Los nuevos centauros: Rhiphonos, el planeta de la lucha contra el destino

El segundo centauro al que se le puso nombre fue a Rhiphonos, cuerpo descubierto el 28 de agosto de 2009 por T. V. Kryachko en el Observatorio de Engelhardt, Zelenchukskaya, Rusia. Tuvo como nombre provisional 2009 QV38, y tiene asignado el número 346889. El nombre actual fue sugerido por A. Mimeev, siendo Rhiphonos (Riphonus, Rifonos en español) uno de los doce centauros que se unieron a Dionisio en su viaje a la India.

Rhiphonos tiene una órbita cuyo perihelio se ubica a unas 6 UA, ligeramente sobre la órbita de Júpiter y su afelio alcanza 15,7 UA, esto es a mitad de camino entre Saturno y Urano, cruzando solamente la órbita de Saturno. Rhiphonos tiene una inclinación de casi 20°; estando su perihelio y nodo norte ubicados ambos en Aries a 25° y 11° respectivamente. El tamaño de este objeto se estima en unos 30 km; siendo el más pequeño centauro con nombre asignado (Pilenor/1994 TA con 25 km aproximadamente no cuenta ya que no ha sido nombrado oficialmente y su nombre es por el momento un apodo dado por las sociedades astrológicas por cariño). Su periodo de rotación es de unos 35,7 años, haciendo conjunción con Júpiter, Saturno y Urano cada 17, 170 y 62 años en promedio; claro que por su órbita elíptica, con unos 0,44 de excentricidad, estos tiempos cambian un poco, y hay que tener presente que las conjunciones son vistas desde la Tierra como centro del cosmo antiguo y no desde el Sol sobre la cual todos giran. Así con Júpiter hay conjunciones cada 14/15 años y 21 años en forma alterna, como señalan los históricos en: 1908, 1922, 1943, 1958, 1979, 1993 y la siguiente ocurrirá el próximo año en 2014. Con Saturno en 1926, 1937 y 1951; la próxima ocurrirá cerca de finales del 2100, donde también tendrá conjunción con Marte y Júpiter, casi todos juntos al mismo tiempo; y finalmente con Urano ocurrieron conjunciones entre 1938-1939 y 2009; la siguiente se espera para finales de 2076.

Si bien el mito de Orius/Orio es corto y casi insignificante; un centauro más muerto por Heracles ; con Rhiphonos pasa lo contrario, forma parte de un grupo particular de centauros, conocidos como las Bestias de Lamos . En la tradición se mencionan al menos cinco razas de centauros, el primero de todos es Quirón , sus parientes y su descendencia, estos son los centauros del monte Pelión en Tesalia , en la Grecia continental; Quirón era descendiente de Cronos , y por tanto medio hermano de Zeus , siendo el único de los centauros con naturaleza inmortal.

La segunda familia son los centauros de Magnesia , al norte este de la Grecia continental; nietos de la ninfa Nefele , violada por el rey lapita Ixión , quien la confundió con Hera . El hijo de esta relación, Kentauro , tendría relaciones contra natura con las yeguas de la región y de ellas nacerían los centauros de la región. La mayoría de este grupo murió luchando contra el pueblo Lapita, con quienes eran parientes, cuando en la boda del rey Píritoo intentaron, al emborracharse, robar a la novia y otras féminas.

El tercer grupo son los centauros del Peloponeso, según unas versiones hijos de Ixión y Nefele, según otra estos eran hijos del dios de los campos Sileno y la ninfa Melia (diosa de la miel, el árbol de fresno y/o de un manantial en Laconia); entre estos se encuentran los famosos Folo, Asbolo, Orio y otros, muchos de ellos muertos por Heracles cuando embriagados por el olor del vino de Folo quisieron robarlo; este grupo de centauros se relacionaba familiarmente con los sátiros (Sileno era un sátiro), y era una forma de vincular ambas razas con los bosque y los peligros de las montañas.

El cuarto grupo son los centauros o Bestias de Chipre; según el mito cuando Afrodita, recién nacida de la espuma del mar llego a Chipre, Zeus quiso violarla, pero la chica escapó de los intentos de su padre (en esta versión Afrodita se la pone como hija de Zeus y una ninfa marina llamada Dione —Diosa—, una forma de justificar que incluso la diosa del amor estaba bajo los designios del dios de los cielo); el semen cayo sobre la tierra donde Gea/Gaya, siempre fecunda dio a luz a una serie de daimones, responsables de la fecundidad de la isla; la apariencia de estos seres era más similar a de los faunos pero con cuernos de toros; pero en la tradición se les llamó centauros.

La quinta especie de centauros fueron las Bestias de Lamos; en Cilicia (al sur de Anatolia, hoy Turquía). Según el mito tras nacer Dioniso/Baco este fue puesto al cuidado de la ninfas Híades (hijas del titan Atlas y la oceanida Etra —No confundir con la hija del rey Piteo y madre del héroe Teseo, de igual nombre—). Las Híades estaban vinculadas por parentesco a las Pleyades (hijas de Atlas y la ninfa Pleyade) y a las Hesperides (hijas de Atlas y la diosa Hesperide/Crepúsculo). Las Híades, al igual que sus otras medio hermanas eran un grupo de siete ninfas; sus hombres eran: Félise, Córonide, Eudora, Ambroxía, Feo, Polixo y Dione (esta ultima no confundirla con la madre de Afrodita que era una oceánida).

El niño Dioniso/Baco pasaba más tiempo al cuidado de los hijos de estas ninfas, quienes para ocultar al niño de la celosa Hera lo disfrazaban vistiéndolo de niña. Pero los cambios de apariencia del infante no pasaron desapercibidos a la diosa de los mil ojos quien castigó a los chicos transformándolos en las Bestias de Lamos (nombre del río donde habitaban las ninfas). Estas bestias son descritas con cuernos de toros, con piernas y colas de caballo; pero como con el grupo anterior su apariencia seguramente era más similar a los sátiros que a centauros; el poeta Homero llamaba bestias a los centauros, de ahí posiblemente se les identifique como sinónimos. La tradición señala también que las Bestias de Lamos halaban el carro del dios Dioniso/Baco , ello incrementando más la asociación.

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Las Bestias de Lamos eran doce: Anfítemis (Tradición oral); Aisakos (Rama de árbol), Orfaon (Erigir/Levantar), Petreo (Roca), Fauno (Portador), Fanes (Tiempo), Ceteo (Barranco/Gobernar), Gleneo (Juego), Euribio (Larga vida), Espargeo (Envuelto con paños), Nomeion (Medidor) y Rifonos (Lanzador). Ya Dioniso/Baco adulto siguió siendo acompañado por estos centauros, quienes lo ayudaron en su viaje a India y lo siguieron defendiendo, ahora ayudados por su terrible aspecto de bestia.

De las ninfas Híades se sabe que siguieron el destino de sus hermanas, las Hesperides subieron al cielo como las siete estrellas de la constelación de la Osa Menor; las Pleyades perseguidas por Orión fueron puestas en los cielos como un pequeño y brillante grupo de estrellas en la constelación de Tauro, el toro furioso que las protege y se interpone en el paso del cazador que las persigue aún en los cielos; y las Híades, tristes por el destino de sus hijos (o de un hermano muerto) forman hoy el grupo de siete estrellas que describen la letra V de la cabeza del Toro (sin incluir a la brillante Aldebarán, el rojo ojo del Toro).

Sobre la influencia astrológica de Rhiphonos poco, por no decir nada, se ha dicho; pero mientras Orius mira al pasado para así poder ver el futuro; Rhiphonos se mueve en sentido contrario, ve hacia el futuro, en el se muestra el destino inevitable y de donde viene la lucha por tratar de evitar que este llegue, atrapado entre lo que marcan los hados y los deseos personales contradictorios a estos designios. El final siempre será el inevitable fin ya dispuesto, pero es en la pelea que se haga contra ese destino lo que nos fortalece para finalmente aceptar lo inevitable.

Rhiphonos atrapado entre Júpiter y Urano , sin llegar a tocarlos queda siempre supeditado a la imposición de la mente racional y pragmática impuesta por Saturno , aunque rara vez la alcance de lleno por los pocos encuentros (conjunciones) entre ambos; busca al acercarse a Júpiter moverse hacia las ideas de justicia y ley; y al irse a Urano explorar la genialidad y la ciencia; así se encuentra entre la justa medida y la nueva idea tratando de alcanzar un equilibrio entre ambas. Por otra parte que su nodo y perihelios caigan en Aries (uno casi al lado del otro) implican que cuando más se acerca al Sol más se estimulan los deseos del cambio por algo nuevo; aumentado ese deseo por la presencia del nodo ascendente en ese mismo lugar.

Plutinos, demonios en la primera puerta

En marzo de 1781 el astrónomo Sir William Herschel anunció el descubrimiento de Urano, ampliando las fronteras conocidas del Sistema Solar por primera vez en la historia moderna. Urano es también el primer planeta descubierto por medio de un telescopio. Tras el descubrimiento de Urano, se observó que las órbitas de Urano, Saturno y Júpiter no se comportaban tal como predecían las leyes de Kepler y de Newton. John Couch Adams y Urbain Le Verrier, de forma independiente, calcularon la posición de un nuevo e hipotético planeta, Neptuno, que finalmente fue encontrado por Johann Gottfried Galle en septiembre de 1846. Al igual que ocurrió con la órbita de Urano, sobre Neptuno se observaron ciertas perturbaciones de su órbita y la existencia del Planeta X (por la ‘x’ de incógnita) había sido predicha por Percival Lowell y William Pickering. Finalmente en febrero de 1930 el astrónomo Clyde William Tombaugh descubrió el que fue hasta 2006 el noveno planeta del sistema solar, Plutón. Para su descubrimiento utilizó un microscopio de parpadeo, con el cual comparó fotografías de una región del cielo que habían sido tomadas con varios días de diferencia.

Plutón fue hasta inicios del siglo XXI una incógnita y extrañeza respecto al resto de los planetas conocidos (cuerpos rocosos o gigantes gaseosos). Plutón era muy pequeño (dos tercios el tamaño de nuestra propia Luna); un mundo cuya densidad señalaba que era una combinación de hielo y roca; tenía una órbita inclinada (17°) con respecto al plano donde viaja el resto de los planetas, durante veinte años estaba más cerca del Sol que el propio Neptuno; su órbita era muy excéntrica (0,24) si se la compara con el resto que es casi circular. El tamaño de Plutón no lo pone como la causa real de las perturbaciones en la órbita de Neptuno. Plutón era muy pequeño para generar algún efecto apreciable en el gigante gaseoso; los problemas con Neptuno se debían realmente a no tener suficiente mediciones del último planeta gaseoso.

Para los años 60 se predijo la existencia de una zona de escombros similar al cinturón de asteroides (entre Marte y Júpiter), pero este ubicado fuera de la órbita de Neptuno y no de roca, sino de hielo, explicado el origen de muchos de los cometas. El cinturón de Kuiper recibe su nombre en honor a Gerard Kuiper, que predijo su existencia en los años 1960, unos treinta años antes de las primeras observaciones de estos cuerpos. Para 1992 se descubren los primeros cuerpos tras Neptuno, después de Plutón. 1992 QB1 fue el primero de una gran lista de cuerpos, inicialmente con tamaños entre 100 y 500 km de diámetro; hubo que esperar al 2000 con Varuna (785 km), 2001 con Ixión (730 km), 2002 con Quaoar (890 km); 2003 con Sedna (1700 km), Haumea (1150 km), Eris (2340 km) y Makemake (1420 km), 2004 con Orco (900 km) y Salacia (930 km); para que Plutón finalmente se encontrara con su verdadera familia. Todos estos grandes mundos son de hielo y roca, están inclinados y tienen gran excentricidad y se les conoce con el nombre de Plutoides, planetas enanos similares a Plutón ubicados tras Neptuno.

Plutón tiene entre sus peculiaridades una relación de resonancia con Neptuno, por cada dos vueltas de Plutón, Neptuno a dado tres vueltas. A medida que se descubrían cuerpos en el cinturón de Kuiper se encontraba que uno de cada cuatro tenía relación de resonancia similar a la Plutón. A todos estos cuerpos se les llamó por el genérico de Plutinos. El nombre se refiere sólo a la resonancia orbital y no implica otras características físicas, sino que se inventó para describir los cuerpos más pequeños que Plutón (de ahí el diminutivo) con órbitas similares. La clase incluye el propio Plutón y sus lunas.

La teoría supone que al Neptuno emigrar al exterior del sistema solar expulsó y dispersó los restos que existían en ese exterior; durante este proceso, algunos de ellos fueron capturados en órbitas resonantes; siendo la resonancia 3:2 la más fuerte y más estable entre todas las resonancias y es la razón principal por la que contiene el mayor número de cuerpos.

Aunque la mayoría de plutinos tienen bajas inclinaciones orbitales, un número sustancial de ellos siguen órbitas similares a la de Plutón, con inclinaciones en el rango de 10° a 25 ° y excentricidades de entre 0,20 a 0,25; resultando que el perihelio de muchos entra en el interior de la órbita de Neptuno y afelio cerca del borde externo del cinturón de Kuiper, donde los objetos (Twotinos) tienen resonancia más inestable con Neptuno (2:1).

Entre los más grandes Plutinos tenemos a Plutón, señor del todo el grupo y dentro del propio cinturón de Kuiper. Le siguen Orco e Ixión. Por tradición se sugirió que los miembros de este grupo recibieran nombres de deidades infernales; pero por otro Huya recibió el nombre de una deidad atmosférica de los pueblos guajiros; aquí no valió lo que hicieron con Haumea, en versión opuesta. Por su parte Radamanto es un cuerpo pequeño que en su momento fue clasificado como un plutino, y por ello su nombre como uno de los jueces del infierno; pero mediciones más precisas finalmente lo descartaron del grupo. El número de plutinos actualmente ronda más del centenar; entre ellos seis cuerpos más a los citados superan los 400 km de diámetro y los hace candidatos probables a engrosar la lista de planetas enanos. Aún sin nombre, estos cuerpos esperan su turno al bate para que los astrólogos digan su influencia sobre los mortales en esta tierra.

Gráfica del tamaño (Diámetro) de los Plutinos mayores contra su distancia media al Sol y su ángulo de inclinación contra la eclíptica

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Gráfica del Perihelio y Afelio de los Plutinos comparados con otros TNO (Objetos Trans Neptuno)

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Cuadro 1° Comparativo de los principales Plutinos

Nombre Diámetro (km) Perihelio (UA) Afelio (UA) Periodo (Años) Fecha de Descub.
Plutón 2360 29,7 49,2 248 18 feb 1930
Radamanto 210 32,8 44,9 242 17 abr 1999
Huya 510 28,5 50,0 246 10 mar 2000
Ixión 730 29,8 49,2 248 22 may 2001
2001 QF298 420 35,3 43,7 248 19 ago 2001
2002 XV93 440 34,6 44,3 248 10 dic 2002
2003 AZ84 800 32,5 46,5 248 13 ene 2003
2003 UZ413 610 30,7 48,2 248 21 oct 2003
2003 VS2 670 36,4 42,9 250 14 nov 2003
Orco 800 30,4 48,0 245 17 feb 2004
2007 JH43 505 38,1 40,6 247 10 may 2007

Cuadro 2° Comparativo de los principales Plutinos

Nombre Nodo Ascendente [*] Posición del Perihelio [*] Excentric. de la órbita Inclinación de la órbita Fecha del Perihelio
Plutón 110° 223° 0,25 17,1 08 may 1989
Radamanto 10° 89° 0,16 12,8 25 ago 1948
Huya 169° 237° 0,27 15,5 20 feb 2015
Ixión 71° 11° 0,25 19,7 11 oct 2070
2001 QF298 164° 206° 0,11 22,3 11 feb 1910
2002 XV93 19° 211° 0,12 13,3 11 mar 2069
2003 AZ84 252° 267° 0,18 13,5 03 ago 2107
2003 UZ413 136° 283° 0,22 12,0 10 jun 1942
2003 VS2 303° 56° 0,08 14,8 23 jul 2004
Orco 268° 342° 0,23 20,6 24 mar 1897
2007 JH43 65° 64° 0,03 18,2 30 mar 1891

[*] Ambos ángulos referidos con el Sol como centro de referencia. Con respecto a la Tierra pueden presentarse variaciones de unos ±5° según la posición de la Tierra para el momento de ocurrencia del evento. Los ángulos se mide respecto al punto de Aries .

Desde el punto de vista astrológico los planetas visibles estuvieron vinculados a cualidades humanas tangibles. Júpiter representaba en orden y la justicia; Saturno con su paso más lento era la mente consciente, representado como un anciano, se le vinculaba a la experiencia y el juicio que da la edad por encima de las emociones, que eran más propia de los mundos más cercanos (Mercurio, Venus, Marte, Luna y Sol).

Cuando aparecieron Urano, Neptuno y Plutón, fuera de la vista ordinaria, sus influencias se vincularon a aspectos del alma; de la imaginación, de la creación artística, de las creencias en el más allá; lo que no podía ser explicado por la mente consciente, era influenciado por esos mundos; que por su lento andar no afectaban al individuo, sino a las sociedades.

Tras encontrar a su verdadera familia, Plutón se renueva, no solo astronómicamente, sino astrológicamente. En principio Plutón, no sólo por el nombre, sino por los hechos presentes al ser descubierto, se le vinculó con la renovación y el cambio; y para ello se produce la destrucción de lo viejo para el nacimiento de lo nuevo. Así mientras los mundos de roca nos atan a las emociones, los gigantes gaseosos a la mente; Júpiter y Saturno a la mente consciente; mientras que Urano y Neptuno al inconsciente. Los cuerpos tras Neptuno se vinculan al alma y al espíritu.

Los pequeños mundos entre y más allá de los gigantes gaseosos señalan a la dualidad; los Centauros tratan de unir los distintos aspectos de la mente (consciente e inconsciente), los Twotinos ubicados en el extremo exterior del cinturón de Kuiper (resonancia 1:2) nos muestran que existen aspectos no se pueden nunca dar juntos.

Entre ellos los Plutinos son convierten en ese el primer muro de contención que hay que vencer antes de ir a la liberación del espíritu; son los que empiezan a separar la mente del alma misma. Por ello son la barrera primera, son los jueces que nos juzgan; ellos son como los dioses del libro de los muertos egipcio; pesan las acciones en vida y juzgan el alma del difunto. A continuación se expone la influencia de esos mundos más brillantes entre los Plutinos, que son los guardias de la primera puerta para el avance del alma en su crecimiento.

Cuadro 3° Comparativo de los principales Plutinos

Nombre Influencia principal
Plutón Nos centra en lo que es importante, para avanzar se deben tener metas claras, nos obliga a cambiar, aunque sigamos atados a lo conocido y ante la incertidumbre por el futuro, nos da el impulso que hace falta para avanzar o terminar de caer finalmente para luego podernos levantar.
Radamanto Busca la verdad escondida tras los actos observados. Enredos e intrigas rodean las verdades que quieren salir; falta saber si estamos preparados para descubrirlas y aceptarlas.
Huya Huya no es un demonio como sus hermanos, sino un ángel que ha descendido al submundo y nos muestra los ciclos que repetimos en la vida una y otra vez, sin romper el circulo vicioso que nos ata desde siempre.
Ixión Es el karma, nos que muestra los pecados que arrastramos y que nos limitan. La transformación que requerimos parte de entender quien somos realmente y aceptarnos como tal, con nuestros defectos y virtudes.
2001 QF298 Nuestra realidad se voltea, lo que creímos cierto y estable ya no existe. Esta nueva realidad exige que uno la acepte con todas las responsabilidades que conlleva; pero sin perder el quien somos realmente.
2002 XV93 Los errores del pasado regresan para cobrar su cuota; ello puede poner nuestro mundo de cabeza, la falta de decisión en atacar el viejo problema puede provocar que el mismo crezca sin medida.
2003 AZ84 Todo lo que has deseado parece llegar a cumplirse, pero pronto un incidente fortuito te hará evaluar todo lo que creías era la felicidad, y no estarás seguro de si es el camino escogido es la decisión correcta tanto anhelada.
2003 UZ413 Has cometido un error y este a cambiado tu vida de golpe; quieres por todos los medios volver atrás y hacer que nunca ocurrió; pero para avanzar debes reconocer el pecado y pagar las consecuencias que ha provocado.
2003 VS2 Para salvar algo hay que unir fuerzas con los amigos y los rivales; si no se logra la unión es posible que todos pierdan aquello por lo que todos luchan y se han peleado.
Orco Nos muestra las cosas externas que afectan nuestro avance de conciencia. Algo no quiere cambiar, pese a todos los intentos, finalmente la perseverancia permite abrir una puerta que no se esperaba y por ella avanzar.
2007 JH43 Para avanzar debemos retroceder a los inicios del camino; a la infancia y la juventud. Para entender el problema presente no hay nada mejor que buscar el origen y descubrir lo que aún nos ata inconscientemente al pasado.

Quirón (Chiron /Kheiron), el planeta de la renovación

Quirón (2060-Chiron / 95P-Chiron / 1997 UB) es hoy un planeta menor del Sistema Solar exterior, descubierto en 1977 por Charles Thomas Kowal, fue el primer miembro de una nueva categoría de objetos conocidos como centauros, cuyas órbitas excéntricas los ubican entre Jupiter y Neptuno; estando Quirón en órbita entre Saturno y Urano. Aunque en un principio se clasificó como asteroide, más tarde se observó que mostraba el comportamiento típico de un cometa, formaba una cola al acercarse más al Sol; por esa naturaleza dual hace bien hacer recibido el nombre del centauro (dual también mitad hombre – mitad bestia) más famoso de la mitología.

Las primeras observaciones le asignaron un diámetro que rondaba los 150 a 180 km; observaciones más recientes lo ubican cerca de los 230 km; similar a su compañero/a Cariclo/Chariklo, el más grande de este grupo de planetoides. Tiene Quirón un periodo orbital de unos 51 años aproximadamente. En el momento de su descubrimiento se encontraba a poco de haber pasado por afelio. Fue el planeta menor más distante conocido hasta que se acercó a fines de los ochenta; en febrero de 1988 llegó a estar a 12 UA del Sol, y observaciones en abril de 1989 mostraron que Quirón había desarrollado una coma cometaria, y la cola se detectó en 1993. Alcanzó su perihelio en 1996 a una distancia de 8,46 UA y tuvo su último afelio en 1970, ubicado a 19 UA.

Quirón se diferencia de otros cometas en que el agua no es el componente principal de su coma, ya que está demasiado lejos del Sol como para que el agua se sublime. Este comportamiento de formar colas al acercarse al Sol lo han mostrado dos de sus compañeros, Echeclo y Ociroe/Okyrhoe.

La órbita de Quirón es altamente excéntrica, con un perihelio justo dentro de la órbita de Saturno y un afelio justo por fuera del perihelio de Urano. Se ha calculado que la máxima aproximación de Quirón a Saturno fue en mayo del año 720 y durante este paso, la gravedad de Saturno hizo que el Semieje mayor de Quirón disminuyese de 14,4 UA a 13,7 UA. En cambio no se acerca tanto a Urano; Quirón cruza la órbita de Urano cuando este se encuentra más alejado del Sol. Ello atrajo mucho interés ya que fue el primer objeto descubierto con semejante órbita, muy lejos del Cinturón de Asteroides. Quirón y los otros Centauros no permanecen en órbitas estables y al cabo de millones de años acaban siendo expulsados por la perturbación gravitatoria de los planetas gigantes, trasladándolos a otras órbitas o dejando el sistema solar. Probablemente Quirón, que proviene del cinturón de Kuiper, se convertirá en un cometa de corta vida en unos millones de años más adentro de la órbita de Jupiter.

Una de las cosas más interesantes de los Centauros, además de sus órbitas, es su gama de colores. Estos van desde un gris azulado como Quirón y Cariclo a rojos óxidos como Folo/Pholos y Neso/Nessos. Aunque originalmente se pensaba que todos los centauros venían del Cinturón de Kuiper (el metano es típico en estos cuerpos y brinda su color rojo) , existe una creciente evidencia de que no todos ellos llegaron en el mismo lugar. Algunos de ellos pueden haber sido expulsado de los planetas gaseosos gigantes. Otros sugieren que esta diferencia de colores es producto del tiempo que han permanecido como centauros; ya que el metano que brinda el color rojo es más volátil y a medida que se acercan al Sol en sus perihelios este se evapora dejado gases de colores más fríos como el azul y el verde.

Quirón en los mitos

Quirón era hijo del propio Cronos/Saturno y una hija del Océano, la ninfa Filira. Filira para escapar del dios del tiempo se transformó en yegua para huir, pero Cronos vuelto semental la termino por violar. De esa relación nació Quirón. Se dice que Filira enseñó a los hombres cómo hacer papel, por lo que se la consideraba la deidad de la escritura, además de asociarle el perfume y la medicina. Al final la tristeza que le produjo a Filira haber dado a luz a un monstruo fue tal que pidió a su padre que la transformara en una planta y fue trasformada en árbol del tilo.

Por su naturaleza divina, y siendo hermanastro del propio Zeus, Quirón se volvió maestro; fue un gran educador en música, arte, caza, moral, medicina y cirugía, y para algunos el primer veterinario. Quirón aprendió primero de los jóvenes dioses, de Apolo principalmente y luego fue maestro de los más grandes héroes de la antigüedad: Aquiles, Áyax, Asclepio, Teseo, Jasón, Aristeo, Acteón y Heracles. Su ultimo discípulo sería culpable de su muerte; Heracles le disparó accidentalmente una flecha envenenada con la sangre de la Hidra cuando luchaba con los centauros, que huían hacia su morada en el monte Pelión. La flecha que iba contra el centauro Elatos, atravesó uno de los brazos del cuerpo del primero y se entierra en Quirón. Como hijo de inmortal, Quirón no podía morir y estuvo condenado a dolores horribles por efecto del veneno. Finalmente cedió su inmortalidad a Prometeo para escapar del dolor, pero los dioses le recompensaron subiéndolo a los cielos como la constelación de Sagitario (o la de Centauro, hoy no se ponen de acuerdo quien es Quirón y quien es Folo)

Quirón y la astrología

El símbolo astrológico de Quirón es la combinación de las letras «O» y «K»; muchos asocian que la letra «K» se corresponde a la forma griega del nombre (Χείρων = Kheiron); sin embargo la naturaleza de las letras hace referencia a su descubridor; Charles Thomas Kowal y significa que el planetoide es un «Objeto Kowal». La «O» es dibujada más como una elipse (cuyos ejes contienen las razones áureas) que como un circulo; en parte quizás la idea del artista inicial era indicar su excéntrica órbita.

Algunos autores han relacionado a Quirón con la letra Kauf (la K hebrea), que significa «palma de la mano». Como curiosidad su descubrimiento a final de los 70 coincidió con la aparición de métodos curativos relacionados con la mano (quiropráctica, yuki, reiki, masajes, etc.)

Los significados que se atribuyen a Quirón se basan en el estudio de la mitología y en la excentricidad de su órbita. Como hijo de un dios y una ninfa, por herencia puede comprender y acceder a ambos mundos; de dioses y mortales.

Un aspecto importante es el rechazo de Quirón por parte de su madre. Esta sintió vergüenza al ver al ser que había engendrado y lo abandonó. Quirón se vincula con el rechazo; una grieta en nuestra afectividad, quedando una herida que despierta a la más mínima insinuación. Pero recibió ayuda y educación por parte de los dioses hasta convertirse él mismo en un gran maestro. Al semejanza de Plutón, Quirón nos habla de transmutaciones; pero a diferencia de Plutón, estas son personales y del alma, y no en las sociedades. Quirón actúa como un planeta inductor de experiencias penosas que se irán repitiendo una y otra vez hasta que entienda su significado y se asuman su consecuencias; pero Quirón no nos deja solos, también da la ayuda que necesitamos para superar la prueba y transmutar el dolor en conocimiento útil, primero para nosotros, y luego para ser compartido con otros.

Quirón, que no conoció ni padre ni madre, se convertirá en padre adoptivo y educador; y parece contradictorio pero fue maestro en las artes de la guerra y las de la curación; Quirón era un ser de contradicciones; hombre y bestia; medico y militar; sanador y paciente, y su herida incurable sólo halló reposo en la muerte. él, que poseía la vida eterna, escogió la muerte, enseñándonos la necesidad de aceptar la muerte como parte integrante de la vida.

Desde el punto de vista astronómico, Quirón está situado entre la órbita de Saturno y Urano, siendo su órbita muy elíptica y errática. Saturno es el último planeta de los llamados personales (aquellos que pueden ser observados a simple vista), y está relacionado con la tradición y el orden. Una vez pasados los límites de Saturno, nos encontramos en el ámbito del inconsciente colectivo; señala la transición de una fase de conciencia a otra. Urano representa lo contrario, la necesidad de liberarse de las estructuras impuestas por Saturno. Entre los dos, la comunicación es difícil de establecer. Saturno actúa como un muro que preserva al individuo del caos exterior, pero al mismo tiempo le impide tener acceso a lo desconocido. Quirón, cuyo símbolo recuerda a una llave, puede ser el vínculo que permita establecer un puente entre Saturno y Urano. Saturno son los muros de una casa con las puertas y las ventanas cerradas, y Urano es el exterior de la casa, Quirón representa la llave que abre la puerta del muro permitiendo la interrelación del interior con el exterior.

La regencia de Quirón sobre algún signo zodiacal esta discutida; entre los signos a los que se les quiere vincular están: Virgo, vinculado a la salud; Sagitario, por su naturaleza de centauro y Libra, por ser un ser que es neutral.

Una forma de saber la naturaleza astrológica de un cuerpo recién descubierto es buscar en los eventos más importantes del mundo en la época del descubrimiento de que el cuerpo. Quirón fue descubierto en 1977. Entre 1976 a 1978 hubo grandes estudios en biología; específicamente en biotecnología; tenemos la producción de insulina, el primer genoma de un virus y al primer bebe de probeta (medicina). Antes de Quirón había sólo dos ramas de la vida que eran totalmente independientes y sin ningún tipo de conexión; estaban a los procariotas (bacterias) aquí y los eucariotas (plantas y animales) más allá; pero surgen un tercer grupo; las arqueas, y ellas forman un puente que podemos cruzar (una llave que abre una puerta).

Es curioso observar que coincidiendo con el descubrimiento de Quirón, aparece también un interés masivo por la preparación a la muerte. En los Estados Unidos, por ejemplo, la doctora Elisabeth Kubbler-Ross organiza seminarios para aprender a enfrentarse a la muerte sin miedo, ni rechazo. Estos seminarios están especialmente dirigidos a personas que padecen enfermedades incurables y destinadas a morir muy pronto y toda su obra versa sobre la muerte y el acto de morir y va describiendo diferentes fases del enfermo según va llegando su muerte (modelo Kübler Ross: negación, ira, negociación, depresión y aceptación).

El último perihelio de Quirón fue el 14 de febrero 1996, justo el Día de San Valentín; y su paso por la órbita de Saturno estuvo marcada por la llegada de sus amigos: Folo/Pholus (1992), Neso/Nessus (1993), Asbolo (1995), Hilonoma (1995), Cariclo (1997), Pelión (1998), Ociroe (1998), Cillaro (1998), Elanto (1999), Tereo (2001), Bienor (2000), Echeclo (2000), Crantur (2002) y Amyco (2002), y su regreso a la órbita de Urano marco del descubrimiento de cuerpos más allá de Neptuno: Logos (1997), Varuna (2000), Ixión (2001), Quaoar (2002), Tifón (2002), Ceto (2003), Haumea (2003), Eris (2003), Sedna (2003), Orcus (2004) y Makemake (2005). Todos ellos modificaron la imagen que se tenía de los cielos y provocaron un cambio importante en la comprensión de nuestro sistema solar.

Los perihelios de Quirón han ocurrido en años importantes; en 1895 se tiene el fin de la guerra chino-japonesa, se inicia la independencia de Cuba y se exhibe la primera película; en 1945 tenemos que su perihelio coincide con el final de la segunda guerra mundial, el lanzamiento de las bombas atómicas en Japón y el inicio de los juicios de Nuremberg; y en 1996 el superordenador Deep Blue de IBM vence por primera vez al ruso Garry Kasparov en una partida de ajedrez y la NASA anuncia que el meteorito ALH 84001 —que se cree originario de Marte— contiene evidencia de formas primitivas de vida.

Las conjunciones con Saturno y Urano también son importantes y son poco frecuentes, se tiene que sus conjunciones han ocurrido en las siguientes fechas: Saturno/Quirón en abril de 1966 y Urano/Quirón en Enero 1898. No se esperan nuevas conjunciones hasta 2028 y 2043 respectivamente. Por otra parte Plutón/Quirón tienen más encuentros; el último ocurrió el 30 de Diciembre de 1999 en el signo de Sagitario, uno de los efectos más importantes de esta conjunción es la búsqueda del conocimiento, y se espera que ocurra en el terreno espiritual. La anterior se produjo en el año 1941 en el signo de Leo, y tuvo un gran papel en el desarrollo e imposición de las ideologías, especialmente las políticas favoreciendo en gran medida la democracia.

Por su órbita tan excentrica Quirón no permanece el mismo tiempo en cada signo. Quirón en Aries (afelio) se mantiene alrededor de 8 años. Pero cuando se mueve dentro de la órbita de Saturno, en el signo de Libra, tarda menos de 1,5 años; por lo tanto la influencia de Quirón en Libra es más apresurada y los acontecimientos se producen a veces a una velocidad vertiginosa. En Aries Quirón estuvo buena parte de la década de los 70, en ella predomino la idea del yo primero. Cuando Quirón entró en Libra, los problemas se centraron en exactamente lo contrario; en todas las relaciones con los demás en igualdad de condiciones, uno a uno. Quirón pasa por la elíptica cuando cruza Virgo y Piscis. Si Virgo representa su «primavera», ello es visto como el inicio de su traslación alrededor del Sol, Libra sería su «otoño»; ese transito dura casi unos 20 años. Partiendo del pehielio en Libra se inicia un ciclo de aprendizaje que se mueve en un transito hacia el descubrimiento personal, quien eres y que desea, hasta alcanzar el afelio en Aries con un fuerte sentido de independencia; el regreso al Sol va acompañado de una visión más material y una búsqueda hacia lo que otros pueden enseñar y complementar.

Signo Años Genera
Aries 1970-1977 Fuerte sentido de independencia
Tauro 1978-1984 Importa el sentido común
Géminis 1985-1988 Conjugación de mente y cuerpo
Cáncer 1989-1991 Importan las relaciones familiares
Leo 1992-1993 Maestro que aprende de sus alumnos
Virgo 1994-1995 Dedicación al trabajo
Libra 1995-1996 Relaciones en aprender y enseñar
Escorpión 1997-1998 Entender lo inexplicable
Sagitario 1999-2001 Explorar e investigar el yo
Capricornio 2002-2005 Importa lo espiritual y lo filosófico
Acuario 2006-2010 Importa el colectivo
Piscis 2011-2018 Búsqueda de la inspiración

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para más información y textos originales puede consultar: aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.

Hijos de la Noche (6) Estigia y el inframundo.

Estigia era la diosa del río que circunda el inframundo, es considerada como la primera hija del titán Océano (el río que circunda al mundo) y Tetis (la diosa de las aguas); aunque en algunas versiones se la hace hija de Nix y Érebo, justificando así su vinculación con el inframundo y el ser asimilada como el espíritu femenino (daimona) del odio.

Cuando Zeus convocó todos los dioses inmortales al alto Olimpo, dijo que cualquier dios que luchara a su lado en contra de los titanes no perdería sus privilegios y podrían mantener la posición que habían tenido antes entre los inmortales, Zeus también dijo que dioses que bajo Cronos no habían tenido posición, ni privilegio, él los levantaría según la justicia. Y la imperecedera Estigia fue la primera en venir al Olimpo trayendo a sus niños, como su propio padre [Océano] le había aconsejado. Zeus le dio posición, y grandes regalos, porque él estableció que todo juramento de los inmortales debían hacerse en su nombre, y que todos sus hijos vivirían en su casa.

El río Estigia es descrito como formado por aguas negras y ponzoñosas, y formaba la frontera entre los mundos superior e inferior. Para agradecer a la diosa río Estigia por haber consentido la participación de sus cuatro hijos en la Titanomaquia y la Gigantomaquia, Zeus la colocó en una de las esquinas más remotas del Hades, para que se beneficiara de un descanso bien merecido (dando origen a la laguna que tiene su nombre).

Los juramentos prestados a nombre del Estigia tenían que ser cumplidos (todos los demás podían romperse). Si alguno de los dioses derramaba una libación de su agua y abjuraba de ella, entonces yacía sin respiración durante un año, sin probar ambrosía, ni néctar, permaneciendo sin espíritu, ni voz. Tras este año de enfermedad, era excluido durante nueve años de las reuniones y banquetes de los dioses, a los que no podía volver hasta el décimo año. Por ejemplo, el propio Zeus juró por el agua del Estigia darle a Sémele lo que ella le pidiese y así fue obligado a mostrarse en todo su esplendor, provocando con los rayos que desprendía la irremediable muerte de la joven. También Helios juró a Faetón lo que quisiera, y éste pidió conducir su carro, lo que a la postre terminaría con la vida del joven.

Según algunas versiones las aguas de Estigia eran milagrosas y servían para hacerse inmortal. Aquiles habría sido bañado cuando niño adquiriendo la invulnerabilidad, a excepción del talón, por donde su madre lo sujetó al sumergirlo, que se convirtió así en su único punto vulnerable. Estigia era principalmente una característica del más allá en la mitología griega, pero ha sido descrita como una característica presente también en el infierno del Cristianismo, notablemente en »La divina comedia».

En los tiempos modernos es común creer que el barquero Caronte transportaba las almas de los muertos recientes a través del río Estigia hasta el inframundo, aunque en las fuentes griegas y romanas originales, así como en la obra de Dante, era el río Aqueronte donde navegaba Caronte. Dante situó a Flegias como el barquero de Estigia, y éste río era quinto círculo del Infierno, donde los coléricos y hoscos reciben el castigo al ser perpetuamente ahogados en las fangosas aguas.

Flegias era un hijo de Ares, cuya hija fue Coronis, amada de Apolo y madre de Asclepio, muerta por Apolo al descubrir que la chica amaba a joven Isquis/Alcioneo; Flegias se encolerizó por la muerte de su hija y prendió fuego al templo de Apolo, en Delfos, por lo que Apolo le mató. Según Virgilio, Flegias pena en los infiernos por su impiedad contra un dios. El Estigia era guardado por Flegias, quien porteaba las almas de un lado a otro del río. En otras versiones, Flegias guardaba el Flegetonte.

El Inframundo

Según Homero, en la Odisea, el Inframundo se encuentra más allá del horizonte occidental, situado en una región privada de sol, más allá del gran río Océano que rodea a la Tierra y las puertas del Sol (poniente), en una costa donde se elevan grandes cantidades de álamos negros. Así le indica Circe a Odiseo (Ulises) como encontrar una de las entradas.

Cuando los griegos descubrieron nuevas partes del mundo, otra tradición localizó los Infiernos en el centro de la Tierra y se conectaban con el mundo de los vivos por cavernas insondables y ríos subterráneos, Los fantasmas eran llevados por Hermes Psicopompo (el que guía a los muertos) a través de los hoyos en la Tierra hasta su destino final de descanso en el Hades. Dentro de la mitología griega existían diversas localizaciones donde se consideraba que se encontraba un acceso al inframundo, al cual llamaban genéricamente Hades, Erebo o Tartaro (ya que existían diversos niveles dentro del mismo).

De la tierra de los muertos del mundo antiguo no ha habido demasiada gente que la visitó y vivió para contarlo y de los que no, bueno … digamos que Orfeo fue un músico, no un cartógrafo; héroes como Eneas y Ulises estaban más interesados en encontrar y hablar con fantasmas que en describir el inframundo, Hércules tenia que cargar con un perro y que no lo mordiera por el camino, para estar mirando …,  así que pocas referencias literarias nos dan una idea de lo que los antiguos griegos y romanos creían que encontraría allí después de que se cruzara la barca de Caronte.

Entradas al Inframundo

La mayoría de las entradas a este reino infernal que se encontraban en Grecia estaban cerca de un río o el mar. Otros sitúan la entrada a los infiernos en países lejanos: en Tracia, en la tierra de Escitia (estepas rusas), en los dominio de los hiperboreanos (en extremo norte del mundo, hoy océano Ártico,  algunos suponen que Groenlandia e Islandia son los restos de esta tierra), en la isla de las Hesperides (hoy asociadas a las islas canarias, ubicadas en el occidente, donde se pone el sol); en la isla de Leuca (o Isla Blanca, una isla mítica dentro del mar Negro), o en Cimeria (la tierra de Conan, ubicada según Homero en el noroeste del mundo, más allá del río océano). Otra era el Tanaerum, extremo sur en Laconia, Peloponeso, al sur de la Grecia continental, por donde se supone que Heracles descendió al inframundo en el último de sus doce trabajos (ir en busca de Cerbero, el perro de tres cabezas que guardaba la entrada del Hades), otras versiones dicen que Heracles entró a través de la Cueva Aquerusia, una gruta a orillas del rio Aqueronte (en este caso es un río que está situado en el Epiro, región noroccidental de Grecia) y que se asumía era una bifurcación de río infernal. No está claro si Heracles  regresó a este mundo a través de la salida en Trecén o a través de que a Hermione (la ciudad frente a la isla de Hidra en Argólida oriental), o si lo hizo a través de la salida en el Monte Laphystius en Beocia. Otra estaba situada en la Cueva de Drach, en Mallorca, isla de España en el mar Mediterráneo. En Italia una de estas entradas estaba en el monte Etna, donde también se consideraba que se encontraba la fragua del dios herrero Hefesto. Para los romanos la entrada más famosa, por donde entró Eneas, estaba situada un cráter cercano a la ciudad de Cumas, cráter conocido como Averno, Averno deriva del griego, aornos que significa sin pájaros; y se trata de un lago de agua dulce al sur de Italia, en Campania, cerca de Nápoles. Este nombre viene dado por las emanaciones desde del interior del volcán de diversos vapores nocivos sulfurosos y fétidos. Al parecer estos gases hicieron que la vida en el interior del lago y en sus proximidades fuera casi imposible ya que todas las especies de pájaros perecían si se asentaban en el mismo. El lago tiene unos tres kilómetros de circunferencia y ocupa el cráter de un volcán extinto. Virgilio, poeta romano muy afamado lo consideró por su aspecto tenebroso como la boca del infierno y su visión subjetiva inspiró una de las tradiciones más asentadas en la tradición romana, ya que de hecho el inframundo recibió el nombre de Averno partir del que se le daba al propio cráter.

Viaje de Odiseo/Ulises

Viaje de Eneas

Si revisamos la Odisea de Homero (siglo VIII a.C) tenemos las palabras de Circe al héroe y su descripción del sitio señalado por la diosa/bruja:

¡Odiseo, fecundo en ardides! No te dé cuidado el deseo de tener quien te guíe el negro bajel: iza el mástil, descoge las blancas velas y quédate sentado, que el soplo del Bóreas conducirá la nave. Y cuando hayas atravesado el Océano y llegues adonde hay una playa estrecha y bosques consagrados a Perséfone y elevados álamos y estériles sauces, detén la nave en el Océano, de profundos remolinos, y encamínate a la tenebrosa morada de Hades. Allí el Piriflegetón y el Cocito, que es un arroyo del agua de la Estigia, llevan sus aguas al Aqueronte; y hay una roca en el lugar donde confluyen aquellos sonoros ríos. (….)

Entonces arribamos a los confines del Océano, de profunda corriente. Allí están el pueblo y la ciudad de los Cimerios entre nieblas y nubes, sin que jamás el sol resplandeciente los ilumine con sus rayos, ni cuando sube al cielo estrellado, ni cuando vuelve del cielo a la tierra, pues una noche perniciosa se extiende sobre los míseros mortales. A este paraje fue nuestro bajel que sacamos a la playa; y nosotros, asiendo las ovejas, anduvimos a lo largo de la corriente del Océano hasta llegar al sitio indicado por Circe.

Cimeria (también Cymeria) es un país descrito por Homero como la región de la noche eterna situada en los confines del Océano y que es la antesala del Hades, si hablamos de los confines del océano, nos referimos a más allá de las columnas de Hércules (Gibraltar), pero dado que es Boreas sopla desde el norte al sur, cabe la posibilidad que desde la isla de Circe las naves de Ulises empiecen a descender hasta alcanzar la costa de este de Italia. Los pueblos de cimeria eran, según los antiguos griegos, unos pueblos que venían desde más allá del mar Caspio, se establecieron en la tierras al norte del mar negro, llegando a Tracia (hoy Bulgaria), alcanzando Alemania y el norte de Italia. Así que cabe la posibilidad de que Cymeria sea una transcripción de Kymairia, el país de Kymai, (Cumas al norte de Nápoles). El hecho que que Odiseo visite Cymeria al salir de la mansión de Circe (la isla de Eea, cerca de la costa noroeste de Italia) y antes de vencer a las sirenas (costa de Napoles) y superar Escila y Caribdis (Estrecho de Messina) pone a Cumas en medio del camino, es más, recordemos que junto a Cumas se encuentra el lago Averno, donde Virgilio situaría en la Eneida la  entrada al inframundo que uso Eneas; hablamos, por tanto, de la misma entrada.

La llegada de las almas al inframundo

Cuando un muerto es sepultado, Hermes llevaba su sombra (alma) a las profundidades de la tierra, entrando por cavernas hasta los umbrales del Erebo (reino de las tinieblas), un mundo rodeado por ríos de aguas lentas y estancadas. En la penumbra de las profundidades, los espíritus llegan a un ancho río de aguas turbulentas, el Aqueronte, entonces la sombra alquila un puesto en la barca de Caronte que le permite cruzar hasta la otra orilla del Estigia que separa el mundo de los vivos y de los muertos. A aquellos muertos insepultos (sin la moneda para cruzar), quedaban en la orilla y caminaban por la gran ciénaga (del tamaño del Mediterráneo) hasta alcanzar la orilla del Cocito, donde lloraban su suerte, atrapados cuales fantasmas entre ambos mundos.

Las puertas del Hades y Can Cerbero

Los espíritus guiados por Caronte llegaban entonces al otro lado del caudal, hasta las puertas de las murallas del reino de Hades, vigiladas por el horrible y gigantesco Cerbero. Pese a su aspecto esta bestia no hacía ningún daño a las sombras de los muertos; pero asesinaba a cualquier ser vivo que se acercara al reino de los muertos. Según la mitología, Cerbero era hijo de Tifón y Equidna, y era el guardián de los infiernos. El can sólo cuatro veces fue vencido. Una por Orfeo, que consiguió entrenerlo con la música de su lira, otra en combate por Hércules, que en lucha abierta consiguió encadenarle y se lo llevo a la superficie, y fue el único periodo en que Cerbero ha abandonado la entrada del reino de Hades. Psique para superar la cuarta prueba de Afrodita debe ir al Hades a buscar un cofre. Para ello lleva un sopa con la que distrae al can. Eneas fue el último que venció al can de los infiernos, lo durmió gracias a una comida especial preparada por la Sibila.

Tras cruzar las Puertas del Hades estas quedaban completamente cerradas y nadie podía volver. Tras la puertas tienen su morada los hijos de Nix (la noche) y los hijos de estos: Moros (el destino) y las oscuras Keres (muertes trágicas), a Tanatos (dios de la muerte), y al desnudo Hipnos (dios de sueño) y su tribu de Oniros (los Sueños), a Momos (la crítica) y las dolorosas Oizís (dolores), se incluyen los malos placeres como Apate (el engaño) y Filotes (la lujuria), también Geras (la vejez) y la terrible Eris (la Discordia). Y junto a las puertas habitan también otras bestias: Centauros, Gorgonas, hidras, Quimeras, Arpías y muchas más. Virgilio describiendo el viaje de Eneas, pone la morada de todos estos seres frente a las rejas del infierno; antes de cruzar la Estigia, donde puede verse un gran Olmo y los falsos sueños cuelgan debajo de cada hoja. Existían además otras dos puertas para que entraran y salieran los sueños, una hecha de cuerno para los sueños verídicos, otro hecha de marfil para los sueños falsos; lo que no cuadra del reino de los sueños fuera de las murallas del Hades (según Virgilio con su olmo) es que Eneas regresa a través de la puerta de marfil, al parecer ubicada en tierras Elíseas (no se devolvió todo el camino de regreso).

La planicie del Juicio y el palacio de Hades

Los espíritus cruzan el Erebo, por el Valle de los lamentos, escoltados por Cerbero en su camino a la Planicie del Juicio, donde los tres jueces, elegidos por su gran sabiduría y por la vida ejemplar que habían llevado hacen el juicio de las sombras. Éaco juzgaba a los europeos y Radamantis a los asiáticos (que incluía para ese entonces a los africanos) en primera instancia, ante la duda intervenía Minos. Dicho proceso era observado por Hades, Perséfone, Hécate y las Erinias.


En esta región del Erebo se ubica también la morada de Caronte y el palacio de Hades y Perséfone, nunca fue descrito de verdad, excepto para decir que está formado de innumerables puertas y estancias, provisto de colosales columnas, oscuro y tenebroso, repleto de espectros, situado en medio de campos sombríos y de un paisaje aterrador. Un tétrico pasadizo conduce a una enorme y austera habitación, en medio de la cual estaban en su trono de piedra Hades y Perséfone. En su entorno se extienden vastos espacios fríos, y los campos de Asfódelos (cubiertos de flores extrañas, pálidas y fantasmagóricas). No se sabe mucho sobre este lugar, los poetas prefieren no centrarse en él.

Frente al palacio, mirando campos de Asfódelos se encontraban dos estanques, el Mnemósine, cuyas aguas al ser bebidas hacían recordar todo y alcanzar la omnisciencia, ubicado bajo la sombra de un álamo blanco, que era la oceánida Leuce amada por Hades y trasformada en árbol por Perséfone (de sus ramas Heracles hizo la corona con que ciñó su cabeza al volver del más allá); el segundo eran las aguas de Leteo, este debajo un ciprés blanco (que era el árbol del dios Hades y significa duelo, así como el álamo es el árbol de Perséfone y significa lamentación); y era concurrido por aquellos que necesitaban olvidar.

Praderas de los Asfódelos

Si son juzgados como no bondadosos, ni como malvados, las almas son enviadas de nuevo por el ramal principal del Estigia, (tras hacerlos beber de las aguas del Leteo) y llevados hasta las Praderas de los Asfódelos, un lugar gris, chato y nebuloso con árboles de ramas inclinadas hacia el suelo, un lugar plagado de murciélagos, era el lugar más frecuentado, donde la noche y el día no eran más que un eterno crepúsculo. Los condenados se pasaban la eternidad dando vueltas sin objeto. A esta región del Erebo iban todas las almas de la gente común y corriente, convertidos en meras sombras que anhelaban únicamente ser recordadas en vida y que se les hiciesen sacrificios de sangre, para volver a sentirse vivos, aunque sea por poco tiempo, así el único pasatiempo de estas almas era chupar la sangre de los hombres (vampiros), que les permitían volver a la conciencia y responder las preguntas de los vivos (espiritismo antiguo).

Los campos Elíseos

Los bondadosos son enviados a los Campos Elíseos a través del Aqueronte, sitio separado del resto del inframundo por el Río Leteo, este era un tranquilo y apacible lugar donde los espíritus viven en felicidad. Los Campos Elíseos estaban regentados por Cronos. Habitaban allí las almas virtuosas, jugando, bailando y escuchando música todo el día. Las fiestas no cesaban. Los que tenían está suerte podían gozar del privilegio de poder volver a la tierra, si querían, pero pocos aceptaban esta oferta después de haber llegados al paraíso; Para poder reencarnar estas almas debían beber del Leteo, de forma que no recordasen sus vidas pasadas; y aquellos que por tres veces seguidas (reencarnaciones) merecían el Elíseo tenían derecho a vivir en la isla de los Bienaventurados, donde también habitan las Hesperides y sus manzanas doradas. Según Virgilio, las almas buenas, después de mil años, se les borra la memoria y se les manda nuevamente a la tierra en otros cuerpos.

El Tartaro

Los malvados eran enviados a la región del Tártaro a través del río Flegeton, tierra situada en las profundidades extremas, donde reina una noche eterna. En la entrada había una enorme puerta de bronce cerrada por dentro, que sólo se abría para recibir a los muertos que iban llegando. El Tártaro era un lugar de penas y condenación eterna reservado a los malvados o aquellos que habían desafiado a los dioses, es la prisión de los titanes y también humanos malévolos como Tantalo, todos aquellos desafortunados que hubiesen sido castigados por los dioses (o se hayan metido en asuntos que no les debían importar). Estaba rodeado de altas murallas donde los gritos de angustia resonaban sin cesar. Virgilio situaba en esta parte del mundo subterráneo a las Furias (o Erinias) dónde se castigan a los culpables.

Habiendo logrado la victoria en la Titanomaquia, tras diez años de guerra, tras la derrota de Cronos, los tres hijos victoriosos de este y Rea, los Olímpicos (Zeus, Poseidón y Hades) dividieron el botín entre ellos, procedieron a repartirse el reino de su padre. De este modo Zeus acabó quedándose con el cielo, Poseidón con los mares y, por último, Hades con el inframundo, donde no sólo estaba el reino de los muertos, sino también todo cuanto se encontraba bajo la superficie de la tierra, de ahí que se le asociara con las riquezas de esta, como las cosechas y los minerales. Ello explica porque los romanos lo conocieron con los nombres de Plutón o Dis, que significan «rico».

Procedieron entonces a encerrar a los derrotados Titanes en el Tártaro. Sin embargo, dado que durante la guerra las Titánides (es decir, Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis junto a su esposo Océano) habían permanecido neutrales, no fueron castigadas por Zeus. Los Hecatónquiros quedaron montando guardia a las puertas del Tartaro.

Los ríos del inframundo

El reino de Hades esta rodeado por cuatro ríos subterráneos, el Estigia (río del odio), el Aqueronte (río de la aflicción), el Leteo (río del olvido) y el Flegetonte (río del fuego), donde todos concurren a una gran laguna o ciénaga central conocida como Aquerusian o como la parte ancha de la Estigia (depende según autores cual río es el más importante). A estos cuatro grandes ríos algunos autores le agregan el Cocito (río del llanto), una vertiente de Estigia o del Aqueronte y el Eridanos (un río mítico de Hiperboria, que algunos luego identificaron con el Danubio y que Virgilio también ubicó en el infierno).

Aqueron/Aqueronte

El Aqueronte (río de la aflicción o tristeza), río que por dar de beber a los Titanes durante su guerra contra los Olímpicos, fue condenado por Zeus a ser uno de los ríos del reino subterráneo y que atraviesa desde los campos Elíseos hasta llegar al Erebo y soltar sus aguas en la ciénaga.

En Grecia el río Aqueronte o Aquerón está situado en el Epiro, región noroccidental de Grecia y se creía que era una bifurcación del río del inframundo. Caronte porteaba las almas de los recién fallecidos hasta el Hades. Se cuenta que en sus aguas todo se hundía salvo la barca de Caronte, que accedía a pasar las almas de los difuntos a cambio del óbolo o moneda que se ponía a los muertos en la boca para pagarle. Los griegos asentados en Italia identificaban el lago al que desembocaba el Aqueronte con el lago Averno.

Platón lo identificaba como el segundo mayor río del inframundo, sobrepasado sólo por el Océano, afirmando que el Aqueronte corría en la dirección opuesta a la del río Océano, por debajo de la tierra bajo lugares desérticos. Como todos los ríos es hijo de Océano y Tetis, y fue padre de Ascálafo con Orfne (Nix) o Gorgira (Estigia), dos ninfas del inframundo.

En el Infierno de La divina comedia de Dante, el río Aquerón constituye el borde del infierno, bordeando el primer circulo infernal de los no bautizados.

Flegetonte/Piriflegetonte

El Flegetonte (flamígero) o Piriflegetonte (llameando de fuego) es un río de fuego que corre por el Hades. Es un afluente del Aqueronte y se le considera hijo del Cocito. Por él corría fuego que ardía pero que no consumía combustible alguno. Las almas condenadas al pozo del Tartaro eran enviadas por el Flegetonte, el cual circundaba todo el Tartaro, creando un anillo de fuego alrededor y siendo la primera barrera, seguida de tres altas murallas que aislaban al Tartaro de otras regiones infernales.

En La divina comedia (canto XIV) el Flegetonte estaba compuesto de sangre hirviendo y formaba parte del séptimo círculo del Infierno, conteniendo las sombras de los tiranos, los asesinos, los ladrones y los culpables de pecados relacionados con la violencia hacia los semejantes. El minotauro y los centauros cuidaban este circulo.

Cocito

El Cocito (río de las lamentaciones) es un río del Hades por cuyas orillas vagaban los que no podían pagar a Caronte, según la mayoría de las fuentes durante 100 años. Era un afluente del Aqueronte (o del Estigia, según otras versiones) y era alimentado por las lágrimas de los ladrones, los pecadores y de todos aquellos de mala conducta. Presumiblemente su padre era, como con los demás ríos, Océano. Virgilio lo convirtió en uno de los principales río del Hades. Siendo el Cocito el río que delimitaba la frontera entre el reino de los vivos y los muertos, en continuidad con el famoso Aqueronte, del que era un afluente.

En la imaginaria visión del Infierno dada por Dante, el Cocito es un inmenso lago congelado, situado en el noveno círculo del Infierno, aquí se castiga a los traidores, sepultados por el hielo y continuamente afectados por las frías ráfagas de viento producidas por las inmensas alas de Lucifer. Las almas sufren continuamente torturadas por los vientos helados, con las extremidades y los rostros congelados por el extremo frió.

Dante subdivide al Cocito en cuatro zonas o esferas concéntricas: La Caina, donde son castigados aquellos que traicionaron a sus familiares, enterrados en el hielo hasta el cuello; debe su nombre al personaje bíblico Caín. La Antenora, donde son castigados los que traicionaron a su patria, enterrados hasta la cintura, con la parte superior del cuerpo expuesta a los vientos fríos infernales; debe su nombre al personaje Antenor de la Ilíada. La Tolomea, donde son castigados los que traicionaron a sus huéspedes, están recostados con la parte posterior del cuerpo sumergida en el hielo; debe su nombre al personaje Ptolomeo, gobernador de Jericó, quien asesinaba a sus invitados y La Judeca, donde son castigados los que traicionaron a sus amos y benefactores, completamente inmersos en el hielo; debe su nombre al personaje de los Evangelios Judas Iscariote. En el centro de la última de las cuatro zonas concéntricas se encuentra Lucifer, inmerso en una pequeña capa de hielo hasta la cintura, que con su tremenda boca mastica continuamente a los tres mayores traidores de la historia: Casios y Bruto, traidores del César y Judas, el traidor de Jesús.

Lete/Leteo

El Lete o Leteo (Olvido) es uno de los ríos del Hades, quienes beben de sus aguas olvidan todo. Los griegos antiguos creían que se hacía beber de este río a las almas antes de reencarnarlas, de forma que no recordasen sus vidas pasadas. Lete era una náyade, hija de Eris (Discordia); su opuesto era otro río, el Mnemósine (Titanida, diosa de la memoria y madre de las musas con Zeus) cuyas aguas al ser bebidas hacían recordar todo.


Platón cuenta que los muertos llegan a la «llanura de Lete», que es cruzada por el río Ameles (‘descuidado’). En La divina comedia, la corriente del Leteo fluye al centro de la tierra desde su superficie, pero su nacimiento está situado en el Paraíso Terrenal localizado en la cima de la montaña del Purgatorio.

Eridano

El Eridano hoy es una de las constelaciones más grandes del cielo, tiene pocas estrellas brillantes y una forma retorcida; comienza a los pies de Orión, cerca de Rigel, y serpentea hasta terminar muy en el sur con su estrella alfa (Achernar), la novena estrella más brillante de los cielos. Para los egipcios simbolizaba al Nilo, y para los babilonios al Éufrates. Para los griegos el rio Eridano marca el camino que siguió el carro solar en el cielo cuando Faetón consiguió que su padre Helios le dejase conducir el carro del Sol y que no pudo controlar a los fogosos caballos de Helios y estos se salieron de su camino y recorrieron el cielo a su antojo, llegando muy cerca de la Tierra, provocando que se quemaran las cosechas, creando desiertos (Sahara) e incluso se quemaron algunos hombres (que a partir de entonces fueron negros = Etíopes) y Zeus tuvo que intervenir matando con un rayo a Faetón que cayó del carro del Sol hasta el río Eridano. Helios perdió su carro por no prever las consecuencias y Apolo tomo su lugar en los cielos. Los griegos asimilaban a este río con el Danubio y los romanos con el Po. Virgilio asocio que este río de la mítica Hiperboria (y lo ubico en los campos Elíseos) como otro más cuyas aguas eran afluente de la laguna Estigia, ya que según el mito sus aguas jamas dejaron de hervir.

Platón, en Fedón (siglo IV a.C) narra respecto a los ríos del inframundo:

He aquí lo que es esta tierra con todo lo que la rodea. En torno suyo, en sus cavidades, hay muchos lugares; unos más profundos y más abiertos que el país que nosotros habitamos; otros más profundos y menos abiertos; y los hay que tienen menos profundidad y más extensión. Todos estos lugares están taladrados por bajo en muchos puntos, y comunican entre sí por conductos, al través de los cuales corren como fuentes una cantidad inmensa de agua, ríos subterráneos inagotables, manantiales de aguas frías y calientes, ríos de fuego y otros de cieno, unos más líquidos, otros más cenagosos, como los torrentes de cieno y de fuego que en Sicilia preceden a la lava. Estos sitios se llenan de una u otra materia, según la dirección que toman las corrientes, a medida que se derraman. Todos estos surtidores se mueven bajando y subiendo como un balancín suspendido en el interior de la tierra. he aquí cómo se verifica este movimiento.

Entre las aberturas de la tierra hay una que es la más grande, que la atraviesa por entero. Homero habla de ella cuando dice: muy lejos, en el abismo más profundo que existe en las entrañas de la tierra. Homero y la mayor parte de los poetas llaman a este lugar el Tártaro. Allí es donde todos los ríos reúnen sus aguas, y de allí es de donde en seguida salen. Cada uno de ellos participa de la naturaleza del terreno sobre que corre. Si estos ríos vuelven a correr en sentido contrario es porque el líquido no encuentra allí fondo, se agita suspendido en el vacío y hierve de arriba abajo. El aire y el viento, que los rodean, hacen lo mismo; los siguen cuando suben y cuando bajan, y a la manera que se ve entrar y salir el aire incesantemente en los animales cuando respiran, en la misma forma el aire que se mezcla con estas aguas entra y sale con ellas, y produce vientos terribles y furiosos. Cuando estas aguas caen con violencia en el abismo inferior, de que os he hablado, forman corrientes, que se arrojan, al través de la tierra, en los lechos de los ríos que encuentran y que llenan como con una bomba. Cuando estas aguas salen de aquí y vienen a los sitios que nosotros habitamos, los llenan de la misma manera; y derramándose por todas partes sobre la superficie de la tierra, alimentan nuestros mares, nuestros ríos, nuestros estanques y nuestras fuentes. En seguida desaparecen, y sumiéndose en la tierra, los unos con grandes rodeos y los otros no con tantos, desaguan en el Tártaro, donde entran más bajos que habían salido, unos más, otros menos, pero todos algo. Unos salen y entran de nuevo en el Tártaro por el mismo lado, y otros por el opuesto a su salida; los hay que corren en círculo, y que después de haber dado vuelta a la tierra una y muchas veces, como las serpientes que se repliegan sobre sí mismas, bajándose lo más que pueden, marchan hasta la mitad del abismo, pero sin pasar de aquí, porque la otra mitad es más alta que su nivel.

Estas aguas forman muchas corrientes y muy grandes, pero hay cuatro principales, la mayor de las cuales es la que corre más exteriormente y en rededor, y que se llama Océano. El que está enfrente de este es el Aqueronte, que corre en sentido opuesto al través de lugares desiertos, y que sumiéndose en la tierra, se arroja en la laguna Aquerusia, donde concurren la mayor parte de las almas de los muertos, que después de haber permanecido allí el tiempo que se les ha señalado, a unas más, a otras menos, son enviadas otra vez a este mundo para animar nuevos cuerpos.

Entre el Aqueronte y el Océano corre un tercer río, que no lejos de su origen va a precipitarse en un extenso lugar lleno de fuego, y allí forma un lago más grande que nuestro mar, donde hierve el agua mezclada con el cieno; y saliendo de aquí negra y cenagosa, recorre la tierra y desemboca a la extremidad de la laguna Aquerusia sin mezclarse con sus aguas, y después de haber dado muchas vueltas bajo la tierra, se arroja en la parte más baja del Tártaro. Este río se llama Puriflegeton, del que se ven salir arroyos de llamas por muchas hendiduras de la tierra.

A la parte opuesta el cuarto río cae primeramente en un lugar horrible y salvaje, que es, según se dice, de un color azulado. Se llama este lugar Estigio, y laguna Estigia la que forma el río al caer. Después de haber tomado en las aguas de esta laguna virtudes horribles, se sume en la tierra, donde da muchas vueltas y dirigiendo su curso frente por frente del Puriflegeton, le encuentra al fin en la laguna Aquerusia por la extremidad opuesta. Este río no mezcla sus aguas con las de los otros; pero después de haber dado su vuelta por la tierra, se arroja como los demás en el Tártaro por el punto opuesto al Puriflegeton. A este cuarto río llaman los poetas Cocito.

Dispuestas así todas las cosas por la naturaleza, cuando los muertos llegan al lugar a que les ha conducido su guía, se les somete a un juicio, para saber si su vida en este mundo ha sido santa y justa o no. Los que no han sido ni enteramente criminales ni absolutamente inocentes, son enviados al Aqueronte, y desde allí son conducidos en barcas a la laguna Aquerusia, donde habitan sufriendo castigos proporcionados a sus faltas, hasta que, libres de ellos, reciben la recompensa debida a sus buenas acciones. Los que se consideran incurables a causa de lo grande de sus faltas y que han cometido muchos y numerosos sacrilegios, asesinatos inicuos y contra ley u otros crímenes semejantes, el fatal destino, haciendo justicia, los precipita en el Tártaro, de donde no saldrán jamás. Pero los que sólo han cometido faltas que pueden expiarse, aunque sean muy grandes, como haber cometido violencias contra su padre o su madre, o haber quitado la vida a alguno en el furor de la cólera, aunque hayan hecho por ello penitencia durante toda su vida, son sin remedio precipitados también en el Tártaro; pero, transcurrido un año, las olas los arrojan y echan los homicidas al Cocito, y los parricidas al Purifiegeton, que los arrastra hasta la laguna Aquerusia. Allí dan grandes gritos, y llaman a los que fueron asesinados y a todos aquellos contra quienes cometieron violencias, y los conjuran para que les dejen pasar la laguna, y ruegan se les reciba allí. Si los ofendidos ceden y se compadecen, aquellos pasan y se ven libres de todos los males; y si no ceden, son de nuevo precipitados en el Tártaro, que los vuelve a arrojar a los otros ríos hasta que hayan conseguido el perdón de los ofendidos, porque tal ha sido la sentencia dictada por los jueces.

Pero los que han justificado haber pasado su vida en la santidad, dejan estos lugares terrestres como una prisión y son recibidos en lo alto, en esa tierra pura, donde habitan. Y lo mismo sucede con los que han sido purificados por la filosofía, los cuales viven por toda la eternidad sin cuerpo, y son recibidos en estancias aún más admirables. No es fácil que os haga una descripción de esta felicidad, ni el poco tiempo que me resta me lo permite. Pero lo que acabo de decirte basta, mi querido Simmias, para hacerte ver que debemos trabajar toda nuestra vida en adquirir la virtud y la sabiduría, porque el precio es magnífico y la esperanza grande.

El hipocentauro

Para efectos simples se trata de otro nombre aplicado a los centauros, en las primeras versiones estas bestias poseían un torso humano y patas de caballo, (un equivalente a las descripciones de los primeros silenos), con el tiempo asumieron la forma conocida de torso humano y parte inferior cuerpo de caballo. El hipocentauro es para algunos el nombre dado a los príncipes y reyes centauros. Hoy surge una nueva modificación y se trata de centauros con cabeza de caballo, lo que imaginarios artistas modernos de habla inglesa denominan Equitaur.


La siguiente historia ilustra un poco esta idea.

Hipocentauro: el príncipe de los centauros

Se dice que los centauros eran excelentes cazadores y guerreros. Estas criaturas estaban provistas de una inteligencia y destreza humana, pero también de la velocidad de un corcel de carreras. Al ser mitad humano y mitad caballo podían aprovechar lo mejor de cada una de esas especies para llevar a cabo sus tareas cotidianas y bélicas.

En general eran seres belicosos, que trataban de penetrar en el bosque dominado por minotauros. Si bien poseían armas y corazas de acero, jamás lograban vencer a la fuerza bruta de los minotauros, quienes eran capaces de resistir el impacto de lanzas y dagas.

A través de los años, su impulso por adueñarse del llamado «bosque taurino» fue en aumento. Y cada vez eran más y más los centauros que se transformaban en víctimas de los minutauros, los cuales eran menos belicosos, pero a la vez muchísimo más destructivos cuando tenían que defenderse cuerpo a cuerpo.

Es así como la guerra entre minotauros y centauros se fue haciendo infructuosa para estos últimos: por cada minotauro muerto, perecían casi una decena de centauros. Ello era explicable por la descomunal potencia de los minotauros, los cuales no necesitaban armas para tener que luchar con sus oponentes.

El «bosque taurino» era la causa de los enfrentamientos entre ambos bandos. De este lugar se podían obtener alimentos, ya que todos los árboles producían sabrosos frutos, ideales para la población eminentemente herbívora de centauros y minotauros. También, dicho bosque era sinónimo de seguridad, pues era un lugar muy recóndito y difícil de penetrar, por su abundante vegetación de plantas venenosas. Y quien lograra dominar ese territorio, era capaz de tener un bastión inexpugnable y también asegurarse no pasar hambrunas.

Un día apareció un centauro con una capacidad de liderazgo, fuerza física y una destreza en usar las armas que ningún otro centauro poseía. Pero este ser tenía una particularidad: si bien la mitad inferior de su cuerpo era la de un equino y la superior era humana (al igual que todos los centauros), su cabeza era de caballo y no de humano. Una extraña mutación que no dejaba de llamar la atención entre sus compañeros. Por eso, este mutante era conocido simplemente como «Hipocentauro».

Dentro de los centauros iba tomando fuerza la idea de que fuera Hipocentauro quien los podría guiar a un triunfo sobre el ejército de minotauros, y que así de una vez por todas podrían apoderarse del bosque taurino. Hipocentauro se entrenó bien: quería ser el mayor guerrero que haya existido y convertirse en el líder indiscutido de su pueblo.

Un día, Hipocentauro paseaba muy cerca del límite donde comenzaba el bosque taurino. Y, estimulado por un extraño instinto, se adentró en el frondoso paraje. Una vez ahí, de inmediato empezó a sentirse observado. Cada vez que avanzaba, con su elegante galopar, sentía que quien lo estaba mirando estaba más cerca. En eso se le aparece un joven guerrero minotauro. Hipocentauro saca su arma y lo encara. En eso, el minotauro le dice «no me ataques, tú no eres como el resto de los centauros». Hipocentauro parece hacer caso omiso y se lanzó sobre el taurino, haciéndole un corte en el brazo. El minotauro rugió con fuerza, y le volvió a repetir «No me ataques, eres de los nuestros».

Hipocentauro se extrañó y lo dejó hablar. «Tú no tienes ese lado humano de la codicia que tienen los centauros. Eres un ser diferente, un hipocentauro. En nuestro pueblo hay una antigua leyenda que dice que un día llegará un Hipocentauro, que tiene va a tener más de animal que de humano, y que será el que va a unir a ambos pueblos. Nosotros los minotauros somos pacíficos, los centauros son los belicosos que quieren apoderarse de nuestro hogar. Lo que hacemos es defender lo que nos pertenece», argumentó el taurino.

En ese momento, Hipocentauro comprendió que estaba entrenándose para una guerra sin sentido: una guerra que no tenía motivo de existir y en la cual tampoco habían posibilidades de triunfo. Así que, en ese instante, decidió no volver adonde los centauros, pues jamás lograría convencerlos de lo contrario, ya que eran criaturas que necesitaban siempre estar peleando. Pero, para no sentirse un traicionero de su pueblo, tampoco se iría con los minotauros. De esa forma, partió a conocer nuevas tierras, nuevos horizontes, para vivir en paz, y alejado de las batallas entre culturas que no tenían el por qué ser enemigas entre sí.