutón más rocoso que lo que se ha encontrado. Otros piensan que Plutón y Caronte pudieron haber sido dos cuerpos que colisionaron antes de entrar en órbita alrededor uno del otra. La colisión habría sido lo suficientemente violenta como para hervir hielos volátiles como el metano, pero no lo suficiente como para haberse destruidos y vueltos a formar.

Hidra - Luna

Dos nuevas lunas fueron descubiertas por un grupo de astrónomos que trabajaban con imágenes del telescopio espacial Hubble el 15 de mayo de 2005, y ellas recibieron las designaciones provisionales de S/2005 P1 y S/2005 P2. La Unión Astronómica Internacional el 21 de junio de 2006 las nombró a la primera Hidra (Hydra en ingles, en honor a la serpiente de nueve cabezas que luchó contra Hércules en la mitología greco-romana. Las nueve cabezas de Hidra son una referencia a Plutón como el noveno planeta, su inicial ‘H‘ se refiere al Telescopio Hubble que descubrió a las lunas como un estudio previo para el paso seguro de la nave New Horizons en su visita al helado mundo en 2015).

Hidra

La segunda luna, más interna fue llamada Nix (la propuesta inicial era utilizar el clásico Nyx, nombre de la diosa de la noche, pero para evitar confusión con el asteroide 3908 Nyx la ortografía fue cambiada a Nix; usando la ‘ortografía egipcia‘, o como explica Jürgen Blunck, la ‘traducción española‘ del nombre griego). Estas dos pequeñas lunas orbitan a Plutón en aproximadamente dos y tres veces la distancia de Caronte; Nix la más interna a 48.700 kilómetros e Hidra a 64.800 kilómetros, ambas sobre el baricentro del sistema Plutón- Caronte. Tienen órbitas casi circulares en el mismo plano orbital que Caronte. Sus diámetros estimados se ubican entre 46 a 137 kilómetros para Nix y entre 61 a 167 kilómetros para la Hidra, la más brillante; lo interesante es que ambas lunas tienen periodos cercanos a los 25 y 38 días respectivamente, así en resonancia al sistema binario a razón de 4:1 y 6:1.

Nix - Luna

Las masas individuales de Plutón y Caronte, que hasta entonces sólo pudieron ser estimadas, con el descubrimiento de las lunas exteriores de Plutón a finales de 2005 se pudo medir, quedando Caronte con una masa de casi un 12% de la masa de Plutón; cuya masa es para efectos comparativos apenas un 0,2% la masa terrestre.

Nix

El descubrimiento de las dos pequeñas lunas sugirió que Plutón podía tener uno a más sistema de anillos; producto de impactos de cuerpos que podían crear desechos para formar anillos planetarios. Estas nuevas lunas mostraron inesperadamente lo complejo que resultó ser Plutón, apoyando la idea de la colisión entre Plutón y otro importante objeto del cinturón de Kuiper en el pasado distante. Las lunas de Plutón podían ser por tanto el resultado de haberse cristalizado los escombros del evento; y las resonancias orbitales pueden haber actuado como ‘surcos’ para reunir los escombros, esta teoría se apoya en el descubrimiento de nuevas lunas justamente en las zonas de resonancia; y simulaciones teóricas sugieren que puede haber hasta 10 lunas y uno o más sistemas de anillos rodeando Plutón. Debido a su pequeño tamaño, es probable que estas lunas tengan forma irregular; y se cree que al haberse formado a partir de los escombros de la colisión, los gases más volátiles (de nitrógeno y metano) se habrían evaporado, y en el proceso las lunas formadas serían principalmente de hielo de agua.

El 20 de julio de 2011 la NASA anunció una cuarta luna S/2011 P1 o S/2011 (134340)1 [Nota: tras ser clasificado como planeta enano a Plutón se le dio un numero como a todo cuerpo pequeño —no planeta— del sistema solar, y este es 134340], nuevamente usando el Telescopio Espacial Hubble, esta vez buscando anillos alrededor de Plutón (aún sin detectar); esta nueva luna estaba entre las otras dos pequeñas lunas, y se estima su tamaño entre 13 y 34 km; su brillo que es apenas un 10% de Nix, fue detectado porque se aumentó el tiempo de exposición de las placas fotográficas, todo ello para buscar peligros potenciales para la nave New Horizons. Para el 7 de julio 2012 se anuncia una nueva luna, esta entre Caronte y Nix, S/2012 P1 o S/2012 (134340)1; y cuyo tamaño estimado esta entre 10 y 25 km, siendo la más pequeña de las lunas hasta ahora encontradas; la idea de las resonancias se mantiene, con 20 y 32 días respectivamente tienen resonancias respectivas con el sistema binario de 3:1 y 5:1.

Kerberos - Luna

La convención para las lunas de Plutón era utilizar nombres asociados con el dios Plutón en la mitología clásica. Para decidir sobre los nombres de S/2011 P1 y S/2012 P1, Marcos Showalter y el Instituto SETI, en nombre del equipo del descubrimiento, llevaron a cabo una encuesta en internet, no vinculante, en 2013; en la que se invitó al público a plantear nombres y votar por sus nombres favoritos. Entre los citados estaban Orfeo y Eurídice, el arpista que viajo al infierno para pedir el regreso de su amada a los dioses del infiernos; ambos nombres no fueron tomados en cuenta por la existencia de asteroides con esos nombres (75 Eurídice en el cinturón de asteroides y 3361 Orfeo, uno de los asteroides Apolo, cuya órbita pasa cerca de la Tierra).

Entre los más curiosos nombre estuvo la propuesta de William Shatner, el actor que interpreta el capitán James T. Kirk en el serie Star Trek, que propuso los nombres de Vulcan y Romulus, aparentemente refiriéndose al dios del fuego Vulcano (sobrino de Plutón), y Rómulo el fundador de Roma, pero que también aluden a los planetas de ficción de Vulcan y Romulus en el universo de Star Trek; sin embargo, ‘Vulcano‘ es inaceptable para la IAU, porque no era el nombre de una deidad del mundo subterrenal, y ya había sido usado por un hipotético planeta dentro de la órbita de Mercurio, así como además de haber dado su nombre a los asteroides vulcanoides (aún sin descubrir), por su parte Rómulo es una de las dos lunas de otro asteroide, 87 Silvia, siendo en el mito la madre de los fundadores de Roma, Rómulo y Remo (el nombre de la otra luna de ese sistema). Finalmente en julio de 2013 la IAU anunció que aprobó formalmente los nombres de: Kerberos (usando el nombre griego del perro de tres cabezas que guarda los infiernos, ya que el latino corresponde al asteroide 1865 Cerberus) y Estigia (Styx en ingles, nombre del río que separa el mundo de los vivos y el de los muerto).

Estigia - Luna

El trabajo de investigación que condujo al descubrimiento de estas nuevas lunas era en preparación para la misión de la sonda espacial New Horizons, actualmente en ruta hacia el sistema de Plutón con sobrevuelo programado para el 14 de julio de 2015. El descubrimiento de más luna ha aumentado la preocupación de que esta región del espacio puede albergar nuevos cuerpos demasiado pequeños para ser detectados desde la Tierra, lo que hace temer que la sonda puede ser dañada por un objeto desconocido o algún anillo a medida que atraviese el sistema a una velocidad de más de 13 km/s, pudiendo aparecer lunas diminutas, como la luna Palene de Saturno, que tienden a estar asociadas con los anillos tenues o arcos, y que su gravedad no es capaz de mantener el material expulsado por impactos de meteoritos; siendo dicho material difuso el principal peligro para la navegación. Los planes actuales son que la New Horizons pase justo dentro de la órbita de la luna más interior, Caronte, pero esto podría cambiar si las observaciones o los modelos sugieren la existencia de una amenaza potencial para el equipo.

Cuadro Comparativo

Cuerpo del sistema Diámetro(km) Radio Orb. *(km) Periodo Orb. (días) Periodo Orb. respecto a Caronte
Plutón 2.306 13 6,4 1
Caronte (Charon) 1.207 17.536 6,4 1
Estigia (Styx) ~ 18 ~ 42.000 20,2 ~ 3
Nix (Noche) ~ 72 48.708 24,9 ~ 4
Kerberos (Cerbero) ~ 24 ~ 59.000 32,1 ~ 5
Hidra (Hydra) ~ 114 64.749 38,2 ~ 6

* Radio orbital respecto al baricentro común del sistema binario

Distancias Comparativas (tamaños no a escala)

La familia de Cerbero (Kerberos)

Kerberos, en español Cerbero, o más comúnmente Can (Perro) Cerbero, era el perro gigante que guarda las puertas del Hades, llamado también el sabueso de Hades. Kerberos fue destinado en tal lugar, permitiendo a las almas entrar, pero evitando que los fantasmas de los muertos salieran del inframundo. Kerberos es descrito como un perro de tres cabezas con cola de serpiente, una melena de serpientes, y las garras de un león. Algunos dicen que tenía cincuenta cabezas, aunque este número podría haber incluido las serpientes de su melena serpentina.

A Kerberos se le conoce una sola vez que no estuvo en su puesto de guardia; cuando Heracles/Hércules fue enviado en su décimo segundo trabajo a buscarlo y llevarlo donde el rey Euristeo; quien pensaba que tal trabajo era imposible de realizar; pero al contemplar a la bestia el rey tuvo tanto pavor que pidió que fuera devuelto a su lugar de origen a la brevedad. Para tamaña hazaña Heracles contó con la ayuda de la diosa Perséfone quien hablo con su marido Hades para dar el permiso para poder llevarse el perro; este autorizo ello siempre que pudiera llevárselo sin usar ninguna de las armas por el héroe traía; aquí intervino Hermes, quien le dio a héroe unas ramas cuyo contacto sobre a piel adormecían a la bestia; así Heracles pudo agarrarlo por el cuello y lo cargó sobre sus hombros hasta la corte real.

2

Otros personajes se han visto contra el terrible monstruo, Orfeo con dulce canto y suave toque de la lira logro dormir al perro, cuando iba de regreso con el fantasma de Eurídice, tras haber conquistado con su música el favor de los soberanos del inframundo; pronto se supo que el truco para salir del reino de Hades sin tener problemas con el perro de tres cabezas era dormirle; Psique y Eneas en su visita a los infiernos le dieron de comer un pastel de trigo y miel, que ocultaba en tal dulce sabor los sedantes que dormían a la bestia. Se sabe que Teseo (hijo de Poseidón) intento repetir la proeza de Orfeo con su amigo Pirítoo (un hijo de Zeus), para rescatar a su difunta Hipolita; pero Pirítoo intentó secuestrar también Perséfone, por lo que Hades lo dejo atrapado para siempre en la Silla del Olvido y Teseo logro salir del inframundo sin su esposa, pero no se indica como paso la puerta custodiada por el sabueso infernal, aunque es presumible que, como gran listo y astuto que era, uso una estrategia similar a la de Psique.

Kerberos era a saber uno de los tantos monstruos hijos a su vez de una pareja de monstruos, el terrible Tifón y la horrible Equidna (mitad mujer mitad serpiente o dragón). Estas bestias eran: (1) Kerberos, (2) Hidra (la serpiente de nueve cabezas), (3) Ortos (un perro bicéfalo) y la (4) Quimera (una criatura que combinaba los cuerpos del león, la cabra y la serpiente), hijos de Ortos y Quimera serán la Esfinge (mitad mujer, mitad león) y el León de Nemea (muerto por Heracles); se incluyen entre los hijos de la pareja a dos dragones más; (6) Ladón, el dragón de las Hesperides (el guardián de las manzanas doradas), y el (7) dragón de Coquilde (guardián del Vellocino de Oro); así como la (8) Cerda de Cromión (quien fue la madre de el terrible jabalí de Erimanto y el enorme jabalí de Calidón); entre la descendencia de la pareja se incluye el (9) Águila del Caucaso (que devoraba todos los días las entrañas de Prometeo) y Equidanes (un gigante mitad hombre, mitad serpiente que al intentar subir al Olimpo muerto por Ares).

De toda esta descendencia terrible tenemos que varios fueron muertos por Heracles en sus distintos trabajos; el León de Nemea en el primer trabajo, donde el héroe a manos desnudas agarró y ahogó a la bestia, posteriormente usando sus garras logró despellejarla y usar su piel como armadura, y su cabeza como yelmo, ya que tenía una piel tan gruesa que resultaba impenetrable a las armas.

La Hidra de Lerna, de su segundo trabajo, fue un poco más difícil; cada vez que cortaba una cabeza, surgían otras dos, por ello el número de cabezas de la Hidra suele ser algo confuso, siendo los más comunes tres, cinco, siete y nueve; lo más probable es que eran tres y como con cada corte salían terminaron siendo nueve; para matar finalmente a la serpiente multicéfala Heracles se ayudó con su sobrino Yolao, quien quemaba los muñones recién cortados para evitar que salieran nuevas cabezas. Las fechas de Heracles fueron bañadas en esa oportunidad con la venenosa sangre de la Hidra. En su cuarto trabajo tiene que matar al jabalí de Erimanto, pero en este viaje visita al centauro Folo, quien al brindarle un poco de su vino destapa un pandemonio con el resto de sus compañeros, muchos, incluido Folo, murieron por el roce de aquellas flechas cargadas de veneno. En su décimo trabajo, robar el ganado de Gerión (Gigante con tres torsos), tuvo que matar al perro bicéfalo Orto (el hermano de Kerbero) que cuidaba el rebaño de toros rojos del gigante. Luego en su siguiente viaje por las manzanas doradas (décimo primer trabajo) Heracles libera al atrapado Prometeo, a cambio de la ayuda para conseguir las manzanas, para ello mata al Águila del Caucaso; no tuvo que matar a Ladón (el dragón que cuidaba las manzanas) porque reemplazando a Atlas en el sostén del mundo, el titán obtuvo de sus hijas, las Hesperides, las manzanas requeridas. El dragón de la Coquilde también tuvo suerte, cuando Jason llega a buscar el vellocino de oro, la bruja Medea duerme al dragón mientras Jason roba la prenda. Pero el jabalí de Calidón fue muerto por la heroína Atalanta; la Cerda de Cromión muerta por Teseo; la Quimera cae ante el héroe Belerofonte, montado en el caballo volador Pegaso, y la Esfinge es vencida en su propio juego por el sufrido Edipo.

Los nuevos centauros: Orius, el planeta que busca la media naranja.

En enero de este año fueron nombrados dos centauros más a la lista de los ya conocidos; el primero descubierto en abril de 2009 por K. Cernis y I. Eglitis en Baldone (Letonia), se le asigno como nombre 2009 HW77 y número 330836, recibió el nombre final de Orius, a veces escrito Oreius, en español Orio. Este centauro tiene una inclinación de casi 18° respecto a la eclíptica; con una excentricidad de 0,42 transita entre el exterior de la órbita de Saturno (12,4 UA) hasta poco más de la órbita de Neptuno (30,4 UA), teniendo un periodo de 99 años. Su tamaño es pequeño, estimado en unos 65 km aproximadamente. Como dato su descubrimiento se lo ubico entre 3° y 4° Escorpio; en oposición a la posición que tuvo Quirón, cuyo descubrimiento fue en 3° Tauro.

El mito sólo nombra al centauro Orio como que vivía en las montañas y murió a manos de Heracles cuando embriagado por el olor del vino de Folo bajo de la montaña e intentó robarlo junto con otros de sus hermanos. Como dato curioso el nombre de Oreius fue usado por C. S. Lewis, el autor de ‘Las Cronicas de Narnia‘, para nombrar al centauro que comandaba las tropas del Rey Peter contra la Bruja Blanca en el primero de los libros, ‘El León la Bruja y el Guardarropa‘.

El nombre de Ourea es un genérico para designar montaña; se dice que los dioses y diosas que gobernaban las montañas eran descendientes de Gea/Gaya (la Tierra); estos espíritus rara vez se metieron en disputas, ni con los titanes, ni con los Olímpicos. Entre los más conocidos tenemos a: Athos (dios de la montaña de Tracia); Citerón, Helicón, Parnes y Nisa (dioses del macizo montañoso en Beocia); Olimpo (dios la montaña más alta de Grecia, situada en Tesalia); Tmolo (dios de la montaña de Lidia en Anatolia); Etna (diosa del volcán de Sicilia y amada de Hefesto) y Oreius/Orio (dios de la montaña Otris, en Malis, en el sur de Tesalia).

Descendientes de estos dioses de las montañas nacerían las Oreiades, que eran las ninfas de las coníferas de la montaña, siendo sus hermanos los Sátiros (seres que cuidaban a las criaturas de las forestas) y los Curetes (demonios cuyas danzas y cantos ocultaron los llantos del infante Zeus de su temible padre, el titan Cronos). Hay que entender que los bosques de la antigua Grecia se encontraban principalmente en las montañas, ya que la mayoría de la tierras bajas había sido despejadas para la agricultura; y era natural para los griegos pensar en las dríades y los sátiros como espíritus de las montañas y los bosques.

El dios de la montaña Oreius/Oreo fue el padre de: Oxylos (espíritu del árbol de Haya) y de Hamadryas (diosa del árbol del Ciruelo); juntos ambos hermanos tuvieron a un grupo de las dríades (espíritus de los arboles) llamados las Hamadriades, que eran las ninfas y daimones que se asocian generalmente con los árboles del lado del río y a los bosques sagrados; entre los hijos de estos hermanos se encuentran: Carya (espíritu del nogal), Balanos (espíritu el roble), Craneia (espíritu del cerezo), Morea (espíritu del árbol de moras), Aigeiros (espíritu del álamo negro), Ptelea (espíritu del olmo), Ampelos (espíritu del árbol de vid) y Syke (espíritu de la higuera). Otras dríades, de otros padres, eran las Melias (diosas de los fresnos); las Meliades (diosas de los arboles frutales como la manzana) y Dafne, ninfa que se transformó en el árbol de laurel al huir de Apolo; solo por citar algunas de estas ninfas.

El segundo mito sobre un Oreios habla de una ninfa llamada Polifonte, ella formaba parte del séquito de la diosa Artemisa, despreciaba el matrimonio y el amor con los hombres, por ello huyo al bosque, lugar donde Afrodita la castigó haciendo que se enamorara de un oso. Fruto de esas relaciones contra natura nacerían: Oreios y Agrios, seres mitad hombre y mitad oso. Cuando crecieron se transformaron en bestias antropófagas, por lo que Zeus dispuso su muerte enviado a Hermes para tal fin; Ares intervino ya que Polifonte era una de sus nietas y transformo a sus bisnietos en aves: Oreios fue transformado en búho (un ave cuya presencia no presagia nada bueno para nadie), y Agrios en buitre (el ave más detestada por los dioses y los hombres por su amor a la carne de cadáveres).

Sobre los aspectos astrólogicos de Orius/Orio se señala que este centauro se mueve entre la mente consciente y racional (Saturno) al inconsciente (las ideas creativas); se encuentra en una búsqueda de sus orígenes, de volver a reinventarse, regresar en el tiempo para buscar lo que se ha perdido u olvidado; de encontrarse internamente; saber quien es y por qué. Las respuestas muchas veces en encuentran justo en quien esta a su lado; con el opuesto que le complementa, por quien darías la vida que llevas o dejarías todo lo que hoy eres por volver ser como alguna vez fueron o lo que podrían llegar a ser.

Otros autores expresan sobre este centauro lo siguiente:

Amable de Astrología Transneptuniana señala: «Al igual que la quinta línea mutable del hexagrama nº 38 del I Ching, (330836) Orius puede abrirse camino para conseguir iniciar una relación, superando múltiples obstaculos. (330836) Orius también es capaz de establecer entendimiento en situaciones en las que inicialmente hay grandes divergencias en los puntos de vista, rivalidades o incompatibilidad de carácteres, al igual que sucede en las películas «Star Trek» (2009) y «La proposición » (2009)».

Philip Sedgwick señala sobre el «cuerpo menor del sistema solar 330.836 (2009 HW77), ahora conocido como Orius, sigue siendo un poco un enigma mítico. Aunque he rastreado las fuentes habituales, simplemente no hay mucho escrito en términos de su tradición. … asesinado por Hércules en la batalla por el vino sagrado que tuvo lugar en la cueva de Folo. Así que parece interpretativamente, nos quedamos con la comprensión astrológica derivada de los datos astronómicos. … Con los años he utilizado los componentes de una órbita que se puede traducir astrológicamente. En el caso de Orius vemos su declaración de la misión definida por el nodo heliocéntrica a 20° Taurus. La lista de prioridades y las preocupaciones urgentes de Orius salen a la luz por donde se mueve el más rápido y gira alrededor del Sol en el perihelio 11° Libra. Orius pesa con un potente tema de Taurus-Libra, basándose en gran medida en el denominador común de esos signos gobernados por Venus. Orius se centra en las prioridades de la relación, así como las metas y aspiraciones que se podría celebrar en cuanto el éxito en la vida. Estas influencias combinadas también pueden notar que cualquier confusión con respecto a factores en las relaciones que necesitan ser resueltos antes de dar el paso total del compromiso. … En general, por Orius, nos miramos en asuntos de relaciones y las percepciones sociales de esas relaciones y desde la óptica de cómo esas interacciones pueden afectar a la posición social. En lo positivo da perceptiva de las demandas de la sociedad, el sentido de lo que la gente quiere y creen que necesitan, favorable sensible a los sentidos, equilibrada y justa, percepciones claras de objetivos materiales, la evaluación precisa de los atributos internos y en sintonía con la creatividad. Claridad en la idea de que una relación no te hace exitoso, ni el éxito te hace fácil identificarse; en lo negativo suele ser codicioso, posesivo, como director de una forma de control, visión confusa sobre el materialismo y las prioridades de la relación» .

Faetón, el mundo destrozado por Júpiter

La ley de Titius-Bode, incluso pudiendo ser solo una curiosidad matemática, tuvo una gran importancia en el desarrollo de la Astronomía de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Así en 1766 Johann Daniel Titius y posteriormente en 1772 el director del Observatorio de Berlín, Johann Elert Bode encontraron una regla simple matemática que daba de forma muy exacta la distancia de los planetas respecto al sol en Unidades Astronómicas; aunque algunos dicen que el primero en proponerla fue Christian Wolff en 1724.

La hoy conocida como ley de Titius-Bode señala que la distancia ‘a’ obedece a la relación: a=[(n+4)/10]; con n igual al doble del número anterior, empezando en 0 para Mercurio, 3 para Venus, 6 para la Tierra y así sucesivamente.

Planeta Posición respecto al sol n Distancia calculada Distancia oficial
Mercurio 1 0 0,4 0,39
Venus 2 3 0,7 0,72
Tierra 3 6 1,0 1,00
Marte 4 12 1,6 1,52
Ceres (1801) 5 24 2,8 2,77
Júpiter 6 48 5,2 5,20
Saturno 7 96 10,0 9,54
Urano (1781) 8 192 19,6 19,20
Neptuno (1846) 9 30,60
Plutón (1930) 10 384 38,8 39,44

Cuando originalmente se publicó, la ley era satisfecha por todos los planetas conocidos, desde Mercurio hasta Saturno, con un hueco entre el cuarto y quinto planeta; este hecho se consideró interesante, pero de ninguna importancia hasta el descubrimiento de Urano en 1781, que estaba a 19,18 UA, y qué encajó pulcramente en la serie y no hizo más que confirmar la ley publicada solo tres años antes; lo que llevó a pensar que faltaba un planeta, en el quinto lugar a 2,8 UA. Basado en su nueva credibilidad, Bode inició la búsqueda del quinto planeta.

En el congreso astronómico que tuvo lugar en Gotha, Alemania, en 1796, el francés Joseph Lalande recomendó su búsqueda. Entre cinco astrónomos se repartieron el zodiaco en la búsqueda del quinto planeta y finalmente el 1 de enero de 1801, en el Observatorio de Palermo el monje Giuseppe Piazzi, que no pertenecía a la comisión de búsqueda, descubrió Ceres, el primero de los asteroides. Carl Friedrich Gauss, el gran matemático, cálculo de la órbita de Ceres con los pocos datos de la órbita conseguidos por Piazzi. Calculada su órbita, resultó se un cuerpo que orbitaba entre Marte y Júpiter; es decir, el cuerpo que faltaba según la ley de Titius-Bode.

Sin embargo, en 1802 el astrónomo Heinrich Wilhelm Matthäus Olbers descubrió y nombró a otro objeto en la misma órbita general que Ceres, se trataba del asteroide Palas. Olbers propuso que estos nuevos descubrimientos fueron los fragmentos de un planeta alterado que anteriormente había girado en torno al sol. También predijo que más de estas piezas se encontrarían. El descubrimiento del asteroide Juno (1804) por Karl Ludwig Harding y Vesta (1807) por Olbers lo que reforzó la hipótesis de un planeta originario destrozado.

Así durante el siglo XIX, a medida que los asteroides eran descubiertos, estos nuevos objetos celestes eran considerados planetas. Júpiter paso a ser el sexto planeta tras el descubrimiento de Ceres. Entre 1845 y 1851, once asteroides adicionales fueron descubiertos y Júpiter se había convertido en el planeta número veinte. En este punto, los astrónomos empezaron a clasificar los nuevos cuerpo como asteroides (similares a estrellas). Después de la reclasificación de los asteroides en su propio grupo, Júpiter volvió a ser el quinto planeta una vez más. Con la nueva definición del término planeta en 2006, Ceres ya no es un asteroide, sino que entra en el conjunto de planetas enanos, siendo el único en esta categoría dentro del sistema solar interior.

El descubrimiento de los distintos asteroides del cinturón principal hizo que los científicos buscaran explicaciones lógicas para su origen y tratar de mantener la ley de Titius-Bode no como una curiosidad matemática, sino como algo cierto entre los cuerpos celestes; pero el descubrimiento de Neptuno en 1846, fuera de las predicciones de la Ley ya ponían en duda la veracidad de la misma. Pero la ley de Titius-Bode aún persistía en la mente de los científicos; el descubrimiento de Plutón en 1930 parecía corresponder con la posición que debería tener Neptuno, así la explicación era que Neptuno era un cuerpo extraño al sistema solar. Hoy nadie considera la ley de Titius-Bode salvo como algo más que un recurso mnemotécnico y no como un cálculo astronómico exacto; aunque se han hecho modificaciones a la misma, estas buscando relaciones logarítmicas entre los planetas, y en los gigantes gaseosos en sus grandes lunas encontrándose buenas correspondencias; pero ello bien lejos de la ley original.

Pero fuera de esta discusión sobre la veracidad o no de la ley de Titius-Bode, había que dar una explicación al origen del cinturón principal de asteroides; la propuesta inicial fue la existencia de un planeta entre Marte y Júpiter que existía en donde hoy se ubica el cinturón de asteroides, ello se conoció como la ‘Teoría de la Interrupción‘. Esta teoría afirma que hubo una vez un planeta importante dentro del sistema solar que circulaba en la brecha actual entre Marte y Júpiter, que fue destruido cuando se desvió demasiado cerca de Júpiter y fue destrozado por la poderosa gravedad del gigante de gas, otros proponen que este cuerpo fue golpeado por otro gran cuerpo celeste. En el siglo XX, el investigador sobre meteoritos ruso, Yevgeny Leonidovich Krinov, que participaba en la investigación del suceso de Tunguska, sugirió que el planeta que explotó en la teoría de Olbers debía ser nombrado Faetón (Phaeton, Phaethon) en referencia al hijo del dios del sol de la mitología griega, que trató de conducir el carro solar de su padre un día con resultados desastrosos y que fue finalmente destruido por Zeus (Júpiter).

Planeta Faetón

Hoy, la hipótesis Faetón se ha sustituido por el ‘Modelo de acreción‘. La mayoría de los astrónomos creen que los asteroides en el cinturón principal son los restos del disco protoplanetario, y que en esta región la agrupación de remanentes protoplanetarios para formar uno o más planetas fue impedido por la gran perturbación gravitatoria inducida por Júpiter durante el período de formación del sistema solar. Pero la hipótesis del mundo Faestón sigue siendo defendida por algunos no científicos. Un defensor notable es Zecharia Sitchin, quien ha propuesto, basado en su lectura de la antigua mitología Sumeria, que el planeta conocido por los sumerios como Tiamat fue destruido por un planeta errante llamado Nibiru y resultado de ese choque nacieron la Tierra, la Luna y el cinturón de asteroides; pero esta obra es ampliamente considerada como pseudociencia. Otras propuestas son en 1988, Donald W. Patten que escribió un libro titulado ‘El catastrofismo y el Antiguo Testamento‘ aquí un pequeño planeta que llamo Astra se acercó a Marte y, al llegar al límite de Roche, se rompió al igual que el cometa Shoemaker-Levy 9 hizo cuando se acercó a Júpiter en 1994, pero esta propuesta está también dentro de la pseudociencia ya que el tamaño de Marte hace que su límite de Roche se encuentre casi a un radio del planeta.

La idea de la existencia de un quinto planeta no ha sido del todo abandonada por la ciencia; tras el descubrimiento de los primeros planetas extras solares se observó que la mayoría eran cuerpos gaseosos similares a Júpiter, pero, a diferencia de nuestro gigante gaseoso, estos mundos giran muy cerca de la estrella, fueron llamados Júpiter calientes, y están a distancias incluso menores que nuestro Mercurio del Sol, donde no era posible que esos mundos se formaran, y se postulo que tras la formación de estos gigantes gaseosos, los mismos iban perdiendo momentum angular al chocar con los distintos cuerpos del disco protoplanetario original de sus sistemas solares. El frenado hacía que los planetas entraran en orbita espiral hasta alcanzar órbitas muy cercanas a sus respectivos soles. En 2002 los científicos John Chambers y Jack Lissauer plantearon la propuesta del Planeta V; un cuerpo que debió haber existido entre Marte y Júpiter, y al igual que los planetas extrasolares, desarrollo una orbita excéntrica e inestable producto de las colisiones con los restos del disco protoplanetario, el resultado es que hace unos cuatro mil millones de años este cuerpo terminó entrando dentro del sistema solar interior hasta terminar cayendo dentro del Sol; hechos que ocurrieron justo con el periodo de bombardeo pesado tardío; aunque este mundo no tuvo nada que ver con la formación del cinturón de asteroides; su existencia apunta a resolver situaciones como la existencia del Helio-3 en la superficie solar; el Helio-3 es un isótopo raro en las estrellas, pero común en los gigantes gaseosos; y otros problemas similares.

Faetón en los mitos

Faetón (Phaeton o Phaethon, que traduce brillante) forma parte de una genealogía distinta a la rama de los dioses olimpicos (hijos o familiares de Zeus). Sus padres eran el titán Helios (el dios sol, hermano de Semele, la diosa de la Luna y Eos, la diosa de la Aurora) y la oceánide Climena/Merope (nombre que traduce Fama/La que gira el rostro, y con este segundo nombre se relaciona con otra ninfa Clitia (Gloria), que al perder el amor del sol, aquí Apolo, se volvió un girasol, cuya flor lo sigue en el cielo; pero hay que tener cuidado de no confundir con otra ninfa de igual nombre Asia/Climena, esposa del titan Japeto y madre del Prometeo, Epimeteo, Atlas y Menecio, quien aquí se refiere a la oceánide que habitaba en Anatolia y que dio nombre a todo el continente al oriente de Grecia). Los abuelos por parte paterna de Faetón fueron Hiperión (fuego astral, el dios sol en la época de los titanes), el titan que gobernaba oriente y Tea (Theia, la diosa de la vista —oráculo, astrología—).

faeton

Así Faetón era en principio hermano de las ninfas Heliades; aunque otras versiones le ponen como madre a la ninfa Rodas (Rhode, también llamada Halia = sal marina), siendo por esta rama hermano de los Heliadae (genios marinos que sacaron a los Telequines, daimones marinos, de su isla y se dieron a su madre, isla que paso a llevar su nombre y donde la ninfa instauró el culto a su amante celeste, resultando en la construcción del Coloso de Rodas). Su padre Helios tiene entre sus otros nombres el de Febo (Phoebus = resplandeciente), mismo epíteto dado al dios Apolo, por ello ambos dioses (Helios y Apolo) se confunden muchas veces como padres de Faetón. Otras medio hermanas famosas de Faetón fueron la bruja Circe que transformó a los hombres de Odiseo/Ulises en cerdos y Pasifae la reina cretence esposa de Minos y madre del Minotauro; estas son algunas de hijas que el dios Helios tuvo con otra ninfa llamada Perces.

Helios

Fuera de estas discrepacias y otros parentescos en su ascendencia el mito de este joven titán se refiere a pedir a su padre manejar el carro del sol, con consecuencias funestas para todos. Según las historias Epafo (hijo de Zeus e Io) reinaba en Egipto, donde su madre había huido de la furia de Hera, y tenía gran amistad con Faetón, pero aunque eran amigos, las disputas por su ascendencias se presentaban entre ambos; tuvo la mala fortuna Epafo que llegó a reprocharle a Faetón de que era hijo de padre desconocido; ya que su madre ya lo cargaba cuando desposo con Merope (aquí un rey de Etiopía), él cual que había adoptado a Faetón.

Hiperion

Ante esta ofensa Faetón fue donde su madre y pidió que le revelara el verdadero nombre de su padre, así como consejo para perpetrar una venganza o hallar algún modo de recuperar el honor perdido. Climena reveló a su hijo que su padre era el increíble dios del sol, y le aconsejó a su hijo que solicitara el permiso de su verdadero padre para conducir su carro aunque sólo fuera por un día para así demostrar a todo el mundo la verdad de su nacimiento. Faetón acudió a Helio para comprobar si era verdad, el dios al saber lo ocurrido reconoció su paternidad y juro por la diosa de laguna Estigia (lo que convertía el juramento en irrevocable) que ayudaría a su hijo a cobrar la afrenta; fue cuando su hijo, siguiendo el consejo de su madre, pidió a su padre en manejar el carro del sol por un día. Imposibilitado de no poder romper el juramente Helios tuvo que ceder ante los ruegos de su hijo, consciente de los peligros que implica conducir el carro solar y se dispuso a preparar el carro para el siguiente amanecer.

Coloso de Rodas

Faetón había montado ya en el carro, pero antes de que emprendiera el vuelo, Helios le aconsejó que no subiera demasiado al cielo, pero que tampoco estuviera muy cerca de la tierra, pues ambas cosas resultarían muy peligrosas. Pero la juventud de Faetón fue pronto notada por los briosos corceles, y el joven fue incapaz de mantener el control de las riendas y de los caballos. El carro dejó su curso acostumbrado, y primero se apartó y atravesó el cielo, prendiéndole fuego, las marcas de ese incendio celeste aún son visibles en lo que hoy se llama la vía láctea, y después el carro trajo los rayos abrasadores a muchas partes de la tierra habitada y quemado la tierra misma, así surgió el desierto del Sahara, y sus gentes se volvieron de tez oscura; secó entonces los ríos, y Poseidón surgió de las aguas con su tridente a tratar de detenerlo, pero no pudo con el intenso calor y se vio obligado a bajar a las profundidades del mar que ya empezaba a evaporar. La tierra (Gaia) gimió de desesperación y pidió a Zeus que detuviera tal tormento. Zeus, enojado por lo que había sucedido, hirió Faetón con un rayo y envió a su hijo Apolo a que llevara al carro del sol a su curso acostumbrado.

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Faetón, que cayó a la tierra en un torbellino hasta golpear contra la desembocadura del río Erídano, llamado en esas tierras con el nombre de Pados (el actual río Po, al norte de Italia). El sitio donde cayó su cuerpo calcinado oscureció las aguas dando origen al betún del río, aguas que hasta hoy día se ven afectadas hasta el punto de agotamiento por el olor nauseabundo que dejó el cuerpo humeante de Faetón.

El rey Cicno de los Ligures (en el norte de Italia) fue hasta el lugar para tratar de ayudar a su amigo y rescatar el cuerpo; pero la pena de su muerte pudo más que sus fuerzas, apenas logró llegar a la orilla, sus llantos envolvieron el lugar, y los dioses lo transformaron en cisne, que desde entonces odia el fuego y el calor, por ello los cisnes migran al norte escapando del sol ardiente del verano.

faeton_2

Sus hermanas, las Helíadas, finalmente llegaron y recogieron su cuerpo, le rindieron honores fúnebres y lo enterraron. Sumidas en la tristeza sus lágrimas constituyeron el ámbar que se encuentra aún en ese río y después, fueron metamorfoseadas en álamos. Por su parte Helios perdió no solo a su hijo, sino el carro solar, que pasó por orden de Zeus a su hijo Apolo, que desde entonces es el dios que conduce el carro solar. La moraleja de esta leyenda es que los padres deben aprender a no ser excesivamente permisivos con los caprichos de sus hijos, porque, como en este caso, podrían procurarle la muerte.

Apolo y las musas; la Aurora abre el día